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𓆩♡𓆪 reason five.

2019, Noviembre 14.
Corea del Sur, Seúl.

El sábado, todo el grupo nos habíamos congregado para grabar algunas escenas para el cortometraje que mi hermano y sus compañeros debían presentar para sus respectivas carreras. El ambiente estaba cargado de emoción y nerviosismo, cada uno de ellos inmerso en su papel, ya fuera delante o detrás de la cámara. Sin embargo, a pesar de la energía palpable que se notaba en cada uno, yo no podía compartir su entusiasmo. Mi mente se encontraba en otro lugar, atormentada por los recuerdos de mi encuentro con Lee Felix.

Las palabras hirientes del pecoso aún resonaban en mi mente, cada insulto y acusación clavándose en mi corazón como espinas venenosas. Me culpó, sin un poco de vergüenza, de «provocar» a su mejor amigo, simplemente porque iba a participar en el corto. En su estúpida mente, mi participación era un acto de seducción, una provocación. No obstante, la verdad era que solamente estaba ayudando a Jisung y sus compañeros. No había segundas intenciones, no había provocación.

Pero Felix no lo vio así.

En su ira, me había llamado de todo, desde callejera hasta puta, describiéndome como una «mala persona».  Cada palabra era como un golpe, cada acusación un cuchillo que se clavaba en mi autoestima. Nunca pensé que Lee Felix, de todas las personas, sería quien me hiriera de esa manera. Mis amigos no tenían idea de lo que ha sucedido, y prefería mantenerlo así para evitar conflictos innecesarios. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de una claqueta, su sonido seco y contundente resonando en el aire. Un grito diciendo la palabra: «¡Corte!» de Hwang Hyunjin, uno de los directores, siguiendo al sonido efímero. Con un suspiro pesado, intenté alejar los pensamientos oscuros y concentrarme ahora mismo en el trabajo que tenía por delante. Porque después de todo, tenía un cortometraje que grabar.

Según me informó el castaño, algunos estudiantes de su antigua preparatoria nos iban a ayudar como «extras» para el cortometraje. Su presencia añadía un toque de autenticidad a la escena, sus uniformes escolares proporcionando un contraste visual con el resto del elenco. Los uniformes, con sus chaquetas grises oscuras y corbatas a rayas, eran una reminiscencia de los días de escuela, un recordatorio de la juventud y la inocencia.

Pese a estar en medio de todo, aún me sentía un poco perdida en cuanto a lo que estábamos grabando. Lo poco que tenía entendido sobre lo que mis ojos veían es que la trama del corto involucraba varios universos simultáneos, un concepto que todavía me resultaba un poco difícil de comprender. Empero, como le dije a Lee Minho, mi enfoque principal era aprenderme los diálogos y pronunciarlos correctamente. Eso logró que recuerde el consejo que él me dio una vez para mejorar mi actuación: «Lo más importante de la actuación, es entender a tu personaje. Tienes que conocer sus motivaciones, sus miedos, sus deseos. Tienes que ser capaz de ponerte en sus zapatos y ver el mundo a través de sus ojos». Por lo tanto, eso era lo único que me encontraba haciendo, concentrándome en mi personaje y dejando que el resto fluyera. Al cabo, me hallaba aquí para actuar, no para resolver los misterios del universo.

—¡Y entras tú, Micha!—exclamó Seungmin desde detrás de la cámara, su tono de voz llena de entusiasmo.—¡Te metes entre ellos! ¡Ahora los tres finjan que fue una linda escena y todos se sonríen como un trío de idiotas!

Las palabras de Kim Seungmin llenaron el aire, su dirección enérgica y optimista inyectando vida en la escena. Para él, había sido una toma perfecta, una representación exacta de lo que imaginó. Sin embargo, cuando él mismo cortó la escena para que podamos descansar, uno de los directores que también era parte de la escena que estábamos haciendo, en su rostro era todo menos complacido.

Hwang Hyunjin se acercó a Seungmin, su cara tensa y su anatomía irradiando frustración. Los dos comenzaron a discutir, sus voces elevándose en una cacofonía de desacuerdo. No podía entender todas las palabras, no obstante, la tensión era evidente. Para ellos, este cortometraje era más que una simple tarea. Era una expresión de su creatividad, una obra de arte que cada uno de ellos quería perfeccionar a su manera y parecía que uno de ellos no lo vea así.

—Ellos se matarán...—murmuró Lee Minho a mi lado, su voz apenas un susurro en medio del alboroto. Giré mi cabeza para mirarlo, sus ojos están fijos en la disputa en curso. Asentí en respuesta, compartiendo su punto de vista.

Aun cuando la tensión se podía sentir en el aire con ellos dos a cargo, no podía evitar sentir un cierto respeto por la pasión que todos mostraban. Cada uno de ellos estaba completamente comprometido con el proyecto, dispuesto a pelear por su visión. Y aunque las chispas volaban, sabía que al final, todos querían lo mismo: crear el mejor cortometraje posible. Durante el resto del mediodía del sábado, nos centramos en grabar las escenas escolares. Las tomas se repetían una y otra vez, porque a los directores no les gustaba como estaban quedando, querían que cada detalle esté más que ajustado hasta que todo encajara perfectamente. Era un proceso meticuloso y a veces agotador, empero, cada vez que veíamos una escena completada, sabíamos que valía la pena.

En nuestros breves momentos de descanso, podía ver a Honnie estudiando el cuaderno que le había dibujado. Convertí sus diálogos en una especie de cómic, con la esperanza de que le resultara más fácil recordar sus líneas. Es por eso mismo que cada vez que lo observaba concentrado en el cuaderno, una sonrisa apretada se formaba en mis labios. Ver su dedicación me recordaba cuánto significaba este proyecto para él también, aunque no lo demostrara tanto. Una vez que tuvimos tiempo suficiente para descansar, fue hora de cambiar de vestuario para la próxima escena.

Esta vez, nos hallábamos en la sala de video de la escuela, un espacio crammed con videocámaras, discos de aspecto misterioso y una variedad de otros equipos de grabación. A pesar de la complejidad de la sala, la escena que estábamos a punto de grabar era bastante simple. No había diálogos, solo nosotros interactuando con el entorno. Y lo que era más importante, era la última escena del día. La voz de Seungmin resonó en la sala, anunciándonos que era hora de comenzar. Me encontraba sentada en el lado izquierdo de la sala, cerca de la entrada, visualizando a través de una videocámara las tomas que hemos grabado para el cortometraje. A mi derecha, Minho estaba sentado, luciendo una chaqueta de cuero que parecía fuera de lugar en él. Siempre ha comentado lo incómodo que le resultaba ese tipo de ropa, prefiriendo en su lugar prendas más cómodas.

La escena requería que Minho y yo viéramos el vídeo juntos, pero en un momento dado, sus ojos debían desviarse hacia mí. Justo cuando lo hizo, la puerta se abrió de golpe y Hyunjin entró en la sala. Al notar la escena, una expresión de malestar cruzó su rostro, exactamente como ellos mismos querían que se viera la escena. Era como si estuviéramos en universos paralelos, una especie de triángulo amoroso en juego. Sin embargo, en realidad, no era así. Cada uno de nosotros estaba interpretando un papel, creando una historia que, aunque ficticia, se sentía sorprendentemente real.

—¡Corten!

La voz de Seungmin resonó en la sala, interrumpiendo la escena. Los tres nos giramos para observarlo más que sorprendidos por su interrupción, ya que creíamos que la escena se estaba viendo genial. O era lo que por mi mente se encontraba pasando.

—¿Qué pasó? Estaba quedando bien.

—Lo dices porque actúas horrible.—respondió Kim Seungmin con un tono de desdén, sin mirar a Hyunjin debido a que fue la persona que lo cuestionó. En su lugar, sus ojos están fijos en Minho y en mí.—Aún así, no detuve las grabaciones por ti, sino por Minho.

Mis cejas se alzaron en sorpresa. Para mí, Lee Minho había hecho un buen trabajo en su parte de la escena. Tampoco es que debía de hacer mucho.

—¿Yo...? ¿Tenía un diálogo?—él parecía aterrado, se levantó de un salto de la silla, buscando el cómic que le he dado.

—No habían diálogos. Pero tienes que expresarte ante la cámara, Minho, tienes que verte más enamorado.—Seungmin instruyó, su tono firme.

—¿Enamorado...?—susurró Lee Minho, claramente incómodo con la idea. Pero entendía por qué era eso, ya que era la ex de su mejor amigo.

—Así es. Se supone que ustedes dos están enamorados de la chica.—Seungmin me señaló, sus luceros cafés oscilando entre Minho y Hyunjin.—Y no veo que estén realmente enamorados. Cuando volvamos a hacer la escena, Minho, intenta parecer más enamorado. Y tú, Hyunjin, abre la puerta más despacio. ¿No ves que puedes romperla? Agh. ¡De nuevo!

Hwang Hyunjin murmuró una serie de insultos antes de salir de la sala, su frustración claramente visible. No pude evitar reír ante su reacción. No obstante, podía sentir la tensión de Lee Minho a mi lado, sus nervios palpables, mientras que se preparaba para la próxima toma. Quería suponer que era por eso mismo que me fue imposible mantener mi bocota cerrada, y se me ocurrió decirle algo para tranquilizarlo.

—Sé que esto puede ser incómodo...—choqué su brazo despacio, para que me oiga.—Pero recuerda, estamos actuando. Solamente estamos interpretando un papel.—comencé, girándome hacia él. Su faz estaba lleno de nerviosismo y podía ver la inquietud en sus ojos.

—Lo sé, gracias.

Minho asintió con una media sonrisa, pero podía notar que mis palabras no han aliviado completamente su ansiedad. Por lo que continué con mi parlamento, tratando de darle un consejo que pudiera ayudarlo.

—Haz algo, Honnie. Imagina que soy alguien más. Alguien que no conoces. No soy la exnovia de tu mejor amigo, simplemente soy una actriz... O algo como eso.—bromeé, ocasionando su risa leve.

Él me miró, pareciendo considerar mis palabras. No podía saberlo en este momento, pero estaba tratando de reconciliar su papel con sus propios sentimientos por mí. Empero, ahora mismo, todo lo que podía hacer era tratar de ayudarlo a sentirse más cómodo con la escena que estábamos a punto de grabar.

—Aprecio tu intento de ayudarme, Micha, pero creo que solo me está haciendo reír y no está aliviando mis nervios.—confesó, su rostro se contrajo en una mueca cómica. A pesar de su nerviosismo, hay un destello de humor en su mirada, una señal de que aún podía encontrar algo de diversión en la situación.

—Bueno, probemos algo diferente.—dije, juntando mis manos mientras hablaba.—Si se supone que debes actuar enamorado, entonces, ¿por qué no invertimos el enfoque? En lugar de intentar actuar enamorado de mí, imagina que soy alguien a quien realmente amas. Piensa en cómo te hace sentir esa persona, cómo tu corazón late más rápido cuando estás cerca de ella, o él.—elevé una ceja, provocando una risa en él y Minho negó con la cabeza.—Piensa en cómo su sonrisa puede iluminar tu día. Usa esos sentimientos para tu actuación. No tienes que forzar nada, déjate llevar por las emociones. Eso es lo que hace que una actuación sea convincente. ¿No crees?

Propuse atentamente, y Minho se quedó en silencio, sus faroles marrones fijos en los míos. Durante unos largos segundos, parecía estar considerando mis palabras, su mirada intensa y pensativa. Pero antes de que pudiera decir algo, la voz de Kim Seungmin cortó el silencio. Sencillamente, no fue un grito estridente ni una orden autoritaria. En lugar de eso, Kim habló en un murmullo, su tono suave y cauteloso. Era como si estuviera tratando de acercarse a un animal salvaje, moviéndose lentamente para no asustarlo. Solo que en este caso, el «animal» era la escena que estábamos a punto de grabar y Seungmin está dirigiendo sus cámaras hacia nosotros.

—¡Eso es...!—clamó Seungmin, chocando sus propias manos en un gesto de triunfo.—Esa es la mirada que estaba buscando. Es exactamente esa... Pero, Han Micha, ahora sigue el guión y no lo mires.—añadió rápidamente, enfocando sus cámaras.

La orden de Seungmin me tomó por sorpresa, solo que entendí lo que está tratando de hacer. Quería capturar la tensión de la escena, la emoción cruda y no filtrada que había entre Minho y yo en estos instantes. Y para hacer eso, tenía que seguir el guión a como dé lugar y apartar la mirada. Entonces, obedientemente, desvié la mirada de él y la dirigí a la pequeña videocámara que tenía en mis manos. Siguiendo las indicaciones del guión que mi hermano me ha entregado previamente, comencé a interactuar con la cámara.

Mis ojos se movían de un lado a otro mientras revisaba las tomas que habíamos grabado falsamente para el proyecto dentro del cortometraje, cada escena un recuerdo de las horas que hemos dedicado a este proyecto. Aunque estaba siguiendo el guión, también estoy inmersa en el momento, permitiendo que mis emociones y pensamientos fluyeran libremente. Esta era nuestra historia, la que estábamos creando juntos, y cada detalle, cada gesto, cada mirada, era una parte esencial de ella.

—Micha, ahora quiero que mires a Minho y le des un golpecito en el hombro.—Seungmin instruyó, su tono de voz serio.—Como si le estuvieras diciendo: «Oye, deja de mirarme como si fuera un helado de chocolate en un día caluroso y presta atención al video. ¿No quieres graduarte y dejar de ver mi hermosa cara todos los días?»

Su comentario arrancó risas de todos los que estaban dentro del proyecto en la sala, aliviando la tensión y recordándonos que, a pesar del estrés y la presión, todavía podíamos divertirnos en el proceso. Empero, yo no podía arrancar a las risas porque la cámara se encontraba encendida. Así que únicamente hice lo que él me estaba ordenando, todo para que salga más que perfecto aquella escena.

—¿Acabas de llamar hermosa a mi hermana?—la voz de Jisung resonó en la sala, su tono de incredulidad provocó que me costara más contener la risa.

Únicamente, tenía que mantener la compostura, y justo en ese momento, la voz de Seungmin volvió a llenar la sala, dando indicaciones a través de su teléfono para que Hyunjin se preparara para entrar de nuevo en escena. Entonces, la puerta se abrió y el castaño de Hyunjin apareció, su cara mostrando una mezcla de felicidad cuando sus ojos chocan con los míos, pero decepción al verme con Minho. Y con eso, finalmente terminamos la toma.

Mientras que salíamos de la escuela en donde hemos estado grabando estas escenas escolares, podía oír a los directores discutiendo sobre si debían hacer una escena más o no. Fue cuando Kim Seungmin insistió en que no quería hacer esa escena, y una vez más, ellos comenzaron a discutir en pleno sábado, frente a un público de adolescentes boquiabiertos, chismosos y con móviles en sus manos para chismorrear con más razón. La situación está empezando a molestarme, además de que tenía mucha hambre.

—¿Cómo que no haremos esa escena? ¡Es esencial, Kim! ¿Cómo sabrán entonces con quién se quedó la chica? ¿Eres tonto, no?—Hyunjin comenzó a disparar preguntas, gesticulando con las manos.

—La chica simplemente es una metáfora, Hyunjin...—comenzó Seungmin con su tono paciente, como si estuviera explicando un concepto a un niño pequeño.

—Exactamente por eso es importante contar toda la historia.—Hyunjin interrumpió, su tono cargado de incredulidad.—Es un personaje central, Kim Seungmin. No puedes simplemente reducirla a un símbolo.

—No la estoy reduciendo a nada.—respondió Seungmin con calma.—Estoy diciendo que representa algo más grande que ella misma, algo más profundo, Hwang. En nuestra historia, ella es el catalizador que pone en movimiento la trama, pero no es el foco principal.

—Eso suena a una excusa para no resolver la trama.—Hyunjin replicó, cruzándose de brazos.

—No es una excusa. Es una elección narrativa.—Seungmin defendió.—En los universos simultáneos que estamos creando cada personaje tiene su propia historia, su propio camino. Pero todos estos caminos se cruzan y se entrelazan de alguna manera, creando una red de conexiones y relaciones. La chica, en este caso, es el punto de intersección de estas historias. Ella es el vínculo que los une, la chispa que enciende el cambio.—explicó moviendo sus manos.

La mayoría de nosotros nos manteníamos a una distancia prudente, escuchando atentamente la discusión que se está desarrollando. Mi hermano se acercó y se situó a mi izquierda, su expresión era de perplejidad.

—No entiendo por qué están peleando de ese modo si la trama del cortometraje fue mi idea.—comentó, sus cejas se arqueaban en señal de asombro ante la intensidad de la disputa.—¿Cuánto a qué Seungmin termina ganando?—propuso con una sonrisa perversa.

—¿Qué te hace pensar que él ganará?

Ahora me hallaba siendo testigo de la charla que mi hermano estaba teniendo con Lee Minho. Tenía a cada hombre a mis extremos, así que era imposible no ser parte de esta extraña conversación.

—Bueno, se trata de Kim Seungmin.—comenzó Jisung, una sonrisa juguetona en su rostro.—No es alguien que se rinde fácilmente, especialmente cuando cree en algo. Y además, tiene una habilidad increíble para convencer a la gente. Puede ser tranquilo y reservado, pero cuando se trata de sus ideas y proyectos, se convierte en una fuerza imparable. Así que sí, apuesto a que él ganará.

Antes de que pudiera responder a mi hermano con respecto a lo que estaban a punto de hacer los chicos, porque veía a la mayoría sacando dinero ante la apuesta que Jisung logró, Minho se me adelantó con una sonrisa divertida en su rostro.

—No subestimes a Hyunjin tan rápido.—demandó, sus ojos brillaban con seriedad.—Tienes razón con lo que dices de Seungmin, porque con lo poco que lo conocí es cierto, pero Hyunjin tiene sus propias fortalezas. Así que apuesto a que él ganará.

—¿Como cuáles?

—Para empezar, Jinnie es increíblemente apasionado.—explicó Minho, dirigiendo sus ojos a los dos chicos que siguen peleando.—Cuando se compromete con algo, se entrega por completo. No se deja intimidar por los desafíos y está dispuesto a luchar por lo que cree. Y aunque puede parecer tranquilo y reservado, tiene una determinación de acero. No se rendirá fácilmente en esta discusión, especialmente si cree que es lo mejor para el proyecto.

Alcé mis cejas asombrada de cómo es que estos dos muchachos conocían a sus respectivos amigos. Sin embargo, lo que Minho ha dicho del castaño podría darle la ventaja en esta discusión. Así que sí, no descartaría a Hwang Hyunjin tan rápido. No obstante, decidí concentrarme en la pelea que los directores están organizando ahora mismo, ignore a mi hermano y a su amigo, los cuales estaban concordando a cuánto iban a dejar la apuesta.

—Pero eso no responde a la pregunta de con quién se queda al final.—Hyunjin insistió.

—Y no tiene por qué hacerlo.—Seungmin argumentó.—En nuestro cortometraje no estamos contando una historia de amor tradicional. No se trata de con quién se queda la chica al final, sino de cómo cada personaje crece y cambia a lo largo de la historia. Eso es lo que hace a nuestra historia única.

—Comprendo ese punto, Seungmin. Pero aún así creo que la audiencia querrá ver una resolución. Querrán ver a la chica eligiendo a alguien al final.

—Eso es lo que esperarían en una historia de amor tradicional.—respondió Seungmin, alzando un poco más su tono de voz.—Pero nuestra historia es diferente. No necesitamos seguir las convenciones. Podemos hacer algo más innovador, más inesperado. ¿Puedes entenderlo?

—Pero...

—Hyunjin, confía en mí.—interrumpió Seungmin, su tono firme pero amigable. Han Jisung soltó una risa baja, alzando su mano para que comiencen a darle su dinero.—Vamos a hacerlo a mi manera. Estoy seguro de que funcionará.

Hyunjin se quedó en silencio por un momento, hasta que contraatacó a su compañero de dirección al corto. Pude darme cuenta de que se estaban sobrepasando a los límites, así que me cansé y me acerqué a ambos para que se termine la discusión de una buena vez. Debido a que mi estómago sonaba.

—No eres tú solo en la dirección del cortometraje, Kim Seungmin.

—¡Ya paren!—alcé la voz, teniendo la atención de todos los hombres.—Yo opino que las tomas se terminaron este día porque tengo hambre. ¿Alguien más tiene hambre?—algunos asintieron, estando de acuerdo conmigo.—¡Quiero comer ramen! ¿Quien está conmigo?—indagué, viendo a todos. La gran mayoría respondieron con un «sí».—¡Los directores pagan nuestra comida! ¡Vámonos!

Con eso, la discusión llegó a su fin y todos volvimos a concentrarnos en lo que realmente importaba: la promesa de un delicioso ramen caliente. Pese a las diferencias en sus puntos de vista, Kim Seungmin y Hwang Hyunjin al fin habían logrado llegar a un acuerdo. Y mientras que caminábamos al restaurante, podía sentir cómo la tensión se disipaba, reemplazada por una sensación de camaradería y alivio. El local de ramen yacía iluminado cálidamente, un faro acogedor en la noche. Nos acomodamos en una mesa grande, riendo y charlando, entre que esperábamos nuestra comida.

El aire estaba lleno de risas y el murmullo de conversaciones, mezclándose con el aroma tentador del ramen que se cocinaba en la cocina. Cuando la comida llegó, todos nos lanzamos a nuestros platos con entusiasmo, disfrutando del sabor rico y reconfortante del ramen. Las conversaciones fluían libremente, saltando de un tema a otro, desde bromas tontas hasta debates serios. Las risas resonaban en el local, y las bebidas fluyeron libremente, añadiendo un toque de alegría a la cena. A pesar de la discusión anterior, el ambiente era ligero y alegre. Todos estábamos disfrutando de la compañía del otro, compartiendo risas y creando recuerdos. Y en este instante, todo parecía volver a su lugar.

2019, Noviembre 14.
Corea del Sur, Seúl.

Lo que me había prometido a mí mismo esa noche de viernes era cierto. Decidí explorar mis sentimientos por Han Micha y, para ser honesto, creo que ya sabía la respuesta. Quizás fue cuando ella intentó hacerme sentir cómodo con la idea de verla de una manera diferente para el rodaje del cortometraje. «Piensa en cómo te hace sentir esa persona, cómo tu corazón late más rápido cuando estás cerca de ella. Piensa en cómo su sonrisa puede iluminar tu día.» Después de que me dio ese consejo, ¿cómo podría decirle que ella era la que me provocaba todas esas emociones? Deseaba que ella fuera otra persona, que no estuviera entrelazada profundamente en mi vida y en la de mis amigos más cercanos. En mi imaginación, así lo creía, pero la realidad era que Micha me gustaba de una manera que nunca hubiera imaginado. Y tal vez fue la forma en que la miraba, con su sonrisa iluminando mis ojos, lo que me reveló esta verdad.

Entonces, mis pensamientos fueron interrumpidos por Seungmin. Luego de pasar toda la tarde juntos, nos dirigimos a un restaurante para cenar, dejando atrás la discusión con nuestros directores. Actuamos como si nada hubiera pasado, y fue entonces cuando mis ojos volvieron a encontrarse con ella. Observé cómo se reía con su hermano y con los chicos del proyecto. Su risa era contagiosa, llenando el aire con una alegría que era imposible de ignorar. Su sonrisa era brillante, iluminando la habitación y haciendo que mi corazón latiera un poco más rápido. En este mismo minuto, supe que no hay forma de negarlo. Porque Han Micha me gustaba, y no hay absolutamente nada que pudiera hacer para cambiar eso.

—Hyung, pásame la jarra.—una voz me sacó de mi ensoñación, y al girar la vista, vi al castaño con un lunar radiante debajo de su ojo izquierdo con una sonrisa juguetona en su cara, señalando la jarra de agua.

—Claro, aquí tienes.—le respondí, extendiendo mi brazo para agarrar la jarra de vidrio, que ostentaba un diseño peculiar y llamativo.

Hyunjin me respondió con una sonrisa, llenando su vaso con agua. Sabía que el ramen podía ser bastante picante, especialmente si se le añadían demasiados condimentos. El picante también puede provocar una sensación de ardor en la boca y la garganta. Beber agua, aunque no alivia totalmente el ardor, puede ayudar a refrescar el paladar y prepararse para el próximo bocado. Y por la forma en que el menor se estaba sirviendo agua, podía adivinar que su ramen debía de estar bastante picante. Eso me hizo soltar una risa, provocando que él también se riera.

—Hyung, ¿te puedo hacer una pregunta?—indagó de repente, su tono era curioso. Asentí, intrigado por lo que quería saber.—¿Recuerdas cuando me diste esas diez razones de por qué no debería estar con la ex de mi mejor amigo?—recordó, sus luceros se encontraron con los míos, una chispa de diversión brillaba en ellos. Una situación que me ponía nervioso.

—Sí, lo recuerdo.—respondí, sintiendo un nudo en el estómago. ¿Dónde iba con esto? Brevemente dirigí mi atención al resto del grupo, cada uno sumergido en sus respectivas conversaciones.

—Bueno, es que me pareció muy interesante.—continuó Hyunjin, una mueca acompañaba sus labios.—En especial porque, si no me equivoco, parece que tú estás pasando exactamente por lo mismo.

Me quedé sin palabras por un momento, tratando de procesar lo que acababa de decir. ¿Cómo es que lo ha descubierto cuando yo apenas me di cuenta de que ella me gustaba? ¿Era tan obvio? ¿Todos se dieron cuenta menos yo? Eso me hace preguntarme si Felix también estaba pensando en eso.

—Eso es...—hablé, pero las palabras parecían atascarse en mi garganta. Hyunjin simplemente se rio, dándome una palmada en el hombro.

—No te preocupes, Minho hyung. Tu secreto está a salvo conmigo. Pero la próxima vez, tal vez deberías seguir tus propios consejos.—dijo, su tono era ligero, pero sus palabras resonaban en mi cabeza. Sí, tal vez debería haber seguido mis propios consejos. Pero el corazón rara vez escucha a la razón, aún así, que yo haya descubierto esto no significaba que haría algo para que Han Micha se fije en mí.

2019, Noviembre 16.
Corea del Sur, Seúl.

Era un lunes por la tarde, justo una hora después del almuerzo. Un estudiante universitario de cabello castaño se movía apresuradamente por los corredores de la universidad. Su frente fruncida en concentración y sus fanales están fijos en el camino que tenía por delante. Se hallaba a punto de llegar tarde a uno de sus exámenes finales del día. No podía permitirse llegar tarde una vez más, especialmente porque luego de ese examen, tenía que dirigirse a la Universidad de Hanseo a trabajar en uno de los proyectos más importantes de su carrera. Pero mientras corría, su vista se posó en un joven de su misma edad. El chico tenía la melena rubia y llevaba una expresión tímida en su rostro. Parecía ansioso, como si estuviera buscando la oportunidad de socializar, solamente que no supiera cómo hacerlo.

—Hola, Hyunjin.

Al escuchar aquello se detuvo en seco, sorprendido. No esperaba que Lee Felix le hablara. No eran amigos, y Hyunjin no tenía ninguna intención de serlo. Después de todo, este chico era el mejor amigo de su amigo Lee Minho. Y Felix, con sus pecas y su actitud reservada, no era precisamente conocido por ser amigo de todo el mundo debido a que a la gran mayoría no le caía bien. No obstante, a pesar de su sorpresa inicial, Hwang Hyunjin decidió responderle.

—Hola, Felix.—dijo Hyunjin con cautela. Sabía que no podía permitirse perder el tiempo charlando en ese momento, tenía un examen al que asistir. Todo sucedió tan rápido que no dejó al rubio responder.—Lo siento, pero estoy muy ocupado.

—No tomará mucho tiempo, solo quiero hacerte una pregunta.—Felix insistió.

El mayor se detuvo, dándose cuenta de que esa era la razón por la que Felix se le había acercado de la nada. Así que se detuvo y se centró en los gestos del chico más bajo, tratando de entender cuál era su inquietud. Pero Hyunjin no era ningún tonto. Tenía la sensación de que la pregunta del pecoso podría estar relacionada con su amigo en común, Lee Minho. La noche del sábado, Hyunjin notó a Felix mirando a través de las grandes ventanas del restaurante donde han cenado en grupo. No estaba solo, estaba con Jung Wooyoung. Hyunjin sabía que Felix yacía buscando a su mejor amigo y a su ex entre la multitud.

Quizás por eso mismo fue que Hyunjin le pidió a Lee Minho que le pasara la jarra de agua, para distraer a Lee Felix y evitar que viera a Minho embobado por su exnovia. Por lo tanto, con un suspiro, el castaño de mirada exhausta decidió darle al pecoso el beneficio de la duda. Aunque se encontraba demasiado seguro de que no quería meterse en problemas ajenos, lo único que había hecho ese día era ayudar a un amigo que siempre ha estado para él, en las buenas y en las malas, por demás de que era consciente de que el mayor hubiese hecho eso, y más, por él.

—Está bien, haz tu pregunta.—habló, aceptando hablar con el rubio de estilo mullet, preparándose para lo que vendría a continuación.

Hubo una pausa mientras Felix parecía recoger sus pensamientos. Hay una confianza innegable entre él y su mejor amigo, sin embargo, la vista de Minho en el restaurante ha sembrado dudas en su mente. Además, la presencia de Jung Wooyoung, que parecía disfrutar avivando las llamas de la incertidumbre, no ayudaba.

—Supe que Han Micha es parte del proyecto que tienes con la Universidad de Hanseo.—comenzó Felix, y Hyunjin asintió en confirmación.—Y me gustaría saber si ella... bueno, si tiene un papel importante con Minho. Sé que actúan juntos.

—¿Por qué me preguntas a mí? Micha y yo no somos amigos, solo somos colegas en el proyecto. Y si tu pregunta tiene que ver con qué tipo de relación tiene ella con Minho...—Hyunjin inició con un tono de voz enfadada, pero fue interrumpido.

—Yo sé que Lee Minho jamás sería capaz de salir con mi ex, y mucho menos con ella.—afirmó Lee Felix, su voz grave resonó en el pasillo vacío. Pero a Hyunjin le pareció que más que una afirmación, sonaba como una esperanza, un deseo desesperado de que sus miedos no se hicieran realidad. Y allí mismo, Hwang Hyunjin sintió una punzada de simpatía por el joven rubio.

Hyunjin se quedó en silencio un momento, pensando en cómo responder. Finalmente, decidió ser directo. Por demás de que tenía que concluir la conversación lo más rápido posible, ya que no quería llegar tarde a su examen, y debía de saber cómo estaba yendo el cortometraje que está al mando del segundo director. Aún le molestaba de solo pensarlo.

—Felix, puedo entender que estás preocupado. Pero Minho es un adulto y puede tomar sus propias decisiones.—opinó, su tono de voz era tranquila.—No puedes controlar con quién decide pasar su tiempo, incluso si esa persona es tu ex.—él parecía a punto de protestar, solo que Hyunjin continuó.—Y si realmente crees que tu mejor amigo nunca saldría con Micha, entonces deberías de confiar en él. No dejes que tus propios sentimientos hacia Han Micha nublen tu juicio sobre Minho.

Con esas palabras, Hyunjin se dio la vuelta y comenzó a alejarse, su figura alta y delgada desapareciendo gradualmente en la distancia. Tenía un examen que preparar, y no podía permitirse perder más tiempo en discusiones sin sentido. Felix se quedó en el pasillo, solo con sus pensamientos y la resonancia de las palabras del mayor. Sintió una punzada de irritación hacia sí mismo. Sabía que Hwang Hyunjin tenía razón. Siempre ha confiado en Minho, entonces, ¿por qué dudaba de él ahora? Sacudió la cabeza, tratando de despejar sus pensamientos. Tenía su última clase del día a la que asistir. Y después de eso, decidió que iría a visitar a su amigo en la universidad. Sabía que Minho y su equipo estarían allí hasta tarde, grabando algunas escenas para su proyecto.

Y tal vez, solo tal vez, podría encontrar alguna claridad en todo este lío.

2019, Noviembre 16.
Corea del Sur, Seúl.

—Debería darle una golpiza.—dijo Kang Soomin, su tono era brusco y lleno de una furia apenas contenida. Levanté la vista, mis ojos se encontraron con los de ella. Hay sorpresa en mi mirada, no entendía a qué se refería hasta que lo aclaró.—A Wooyoung. No puedo creer que te haya golpeado de esa manera. Es inaceptable.

Intenté restarle importancia, una pequeña sonrisa en mi rostro.

—Estoy bien, Soomin. No es gran cosa...

No obstante, Kang Soomin no estaba para bromas.

—No, Minho. No está bien.—me interrumpió, su voz era dura, casi cortante.—No debería haberte golpeado, no importa lo que haya pasado entre ustedes. Y si él no entiende eso, entonces tal vez debería aprenderlo de la manera difícil.

Me sorprendió la intensidad de su reacción. Empero, la rubia de mi mejor amiga no se disculpó. En cambio, mantuvo su mirada, su expresión era firme y decidida.

No iba a permitir que Jung Wooyoung se saliera con la suya después de lo que me había hecho. Todo esto pasó el domingo a la madrugada. Yo había ido a mi turno a trabajar en el bar cuando Wooyoung apareció con sus amigos. Yo intenté ignorarlo, sabiendo que nuestra amistad concluyó cuando sus opiniones personales han comenzado a valer más que las mías. Sin embargo, su embriaguez habló por él esa noche. Comenzó a insultarme, a decirme que era un mal amigo, todo porque supuestamente pensaba que yo salía con la ex novia de mi mejor amigo. No tuvo mejor idea que darme una golpiza. Y ahora, con el cortometraje que estábamos organizando, tenía miedo de que los directores se enfadaran cuando vieran mi rostro lastimado, sabía que no me lo tenía que tomar de ese modo porque los directores eran mis compañeros, pero no quería decepcionarlos.

Por demás de que en el guión no hay ninguna escena donde uno de los personajes estuviera lastimado. Y ahora mismo, gracias a Wooyoung, eso podría poner en peligro todo el proyecto. Justo cuando Soomin estaba a punto de cubrir la herida cerca de mis labios, el resto de mis compañeros del proyecto llegaron. La conversación que estábamos teniendo se interrumpió abruptamente y todos los ojos se posaron en mí. Kim Seungmin fue el primero en notar la herida, su expresión se volvió sombría y preocupada.

—¿Qué fue lo que te pasó, Minho?—cuestionó con su voz llena de preocupación. Tanto que su bolso se cayó de su hombro izquierdo, casi tocando el suelo.

Con un suspiro, le conté todo lo que había sucedido. Cómo Wooyoung, en un estado de embriaguez, ha decidido que era una buena idea golpearme, cómo terminé con un moretón en la cara y cómo eso podría afectar nuestro proyecto. También me disculpé por haber arruinado la toma. Seungmin, simplemente, no se lo tomó de esa manera. En lugar de enojarse, me tranquilizó, asegurándome que podríamos encontrar una solución con respecto a las escenas que teníamos que hacer esta misma tarde.

—No te preocupes, Minho. Eso es lo de menos—dijo con firmeza, aún con sus brazos cruzados y sus ojos en la alfombra del salón donde estábamos todos reunidos. Desde aquí se veía que está pensando en qué hacer.—Podremos solucionarlo, solo necesitamos esperar a que llegue Hyunjin.

Aunque las palabras de Kim Seungmin eran tranquilizadoras, no pude evitar que una punzada de culpa atravesara mi pecho. No solo me había metido en problemas, sino que también he puesto en peligro nuestro proyecto. Ahora, todo lo que podía hacer era esperar a que Hwang Hyunjin, con su habilidad innata para resolver problemas, encontrara una solución a este desastre. Pero sabía que primero querría saber qué sucedió con mi rostro.

Mientras tanto, el resto de los chicos del grupo continuaron con sus escenas, cada uno inmerso en su papel, tratando de ignorar el elefante en la habitación. La tensión era palpable, todos conscientes de la situación pero eligiendo no hablar de ello. Finalmente, Hyunjin llegó. Al verme, su cara se contrajo en una expresión de confusión y preocupación. Abrió la boca para preguntar, sin embargo, antes de que pudiera decir una palabra, Seungmin se adelantó y le explicó la situación. Empero, lo más importante, le explicó que ahora teníamos un problema con el guión y necesitábamos su ayuda para encontrar una solución. Hyunjin escuchó en silencio, su expresión se volvió cada vez más seria a medida que Seungmin relataba los eventos. Podía ver las ruedas girando en su cabeza, ya estaba pensando en posibles soluciones.

—Lo tengo.—asintió el castaño, su mirada fija en el suelo mientras su mente trabajaba a toda velocidad. Después de un momento, levantó la vista para mirar a Seungmin.—Pero no te va a gustar para nada.

Seungmin bufó, rodando los ojos en una mezcla de exasperación y resignación.

—¿Y qué tiene que ver con el...?

Pero Hyunjin ya está asintiendo, como si hubiera leído su mente.

—Tiene que ver con el triángulo amoroso.—repitió las mismas palabras que su colega, dejando sus cosas en uno de los sillones del camerino del teatro.—Así es, Seungmin. Podríamos hacer que los dos protagonistas masculinos se agarran a los golpes por la chica. ¡Oh, espera! Lo siento, por la «metáfora».

Su tono era ligero, sin embargo, hay una seriedad mezclada con ironía subyacente en sus palabras. Estaba proponiendo un cambio drástico en el guión, uno que podría alterar el tono general de la obra. Pero también era una solución que podría resolver el problema actual. Seungmin lo miró, su expresión era difícil de leer. Hay sorpresa, sí, no obstante, también una pizca de incredulidad y, quizás, un poco de alivio. Lo único que hizo fue aceptarlo, y decirle a uno de los miembros del grupo que llamaran a Han Micha, porque hay un cambio en el guión que se tenía que hacer este mismo día.

—Tu maquillaje se ve muy realista.—comentó Micha, mientras que caminábamos hacia el patio trasero de la universidad.

—Sí, tanto que duele.—respondí, riendo.—Soomin hizo un trabajo tan bueno que creo que me voy a meter en una pelea real para que coincida.

Micha rio ante mi chiste, porque ella no estaba al tanto de lo que realmente ha sucedido, es por eso que tuve que mentirle. Y prefería que siguiera así. La voz de Hyunjin nos interrumpió, dando instrucciones sobre lo que teníamos que hacer a continuación. Primero haríamos la escena después de la pelea, ya que mi amigo tenía que maquillarse primero, algo que Kang Soomin se encargaría de hacer.

Según el nuevo guión, el único personaje femenino, debía verme con una pizca de preocupación y correr hacia mí para abrazarme. Yo, por mi parte, debía permanecer inmóvil, pero al final tenía que sonreír ante ese contacto. Y así lo hice, pero no fue actuado. Sentir su cuerpo tan cerca del mío se sentía bien, muy bien. Cuando su cara se levantó y su mirada se halló con el mío, fue imposible no expresar esos sentimientos sin decir una sola palabra. Seungmin cortó nuestra escena para prepararse para la siguiente. En ese momento, levanté la mirada a una esquina y vi a mi mejor amigo, Lee Felix, observando toda la escena. Por un instante, me sentí congelado. Y fue entonces cuando la quinta razón resonó en mi cabeza: «Quinta razón que se habla desde la empatía. La cual es, que podría ser incómodo para tu mejor amigo. Tendría que verte a ti con su ex, lo cual puede ser muy incómodo.»

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