𓆩♡𓆪 epilogue: all the reasons.
2021, Julio 10.
Corea del Sur, Seúl.
Mientras reflexionaba sobre mi vida, sumido en pensamientos profundos, uno de mis gatos, Doongie, comenzó a llorar a todo pulmón. Su llanto era tan intenso y desesperado que me alarmé de inmediato. Corrí hacia él para averiguar qué le sucedía, preocupado por su bienestar. Al acercarme, pude notar que Doongie yacía inquieto y se aferraba a mi pierna, buscando mi atención. Fue entonces cuando me di cuenta de que se trataba de algo sencillo pero importante: se habían quedado sin comida. Su llanto era su forma de comunicarme su necesidad urgente. «Demonios», pensé con preocupación.
Aunque casi me da un infarto por su exageración, también sabía que tenía que solucionar ese problema de inmediato para asegurarme de que mis gatos estuvieran bien alimentados y cuidados. No podía permitir que pasaran hambre. Tomé el dinero y las llaves de mi departamento, y salí apresuradamente. Seguí mi ruta habitual, caminando tres cuadras hasta llegar a una pequeña calle comercial. Subí unas escaleras y luego volví a bajar otras, casi llegando al subterráneo. Allí, finalmente encontré la tienda de mascotas donde solía comprar los alimentos para mis hermosos gatos.
Ya con el alimento preferido de mis gatos, el «Royal Canin» tenía algo que los volví a frenéticos, así que era mejor llevarles ese, que por cierto era el último que quedaba, antes de que me asesinen mientras duermo. Me dirigí al mostrador y esperé mi turno para pagar, mientras observaba a los otros animales en la tienda. Mientras tanto esperaba, me sentí agradecido por tener a mis gatos en mi vida. Observé a los cachorros jugando en sus jaulas y a los gatos ronroneando en sus camas, recordando lo afortunado que era de tener a mis propios felinos en casa. Eran una fuente constante de alegría y amor, pero también tenía que admitir que verlos allí encerrados me daban ganas de adoptarlos a todos, solamente que no podía tener tantos animales en ese edificio.
-Hola, solo llevaré esto.-le dije al cajero que estaba atendiendo ese día. Él me sonrió y pasó mi compra por la máquina para que pudiera pagar. Empero, fui distraído por unos sonidos que llamaron mi atención.
-¡¿Es una broma?!-escuché a alguien gritar, y giré la cabeza visiblemente nervioso para tratar de entender lo que estaba sucediendo.
La persona que estaba alterada parecía estar vestida de forma poco convencional, pero no quería juzgarla por su apariencia. Además, noté que está empapada debido a la lluvia, lo cual podría explicar su atuendo. La persona señaló hacia mí con frustración y acusó al cajero, llamado Hyundeok, de haberme dado el último alimento que ella ya pagó. Sentí vergüenza y malestar por estar en medio de esta situación incómoda. El cajero intentó explicar la situación y ofreció devolverle el dinero a la chica, pero ella estaba furiosa y no parecía dispuesta a aceptar ninguna solución. Gritó que sus gatos la devorarían viva cuando llegara a casa. Pude notar que su gorra se estaba cayendo, revelando su llamativo cabello cobrizo.
Para tratar de calmar la situación, me ofrecí a darle un poco de mi comida para gatos si lo deseaba. La chica finalmente dirigió su mirada a mí, examinándome detenidamente. Su mirada me hizo temblar y me dio miedo acercarme a ella. Nunca antes sentí tanto temor hacia una mujer. Después de un momento de silencio, la chica accedió a aceptar mi oferta, pero exigió que la tienda solucionara sus problemas de organización. Fueron sus últimas palabras antes de pasar junto a mí y salir de la tienda, aparentemente esperándome afuera. Por mi parte, pagué por la bolsa que ella había dejado sin pagar, sintiéndome muy avergonzado, y me alejé de la tienda de mascotas.
-Pe-perdón, señores. Yo... Me disculpo. Adiós.-me disculpé con gran vergüenza en mi cara. Decidí alejarme rápidamente del mostrador.
Mientras caminaba, sentía una mezcla de emociones. Me sentía incómodo por la situación y asustado por la presencia de esa chica. Nunca antes había sentido tanto temor y nerviosismo al acercarme a alguien del sexo contrario. Sin embargo, también sentía cierta curiosidad y una extraña conexión debido a nuestro cabello de color similar. Sí, entiendo que para muchos pueda parecer una situación completamente normal, pero ver a alguien con el cabello completamente naranja sin ningún indicio de que haya sido teñido es algo sorprendente para mí. Además, todos tenemos tonos de cabello natural diferentes, y aunque sé que es una tontería, pero me...
-No tenías que pagarle-me dijo de forma sorprendente y con un tono de voz caprichoso.
Me quedé sin palabras ante su actitud, pero decidí no discutir y agacharme para abrir la bolsa de comida. Aprovechando que no me estaba mirando, tomé la bolsa que está entre sus manos y coloqué la mitad del alimento en su bolsa, asegurándome de que ambos tuviéramos la misma cantidad de comida para nuestros gatos y que no hayan más problemas con absolutamente nadie.
-Aquí tienes.-dije, extendiendo su bolsa para que la tomara, mientras cerraba la mía para llevarla a mi departamento.
Ella soltó un suspiro y me agradeció mientras tomaba la bolsa entre sus manos. Aunque parecía estar muy enojada, de repente sacó su celular y me lo extendió. Eso sí que me sorprendió. Según mi limitado conocimiento sobre el coqueteo y las interacciones entre hombres y mujeres, parecía que ella me estaba entregando su celular con la aplicación de KakaoTalk ya abierta, lo cual podría indicar que quería que le diera mi número y así iniciar un proceso de coqueteo. Sin embargo, me di cuenta de que ella también se había percatado de mis pensamientos, ya que hizo una mueca de asco y continuó moviendo su mano para que yo pudiera ingresar mi número.
-Es para pagarte por la comida-rodó los ojos de manera exagerada, sin dejar de mover su mano-. No creas que estoy haciendo un drama teatral para coquetear contigo. No, no, relájate, no soy de esas que juegan a actuar.
Me quedé sorprendido por su respuesta y no pude evitar soltar una risa. Como estudiante de actuación, apreciaba su sentido del humor y su habilidad para burlarse de la situación. Sin embargo, noté que su expresión cambió al ver mi reacción, como si hubiera captado algo más en mi risa. Curioso por su reacción, hice una mueca interrogante, tratando de transmitirle que había algo más detrás de mi risa. Quería ver si ella ha captado mi intención y si está dispuesta a compartir lo que había entendido.
-Agh, no puede ser. Eres actor.-dijo ella con una expresión de frustración consigo misma.
No pude evitar reír aún más, disfrutando de la ironía de la situación. Acepté su celular para agregar mi contacto, manteniendo una sonrisa divertida en mi rostro mientras ella se sentía avergonzada por haber lanzado ese comentario.
-Sí, soy actor.-confirmé, devolviéndole el celular.
La peliroja se disculpó por su broma anterior, explicando que solo quería mi número para poder devolverme el dinero del alimento. Aunque me había divertido con la situación, aprecié su honestidad y su intención de hacer lo correcto. La mujer me miró fijamente por un minuto antes de despedirse y alejarse con su bolsa en mano. Yo también me despedí con una sonrisa y me dirigí a mi departamento, llevando mi bolsa de comida para gatos conmigo.
Al llegar a casa, mis gatos me recibieron con entusiasmo, rodeándome y maullando en busca de su comida. Con una sonrisa en mi faz, les serví un poco de la comida que había comprado. Observé cómo disfrutaban de su alimento, llenos de alegría y gratitud. Ver a mis gatos satisfechos y contentos me llenó de felicidad. Pese a los pequeños desafíos y situaciones inesperadas que he enfrentado durante el día, ahora, todo parecía estar en armonía. Mientras los gatos comían, me senté a su lado, acariciándolos y disfrutando de su compañía. Era un recordatorio de que, a veces, las cosas más simples y cotidianas pueden traer una gran alegría a nuestras vidas.
2021, Julio 13.
Corea del Sur, Seúl.
Extrañamente, no podía dejar de pensar en esa chica. Algo en ella despertaba mi curiosidad, tanto en su forma de ser como en su aspecto físico y su brutal manera de resolver los problemas. En los últimos días, había estado esperando que me enviara un mensaje para hablar sobre el dinero de los alimentos, pero en realidad, el dinero no me importaba. No lo necesitaba realmente, ya que me iba bien económicamente. Sin embargo, quería utilizar eso como excusa para poder verla o al menos saber su nombre.
En este momento, me hallaba con mi amigo Hyunjin, quien está acostado en mi cama mientras jugaba con una pelota de lana que pertenecía a mi gato Dori. La lanzaba y la atrapaba una y otra vez entre sus manos. Hyunjin era el único amigo que me quedó y que me apoyó desde que sucedió aquel extraño triángulo amoroso, aunque yo prefería no llamarlo así. Decidí acostarme en el puff que tenía en mi habitación, con el celular en mis manos, esperando ansiosamente algún mensaje. Pero noté que mi amigo se sentía incómodo por mi constante atención al teléfono.
Él dejó de jugar con la pelota de lana de mi gato y se sentó en la cama, apoyando las palmas de sus manos en ella.
-¿Algún día dejarás de ver ese celular como un idiota? Vamos, hagamos algo divertido.-dijo, tratando de animarme. Levanté una ceja, sin apartar los ojos de la pantalla del celular.
-¿Como qué?-pregunté, sin mucho entusiasmo-Si me dices que vayamos a una fiesta, ya sabes que te diré que no. Además, ¿y si me llega un mensaje y no lo escucho?
Hyunjin me miró fijamente durante unos largos minutos, y luego, en su defensa, me lanzó una almohada en la cara. No me quedó más remedio que levantarme y salir de la habitación. Aunque no me propuso ir a una fiesta, sí me sugirió ir a un bar, donde nos encontraríamos con algunos compañeros de la universidad y de proyectos de trabajo que llegaron a concretarse.
Cuando nos reunimos con nuestros amigos en el bar, pasamos un rato muy agradable. Por un momento, me olvidé de estar ansioso por recibir un mensaje en mi celular. Nos reímos, compartimos historias y disfrutamos de la compañía de los demás. Fue un momento de verdadero disfrute y distracción, donde pude dejar de lado mis preocupaciones y simplemente vivir el presente. Empero, mientras miraba por la ventana, me di cuenta de que Bang Chan está afuera, discutiendo con una persona. Al retroceder un poco, pude notar que esa persona se parecía mucho a la chica que conocí en la tienda de mascotas. Fruncí el ceño desconcertado, ya que parecían estar teniendo una pelea de pareja, y esa ilusión que ha comenzado a formarse en mi mente se desvaneció.
Decidí levantarme y dirigirme al baño para hacer mis necesidades. Después de lavarme las manos, me preparé para irme a mi departamento a descansar, ya que al día siguiente tenía que levantarme temprano para grabar una propaganda. Últimamente, he estado teniendo este tipo de proyectos y no quería desperdiciar las oportunidades, ya que me pagaban bien. Mientras salía del baño, levanté las manos para ajustar las mangas de mi pullover, y fue entonces cuando noté a la pelirroja mirándome de la misma forma en que yo la observaba.
-El amable sujeto que me dio comida para mi gato.
-La chica gritona de la pet shop.-respondí sin pensarlo. Ella abrió la boca como si estuviera a punto de decir algo al respecto de mi comentario, pero solo esbozó una media sonrisa.
-Me lo merezco por haber insultado tu trabajo-rio, dando unos pasos más cerca de mí-. Escucha, no te contacté porque mi celular se mojó. Se me cayó al agua cuando iba camino a casa y no pude arreglarlo. No creas que no te mandé el mensaje porque no quería pagarte.-explicó avergonzada.
Sin embargo, la única persona que se sentía avergonzada en este momento era yo, por haber estado esperando frente a la pantalla como un tonto en los últimos días.
-No te preocupes, apenas y me acordaba.
La pelirroja asintió con una sonrisa apretada en los labios, jugueteando con sus manos y metiéndolas en los bolsillos de su chaqueta liviana.
-Hoy he gastado todo mi dinero, pero puedes pasar mañana a mi casa para que te pague lo que te debo. ¿Te parece bien? Vivo cerca de la pet shop.-propuso.
-Claro, no tengo problemas. Yo también vivo cerca de ahí, así que puedo ir antes de ir a trabajar.-respondí, aceptando su oferta.
Con una sensación de alivio y curiosidad en el aire, acordamos encontrarnos al día siguiente para que ella pudiera pagarme lo que me debía. Parecía que el destino había vuelto a reunirnos de alguna manera, y estoy muy ansioso por descubrir más sobre esa chica intrigante. Nos despedimos rápidamente para que yo pudiera despedirme de mis amigos. Mientras estaba por salir, noté que Chan pasó a mi lado, visiblemente enojado. No sabía si su enojo tenía algo que ver con la presencia de esa chica, pero me intrigaba el parentesco entre ellos. Recordaba que a Chan no le gustaban las mujeres, a menos que solo hubiera usado eso como una excusa para alejar a Soomin de su lado. Traté de apartar esos pensamientos de mi cabeza y me dirigí a casa para descansar.
Al día siguiente, me preparé con anticipación para pasar por la casa de la chica que conocí en la tienda de mascotas, asegurándome de tener tiempo suficiente antes de las grabaciones que tenía programadas ese día. Después de reunir todas mis pertenencias, me subí al auto. No es que su casa quedara lejos, pero el lugar donde tenía que ir a grabar sí estaba más alejado, por lo que era más conveniente llevar el auto. Una vez estacionado, salí del auto y comencé a caminar por el pequeño pasillo que conducía a la entrada de su casa. Cuando llegué a la puerta, golpeé suavemente. Me alejé un poco, sintiendo los nervios aflorar, empero, la emoción también está presente. La puerta se abrió y, al girarme, me sorprendí enormemente.
-¿Minho?
-¿Mi...cha?-pronuncié, más confundido que nunca. Fruncí el ceño, tratando de verificar si había llegado a la casa correcta, porque hasta donde sabía, Han Micha no vivía aquí.-¿Me equivoqué de casa...?
Ella salió completamente de la casa, abrazándose a sí misma debido al frío de la mañana. Era comprensible su confusión. No obstante, quería explicarle que no la estaba buscando a ella y que no tenía idea de que pudiera tener alguna relación con la chica que conocí en aquella tienda. Antes de que pudiera hablar, noté que alguien salía detrás de la pelinegra. Era uno de sus mejores amigos, Choi Soobin.
-¿Minho?-preguntó Soobin al verme, y creo saber ahora a quién le pertenece este hogar.
-Hola, Soobin. Disculpa la hora, pero estoy buscando a...-mis manos comenzaron a gesticular, pero de mi boca no salía nada. La verdad era que no tenía ni idea de cómo se llamaba la chica pelirroja.-Juro que hay una explicación, pero no tiene nada que ver contigo.
-¿Entonces qué haces aquí?-Micha me preguntó.
-Me buscan a mí-pude oír una voz acercándose a la entrada de la casa. De ahí salió la pelirroja, con los cabellos de punta y un rostro de pocos amigos. Al parecer, recién se había levantado-. ¿Por qué están de metiches? ¿Ah? Yo no me meto en sus cosas.
Finalmente, la pelirroja salió de la casa y se acercó a mí. El chico más alto hizo un gesto avergonzado y exagerado en sus expresiones faciales, elevando la voz en el segundo en que la chica se me acercó.
-¿Qué hiciste ahora, Summer?-preguntó Soobin, visiblemente preocupado.
-Pido disculpas por el imbécil de mi hermanastro. Él siempre cree que estoy en problemas-respondió la peliroja, rodando los ojos y extendiéndome el dinero-. Espero que nuestra deuda haya quedado saldada.
-Summer...-pronuncié lentamente su nombre, sin poder apartar la mirada de ella.
Su cabello largo y naranja destacaba entre todo, y parecía estar viendo a una diosa, sin importar la mala cara que llevaba puesta. Summer sonrió de costado, sin saber muy bien cómo reaccionar ante mi estúpida forma de comportarme delante de ella. No me importaba que detrás estuviera la mujer que en algún momento me había gustado mucho.
-Y supongo que tú eres Minho.-comentó Summer, confirmando mi identidad.
-Creo que... tengo que renovar mis razones.-fue lo último que dije frente a ella. Pude notar una enorme sonrisa en su rostro, aunque ella no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. Empero, le pareció gracioso, y eso era suficiente.
En este momento, comprendí que no solo necesitaba tener 10 razones para no enamorarte de la ex de tu mejor amigo, sino que podía tener varias razones para hacerlo. Y después de que la décima razón arruinara todo tu entorno, finalmente encontrar a la persona que provocaría todas las razones posibles para hacer varias locuras y llegar a ella. Con una sensación de emoción y esperanza en el aire, me di cuenta de que este encuentro inesperado podría ser el comienzo de algo especial. Estaba dispuesto a seguir adelante, dejando atrás los obstáculos del pasado y abrazando las nuevas oportunidades que se presentaban ante mí. Y mucho mejor, con Summer a mi lado.
FIN
BROOKS'S NOTE !! 🧋🦋🌿
Finalmente, llegamos al final de esta historia. Tengo que admitir que no me veía para nada escribiendo este tipo de obras, pero supongo que a veces es bueno experimentar cosas nuevas. No digo que siempre tengas la suerte de que eso salga bien, sin embargo, me gustó mucho cómo inició y cómo terminó. Lo único que me queda por decir es que agradezco a las personas que se pasaron por esta historia, las personas que han dejado votos y comentarios, saben que siempre eso me ayudó para escribir mis obras. 🤧💗
No tengo más palabras que agregar, solo tengo mi agradecimiento por ustedes. Próximamente, voy a estar publicando una nueva historia de Lee Felix. Es una historia catalogada como contenido para adultos. Así que espero vernos pronto en ese lado.
¡Gracias y adiós! 🖤🕯️
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