Me despierto a altas horas de la mañana sintiéndome un poco mareado, mi cuerpo se sentía humeante y un fuerte dolor afectaba mi parte baja. Solo una cosa podría ser: mi celo había llegado.

Joder, menudo momento.

Sin embargo, esa no sería nunca una razón suficiente para aplazar mi plan malévolo por lo que sin posponer ni planes ni propósitos extiendo un poco mi mano hacia la mesita al lado de mi cama alcanzando los supresores, tomo 2 y a duras penas me levanto y camino a paso lento hacia la cocina donde, con ayuda de jugo de manzana, ingiero ambas píldoras de un trago.

Mi celo no frenaría mi avance, definitivamente no, así que una vez los supresores hacen efecto me dirijo hacia el baño donde tomo una breve ducha y ocupo una ropa cómoda para efectuar mi siguiente paso.

Paso número 7 : Darle su merecido a la zorra.

Más divo que básico tomo las llaves de mi departamento luego de revisar mi apariencia y me dirijo hacia el departamento de la Rosa. Camino por el amplio pasillo, una, dos, tres puertas a la derecha y ya me encontraba tocando con firmeza la madera su puerta. El pasillo se encontraba vacío lo que facilitó que el sonido del choque de mis nudillos contra la madera produjeran eco por la estancia y se propagara a través de los conductos de ventilación, sonido que se vio interrumpido por una voz.

─ ¡Jimin por lo que más quieras vete de aquí!

Madre Luna, ¿cómo?

─ No me iré Rosa, no hasta que hablemos.

No sabía qué sucedía, ni por qué me echaba de su casa sin siquiera escuchar lo que venía a decir, menos cómo sabía con antelación que era yo, lo único que sí sabía era que había venido con un propósito y que no me iría de aquí sin antes decirle todo aquello que había entrenado frente al espejo, ya tenía mi propio discurso y nadie iba a impedir que dijese palabra por palabra todo lo que traía en mente. Estaba seguro de mi decisión y nada ni nadie lograría frustrar mis planes de reclamar ese alfa como mío sin Rosa impidiéndolo.

─ Jimin ¡¡Joder!! Vete de aquí antes de que te haga daño. Largo.

Pero ¿Qué demonios?

De pronto mis rodillas se sintieron débiles y mi lobo dejó caer sus orejas en señal de total sumisión. Yo, mientras tanto, no entendía nada, había utiliza voz de mando ¿qué sucedía? ¿cómo podía una omega usar voz de mando? Me había sumergido en un profundo shock indispuesto a reaccionar cuando la puerta se abre y en un gesto brusco una mano hala de mí, encontrándome en un abrir y cerrar de ojos atrapado entre la pared y el cuerpo de Rosa, quien sin dar tregua se frotaba contra mí sin dejar de olfatear desesperada ese punto en mi cuello del que, a pesar de los supresores, mi olor emanaba con intensidad.

Al parecer no era yo el único en celo.

─ ¿Qué haces? ─ mi voz quebrada delata mi estado ansioso, me sentía extraño y no en buena manera.

─ Cielos Jiminnie entraste en celo.

Su voz grave producida por su actual estado hizo que mi piel se pusiera de gallina y mi estómago diera un vuelco tornando inquieto a mi lobo. Un aroma intenso llenaba la estancia, picaba en mi naricita y se impregnaba en mi ropa, chocolate amargo y vino de pasas con una pincelada de vainilla y coco. Me sentía mareado y asfixiado. Su aroma abrumador adjunto a su extrema cercanía y la idea inquietante de que la persona a la que había catalogado como la zorra-roba-alfas resultaba ser irónicamente alfa me traían contrariado y confundido en demasía y por qué no, más que todo inquieto, ansioso y vulnerable, demasiado vulnerable.

─ Por favor déjame. ─ Gimoteo en un vago intento de alcanzar un poco de espacio entre ambos cuerpos a la vez que intentaba frenar sus movimientos contra mí.

─ Oh Park Jimin. Yo puedo calmar tu dolor. ─ su voz grave comenzaba a marearme.

Necesitaba espacio, libertad, necesitaba huir, correr lejos, sin embargo dudaba que existiese alguien que pudiese ayudarme. Un suave roce de sus dientes sobre mi cuello fue el detonante de mi ansiedad y me siento desfallecer de horror a lo que podría pasar sin siquiera mi consentimiento. No deseaba ser marcado, no por alguien a quien no amo.

─  Puedo darte todo lo que necesitas durante tu celo, solo permíteme ayudarte. ─  su constante manoseo no tenía límites, y por primera vez en muchos años sentí el miedo calar profundo en mis huesos.

─ ¿Por qué haces esto? ─ apenas susurros salían de mis labios acompañados por una triste melodía compuesta por sollozos provenientes de mi lobo.

─ Me gustas Jimin, desde la primera vez que percibí tu dulce aroma a miel y rosas, ese día supe que mi lobo solo te querría a ti. Eres mi predestinado, lo siento aquí, en mi pecho. ─ una de mis manos fue llevada al lado izquierdo de su pecho  donde su corazón bombeaba con firmeza, retumbando contra mis dedos, una pequeña sonrisa tiraba ahora de la comisura de sus labios.

Pero yo no podía corresponderle.

─ Yo no puedo ser tu predestinado, yo ya tengo alguien que fue predestinado para mí, además yo. . .yo pensé que eras omega, tu aroma era dulce, inconfundible, eras mi enemiga, no puede ser. . .  ─ anhelaba gritar, que el tiempo se detuviera y la tierra dejase de rotar, que por arte de magia alguien apareciera y mi condena terminara, sin embargo, no creía en los milagros. Mi voz o lo que quedaba de ella salía ahogada y solo atinaba a hacer preguntas ya que mi pequeño discurso había desaparecido de mi mente sin dejar rastros.

─ Mi hermana Jennie suele darme a tomar supresores, le gusta pensar que mi aroma es lo suficientemente delicioso como para hacer merecedores a los demás de tal privilegio, luego me marca con el suyo, suele decir que es demasiado dulce y lograría auyentar a omegas molestas que osen fijarse en mí y al parecer funciona incluso en quienes no debería.

─ Pero, pero no tiene sentido. . . y, y ¿Yoongi? ¿Taemin? ¿El nuevo vecino?

─ Solo son amigos, ser o convertir a alguien en delta no me parece atractivo.

─ Solo son amigos.

Sus palabras salían como lluvia de sus  labios desembocando de manera agresiva en mis oídos, enviando escalofríos a todo mi cuerpo. Y justo cuando algo tocó mis muslos el horror creció nuevamente en mí, expandiéndose por cada fibra de mi cuerpo, haciendo que mi lobo lloriqueara nuevamente por el temor de ser enlazado con ese lobo al que no ahelaba.

─ Por favor ─ un sollozo acompañado por una lágrima solitaria salió lastimero de mi garganta ─ Déjame ir.

─ ¡Rosa! ¿Qué crees que haces?

Una delicada omega hizo presencia en la estancia mitigando con su aroma a vainilla y coco el fuerte aroma de su hermana. Y por primera vez me alegré por sentir ese aroma que equivocadamente había estado odiando.

─ Santo Cielo ─ de un tirón su cuerpo se separa del mío con horror y vergüenza en sus ojos, viendo lágrimas correr por mi rostro ─  lo siento. . .Diosa Luna.

Daba pasos en reversa horrorizada, mientras yo, con manos temblorosas limpiaba las lágrimas que brillaban en mi rostro.

─  Jimin yo. . .lo siento. . .te lo dije. Tienes que irte de aquí.

Bueno paso número 7 exitoso con trauma psicológico y posible colapso adjunto. Un poco de humor luego del susto siempre viene bien, eso dicen. . . y a pesar de mis deseos desesperados por salir corriendo de ese lugar ignoré las súplicas de mi lobo y afianzándome de la poca seguridad que me quedaba di inicio a mi paso número 8.

Paso número 8 : Conseguir el nombre y n'umero de mi sexy vecino.

Doy un paso adelante haciendo que Rosa diera 3 hacia atrás.

─ Yo. . .necesito saber el nombre de mi vecino. ─  pronuncio con voz temblorosa manteniendo mi mirada en el suelo.

─ J..Jungkook, Jeon Jungkook. ─ sus temblorosos labios pronunciaron su nombre con un brillo tintineante en sus ojos. Veía tristeza y derrota, sin embargo, luego de la situación por la que había pasado me sentía incapaz siquiera de pensar más allá de mí y solo de mí.

─ Tú. . .¿tienes su número?

─ Te lo haré llegar en un mensaje, yo tengo el tuyo. ─ añadió pasando las manos por su rostro con desespero, gotas de sudor adornaban su frente─  Ahora necesito que te vayas o no sé cuánto daño podría ocasionarte.

Luego de un ligero asentimiento acomodo un poco mi polera y tras alizar con mis manos mi cabello doy media vuelta y salgo de la estancia a la que ni en sueños quisiera nunca más volver.

Camino por el pasillo misteriosamente solitario y repentinamente el recuento de lo ocurrido anteriormente me llega como un cubo de agua fría, me ahoga y agita, me estresa y lleva al límite haciendo que mis lágrimas llegaran acompañadas por sollozos, sollozos de alivio, alivio de que Jennie hubiese llegado, de que gracias a todos los dioses la situación no hubiese pasado a mayores.

Tal vez mi vecino se sentiría así si yo cumpliera lo que me propongo, tal vez no debería hacerlo. . .

Entro a mi departamento aún con una leve fatiga, me quito la ropa y la saco de mi habitación, no podía siquiera respirar en presencia del aroma de mi vecina y, sin apenas pensarlo, tras colocarme el pantalón de mi pijama me dejo caer sobre mi cama. Me acurruco entre las sábanas y almohadas haciendo un tipo de nido, cierro mis ojos y sin previo aviso quedo sumergido en un profundo sueño.

Horas mas tarde me despierto sintiendo un calor abrazador, retorciéndome como un gusano entre las sábanas hasta que me encuentro totalmente despierto y espabilado. Mi mirada se dirige a la ventana y es en ese momento que me doy cuenta de que dormí tanto que incluso ya era de noche. Caí en cuenta de que el día de hoy ni siquiera había desayunado o incluso regado mis plantas y a estas horas el efecto de los supresores había desaparecido en absoluto.

Sin tomar nuevamente las píldoras me levanto de la cama con una posible fiebre y camino descalzo y sin camisa a través de mi habitación a oscuras. Pulso el interruptor y la luz invade cada rincón de la estancia. Empujo las puertas para acceder al balcón y tomo la regadera entre mis manos para, luego de comenzar a tararear la melodía de una canción desconocida, regar cada una de las plantas florales prestando la atención requerida a cada una.

Pensamientos llegaron a mi mente y mientras continuaba con mi labor no pude evitar pensar, pensar en si debería continuar con esta idea caprichosa de acosar a mi vecino, si debería irrumpir su privacidad y tocar su cuerpo con ¿qué derecho?

Me encontraba a punto de renunciar, no quería hacerle daño a alguien solo por mis caprichos. Sin embargo, de la misma manera en que llegó el pensamiento volvió a irse cuando, en una pequeña oleada, su aroma llegó a mis fosas nasales, deleitándome con tan agradable aroma.

Mío.

Mi alfa.

Mi lobo reclamó el suyo nuevamente, en definitiva no lo iba a dejar ir, no podía permitirlo, así que, con ayuda de mi celo que no me dejaba pensar más allá del plano sexual pongo en marcha el siguiente paso.

Paso número 9 : Invadir la habitación de mi vecino.

Llevo la regadera de vuelta en su lugar, cierro las puertas de vidrio, me coloco una franela, uso un par de pantuflas y aún en pijama me dirijo hacia el exterior de mi departamento. Luego de asegurar la puerta bajo las escaleras y ,atacando por tercera vez el cuarto de mantenimiento, tomo las escaleras que ya todos conocemos y las llevo al balcón donde las acomodo para evitar accidentes.

Esta vez no llevaba mi móvil, nadie podía impedir que cumpliera mi propósito. Era de noche y la oscuridad me ayudaba a que no pudiesen verme tampoco, así que a paso seguro subo, escalón a escalón, las escaleras hasta llegar al balcón, deslizo mis pies sobre el muro y al descansarlos sobre el suelo doy un paso en falso que casi termina en una caída. Casi que me parto la vida. Atravieso el balcón hasta llegar a las puertas que milagrosamente se encontraban abiertas y tratando de no tropezar con nada o hacer el más mínimo sonido camino hasta frente a su cama donde descansaba el Alfa Todopoderoso ahora identificado como Jeon Jungkook con su torso y piernas al descubierto, siendo tapada únicamente su hombría con la fina tela de las sábanas.
Paso número 9 exitoso por lo que sintiendo el sabor de la victoria hago mi último movimiento.

Paso número 10 : Seducir a mi vecino.

Enhorabuena querido vecinito, ahora solo somos tú y yo. . .

Hola :3, oficialmente queda 1 capítulo y algo extra que vengo pensando desde el inicio del fic. Espero que les este gustando. Adiu.

Teteboo_ 🍋