Epílogo
Ahora que ya han leído completa la obra, escuchen la canción y lloren conmigo TTwTT.
* * *
Ha pasado poco mas de un año desde tu partida y yo aún te sigo extrañando, Kyung. Yo no sé lo que a Kris o a su grupo les ocurrió porque jamás los volví a ver en los alrededores. Ellos tampoco volvieron a la escuela tras aquello.
Se rumoreaba que habían escapado de casa.
Tal vez huyeron al ver que su golpiza había resultado en un cuerpo sin vida. Tal vez se asustaron al saberse asesinos.
¿Qué hay de mi?, te preguntarás. Yo sigo igual. Voy a la escuela, hago mis tareas. Acudo a las clases de baile pero, ¿sabes una cosa? Ya nada sabe igual. Todo lo que hago me recuerda a ti.
Esa noche bajé a cenar con mis padres. Mamá Irene hizo una fantástica cena y papá Junmyeon no paraba de contar chistes. Eran tan malos que me reí como no lo hacía en meses. Fui sincero con lo que sentí entonces. Genuino por primera vez en un largo, largo tiempo.
Di un beso en la frente a mi madre cuando la cena acabó y diciéndole "te quiero" a mi padre, me fui a mi recámara a dormir.
En medio del silente cuarto, me deslizo hasta el suelo y miro a la inmóvil pared frente a mí. Todo tan callado y tranquilo, mis párpados pesando el equivalente a inmensas rocas quieren cerrarse. Estoy tan cansado, Kyung.
Lucho contra el deseo infernal de cerrar mis ojos pero al final desisto. Pasan algunos segundos en los que solo mi respiración y la oscuridad me hacen compañía.
Percibo el débil brillo que empieza a iluminar mi rostro y entonces ocurre.
La siguiente vez que abro los párpados, ahí estás tú frente a mí, Kyungsoo. Una gran sonrisa curva tus carnosos labios. Extiendes tus manos mientras me miras desde arriba con tus ojitos brillantes llenos de vida. Con trabajo me sostengo sobre mis temblorosas piernas y me elevo del suelo. Mi rostro desencajado por la sorpresa.
Aturdido, me pongo en pie, no sin algo de dificultad y aún en medio del asombro, te jalo hasta que tu cabeza choca contra mi fuerte pecho, ese que pareciera que solo fue diseñado para ese único propósito, y me permito el tan anhelado abrazo.
Aún en shock y con algunas lágrimas fortuitas cayendo en cascada por mis mejillas, te envuelvo en mi calor con brazos temblorosos y aspiro el dulce aroma de tu pelo. La sensación tan magnífica de tu cuerpo tibio, tan perfecto contra el mío. Justo como alguna vez soñé e incluso superando mis expectativas.
—Te amo, Jongin —susurras contra mi pecho. Tus palabras enviando deliciosas vibraciones por todo mi cuerpo. Mis ojos se humedecen de nuevo.
—También te amo, Kyungsoo —exhalo sin aliento, y siento como si me liberara de una gran carga. Un calor se extiende por mi pecho cuando por fin exteriorizo mis sentimientos. Los que tanto te había querido decir. Los que se habían mantenido ocultos, sepultados en mi corazón, solo a la espera de esta oportunidad. Tu risita contra mi cuerpo se siente tan exquisita, tan buena y tan correcta en tantos aspectos.
Aún sin poder creer que en verdad estés aquí de nuevo, ladeo el rostro y tú me miras bajo las bonitas pestañas. Levantas ligeramente tu semblante y soy capaz de ver unas cuantas gotas cristalinas acumuladas en tus ojos. Son lágrimas, pero estas son de felicidad.
Lo sé por que yo también estoy llorando de felicidad.
Presionas tus párpados juntos provocando que las gotas saladas se deslicen con lentitud por tus rosadas mejillas. Entonces yo me inclino. Elevo mi mano hasta la altura de tu rostro y seco una lágrima, después la otra.
Beso cada párpado, tus pestañas y ambas mejillas. Sigo el recorrido hasta llegar a las comisuras de tus labios y las beso con la misma devoción.
Cuando nuestros labios por fin se presionan juntos, fuegos artificiales, como los que vimos juntos en año nuevo, estallan dentro de mí, haciéndome sentir eufórico. Estoy tan feliz en estos momentos que creo que podría explotar. Tus labios son tan dulces como los había imaginado innumerables veces en mis sueños.
Nos separamos después de unos minutos pero permanecemos juntos, aún con mi boca tan cerca de la tuya que puedo respirar el calor de tu vida. Tu aliento mezclándose con el mío y mi corazón tan desbocado que incluso duele. Entonces deslizo una mano hasta entrar en contacto con tu suave cabello.
Por que sí. Ahora sé que tu cabello es tan suave como parece. Mis dedos se entierran entre las hermosas hebras.
Sonríes de forma tan deslumbrante y te miro caminar, alejándote. Cuando llegas al marco de la puerta te detienes y extiendes una mano, tan blanca y perfecta como la recuerdo, hacia mí.
Sin dudar, camino hasta que nuestros dedos se entrelazan, acaricio tu palma con mis yemas y tú dejas salir una pequeña risita.
—Me hace cosquillas, Jongin.
Miro hasta nuestras manos ahora entrelazadas y entonces vuelvo la vista hasta la fría y oscura alcoba. Esa que habité por 18 años y que, sin embargo, ahora me doy cuenta de que no voy a extrañar. Ni siquiera un poco.
Caminamos fuera de la habitación aún tomados de la mano. No sé a dónde vamos y no podría importarme menos.
Yo te seguiría hasta el mismísimo infierno, Kyung.
* * *
Esa cálida mañana de julio, Irene profirió el grito más alto jamás dado, seguido del estruendoso sonido de una taza cayendo y haciéndose añicos contra el duro suelo de mármol. El ajetreo hizo a su esposo, Junmyeon, correr presuroso a su lado.
Las dolorosas lágrimas de la señora Kim y sus gritos histéricos eran lo único que se oía en esa casa. Los murmullos quebrados que salían de sus labios repetían sin cesar:
"Jongin, Jongin. Mi bebé, Jongin".
Los médicos atribuyeron su muerte al frasco de pastillas para dormir que el chico había ingerido la noche pasada. Ese que le había sido recetado por que el estrés no le dejaba dormir últimamente. Tal vez se pudo haber salvado su vida si no hubiesen pasado más de 10 horas desde su ingesta.
Pero tal vez él no quería ser salvado. No dejó cartas o algún motivo que lo llevara a tomar la dura decisión de terminar con su existencia aquí en la tierra.
Jongin se fue, dejando a sus padres preguntándose por qué un chico tan bueno y prometedor se quitaría la vida.
Teniéndolo todo y más, él decidió partir.
Y saben que él así lo quiso, porque incluso su cuerpo sin vida, esbozaba una tranquila sonrisa en sus labios.
FIN
* * *
Y con esto llegamos al final definitivo de este mini fic. ¿Les gustó?¿Rompí su corazón?
Lo siento, andaba bien sad cuando tuve esta idea, estaba en época de exámenes finales y ¡uff! Ya ni les cuento, lo bueno es que pasé :p
No olviden que todo esto es ficción, esta historia como tal no es real pero casos así de drásticos han tenido lugar a lo largo de la historia. Todos coincidimos en que es debido a la falta de tolerancia y sobre todo: respeto. No se trata de decir "ay sí, yo los dejo ser", se trata de que en serio aceptes a las personas tal y como ellas son, sin importar su raza, color, religión u orientación sexual.
Así que vayan y enséñenle al mundo cómo es que la verdadera "humanidad" debe ser.
¡Besitos!
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