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01. Fiesta en el viejo depósito

Liam Dunbar estaba relativamente perdido, que no lo quisiera aceptar era su propio problema que a la larga afectaría a su mejor amigo y a su actual pareja en la radio de policía se había reportado a cazadores persiguiendo a un “animal” y sin el permiso del Sheriff. Stilinski, Liam se lanzó en una búsqueda por el bosque sin rumbo alguno, ni siquiera un olor en concreto que rastrear solo camino por muy largos minutos con la ayuda de Mason y Corey quien se les notaba algo preocupados, ambos tomados de la mano protegiéndose de lo que vendría después, mientras la única compañía de el líder era el mismo.

Las hectáreas de bosque eran como mares a millones de kilómetros. Descansaron en un árbol mirando a su alrededor tratando de escuchar o con la mirada encontrar algo sospechosamente fuera de el orden natural. Hablaron un poco sobre el fin de semana que habían pasado entrenando la ira que no parecía irse de Liam, pues en el partido había logrado colapsar con demasiada impotencia y si entre Mason y Corey no hubieran reaccionado como lo hicieron en ese momento el capitán del equipo contrario hubiera terminado en el hospital.

—¿Escucharon eso?

Corey miro a una dirección y por fin Liam pudo concentrarse en un punto y aclarar el sonido el cual vagamente se escuchaba a lo lejos, descendió al suelo y con la palma de su mano sintió las vibraciones, eran las suficientes personas para atraparlos a ellos tres si venían armados hasta los huesos. Liam más que temer por su vida temió por la de sus amigos, les pidió que se quedarán ocultos y cuando los necesitará los llamaría. Se pasó de un árbol a otro de cuclillas tratando de pasar desapercibido cuando comenzó ver sombras correr a lo lejos, sonidos de flechas y balas eran lo que sus oídos escuchaban y gritos de ayuda pudieron percibirse en la sensibilidad de sus orejas.

Por el otro lado había un chico tratando de escapar de todos aquellos cazadores en entrenamiento, no era seguro pero se sospechaba de alguna tipo de organización para matar a todo ser sobrenatural, por el hecho de no ser normal, nadie tenía más poder en este mundo que su Dios. Los gritos de súplica hicieron a Liam entrar en un pensamiento estúpido, salió de su escondite siendo advertidos por los gritos de sus amigos quienes le imploraron no ser impulsivo y ir con todo a lo desconocido.

Era un chico de tez morena, estaba sangrando y lastimado, Liam se puso frente a él para protegerlo de todo aquello que usaban como armas los demás cazadores, eran al rededor de cinco personas con ballestas cargadas y con cuchillas a la mano. Liam no quería lastimarlos, pero si empezaban a atacar su ira lo consumiría una vez más y seguramente tendría que llevar a aquellos chicos al hospital. Movió su rostro para sacar sus ojos de beta, sus garras aparecieron y rugió para llamar su atención.

Una pequeña pelea se formó en medio del bosque siendo golpeado y traspasado con fechas de las ballestas, le gritó al chico que saliera huyendo, pues no podría mantenerlos todo el día ocupados a los cazadores, hirió no con gravedad severa pero si pasa ganar tiempo, y solo uno de ellos pudo dejar a Liam en el suelo amenazándolo, recordándole el monstruo que era  y que solo le haría un favor a los humanos como ella por matar a criaturas que no deberían existir.

—Fue suficiente —en la pierna de la chica se clavo un tranquilizante—

La chica callo al suelo, dándole tiempo a Liam de levantarse de éste siendo localizado por Masón y Corey preguntando por su estado que claramente no fue algo grave, que pudo desprenderse fácilmente de su mano.

—Supongo que llevas bien el trabajo de un líder —no pudo responder, en realidad su trabajo como líder iba descendiendo poco a poco— ¿Quienes son ellos? —pregunto Argent—

—Reconozco a estos dos, son de último año, van a clases avanzadas —miro a los otros chicos— ellos deben ser del club de odio a lo sobrenatural

—Nos están cazando —hablo el chico de tez morena— y están consiguiendo asesinarnos a docenas de manadas

Liam se quedó con un rostro serio. Argent dijo que se encargaría de el chico y llamaría al Sheriff. Stilinski para arrestar a los chicos quienes agredieron a un perfecto talvez ciudadano de la zona.

—Váyanse chicos, mañana tienen clases —estaba en lo correcto—

Los chicos accedieron a tomarle la palabra y quizás mañana después de clases le harían preguntas al chico. Se dirigieron al coche de Mason y pasaron a dejar primero a Corey, pues el del coche pasaría la noche en casa de su mejor amigo.

—Scott me advirtió muchas veces que esto pasaría ¿Crees que sea otra casería salvaje? ¿Los doctores del miedo? —estaba actuando bajo presión, sentía que le faltaba la respiración—

Mason lo tranquilizó mientras lo seguía dentro del baño para seguir hablándole, sus heridas habían cicatrizado, ahora y gracias a dios podía ir a dormir sin saber que en agujero que le hicieron con una ballesta descansaba en su costilla derecha.

[ • • • ]

Dhasia Márquez llegó a la escuela acompañada de su padrastro, le era realmente difícil de entender que en realidad el instituto Beacon Hills fue el único cupo en el que su remplazo de padre podía trabajar como consejero como lo fue en Arizona, donde antes vivían.

—Pondremos reglas, si quieres que tú primer día no sea el último —amenazo la chica—

Su padre había muerto en un accidente de auto, su madre años después pudo salir adelante gracias a grupos de apoyo en donde conoció a su actual prometido, su boda sería en unos meses y Dhasia aún planeaba como hacer que se separarán su madre y el señor que solo vino a alojarse en sus vidas, aportándole felicidad a su madre, pagando cuentas y literalmente solo haciendo lo mejor que sabe hacer, entrometerse en la hija mayor de los Márquez, Dhasia.

Una de las muchas reglas que se acordaron dentro de ese coche, era que solo hoy podía dejarla hasta el estacionamiento, desde mañana la dejaría a una cuadra de la escuela y ella caminaría a la entrada del instituto, la segunda fue el contacto verbal, visual y hasta interdimensional si así se ameritaba cancelar todos los contactos que tuvieran que ver el con ella y la última fue sencilla, cualquier llamada de atención que le pusieran en su último año de preparatoria sería directamente a su madre, por lo que su número no estaría registrado entre sus contactos de emergencias en dado caso sugiera eso, una emergencia. Le deseo un pésimo día y bajo de su auto.

Llevaba al rededor de un mes asistiendo a la escuela Beacon Hills, le era muy buena institución que se dividía en aulas comunes de clases con alumnos generales y aulas con alumnos avanzados, y para pasar a un nivel más alto era acreditando todas sus materias lo cual estaba consiguiendo había hecho una amiga dentro de la escuela por nombre Olimpia Belmont, era nueva en la escuela y ambas se les hizo fácil volverse nuevas amigas.

—¿Harás pruebas para el equipo de Lacrosse? —pregunto Olimpia llegando junto a su rubia amiga—

—Eso planeó

Era verdad que era muy inteligente, le gustaba sacar buenas calificaciones y no distraerse más allá de ridiculeces, pero era muy curiosa, le interesaban las personas como lo eran los dos mellizos más populares de la preparatoria, quienes saludaron sin problemas, halagándose unos a otros. Su madre era política, en campaña para tomar control en Beacon Hills para ser la próxima alcaldesa.

Caminando para los vestidores de chicas para probarse el uniforme de Lacrosse, un pelirrojo choco con ella por no venir viendo para que dirección iba su patineta.

—Ten más cuidado —exploto evitando parecer muy grosera— podrías lastimar a alguien de gravedad

El pelirrojo se levantó al instante, Olimpia ya estaba ayudando a levantar a Dhasia mientras él sólo se dedicaba a disculparse.

—Lo lamentó, soy nuevo

Beacon Hills había aceptado muchos nuevos alumnos este último año de preparatoria y estaba bien, más los rumores que se esparcían hacían quedar mal a lo sobrenatural, como lo era una gran minoría dentro de Beacon Hills. Ambas chicas le sacaron la vuelta y caminaron a los vestidores, Olimpia había prometido ser fiel admiradora de todo el proceso de admisión para su amiga Dhasia.

—Muy bien chicos, todos muevan su culo al campo, hoy veremos quién entra y quién se va a llorar con su mamá

Dhasia miro a todos lados, buscando alguna chica de la cual acompañarse, pero al final resultó ser solo ella. No le tomo importancia y le hizo saber al entrenador que una mujer estaba entre su campo, lo cual no le importo mucho y pronto comenzó a gritarle que corriera junto a los otros chicos. El sudor invadió su uniforme y pronto comenzaría la carrera de circuitos, de la cual salió ilesa gracias a Dios.

—Todos tomen un palo y fórmense a tres metros de distancia de la portería —uno de los chicos fingió pasarle un palo más al final solo lo dejo caer cabreando así a Dhasia—

Esta se formó atrás de la fila y cuando después de un rato fue su turno de darle a la red, está ágilmente evadió a los defensas observando al capitán Liam Dunbar en la portería, tenía la osadía de conocerlo, más la desgracia de frecuentarlo en clases a diario. Los segundos transcurrían y cuando menos lo espero salió disparada la bola de su palo, siendo así la primera en anotar el primer y quizás último punto. El entrenador la festejo, dejando a todos los chicos en ridículo.

—Que vergüenza, está chica va empezando y ya les pateo el trasero. Ya quiero ver cuando sea capitana y los traiga como sus perras

Olimpia no dejaba de gritar en las gradas, le alegraba que su amiga le estuviera pateando el trasero a todos, pronto a su lado llegó el chico raro de la escuela, era un apuesto hombre de rulos que parecía no poder sonreír, fotografiaba el entrenamiento en silencio, Olimpia se le acercó siendo amable y platicar de algo.

—Esa de allá es mi amiga —presumió, mirando el lente del chico— es la mejor de todos esos idiotas

—Y si que lo es —dijo con admiración, como si de arte se tratara—

—¿Cuál es tu nombre? —pregunto curiosa la morena—

—Connor, me encargo del anuario —esta asintió— ¿Quieres una foto?

Olimpia le gustaba el reflector por lo que fue un rotundo si, pronto una cesión de fotos la distrajo de su apoyo incondicional a su amiga quien estaría siendo molestado por un montón de jugadores estúpidos quienes no sabían jugar como ella lo demostraba así de sencillo.

Las pruebas después de un par de minutos más terminaron y los resultados de quienes estarían dentro del equipo sería mañana publicado en el tabloide del pasillo. El entrenador golpeó la espalda de Dhasia y le dijo que sin duda alguna había conseguido un lugar importante para los juegos que se avecinaban.

—¡Dhasia! —llamo Olimpia a su buena amiga, llamando su atención— el es Connor fotógrafo del anuario escolar y Connor ella es Dhasia la chica que le pateó el trasero a todos allá en el campo

Connor miró a Dhasia quién al instante llamo su atención y una media sonrisa se pudo formar en sus delgados labios. Se aseguró de tomarle una última foto a Dhasia y salir de ahí sin mucho que digerir, procesar y quizás decir. Ella se quedó confundida y después de un rato caminando por los pasillos esperando no mucho a decir verdad se topo al mismo chico pelirrojo de hace un rato.

—Creo que no nos presentamos. Soy Quentin, Quentin Ackerley —parecía estar interesado en Dhasia pues cuando sus manos chocaron el tardo en procesar lo que estaba sucediendo—

—Ve al punto mocoso —Olimpia quitó la sudorosa mano del chico de su amiga y ambas lo miraron desafiantes, como si quisieran probar un punto—

—Habrá una fiesta, en el viejo depósito de Beacon Hills, están todos invitados —Dhasia miró a Olimpia con una pequeña sonrisa, le saco la vuelta al pelirrojo y siguió su camino— empieza a las ocho

Olimpia se burlaba del pelirrojo enamorado, mientras Dhasia solo sonreía por lo tierno he inocente que era, no estaba segura de si poder ir a la fiesta, pero si de preparase si su madre accedía a dejarla ir, si su intento de padre no le contaba las reglas establecidas que ella le impuso.

Las amigas se separaron y entraron a sus respectivas clases, mirando su aula de clases se topo al fastidio andante Dunbar, a decir verdad y en el poco tiempo que ambos chicos se conocían una pequeña pelea comenzó a suceder sin mucho en juego solo por el aburrimiento de Dhasia, que un día por accidente le pegó un chicle a su libreta, varias burlas y miradas fulminantes por parte de el.

—No sabía que querías estar en el equipo de Lacrosse de la escuela —lo escucho hablar—

—Que te digo Dunbar, soy una caja llena de sorpresas

Y en cuanto el timbre sonó y el profesor llegó al salón, Liam se dio cuenta de que de su sudadera colgaba algo pegajoso, lo cual era goma de mascar, la sonrisa de triunfo de Dhasia le llegó hasta Mason el cual ahogó una carcajada por no decir menos de lo que era.

[ • • • ]

Olimpia en clases solo se dedicaba a prestar atención a la clase, anotar bien sus apuntes y conversar un poco con la clase siendo muy participativa, no le era un secreto a nadie que la mayoría de último año conocieran a Olimpia. Una nueva alumna entro al salón y se presentó con el resto del alumnado, llevando por nombre Teresa Meinhard.

—¿Tienes una pluma? —pregunto sería, parecía no estar tan emocionada con lo que llevaba viendo del pueblo de Beacon Hills—

Olimpia le extendió uno de sus tantos bolígrafos, por alguna razón era fan de decorar su libreta, escribir en diferentes tipos de tipografía y dibujar cosas relacionadas con la materia. Olimpia ocupaba lugar a la clase avanzada de Biología, que era lo que estaban viendo ahora mismo.

La chica era tenebrosa y dura a decir verdad y eso le llamaba la atención del todo a la morena, que en el receso se lo haría saber a su mejor amiga por ahora solo estaba concentrada en responder al examen oral que estaban haciendo ahí en clase y tomando apunte para el próximo examen que tendrían.

Un revuelto pareció escucharse por los pasillos, todos del salón corrieron para presenciar lo que quedaba de pelea por ver entre ambos chicos, uno se trataba de Nolan el Co-Capitán de el equipo de Lacrosse y un tipo fuerte que lo sostenida fuertemente del cuello haciendo que no tocará el suelo con sus pies, aprovecho para buscar a su amiga entre la multitud encontrándola mirando la pelea muy conmocionada al respecto.

—¿Es mi imaginación o parece que más gente nueva va llegando a Beacon Hills? —le pregunto Olimpia a Dhasia—

—Yo me preocuparía más por el que querrán de aquí, que no tengan en otras escuelas —los maestros separaron a los chicos y a todos hicieron regresarse a sus aulas a seguir con su estudio—

Olimpia al entrar pudo notar algo raro en el rostro de la nueva chica, una sonrisa como si de algo hubiera cometido, era imposible y lo descarto al instante cuando la clase continuó como siempre.

[ • • • ]

—¿Qué fue lo que pasó haya? —le pregunto Liam a Nolan preocupado ahora el era parte de lo que quería llamar manada—

—No lo sé choque con el y quiso golpearme —estaba molesto— lo conozco desde que entré a aquí, nunca lo había visto tan agresivo

—Vuelvan a su clases debe ser un mal día para el —todos volvieron a sus clases ahora Liam tenía que lidiar con el chico del bosque y con posibles abusos por parte de los chicos a quienes estaban felices de recibir a lo sobrenatural—

—Te enteraste —Mason llegó al lado de Liam golpeando su hombro— habrá fiesta hoy a las ocho, ¿Paso por ti?

En realidad Liam tenía más cosas que hacer y cuando estaba a punto de decir que no podía, fue en vano, pues Mason quedó de verlo a las nueve en su casa yéndose sin confirmar la despierta de Liam. Ahora tendría que asistir a esa estúpida fiesta de los de primer año.

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