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Hongjoong y San se conocieron a los siete años, cuando estaban en segundo año de primaria.

Hong era muy tímido y pequeño, los niños mayores se aprovechaban de eso, lo molestaban y quitaban su almuerzo.

Un día estaba en la banca del patio comiendo su merienda, cuando aparecieron los niños que siempre lo molestaban, lo tomaron de su camisa y lo llevaron a los baños, jalaron su cabello, el pequeño Hong lloraba le dolía mucho.

—Silencio, pequeño tonto. —trataron de golpearlo pero la puerta del baño siendo abierta de forma agresiva, los detuvo.

—No puedo venir al baño en paz ¡ustedes! —señalo a los agresores. —Si no salen inmediatamente de aquí, se arrepentirán. —el aura y la actitud del pálido decían peligro.

Soltaron al pequeño y salieron corriendo del lugar, Hongjoong estaba encogido en una esquina mientras lloraba. Cuando vio que el niño peligris se estaba acercando, su cuerpo empezó a temblar.

—No...me hagas daño... Por favor. —hablaba entre el llanto.

— Hey! no te haré nada, solo quiero ayudar. —se puso de cuclillas y extendió su mano. —Soy Choi San y tú ¿cómo te llamas? —

El castañito levantó su cabeza y se topo con el niño que lo salvó, este lo veía atentó y luego le sonrió, sus hoyuelos eran adorables, así que confío en él.

—Soy Park Hongjoong—tomó la mano extendida. —Gracias. —

—Soy nuevo, quiero que seas mi amigo. —Sonrió. — ¿Puedes mostrarme la escuela? —

El castaño asintió feliz, tenía un amigo y lo iba a valorar siempre. San tomó la mano de Hong y lo levantó, aun con sus manos sostenidas salieron del baño y recorrieron la escuela.

🍓🍫

San y Hongjoong tenían que hacer un trabajo juntos así que ese día se reunieron en la casa del castaño. Estaban haciendo la tarea cuando escucharon a un bebé llorar.

—Oh, mi hermano despertó. —se levantó del piso. —Espera un momento, mis papis salieron a comprar, tengo que ser un buen hermano mayor. —

El peligris asintió y siguió haciendo su trabajo, pasaron unos minutos y el bebé no dejaba de llorar, entonces vio el cómo su amigo traía en brazos a un pequeño bebé de cabello rubio.

—No deja de llorar. —habló preocupado. —Tal vez tiene hambre ¿puedes sostenerlo un momento? —

—Está bien Hong—San se levantó y tomó al bebé, con cuidado se sentó en el sofá y lo acomodó entre sus brazos.

El pequeño como por arte de magia dejó de llorar dejando sorprendido a los dos niños, el bebé empezó a balbucear tratando de llamar la atención de San.

—Eres un bebé muy lindo. —habló San besando la rechoncha mejilla rosada. — ¿Como se llama? —preguntó a su amigo.

—Wooyoung, tiene 8 meses. —se acercó y trato de tomar a su hermano.

Cuando lo tuvo en brazos el bebé empezó a llorar nuevamente, extendiendo sus bracitos hacia el pálido.

—Ven con San hyung, pequeño Woonie. —

Tiempo después el bebé quedo totalmente dormido en los brazos de San, los padres de castaño llegaron y agradecieron a los dos niños por haber cuidado de Woo.

Así que decidieron terminar con su trabajo.

Los años pasaron, San y Hongjoong tenían doce años, el primero se había presentado como alfa y el segundo como omega. El pálido ya era como parte de la familia Park, Seonghwa y Yeosang lo querían como si fuera uno de sus hijos.

El timbre de la casa de los Park sonó, un pequeño Wooyoung de cinco años iba corriendo hacia esta. Ya sabía de quien se trataba, su hyung favorito había prometido que llegaría. Así que se puso de puntitas y estiró sus bracitos abriendo la puerta.

—Gatito hyung. —Corrió a saludar al alfa y este lo cargo —Lo extrañe. —

El apodo se lo puso Wooyoung ya que San al sonreír parecía un tierno gatito.

—Woonnie, no es para tanto, ayer nos vimos. — beso la rosada mejilla y sonrió. —Te traje donas de chocolate, nuestras favoritas. —el pequeño lo abrazo en modo de agradecimiento. Luego sintió unos deditos tocar sus hoyuelos.

—Son muy bonitos—habló el pequeño, refiriéndose a los hoyuelos. —Sus ojos también son bonitos. —Woo amaba los ojos de su hyung, tenían el color de las hojitas de su jardín.

—Alguien se me adelanto, no sé cómo le hace para saber que eres tú. —el castaño venía saliendo de la cocina.

—Hyung huele a café, por eso sé cuando él viene a casa. —los mayores se quedaron sorprendidos por lo que dijo el pequeño.

—Tienes un gran olfato, Woonie—bajo al rubio y acaricio el cabello de este.

[ 🍓✨ ]

San vio crecer Wooyoung, se había encariñado mucho con ese pequeño. Pero esa felicidad llegó a su fin, cuando tenía dieciséis años los padres del alfa decidieron mudarse y él no quería; ahí tenían una vida, en ese lugar estaba su mejor amigo, el pequeño Woo y los amables señores Park.

Cuando San le contó a Hong, el omega lloro, se quedaría solo, su único amigo se iba.

El día en que se despidieron, no querían soltarse se prometieron llamar cuando pudieran, la promesa era que no podían perder la comunicación, aunque estuvieron lejos siempre serían mejores amigos.

Cuando Wooyoung de nueve años preguntó por su Gatito hyung, su hermano le explicó, esa noche Hong se encargó de consolar al pequeño, este no paraba de llorar y mencionar a San.

Pero el tiempo pasó, Hongjoong nunca perdió la comunicación con el alfa y Wooyoung creció, olvidando poco a poco el rostro de San. A los doce años se presentó como un precioso omega, su cabello rubio con pequeñas ondas en las puntas, su actitud algo salvaje y orgullosa, aun amaba las donas de chocolate y mantenía la esperanza de encontrarse de nuevo con su Gatito hyung.

Para su suerte, el destino estaba a su favor.

Gracias por leer ♥✧