Capítulo 3.
No había podido sacar de su cabeza al chico de abultadas mejillas y mechones rosas, desde la primera vez que lo vio, cuando había disparado al hombre sin pensárselo dos veces. Esa arma que había sacado repentinamente, y la seguridad con la que la había usado lo dejó totalmente desconcertado. Seguro que le hubiese gustado hacer algo más cuando le preguntó quién era. Pero si el chico traía un arma consigo, sería un riesgo confesar que era Agust D así como así.
Si el pelirosa no le mataba, V o J Hope lo harían.
Y lo mejor es que le había visto después, hace dos días, desde un edificio de tres pisos, pero lo había visto.
Su jefe, V, los había citado a J Hope y a él para darles una información. Ninguno de los dos tenían la menor idea de qué se trataba, pero seguro no sería nada demasiado grave, pues las últimas semanas llevaban las cosas bajo control, y habían preferido no meterse en problemas. El único problema real que podrían llegar a tener ahora, sería la policía, pero esperaba que no fuese así, porque el teniente Styles se vio muy convencido con el dinero que V dejaba en su cuenta bancaria, y en los de los demás oficiales.
J Hope y Agust D se dirigieron a la oficina de V. Cuando llegaron, Jungkook, la pareja de V, iba de salida. Pasó por su lado sin siquiera dirigirles la mirada, pero ellos ya estaban acostumbrados a los ataques de ira que tenía el pelinegro. Tenía sus motivos, V no había sido el mejor novio, no estaba ni cerca de serlo. Y ellos lo sabían mejor que nadie, porque J Hope era uno de los cuantos a los que V se había follado en la primera oportunidad que tuvo. Jungkook no lo sabía, pero lo sospechaba.
Se adentraron a la enorme habitación que heredó de su padre, quién había muerto meses atrás, y había dejado a cargo de V, un joven muchacho inexperto de 19 años que creía tener mucho más conocimiento que todos sus trabajadores. Y si, el chico se tomaba su cargo muy en serio, y estaba aprendiendo, con el tiempo, solo que aún le faltaba demasiado para llegar a ser como su padre. Y Jungkook, la parejita del jefe, era incluso el doble de inepto; nunca debió haberse metido con Kim Taehyung.
—Chicos.—Taehyung les brindó una sonrisa cuadrada, bastante realista, a pesar de que su pareja había salido hecho furia hace segundos.—No se preocupen, no me tomará ni cinco minutos lo que les voy a decir.—Agitó su mano antes de que se sentaran. Tomó una carpeta entre sus manos.—Hay un pequeñísimo problema.
—¿Y quieres que nos deshagamos de eso?—Preguntó J Hope de brazos cruzados.
—No, antes necesito saber quién es. No solo a él se ha visto merodeando por la zona, si no a otro par junto a él.
—¿Y qué pretendes que hagamos?—Esta vez cuestionó Agust.
—No se preocupen por ellos tres, con uno basta, es realmente una molestia. Asfixió a uno de nuestros hombres justo en frente, ¡Y nadie hizo nada! Al inútil que lo vio, le volé la cabeza.—Les ofreció la carpeta y el rubio la tomó entre sus manos, abriéndola.—Mientras más rápido sepamos quién es, más rápido nos desharemos del problema.
Agust D alzó sus cejas cuando vio una foto del pequeño pelirosa de días atrás. Era él, sin la capucha cubriendo su cabeza. Su cabello despeinado estaba expuesto, y su mirada parecía estar perdida en algún sitio. Apretó sus labios. Él también lo había visto y no había hecho absolutamente nada más que admirarle.
J Hope no le dio demasiada importancia, solo asintió, asegurando que atraparía al bastardo.
Por otro lado, Agust estaba sumamente intrigado y ansioso de volver a verlo. Conocía a muchos jóvenes de su edad que asesinaban a sangre fría. Pero el niño pelirosa, ni siquiera se había inmutado al jalar el gatillo y recibir las gotas sobre su bonito rostro. O al dejar al hombre sin aire sobre el suelo.
Y sí, no solo era su actitud lo que había llamado su atención, porque aquello no era lo que debería sorprenderle teniendo en cuenta que él se dedica lo mismo. Aquel hermoso rostro, aún cubierto de sangre, había cautivado los ojos de Agust D.
Al día siguiente, Agust D tuvo la grandísima suerte de toparse con Kitty. Estaba caminando a paso rápido, pero lo suficientemente cerca para alcanzarlo. Agust D reaccionó inmediatamente, tan pronto como apareció en su campo de visión, y se aproximó hasta el pelirosa, tomándolo bruscamente del brazo.
—Hola, niño bonito.—Una sonrisa de delgados labios y ojos gatunos apareció en frente Jimin, tomándolo por sorpresa. Hizo una mueca, confundido de que aquel misterioso chico apareciera de nuevo. No tenía un buen presentimiento.
—Agust, ¿Qué haces?—Los ojos de Kitty se engrandecieron cuando escuchó el nombre de Agust. Un chico de cabello rojo estaba detrás de ellos, con los puños sobre sus caderas, notoriamente enojado.—Tenemos trabajo, ¿Lo olvidas?
Agust cerró sus ojos soltando un suspiro antes de girarse.—Este es el trabajo, Hope.—El rubio tomó del cuello de la camisa a Kitty Gang y sonrió hacia J Hope.
—Oh.—J Hope imitó su gesto.—eso fue rápido.
Kitty Gang apartó los brazos de Agust con un movimiento, y retrocedió.
—¿Agust D?—Alzó una ceja, interrogativo. No quería cometer el error de haber escuchado mal. Pero si así fuese, no se arrepentiría mucho de dispararle a ese chico provocador. No sabía exactamente que era lo que estaba intentando.
—¿Me conoces?—Agust sonrió mostrando sus encías.—Qué sorpresa.
Jimin gruñó y sacó el arma en un movimiento veloz. Sus ojos captaron como el pelirojo hacía lo mismo.
Un disparo resonó, y Agust soltó un quejido llevando su mano a su hombro.
—El próximo va a la cabeza.—Advirtió Kitty, con los brazos extendidos hacia el frente, sujetando su arma en su dirección.
Claro que no dispararía, porque ninguno estaba en ventaja ahora. Si él disparaba, era más que seguro que su amigo Hope haría lo mismo, y no sacrificaría su vida por un cualquiera. Además de que varias personas que paseaban por los alrededores, ya habían presenciado ma escena, y en cualquier momento aparecería la policía. Jimin debía irse de ahí lo más pronto posible.
—¿Qué mierda te ocurre?—Agust le miró con recelo, y Kitty se encogió de hombros indiferente.
—Nos vemos la próxima.—Se despidió con una leve inclinación, y se dio vuelta, aún con el arma en mano.
Salió corriendo escuchando un disparo tras él, una bala que no logró alcanzarlo, antes que girara por una esquina y lograra perderlos.
—Maldición.—J Hope refunfuñó, guardando su pistola y acercándose a Agust.—Vamos, hay que irnos.
Comenzaron a caminar con lentitud. La policía no era un problema para ellos, así que no se preocuparon por las sirenas aproximándose. De todos modos, antes de que los oficiales pudieran bajar de sus patrullas, ellos ya estaban conduciendo hacia la casa de Agust en su auto.
Para Agust no era nada nuevo, así que pudo soportar el dolor de que sacaran la bala de su piel. Luego de que se ocuparan de su herida, el doctor personal que trabaja para V, se despidió, dejando a Agust y J hope solos.
—Ese niño pudo haberte matado, Yoongi.—Se quejó J hope cruzándose de brazos.
—Ya lo sé.—Contestó con dureza. Hizo una mueca sintiendo una punzada de dolor sobre su brazo.—Voy a recostarme, no molestes.
J hope resopló y vio a su amigo adentrarse en su habitación sin siquiera despedirse. Tomó sus cosas y se fue de allí. V le había dicho que en cuanto pudiera, pasara por su despacho, así que cambió de dirección, y se dirigió a la casa de su jefe.
Por desgracia, tenía que ir a pie, puesto que el auto no era suyo, y Agust podría colgarlo del pene si se enteraba que lo tomó sin permiso. Él mismo se lo había dicho una vez, y J hope no dudaba de que cumpliera su palabra.
Finalmente llegó, después de tocar la puerta, y en cuestión de segundos, apareció frente a él la delgada figura de su jefe.
—Hope.—El castaño ladeó su cabeza sonriente.—Llegas en buen momento.
—¿Kook no está?—J Hope vio hacia el interior de la casa, y no había rastros de Jungkook por ninguna parte.
—No.—Negó, haciéndose a un lado para permitirle la entrada.
—¿No te preocupa lo que haga Jungkook si se entera?—Preguntó mientras V cerraba la puerta.—Llevan tanto juntos...
—¿Qué tal el día de hoy?—No lo dejó terminar, cambiando el tema.—¿Ni rastros del trío de intrusos al que buscamos? Hace unos días desapareció parte de la mercancía, y necesito saber quién ha sido.
—Hoy nos topamos con el pelirosa.—V alzó las cejas, en espera de alguna buena noticia. Atrapar al pelirosa significaba descubrir quién era el que se había atrevido a meterse con él o sus negocios.—Pero le disparó a Agust y huyó.
V gruñó con molestia, y tomó a J hope de la muñeca hasta llevarlo a la oficina que tenía en su hogar.
—Tienen que ocuparse de él.—Azotó el cuerpo del pelirrojo contra su escritorio, dejando un camino de besos desde su cuello hasta su mandíbula.—¿Tú no hiciste nada?
—Temía que el niño le disparara a Agust otra vez. Pero no te preocupes, me haré cargo.—Recibió un beso fugaz en los labios.
—¿Ah si?—Se acercó a su oído.—¿Lo harás por mí, Hoseok?
—Lo atraparé.—J Hope se estremeció cuando sintió las manos de su jefe colarse debajo de su camisa, levantándola para deshacerse de ella.
El ambiente comenzó a calentarse, en medio de besos y jadeos mientras se quitaban la ropa. V subió a J Hope sobre el escritorio, abrió sus piernas para meterse entre ellas, acariciando sus muslos en el proceso.
La puerta se abrió de golpe, causando que V brincara sobre su lugar, alejándose ligeramente de J Hope. Este último cerró sus ojos, esperanzado de que el que los hubiese interrumpido fuese solo un empleado.
—¿Taehyung?—El castaño se giró. La mirada de Jungkook recorrió a cada uno de ellos con detalle, el aire se estancó en sus pulmones cuando finalmente asimiló la situación.—¿Esto es lo que te mantenía ocupado?—Dijo con un hilo de voz, sus ojos moviéndose con rapidez y comenzando a llenarse de agua, nublando su vista.
Taehyung carraspeó, buscando su camisa para poder abotonarla de nuevo, y tomándose su tiempo para arreglarse pacíficamente, mientras que, por el contrario, Jungkook estaba sufriendo de un ataque con el sudor corriéndole por la frente, y las lágrimas descendiendo por sus mejillas, J Hope solo se mantenía estático en su lugar, esperando a que la bomba estallara, y lo echaran a patadas de aquella casa para no volver más nunca.
El rostro de Jungkook se volvió hacia J Hope, y su cuerpo se estremeció, viendo como el pecho desnudo del pelirojo subía y bajaba con intensidad, tal vez a causa del impacto que tuvo la entrada de Jungkook, tal vez por el momento erótico que estaba teniendo con Taehyung hace solo segundos.
—J Hope, ¿Podrías darnos algo de privacidad?—Pidió Jungkook suavemente. El pelirojo asintió, acatando inmediatamente, y tomando su ropa entre sus manos para retirarse.
En la habitación quedaron solo ellos dos. La puerta había sido cerrada, y no mucho de después, escucharon el sonido de la puerta principal.
—Por favor, Kook, no llores, eso que viste...
—¿Siempre es así?—Murmuró, mirándolo con la trizteza reflejada en cada una de sus facciones. Sus labios temblando ligeramente, su nariz enrojeciéndose por el llanto, y sus ojos brillosos. Taehyung torció el gesto, sin saber qué contestar.—Si esto sucedía antes, puedes decírmelo, Taehyung, necesito que me lo digas.
El mayor solo apartó la mirada, antes de acercarse a él y tomarlo por la cintura. Jungkook estuvo a punto de empujarlo y apartarlo, cuando Taehyung colocó una mano sobre la nuca del contrario, presionándolo para besarlo a la fuerza.
Jungkook se removió, haciendo todos sus intentos para alejarlo lo más posible, pero las enormes manos de Taehyung eran el doble de fuertes de lo que él era.
—No sabes lo mucho que me calienta cuando estás molesto.—Escuchó el susurro sobre su oído, y Jungkook abrió sus ojos estupefacto, poniendo sus palmas sobre su pecho para apartarlo.
—¿Eso es lo que me dices después de atraparte a punto de follarte a J Hope? ¿El que yo creí tu mano derecha? Porque así lo llamabas. Todas esas veces en las que te ibas con él era para follártelo, con la tonta excusa de que solo iban a hablar de trabajo.—Bufó, derramando sus lágrimas sobre el suelo.—Y yo lo creí.
—Bah, Kook, no exageres la situación.—Taehyung sonrió con burla, solo logrando que el rostro del pelinegro se enrojeciera aún más. Subió sus manos hasta cubrir las mejillas de Jungkook con sus palmas.—¿Me vas a decir que no me vas a perdonar esta vez? ¿Que vas a tirarte al abandono y olvidarte de mí? ¿Hacer una nueva vida, trabajando como esclavo para poder conseguir un poco de dinero?
Jungkook frunció el ceño, abriendo su boca para replicar, pero los labios de Taehyung fueron más rápidos, succionando, paseando su lengua, proporcionando caricias sobre sus pómulos, pegando sus cuerpos sin dejar ni un milimetro de espacio, y ganándose un jadeo de parte de Jungkook cuando sus labios recorriendo su mejilla hasta su lóbulo, mordisqueándolo, y bajando sus manos hasta su trasero.
Una vez más, Jungkook se estaba dejando llevar. Dejando atrás todo el enojo que había sentido, una vez más, estaba permitiéndose tener otra noche de placer entre los brazos de su amado, dejándose engañar descaradamente.
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