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Capítulo 23.

Ambos estaban ocultos debajo de la cama, con las armas empuñadas, listos para atacar.

No era el mejor escondite, pero les daría el tiempo suficiente para escuchar sin ser vistos, y disparar si era necesario. Quizás un disparo en el pie sería un despiste, pensó Jimin. O quizás, y muy probablemente, acabarían muertos, y se llevarían a J Hope por el camino. No obstante, era divertido estar oculto con un asesino en espera de más asesinos.

—Hace mucho que no me escondo de alguien que quiere matarme.—Susurró Agust. Estaba asustado, ellos solo eran tres (si es que Hope y Kitty iban a defenderlo), y Jugeum eran cientos, por lo cual, si los encontraban, estarían en desventaja por mucho.

—Si quieres ser parte de mi equipo vas a tener que acostumbrarte.

Los ojos de Yoongi se iluminaron, y sonrió hacia Kitty. A penas podían verse en aquella oscuridad, después de haber apagado las luces, así que Kitty no se percató del rostro esperanzado de Agust.

—¿Eso quiere decir que seremos un equipo?

—Yo no he dicho eso.

Al oir unos pasos aproximarse, guardaron silencio. Agust sintió sus labios temblar de tanto apretarlos, sujetando su revolver con fuerza.

La puerta se abrió de golpe, azotando contra la pared, la luz se encendió, y una voz chillona hizo a Kitty Gang fruncir sus cejas. Agust D también pudo descifrar a los segundos de quién se trataba.

—¡Kitty Gang! ¡¿Estás aquí?!

Resopló, y al igual que Kitty, Agust decidió salir de su escondite. La luz había sido encendida, y ya podían ver con claridad. Hope estaba atrás, molesto, observando como Seokjin se abalanzaba sobre Kitty y Namjoon dejaba salir aire aliviado.

—¡Eres un idiota!—Golpeó la cabeza del pelirosa.—¿¡Cómo puedes asustarnos así!? ¿¡Por qué mierda estaban escondidos!?

—Yo...—Kitty intentó decir algo, pero Seokjin no se lo permitió. Sonaba escandalizado, y sumamente preocupado. Kitty no solía ser tan distante con ellos. No en situaciones tan severas.

—¿Sabes qué? Ya tendremos tiempo para explicaciones.—Tomó su muñeca para comenzar a arrastrarlo consigo.—Vamos a casa.

—No, ¡No puedo irme a casa aún!—Presionó sus pies contra el suelo para evitar avanzar. Seokjin giró su cabeza hacia él en espera de una explicación.—T-tengo asuntos que resolver con Agust...

—¿¡Asuntos!?—Expandió sus ojos para luego negar con la cabeza, y volver su vista al frente.—A mí no me interesa, tienes que volver. No puedes estar fuera de casa jugando a la supervivencia y pretender que nos quedemos esperando por ti.

—¿Por qué tienen esta discusión en casa?—El comentario de J Hope fue ignorado por todos.

—No estoy jugando.—Se zafó con brusquedad, justo cuando un estruendo hizo a todos quedarse congelados.

Un quejido escapó de los labios de Namjoon, y Seokjin corrió a tomarlo en brazos con un grito. Kitty Gang volteó a ver a Agust D, quien aventaba el arma sobre la cama. Como instinto para proteger a Kitty, sintió el impulso de sacar su arma y disparar. No quería causar daños graves, solo un susto leve; ya hastiado por ese par que siempre estaba en su contra, y parecían querer dominar a Kitty Gang, como si de un niño pequeño se tratara. Algo que, no hace mucho, Kitty le había comentado con disgusto. No conocía la relación entre ellos, pero si sabía acerca de cómo Seokjin podría comportarse como el dueño de ambos, y tachar a Kitty Gang como un bebé revoltoso.

—¿Por qué hiciste eso?—Le preguntó Kitty con calma, posicionándose a su lado otra vez.

—¿¡Y así quieres quedarte con él!?—Exclamó Seokjin, mirándoles furioso a la vez que intentaba reducir el dolor en el hombro de Namjoon, cosa que era imposible si los nervios solo le permitían pasar sus manos por la herida y mancharse de sangre.

—No va morir por una bala en el hombre.—Les dice Agust.—Ahora, quiero que se larguen. Kitty Gang volverá mañana.

—No te creo.—Kitty suspiró con pesadez al oír a Seokjin.—Y no voy a dejar que Kitty se quede contigo.

—Lamento decir...—Interviene Kitty, firme, aunque algo culpable por la herida de Namjoon.—Que es mi decisión.

Seokjin parpadeó un par de veces antes de asimilar por completo lo que Kitty Gang les estaba diciendo. Solo había un ligero ápice de arrepentimiento en Kitty, pero lo reprimió, y Seokjin no quiso discutirlo. Respiró profundo, como Namjoon le había pedido que hiciera, y asintió.

—Bien.—Fijó su mirada en Kitty. No entendía de dónde provenía esa indiferencia con la que le había hablado, dejándolos de lado para estar con un hombre. Hombre que en poco tiempo se había ganado la confianza de Kitty, y el odio de Seokjin.—Puedes quedarte el tiempo que quieras. Hablaremos mañana.

—Podemos llamar a alguien.—Todo miraron confundidos a la sugerencia de Kitty.—Es decir... Para sanar a Namjoon...

—Oh, tranquilo.—Namjoon le regaló una sonrisa débil, más que decepcionado. Y podía sentir lo mismo de parte de Seokjin.—Yo estaré bien, he estado en peores condiciones.

—¡Excelente!—Agust D les sonrió, extendiendo sus brazos en dirección a la puerta.—Ya pueden irse.

Seokjin no les miró en el momento que tomó a Namjoon de la cintura para salir de allí caminando, seguido de Hoseok, que estaba cansado del drama que habían causado, y el posible peligro que podrían traer esos dos por haber llegado a invadir su casa.

—¿Por qué hiciste eso?—Volvió a preguntar Kitty una vez que se encontraron solos.

Agust se encogió de hombros.—Quería que te quedaras esta noche conmigo.

—Ya veo.—Asintió, elevando un poco sus labios en una sonrisa sin poder evitarlo.—Tan mal te la has pasado en mi ausencia que no aguantas un segundo más sin mí.

—Siempre me obligas a admitir lo mucho que me gustas, y tú nunca me dices algo bonito.

—No tengo nada bonito que decir, Yoonnie.

—No, pero me pusiste un apodo.

—Le pongo apodos a todo el mundo.—Puso los ojos en blanco, dejándose caer sobre la cama. No se mostró enfadado con Agust por haberle disparado su hermano porque él mismo había decidido quedarse, a pesar de eso. Estaba en buenas manos, Seokjin sabría tratarlo y además, cuidarlo todo el tiempo que necesitara. Si volvía a casa, sería una pérdida de tiempo, pues Seokjin y Namjoon no hablarían con él hasta la mañana siguiente, y el pasaría la noche solo, divagando acerca de todo lo que le ha sucedido en los últimos días. Y pensando en Agust D. Aunque se sintiera un poco mal (e iba a remediar las cosas con ellos el día siguiente), pasar la noche con Agust D, o Yoongi, no le haría sentir tan solo.

Jin y Namjoon pasaban sus noches juntos, y quién sabe qué cosas harán mientras Kitty estaba en otra habitación, sin nadie que le acompañara.

—Podrías llamarme hyung.

—¿Hablas en serio?— Kitty Gang alzó una ceja observándolo incrédulo.

—Nadie me ha llamado hyung desde hace años.—Recostó su cabeza sobre la almohada. Recordaba a aquel compañero, que sabía su nombre verdadero, le llamaba Yoongi hyung. De hecho, era muy respetuoso, mucho más de lo que puede esperar de un ladrón.

—Bien, Yoonnie hyung.—Se animó a rodear su torso con sus brazos, acción que le avergonzaba en demasía. Definitivamente jamás se acostumbraría a estar con Yoongi de esa manera.—¿Satisfecho?

Asintió soltando un largo suspiro. Feliz de tener al pelirosado a su lado.

No charlaron por mucho tiempo esa noche. Kitty Gang se quedó dormido, y Agust le siguió no mucho después.

Por primera vez, amanecieron juntos, sin que alguno de ellos tuviese que irse apresurado, o fuese secuestrado. Agust, quien fue el primero en despertar, se quedó en el mismo lugar, esperando hasta que, una hora después, Kitty comenzó a abrir los ojos. Kitty Gang no le devolvió la sonrisa del todo, solo hizo una mueca, que fue su intento de sonrisa, y se sentó sobre la cama.

Ese día Seungcheol, como había acordado el día anterior, los pasaría buscando poco antes del mediodía. Así que se alistaron, y Kitty se vistió con un poco de ropa que J Hope le había prestado, por petición de Agust D.

J Hope ya se había ido, dejando la misma advertencia que dio el día anterior antes de salir.

—Está haciendo frío.—Kitty frotó sus brazos cuando estaban por salir. Agust le había dado una arma a Kitty, mientras que él, se guardó el revolver, un enorme cuchillo de cocina, que parecía más un machete. Creyó que sería mucho más útil que una pequeña navaja cuando necesitara rebanarle el cuello a algún patán.

—¿Quieres usar mi chaqueta?—Le ofreció, extendiéndola hacia él, pero interpuso su palma entre ellos

—No, tu chaqueta es fea.

—¿Prefieres morir de frío a usar mi chaqueta?—Inquirió, y Kitty hizo un sonido afirmativo.

Agust D resopló, tomando un gorro para tapar la cabellera llamativa de Kitty Gang, y un tapabocas. Con él hizo lo mismo, para luego salir de la casa, asomándose para asegurarse de que no hubiese nadie observándolos. Salieron por la puerta trasera y divisaron a una patrulla que ya les esperaba, por suerte. No querían arriesgarse a estar demasiado tiempo expuestos.

Yoongi no conocía demasiado a Seungcheol, no había convivido con él más de un par de veces, y no era muy hablador, para su conveniencia, ya que no él era un persona muy conversadora, no con todos. Seungcheol tampoco se sentía en confianza con dos asesinos en la parte trasera de su patrulla, pero creía incondicionalmente en su superior, y no le importaba meterse en asuntos como esos, si mantenía su trabajo.

El trayecto fue silencioso. Agust miraba por el rabillo del ojo a Kitty, pero este no despegaba su vista de la ventana. Al ver el ceño fruncido de Kitty, se preguntó qué estaría pasando por su cabeza. ¿Tendría tanto miedo como él?

No, Kitty Gang no estaba pasando por la misma situación que él. Kitty Gang estaba acostumbrado a vivir de ese modo, de escapar, de refugiarse en un lugar lejano con la compañía de sus dos hermanos, que no lo abandonarían bajo ninguna circunstancia. Y definitivamente Kitty no estaba tan preocupado por lo que sería de Agust D en un futuro.

¿Cuál era el plan de Agust D? Permanecer con Kitty Gang. Seguir a su niño pelirosa a donde quier que fuera. Por eso había hecho todo esto, ¿No?

De pronto, surgió una inmensa necesidad de volver a casa. Y no específicamente a la de J Hope. Deseaba volver a su casa, junto a Kitty, y encerrarse en su habitación con llave. Regresar esa paz que sentía con Kitty Gang hablador, y provocador. Él le liberaba por un momento del estrés constante que cargaba desde la supuesta muerte del pelirosa.

—¿Vamos a bajarnos?—Escuchó la voz de Kitty.

No se había percatado de que el auto ya estaba estacionado frente a la comisaría. Asintió con lentitud, y acomodó su cubrebocas antes de salir y esperar a que Kitty llegara hasta su lado. Tomó su mano, y juntos, ingresaron al lugar.

La mayoría, igual que el día anterior, los ignoró. Agust preguntó por el teniente, y debido a que estaba ocupado, tuvieron que sentarse a esperar.

—Yoonnie.—El susurro sobre su oído le hizo estremecer.—Voy al baño, espérame aquí.

Y el rubio asintió, observando como el menor se levantaba y le dejaba atrás. Dejó escapar un suspiró cuando finalmente se encontró solo, nada más que con una mujer frente a él apretando su bolso entre sus manos, y oficiales pasando de vez en cuando.

Al cabo de unos minutos, comenzó a impacientarse. Dirigió su mirada al reloj de la pared, y tronó sus dedos en busca de distraerse.

Kitty estaba tardando demasiado.

Diez minutos, y Agust se paró de un brinco, sabiendo que un hombre no tardaría más de diez minutos en orinar. Y si así era, si solo se trataba de Kitty observándose al espejo, quería confirmarlo con sus propios ojos.

Ubicó el baño y se acercó, no logrando oír nada desde el exterior. Tampoco se tomó el tiempo de buscar en sus al rededores, o escuchar con atención desde el otro lado de la puerta, simplemente, la abrió, frunciendo el ceño excesivamente cuando una voz ronca llegó hasta sus oídos.

—Cierren la maldita puerta.

No obedeció, por supuesto. Se quedó presenciando la imagen un par de segundos. Suficientes para hacer la vena en su frente resaltar por la tensión en su cuerpo. El hombre, que estaba comiéndose la boca de su chico, apoyándolo contra el lavabo, se giró para reclamar una vez más el que no hubiesen cerrado la puerta.

Agust D, decidió sacar su cuchillo, e incrustarlo en el abdomen del tipo bruscamente, retirándolo de inmediato para empujarle de una patada contra una pared.

—¡Maldición!—Gruñó, luego de verlo chocar contra la pared y tomar su estómago con sus manos mientras se deslizba al sielo. Se acercó hasta la puerta, y la cerró, pasando el pestillo, como debieron hacer ellos, si no querían interrupciones.

—Lo lamento, el hombre me besó, y yo no pude...

Kitty no pudo terminar de excusarse, recibiendo una fuerte bofetada que le hizo girar el rostro hacia un lado.

—Todavía te dejas tocar por cualquiera.—Espetó Agust, aproximándose hasta el sujeto para volver a encajar el arma en la boca del estómago, debajo de su pecho. Después, ignorando el intento del hombre por tomar aire, y las habladurías de Kitty, tomó los pantalones del hombre, que ya estaban abiertos, y lo bajó junto con la ropa interior.

Con una mano, apretó su miembro, aún despierto, y con la otra en el mango del cuchillo, comenzó a cortar desde la base. Kitty se limitó a observar, en una mezcla entre sorprendido y fascinado, como Agust tardaba más de un minuto en separar el miembro de su dueño. Ejerció toda la fuerza que le fue posible hasta por fin desprenderse.

El hombre había muerto. No había gritado, quizás, por el impacto, pero no pudo importarle menos a Agust. Sujetó el pedazo de carne entre sus manos, derramando sangre sobre todo el suelo, y se abalanzó contra Kitty, presionándolo nuevamente contra el lavabo.

—¿Querías chupársela?—Preguntó con voz ronca, sus ojos en llamas, y una sonrisa de oreja a oreja, desquiciado por los celos.—¿Lo deseabas?—Kitty quedó sentado, su trasero rozando contra el grifo; casi podía ver el caos desatarse en la cabeza de Agust a través de sus ojos. No debió dejarse llevar sabiendo cómo reaccionaría Agust D. Puso sus manos en los hombros de Agust, pero este se resistía.

Abrió la boca para responderle en el mismo tono, cuando el rubio empujó con fuerza el miembro del hombre contra la boca de Kitty, obligándolo a que entrara.

Kitty Gang se atragantó en cuanto se introdujo hasta tocar garganta. Inclinó su cabeza hacia atrás para poder liberarse. Gruñó cuando finalmente pudo sacárselo de encima, empujándolo con los pies para que Agust retrocediera.

—¿¡Estás demente!?—Exclamó, saltando hasta el suelo. No se molestó en limpiar su boca, en su lugar, tragó duro, pasando el amargo sabor de el pene del tipo. Con una pizca de sangre. Se acercó hasta Agust, que estaba apoyado contra un cuvículo, y le devolvió la bofetada con la misma intensidad.

—¿¡Cuál es tu jodido problema!?—Se irguió, buscando  con eso intimidar a Kitty, pero el pelirosa sabía que Agust no era peligro para él, y Agust también estaba consciente de que el menor no se intimidaría ante él.—¡No te salvé el culo para que dejaras que cualquiera te la enterrara! ¡Te dejo unos minutos, y ya intentas tener sexo con otro!

—Un día te sonrojas por mis besos,y al otro te vuelves un celópata asesino.—Lo acusó. Ambos mirándose desafiantes e ignorando el toque de la puerta.

—Y tú.—Agust abanicó su mano hacia él.—Un día pareces darlo todo por mí, y al otro, te vas con el primero que encuentras.

—Solo era diversión.—Se encogió de hombros.—No iba a dejarte fuera. Lo mataba, te llamaba, y nosotros...

—¡No me los gustan los tríos!—La exclamación de Agust hizo que Kitty cerrara su boca y frunciera el ceño.

—Dame tu chaqueta.—Ordenó firmemente, elevando la palma de su mano.

Agust D alzó una ceja, pero al ver la perseverancia en los ojos de Kitty, se despojó de la chaqueta, y la dejó sobre su mano, para que Kitty Gang pudiera colocársela.

—Me voy.—Anunció, dejando a Yoongi completamente helado sobre su lugar. Los celos se había esfumado, siendo suplantado por temor. ¿Irse?

—¿A-a dónde?—Tartamudeó.

—No tiembles, tonto.—Retrocedió.—Iré con Namjoon y Seokjin, a tratar de... Suavizar las cosas.

Agust dejó escapar aire de su  boca, aliviado. Pero eso no explicaba el hecho de que Kitty Gang había decidido irse.

¿Estaba molesto con él? Porque Kitty era quien estaba siendo besado, cuando Agust había dejado muy en claro que no le gustaba (Y odiaba, de hecho) que estuviera con alguien más.

—Iré a casa de J Hope mas tarde.—Dejó un casto beso en sus labios si dirigirle la mirada.

Agust D asintió, desconcertado.—Te espero.

Kitty le sonrió ladínamente antes de desaparecer.

No lo comprendía, y quería hacerlo.

Quería tener todo el tiempo del mundo para aprender a convivir con él sin necesidad de recurrir a la violencia. Quería reconocer cada uno de sus estados de ánimos, y aprender a lidiar con ellos.

Y quería, más que nada, complacerlo. Darle lo que quiere y no tener que volver a presenciar la escena de hace unos minutos otra vez.

Posó su vista de nuevo en el cadáver, el cerdo que profanó la boca de su chico, ya descansando en el mismísimo infierno.

Escupió sobre él.

Para no meterse en graves problemas por su repentino ataque de celos y el desastre sangriento que inundaba en el baño, tendría que pedirle a Styles que Louis se encargara de la limpieza.

Seguro que no se enfadaría después de explicarle sus motivos, pues ellos habrían hecho lo mismo, y Louis no tendría inconveniente alguno en deshacerse de un cuerpo más.

















Que lindo que haya gente leyendo esta historia TnT ¡Gracias!

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