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Capítulo 19.

Agust condujo hacia la casa de Hoseok. En el camino se planteó muchas cosas, había mucho que decir, y mucho que aclarar. Pero la charla no podía extenderse, una vez que le gritara a Hoseok lo hijo de puto que fue, tenía que ir por Kitty. Quería verlo, saber que estaba bien, que V no le había hecho nada grave, y después, saber qué tipo de conexión tenía con Jeon.

Así que, organizó sus ideas antes de estacionarse frente a la pequeña casa. V la había comprado personalmente para él, no era la gran cosa, pero si era mucho mejor comparado con el apartamento de Agust.

Tocó la puerta con insistencia, hasta que el pelirojo apareció, luciendo su enorme sonrisa y alzando una lata de cerveza.

—¡Agust!—Exclamó, pero la expresión de Agust le hizo bajar sus brazos y mirarle con confusión.—¿Sucede algo?

—¿Sucede algo?—Gruñó, adentrándose al lugar y cerrando de un portazo, para encarar a J Hope.—¡Kitty Gang está jodidamente vivo!

—Ah...—Tomó un sorbo de su cerveza y ladeó la cabeza.—Tal vez te mentí... Un poquito.

—No solo te lo llevas, cuando sabes que yo no lo quería hacer, si no que me dices que está muerto, ¡Y te importa una mierda verme mal!—Tomó la lata para aventarla hacia un lado, derramando todo lo que restaba sobre la alfombra.

—Eso no lo voy a limpiar yo.—Señaló con su dedo índice, y Agust en un impulso, golpeó el rostro de J Hope con todas sus fuerzas.

Hoseok se hizo para atrás sorprendido, tomándose el rostro y percatándose de un pequeño hilo de sangre que comenzaba a correr desde la comisura de su labio.

—¿Qué diablos?—Miró su mano cubierta de sangre, y Agust volvió a golpearle con la misma intensidad.

—¡Vas a ayudarme a buscar a Kitty Gang!—J Hope tan pronto como recobró el sentido, le devolvió el golpe, encajando su puño justo en su mandíbula, y haciendo rostro de Agust girar.

—¿Estás loco?—Retrocedió, evitando así que la pelea pudiese extenderse. Agust se pasó la mano por el rostro, el golpe no había dolido demasiado, y las ganas de tirar golpe tras golpe aumentaban, pero no podía matar a golpes a su mejor amigo. Aunque, en los últimos años había aprendido a resolver los problemas con violencia, ahora no era el momento.

—Después discutiremos esto.—Declaró, mirándole con recelo.—Ahora quiero que bajes y me digas dónde metieron a Kitty Gang.

—Pero si ya te he dicho que...

—¡Acabo de escucharlos! No me tomes por bruto, Hoseok, sabes con quién te metes.

El pelirojo se cruzó de brazos.—Claro que lo sé, soy tu mejor amigo.

—Entonces como mi mejor amigo, ¿Por qué no mueves el culo para salvar a mi otro amigo?

—¿Tu amigo?—Bufó, queriendo reirse.—Los dos sabemos que no son amigos.

—Tú estás enamorado de V, ¿No es así?—Cuestionó, J Hope titubeó antes de asentir levemente.—¿Por qué no puedes entenderme entonces? Ese niño me gusta, Hoseok, y quiero sacarlo de allí. Hacer esto no va a hacer que Jungkook desaparezca.

Hoseok resopló, bajando sus brazos. Entendía la posición de su amigo, pero no estaban en un drama romántico que pasan por la televisión, era la vida real, por lo que, era llevar a Kitty, o desafiar a su jefe, y la primera opción sonaba mucho más favorable para Hoseok.

Sin embargo, era su mejor amigo, quien ahora le estaba hablando, que veía a Kitty Gang con admiración, y que lucía desesperado por salvarlo. Así que, después de unos segundos en los que Agust parecía estar a punto de estallar, accedió, porque V jamás, aunque le matara a todos sus enemigos y le llevara el diamante más valioso, le cedería el puesto que Jeon Jungkook poseía.

—No está en el edificio principal...

—Oh, puedo imaginarlo.

J Hope le pidió que esperara, y poco despues, regresó con unas llaves que dejó sobre la palma de Agust.—El pasillo a la derecha, la puerta del final, donde están las cadenas.

—¿No vendrás?—Apretó las llaves en su mano.

—No puedo, Min. Sabes a lo que te arriesgas haciendo esto.—El rubio asintió de acuerdo. No esperaba que J Hope lo apoyara en algo tan descabellado. Era complicado elegir entre su mafia y su mejor amigo.—Y yo no puedo dejar que sepan que he coloborado con el enemigo.

—Como sea.—Palmeó el hombro de Hoseok, agradecido.

—Piensalo bien, Yoon, si te pillan...

—Sé lo que hago.—Agust se volteó para drigirse a la salida. Mientras menor fuera el tiempo que se tardara, mayores serían las posibilidades de conseguirlo con vida.—Tengo que rescatar a la princesa, nos vemos.

Antes de que cerrara la puerta, J Hope le deseó suerte.

Y ¡vaya que la necesitaba!

No podía estar más nervioso. Tenía demasiadas emociones combinadas, pues temía lo que fuese a suceder, y ansiaba ver a Kitty Gang otra vez. Confiaba en que J Hope no lo delataría, aunque los dos estuviesen luchando por lo mismo. Por conseguir a un chico.

J Hope y Agust D estaban enamorados. Y se rió por lo estúpido que sonaba aún solo en su mente. En voz alta sonaría incluso peor.

Aparcó detrás del establecimiento, y llegó a pie hasta la entrada. Con ello, podrían escapar con mayor facilidad.

Mientras cruzaba la puerta, y seguía el camino que Hoseok le había indicado, ignorando la mirada de Mark al pasar por la entrada principal, se cuestionó si valía la pena arriesgar tanto. Su lado racional le pedía que parara, que retrocediera ahora que podía hacerlo, antes de que todo se viniera abajo.

Y se detuvo por un momento. Dudó en continuar, o hecharse para atrás. Avanzar, o volver a casa.

Estaba a pasos de reencontrarse con Kitty Gang, y salvarlo de una posible muerte, o lo que sea que V tuviese planeado para él. Sufriría, y no tendría que importarle. Estando en su lugar, Kitty no hubiese hecho nada por él.

Aún así, el lado de él que no le interesaba pensar en consecuencias, le recordaba que quería Kitty. Que lo quería de nuevo consigo, y que de eso no había duda. Esperaba algo a cambio de Kitty, pero no lo conseguiría si lo dejaba ir. Suspiró, dejando el temor de lado. Sacudió su cabeza para ahuyentarlo. Si se iba, si dejaba a Kitty Gang y no le volvía a ver de nuevo, se lo recriminaría. Se hecharía la culpa por su propio sufrimiento y el de Kitty.

¡Que le den por el culo a V!

No le interesaba tenderse una soga al cuello por Kitty Gang, si este estaría frente a él, con esa cínica sonrisa suya reluciendo cuando muriera.

De alguna forma u otra, iba a morir. ¿Por qué no dictar su muerte en nombre de Kitty Gang?

Un poco más seguro de sí mismo, camino a paso rápido por el pasillo hasta llegar a la puerta que suponía debía estar Kitty del otro lado.

Dando un respiro profundo, abrió la puerta con facilidad, ya que esta no requería de una llave, y al entrar, se encontró con una escena extraña, que le hizo ampliar sus ojos y reaccionar a los pocos segundos.



—¿Kitty?—El mencionado a penas alzó la vista cuando vió al pelinegro entrar otra vez. Estaba harto de estar colgado de sus muñecas. Jungkook tuvo que ignorar el arma aún clavada en la pierna del pelirosa, no quería ser él quien lo sacara.

—¿Vas a sacarme o qué?—Refunfuñó.—Hablas, hablas, y no actúas.

—No tengo mucho tiempo, Kitty, he venido rápido a pedirte algo.—Kitty Gang le miró serio.—Hablé con V, y le he dicho que somos familia, así que probablemente te libere, pero necesito que colabores.

—Ya te lo he dicho, Jungkook, haré lo que quieras.

—Quiero que mates a alguien.

Kitty gang se quedó pasmado, procesando lo que el pelinegro ha dicho, hasta reir por lo bajo.

—Eres rencoroso.

—Quiero que mates a J Hope, el chico pelirojo que estaba con nosotros.

—Sé quién es.—Afirmó. No tenía ningún inconveniente con deshacerse de él.—¿Puedo saber la razón?

Jungkook torció la boca. La razón le dolía,porque recordaba entonces las veces que él no estaba en casa, y que Taehyung decía trabajar con J Hope. Las miradas, los cruces, y el momento en que los halló a punto de tener sexo, en la misma casa donde Taehyung y él hacían el amor.

—Me robó al amor de mi vida.—Confesó.

—¿Amor?—Kitty se sorprendió.—Pues no pareces muy enamorado, porque tú y yo...

—Eso no importa.—Apretó los puños. Seguro que todo el esfuerzo no iba a sevir de nada, pero al menos cobraría venganza. No haría de V un hombre más fiel, pero se sentiría satisfecho al no quedarse de brazos cruzados.—Yo lo amo, Kitty, quizás V se de cuenta de que él también me ama cuando ya no esté J Hope.

—¿Y para qué me coqueteas?—Alzó una ceja.

—Para que le duela.—Afirmó
—En fin, ¿Vas a hacerlo? Lo necesito, Kitty, hablaré con V, y te va a sacar pronto, lo juro, yo...

—Ya, ya, Kookie, no te desesperes.

Jungkook le regaló una sonrisa. Se sentía un poco mal por desear que el pelirojo muriera, y que muriera de la peor forma por haberse metido con su hombre. Pero no importaba, ya no le importaba, y dejaría a un lado los pensamientos negativos para convencerse de que lo que hacía era lo correcto. Y a Jimin tampoco le importaba matar a J Hope, y enrrollarse con Jungkook, si con eso saldría de allí y volvería con sus hermanos.

El pelinegro tomó la barbilla del contrario, recibiendo una sonrisa forzada de Kitty, y besó sus labios con suavidad. El pelirosa le correspondió. Jungkook no podía dejarse llevar sin sentirse terriblemente mal, pero se mantuvo acariciando aquellos labios que no pertenecían a su novio, hasta que sintió unas manos apretar sus hombros, obligándolo a abrir los ojos de golpe cuando fue tumbado hacia el suelo con violencia, golpeándose en el craneo en el proceso.

—¿¡Te has vuelto loco, Jeon!?

Kitty Gang palideció en cuanto observó a Agust D abalanzarse contra Jungkook, sin darle tiempo a defenderse. No se había percatado de la presencia de Agust D si no hasta que atacó al joven que le estaba besando. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? Y ¿Por qué demonios había venido?

—¿Agust?—Su llamado no fue escuchado, pues el rubio estaba concentrado en apuñalar el rostro del menor una y otra vez.

—Agu-—Jungkook intentó hablar, pero Agust volvió a estampar sus nudillos con fuerza contra su nariz, escuchando el crugir de esta cuando se torció hacia un lado, fracturando el hueso, y Jungkook casi grita de dolor.

—¡No hables! ¡Hijo de puta!

Kitty Gang no podía hacer nada más que mirar en silencio como Agust tomaba la cabeza del pelinegro y la golpeaba contra el suelo repetidas veces. Jungkook, aún si hubiese querido, no pudo emitir sonido alguno, se sentía abrumado por los impactos en su cabeza que no cesaron hasta que cerró sus ojos del todo, dejando una mancha de sangre en el suelo. Agust D le soltó, se puso de pie observándole con rabia. No solo obstruía el camino de su mejor amigo, si no que también se atrevía a besar a Kitty, y quién sabe qué otra cosa pudo haber hecho si no llegaba a tiempo.

Pateó su rostro con furia. Este estaba empapado en líquido rojo, irreconocible, y aún sabiendo que el estado de Jungkook era grave, siguió pateando una par de veces más a su cuerpo inerte hasta que se sintió satisfecho.

Se permitió exhalar un poco más relajado en cuanto comprobó que el menor, lo más seguro, es que no se moviera más.

—Sabía que eras posesivo, pero no creí que perderías el control de esta forma.—Alzó la vista, conectando con los ojos de Kitty Gang. Suspiró aliviado, acercándose para besar los labios de Kitty; sin embargo, su felicidad se esfumó al oir lo que dijo después.—¿A qué carajos has venido?

Agust D frunció el ceño.—A sacarte de aquí, ¿A qué más?

—¡No me digas que te has arrepentido!—Fingió sorpresa, y Agust le miró confuso.—Pues espero que no me defraudes esta vez, porque acabas de matar a mi única salida.

—¿Jeon era tu salida?—Espetó, incrédulo. Sacudió su cabeza, sacando las llaves para separarlo de las dos cadenas que lo ataban a la pared.—No tenemos tiempo que perder, Kitty, tenemos que irnos.—Sus ojos fueron a acabar en el cuchillo y la herida que hizo a Kitty tragar duro cuando apoyó todo su peso sobre sus piernas.—Voy a sacarla, ¿Está bien?—Kitty asintió, dejando que Agust se agachara frente a él.El arma, milagrosamente, fue facil de retirar, pero temía que fuese un obstáculo a la hora de huir. Pensó en quitarse la camisa y atarla al rededor de su muslo, pero presentía que no recibiría una buena respuesta de Kitty.—Uh... Tenemos que evitar que sangre, yo podría...

—¿A dónde piensas llevarme ahora?—Soltó, alejándose de su toque, y Agust percibió el desagrado en su tono de voz. Acababa de soltarle, y darle una golpiza al insolente que le había besado, esperaba un gracias, no su mirada despectiva.

—¿¡Y ahora qué te pasa!?—Le tomó del brazo, obligándolo a caminar hacia la salida.

—¿Qué me pasa? Tú me trajiste, ¿Ahora buscas mi perdón?—Agust hizo una mueca sin detenerse. Tenían que buscar la forma de salir de ahí antes de que alguien viniera, y la mejor salida que encontró, fue una de las ventanas rotas.

Al no tener la autorización del jefe V para sacar a alguien de aquí, no le quedaba otra alternativa. Era eso, o matar a Mark y probablemente alertar a toda Juguem en el proceso.

—Escucha, Gang.—Lo tomó de los hombros con firmeza para que le mirara a los ojos.—Yo no te traje, lo menos que quisiera es que te mataran ahora, pero no es algo que vamos a discutir aquí, evidentemente. Vamos a salir por esa ventana.—La señaló con la cabeza. Kitty miró hacia esta desconcertado. No había tenido tiempo de asimilar todo lo que estaba sucediendo en tan pocos segundos.—Súbete a mi espalda, y yo te llevaré.

Frunció el ceño.—¿Qué? No, yo puedo solo.

Se alejó, decidido a llegar hasta el otro lado sin ayuda. Agust estuvo a punto de refutar, pero se abstuvo, observando como el menor, con mucha determinación, se disponía a alzar su pierna sana y pasarla hasta el exterior y apoyarla sobre el suelo. Tuvieron suerte de que lugar constaba con un solo piso, y el ventanal no estaba muy lejos del suelo. Una vez que estuvo con los dos pies en el suelo, se abalanzó contra un hombre que le había visto. Le arrebató el arma de las manos, y disparó tres veces en la cabeza sonriendo. Amaba usar un arma. Amaba el sonido del disparo, y ver la bala atravesar el cuerpo de su contrincante. Lástima que aquello ocurría demasiado rápido. Volvió a disparar, hacia el torso del sujeto. Agust tuvo de matar a otro hombre antes de que tomara a Kitty desprevenido.

—¿Y cuál es el plan?—Kitty se levantó, guardándose el arma que había robado del sujeto.

—Este.—Se inclinó hacia delante, y tomó al pelirosa de las piernas y la espalda, cargándolo en contra su voluntad.

—¡Oye! ¡Bájame!—Exigió, removiéndose para que lo soltara.

—Si sigues moviéndote, vas a lastimarte.—Comenzó a caminar a largas zancadas. Quería llegar cuanto antes a su coche. Pronto llegarían los demás, las detonaciones de las balas no habían sido para nada silenciosas.

Depositó a Kitty contra el asiento del copiloto, para luego adentrarse en su puesto, y cerrar con rapidez.

—Todavía hay algo que no encaja.—Dijo Kitty, mientras Agust encendía el auto.—¿Por qué escapamos? Hasta donde tengo entendido, eres del bando contrario al mío, ¿O no?

Un largo y pesado suspiro surgió de los labios de Agust cuando puso el auto en marcha. Se sentía a salvo, temporalmente, pero las cosas se complicarían en cuanto todos se enteraran de lo que el mismísimo Agust D, el mejor hombre de V, después de J Hope, acababa de hacer.

—Fue J Hope el que te trajo aquí, no yo.—Fue lo primero que se le ocurrió decir, no quería el odio del pelirosa.

—Pero Jungkook me dijo que fuiste tú.

—Por lo que veo te hiciste muy buen amigo de Jungkook.—Kitty torció la boca sin decir nada. No eran amigos, solo era el medio que utilizaría para salir de allí.—Pero creo, que esto debería ser prueba suficiente de mi lealtad a ti.

Kitty Gang, una vez más, fijó su mirada hacia el frente, confundido.

—¿No vas a llevarme con V?—Agust negó con la cabeza.—¿Y qué harás?

Se encogió de hombros. Le preocupaba considerablemente lo que sería de él ahora, pero no lo demostraba.—Honestamente, no lo sé. No creo que V me quiera de vuelta. Y no solo porque te ayudé, lo que más lo enfurecerá será ver a Jeon muerto por culpa mía.

—Oh.—Kitty lo meditó durante unos minutos. No había pensado en lo grave que era la situación para ellos, y principalmente para Agust D, hasta ahora. Su jefe se enojaría, porque Agust les había traicionado. Y sabía que aquellos hombres no se tomaban nada bien las traiciones. Una traición era pagada con muerte.—¿A dónde vamos entonces?

—Eh...—Agust titubeó. No sabía que rumbo tomar ahora, porque no había un lugar seguro al cual ir. No al menos en la casa de alguno de ellos dos.—Déjame pensarlo.

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