Capítulo 17.
Aquellos oscuros ojos se iluminaron al escuchar las palabras pronunciadas por su fiel trabajador y amante, J Hope. Recuperar a Kitty Gang era todo un logro.
Además, justo un día antes de encarcelar Kitty, un nuevo intruso llegó a irrumpir en sus negocios. Había pasado desapercibido durante varios días, pero al final, alguien lo escuchó hablar dentro de un callejón intentando esconderse, comunicándole al mismísimo Cha Eunwoo, uno de sus mayores enemigos, cada uno de sus movimientos.
No tardaron en capturarlo, y ahora, se encontraba atado a una silla con la nariz rota por el golpe que había recibido al intentar huir. Y un ojo morado, cortesía de Yugyeom, un de los trabajadores de V.
—Entonces, Rocky, ¿Vas a decirme si tienes algo que ver con Kitty Gang?—V se acercó, tomándolo con brusquedad por el rostro con una de sus manos. Rocky negó con la cabeza, la gotas de sudor comenzando deslizarse desde su frente hasta su barbilla.
—No sé quién es.—Mintió, y el semblante de V cambió, impregnando un miedo profundo en Rocky, quien ahora, no tenía nada para defenderse, pero no lo demostró. No demostró dolor, o miedo, cuando en realidad temía profundamente no volver a ver a Sanha y a los demás.
A Sanha más que a nadie. Ni si quiera puede pensar en el rostro de el menor angustiado por la desaparición de Rocky, sin sentirse culpable.
—¿Y me vas a decir por qué estabas aquí?—Preguntó. No había tenido nada que ver con Eunwoo los últimos años, ¿Cuál era su jodido problema ahora?
—No.
—El martillo.—Ordenó a uno de los hombres de pie en una de las esquinas del cuarto. Este asintió, saliendo de la habitación y volviendo no mucho después con lo que este había pedido. Su mirada nunca se despegó de los ojos firmes del castaño que se mantenía estático sobre la silla, con sus manos temblando detrás de su espalda.
—Vas a hablar ¿O no?—Le miró amenazante, y al no escuchar respuesta, alzó el martillo hacia un lado para impactarlo contra la mejilla de Rocky. Se quejó, cuando el metal chocó fuertemente contra su rostro y sus dientes, empujando su mandíbula con violencia, y abriendo una enorme herida que pronto comenzó a sangrar.
—¿Todo bien Rocky?—El nombrado le miró con recelo.—No te preocupes, ahora no tengo muchas ganas de jugar contigo, esto fue solo una pequeña muestra de lo que se vendrá.—La sonrisa se extendió, y Rocky tragó saliva, sintiendo el sabor metálico mezclarse con esta. El dolor en su rostro era insoportable.—Tengo mejores cosas que hacer ahora. Espero que cuando vuelva, tengas mucho que contarme, soy todo oídos.
Extendió el arma hacia el hombre que aún estaba a un lado, y se dio media vuelta para salir de la habitación.
—Ah, V, te estaba buscando.—J hope se interpuso en su camino.—Kitty Gang ha despertado.
—¡Genial!—El humor de V mejoró muchísimo más.—Yo voy a ocuparme de él, ¿Tú por qué no vas encargarte de Hansol con Agust? Creo que aún no me ha pagado.
—Agh.—Se quejó con decepción. Jungkook estaba allí.—¿No puedo quedarme?
—Ya, no te preocupes.—Taehyung se acercó para dejar un beso en sus labios que le tomó por sorpresa.—Nos vemos luego, ¿Si?
Hoseok asintió, sumiso, y Taehyung le sonrió una vez más antes de irse hacia el cuarto donde J Hope había encerrado a un Kitty Gang semidesnudo. Jungkook tuvo la amabilidad de traer un poco de ropa para él ante de que despertara, y forzó a J Hope a ayudarle a ponersela.
En en el trascurso, una cabellera negra y rostro angelical aparecieron en el campo de vista de V.
—Kook.—Musitó, rodeando la cintura del menor con sus brazos.—¿A dónde ibas?
Jungkook sonrió inocente, dejando un beso fugaz.—A ninguna parte.—Respondió, entrelazando sus brazos detrás del cuello de su novio.—¿Y tú?
—A ver a nuestro invitado, ese que dejaste escapar la última vez.—Jungkook bajó la cabeza.
—Lo siento, sabes que yo no quise...
—Ya, no importa.—Besó la punta de su nariz y tomó una de sus manos para entrelazarlas.—¿Vienes conmigo?
Jungkook asintió, pero antes de que pudieran avanzar, llamó su atención.—V... Hum... ¿Podrías...
—¿Qué?—V alzó una ceja, Jungkook se convenció mentalmente de que lo que hacía, era lo correcto. Era lo justo, después de el dolor que había pasado a causa de su infidelidad.
—Ser algo... Compasivo.—V arrugó el entrecejo, abriendo la boca para replicar, pero Jungkook se le adelantó.—Solo considéralo, quizás logres obtener respuestas sin necesidad de ser tan brusco.
V gruñó, sin soltar la mano de Jungkook, emprendió su camino hasta el lúgubre cuarto, el lugar apestaba, y a penas y estaba iluminado a través de unas rendijas. V no se esmeraba por cuidar de lugares como esos, porque sus víctimas merecían permanecer en lugares así.
Introdujo la llave en la cerradura, y la puerta se abrió con un chirrido. La cabeza de Kitty se alzó, y V finalmente se topó con aquellos ojos almendrados que le resultaban tan desagradables de ver. Había sido un verdadero dolor de cabeza, y el tenerlo encadenado dentro de cuatro paredes que le pertenecían únicamente a él, y que su padre había conseguido con mucho esfuerzo, era satisfactorio. Lo que fuera que tramara Kitty Gang, ya le era imposible, y tarde o temprano, terminaría por soltar todos los secretos que el bastardo se guardaba bajo esa mirada impregnada de odio, y aquella sonrisa de come mierda.
Y en efecto, Kitty Gang sonrió, como si fuese él quien tuviese el control de la situación. Nunca estaba de más ser precavido, por lo que V no entró sin dos de sus hombres resguardando a sus espaldas, y manteniendo una distancia prudente junto a Jungkook.
—¿Qué pasa, V? ¿Tienes miedo? ¿Temes acercarte y que te patee?—Se burló Kitty Gang. V tensó su mandíbula, y el pelirosa se sintió triunfante, hasta que el semblante del castaño cambió, y una sonrisa perversa se dibujó en su rostro.
—Para nada, gatito.—Se inclinó hacia delante, llevando su mano hasta su pierna, por encima de su bota, donde ocultaba un cuchillo afilado. Jungkook se sorprendió de que trajera eso consigo, pero no debería, es el jefe de Jugeum, y debía estar protegido. No era de extrañar que trajera más de un arma consigo.—Conversemos un poco ¿Si?—Kitty lo miró expectante. Los hombres solo esperaban en silencio, a excepción de Jungkook, quién se le habían crispado los nervios por la situación. Algo malo sucedería, y sus ojos no estaban hechos presenciar ver aquello.
—Mejor te dejo solo, amor, yo iré a casa.—La expresión de Jungkook reflejaba que no quería estar allí, por lo que Taehyung no le dio demasiadas vueltas, antes de darle un beso, y dejarle ir.
—Bueno.—Dirigió su vista a Kitty.—Mi novio me ha pedido que tenga algo de compasión por ti.
—No tienes que hacerlo, no lo necesito.—Farfulló.
—No iba hacerlo de todas formas.—Se encogió de hombros.
—¿Y bien?—Kitty elevó la cejas. Sabía que si el castaño estaba allí era para interrogarlo, o matarlo. No para desperdiciar el tiempo.
—¿Para quién trabajas?—Kitty Gang resopló, cansado de haber oído la misma pregunta decenas de veces.
—No tengo un jodido jefe.—Respondió.
—No te creo. J Hope y Agust D me han dicho que trabajas para alguien. Y además, Te ves lo suficientemente astuto para no meterte tú solo con una mafia tan poderosa como la mía.
—¿Qué si es así?—Kitty le envió una mirada desafiante. No le gustó nada oir el nombre de Agust ser pronunciado otra vez. Lo aborrecía.
—¿Y tus amigos? Los otros dos con los que te han visto.
—No sé de qué hablas.—Sonrió con inocencia.
—Claro que si.—Gruñó.—¿Derecha o izquierda, gatito?
Kitty se lamió el labio antes de hablar.—¿Derecha?
V alzó el arma hacia atrás, y con una precisión envidiable, lanzó el cuchillo incrustando el filo de esta contra el muslo derecho del pelirosa.
Ahogó un alarido cuando traspasó su piel. No llegó demasiado profundo, pero si lo suficiente para hacerlo gemir y cerrar sus ojos con todas sus fuerzas, escuchando el tono grave de la risa de V resonar dentro de aquel cuarto oscuro.
—Un placer platicar contigo, Kitty Gang, volveré... En algún momento.—Agitó su mano en señal de despedida, e hizo una leve reverencia antes de marcharse.
—Maldita sea.—El susurro de Kitty no fue escuchado por nadie más que él. Y no maldijo a V, aunque se mereciera mil maldiciones y más una bala en la cabeza. Maldijo a Agust D, que era quien albergaba en su mente con cada sucio recuerdo creados para engañarle. Para su propio placer, supuso. Agust ya había tenido suficiente del pelirosa.
V salió sin respuestas, pero complacido. No había nada mejor que convivir con tus enemigos y hacerles pagar. Cobrar cuentas era su pasatiempo favorito. Sin embargo, había algo que le hacía casi tan feliz, y le esperaba en casa.
Cuando llegó a su hogar, su novio le esperaba sentado sobre la cama, tecleando sobre la computadora portatil.
—¿Kook?—Taehyung entró. Al principio temió por la expresión neutra y carente de alguna emoción, pero al cabo de unos segundos, observando la sonrisa pasmada en el rostro de Taehyung, suavizó su gestó, e hizo una leve sonrisa, a penas notable.
Kim Taehyung era lo suficientemente tonto para no notar que algo andaba mal con su novio desde hace días. Las cosas no iban igual que siempre, y Jungkook no lo recibió con su radiante sonrisa y sonoro beso en la boca como lo era habitualmente.
El tiempo que pasaba solo en casa, era cuando más recordaba lo sucedido con J Hope.
El mayor tuvo que acercarse para cerrar la portátil y hacerla a un lado. Lo empujó suavemente contra la cama, tumbándose sobre él y besando los dulces labios de su pareja.
—¿Qué pasa, Kook?—Taehyung besó su nariz.—¿Por qué no me besas?
—¿Has estado con J Hope de nuevo?
El castaño resopló con disgusto.—No Jungkook.—Tomó sus labios de nuevo, besándole con deseo. Jungkook quería protestar, alejarlo de él para poder hablar. Quería escuchar si quiera una disculpa del mayor.—Olvídate de eso, Kook, ya no importa.
Taehyung gimió sobre su oido, creando fricción entre sus miembros al mover sus caderas.
—Es que no puedo.—Taehyung gruñó, bajando la cremallera de Jungkook seguido de sus pantalones y ropa interior, sacando un respingo del pelinegro.—Ah... TaeTae, ahora quisiera que habláramos, no quiero...
—¿No quieres?—Frunció el ceño, desabrochando su propio cinturón para liberar su erección. Por más que se mostraba enojado, no podía evitar excitarse cuando Jungkook se negaba a tener sexo.
—Hoy no tengo ganas.—Le miró suplicante. Y no es porque su novio no le hiciera sentir bien, al contrario, amaba cuando se entregaba a Taehyung, y se sentía querido por él. Pero no le resultaba agradable si su cabeza solo podía pensar en el encuentro con J Hope, y en sus planes con Kitty.
—Claro que tienes.—Ni siquiera se tomó el tiempo de quitar sus camisas cuando separó las piernas de Jungkook. Este vacilaba en dejarse llevar o no. Sus pensamientos le torturaban al recordarle que aquello no era amor. Taehyung no le hacía el amor, porque hacía aquello mismo con otras personas, y le dolía. Dolía tanto que no pudo evitar el momento que sus ojos se cristalizaron, delatándolo.
—¿Qué pasa, amor?—Se relamió los labios cuando Jungkook negó con la cabeza, y se intentó apartar.
—Taehyung, de verdad que ahora no puedo.
—¿Que no puedes?—Presionó su cuerpo contra el colchón, devolviéndolo a su posición original.—¿No me querías para ti? ¿O prefieres que me folle a Hope?—Jungkook soltó una lágrima al oírle. ¿Cómo podía decir algo así en aquel momento?—Deja de llorar y disfruta.
Apretó sus muslos con sus dedos, alzándolos para dejar a la vista la entrada rosada del menor. Alineó su miembro palpitante, y se introdujo, gimiendo del placer que le regalaba las estrechas paredes de su chico.
Jungkook se quedó en silencio. No le gustaron las palabras de Taehyung, pero prefirió callar, y no emitir sonido alguno cuando entró en él sin su supervisión. Taehyung ni si quiera esperó, una vez que se adentró, comenzó a embestirlo con fuerza, esperando porque el menor le indicara que lo estaba disfrutando tanto como él.
Tomaba las caderas de Jungkook para moverlas al compás de las suyas. Jungkook no sintió placentera la intromisión, ni si quiera había estado excitado, pero al cabo de unos minutos de amortiguar quejidos, y observar con ojos vidriosos a su novio moviéndose con agresividad delante de él, con el cuerpo sudoroso, decidió disfrutarlo él también. Debía dejar a un lado el sentimentalismo si quería cumplir su objetivo. Al menos tendría que aprovecharse del buen sexo que Taehyung le ofrecía.
Este último ni siquiera se percató de la incomodidad del menor, pues cuando comenzó a gemir, y a mover sus caderas para sentir su miembro con más profundidad, dio por hecho que había conseguido su perdón.
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