Capítulo 1.
어떻게 널 다룰까?
Mientras caminaba de un lado a otro, su mente parecía cada vez hacer más escenarios que antes. Cada uno más atemorizante que el anterior, todos con un trágico final. Jimin atrapado, esperando que alguien fuera por él; Jimin con un cuchillo rozando su cuello impidiéndole moverse; Jimin recibiendo un disparo en su cabeza...
La puerta se abrió de pronto, y Jimin apareció, con la frente sudada, la ropa sucia con barro, y su pecho subiendo y bajando a causa de su acelerada respiración.
—¡Jimin!—El pelinegro se lanzó a sus brazos y rompió en llanto. No quería parecer débil, pero era inevitable después de todo lo que había sucedido, y cómo había tenido que dejar al menor en medio del caos.—Santos cielos, lo siento, Jimin, no debí dejarte, no debí hacerlo. Tuve tanto miedo.
—Ya, Jinnie.—Jimin acarició su cabello con una dulce sonrisa surcando su rostro mientras escuchaba los sollozos se su mayor sobre su hombro.-Sabes que no había alternativa, si no salías de allí, ninguno de los dos íbamos a sobrevivir.
Seokjin alzó su cabeza y sorbió por la nariz observando el rostro del pelirosa. Suspiró más que aliviado porque Jimin estuviera a salvo. Tal vez no en perfecto estado, pero vivo.
—Esto de las persecuciones no son lo mío, Jiminnie, creo que estoy mucho mejor con las computadoras.
Jimin rió y finalmente cerró la puerta tras ellos, dejando su sudadera manchada en el perchero junto a la entrada.
—Ya lo sé, pero honestamente, estuviste estupendo, de no ser por ti...
—No mientas, Jimin.—Bajó su cabeza con un semblante triste.—Soy un desastre para esas cosas.
—¡Hey!—Jimin frunció el entrecejo, estupefacto.—No miento. Necesitaba alguien que cubriera mi espalda, y tú lo hiciste perfectamente.
—Namjoon hubiese sido mejor.—Hizo una mueca.
—Y Namjoon no está. Seguro está bastante ocupado ahora mismo, sabes que hemos tenido ciertos problemas, y tu deber es suplantarlo mientras no esté.
—Ya sé.—Contestó Seokjin disgustado. No podía molestarle más la situación. A pesar de que hubiesen tenido éxito en el transcurso de los años, ahora tenían bastantes problemas. Destacando a la enfurecida pandilla de motociclistas que los habían estado buscando después de "accidentalmente" haber matado a uno de sus hombres.
Lo recién ocurrido, era uno de sus menores preocupaciones. Aunque había sido un desafío recuperar el dinero perdido de aquellos matones a los que se tuvieron que enfrentar, Kitty Gang era lo suficientemente listo para rehacer un plan sin la participación de Namjoon, debido a que este tenía que encargarse de unos asuntos legales, no tan legales. En realidad, iba a hacer negocios con un fiel amigo experto en falsificación de documentos, cosa que les ayudaría a trasladarse a Daegu.
Daegu sería su próximo refugio, puesto que allí tenían un conocido que los protegería momentáneamente de los motociclistas, siempre y cuando cumplieran con un pequeño trabajo que tenía para ellos.
La puerta se abrió repentinamente, y ambos giraron sus cabezas hasta encontrarse con Namjoon, entrando con una expresión cargada de cansancio.
—¿Chicos? ¿Todo bien?—Preguntó mirando a Seokjin y Jimin de arriba a abajo.—Díganme que están bien, no me gusta dejarlos solos.
—Por favor, Namjoon.—El pelirosa bufó con una sonrisa.—No somos niños, sabemos lo que hacemos. Todo salió de maravilla.—Le guiñó un ojo, y Namjoon suspiró.
—No te hicieron daño, ¿Cierto, Jinnie?—Se dirigió a Seokjin. Su mayor preocupación, porque a pesar de que era un chico fuerte, sabía que Jimin era mucho más resistente, mientras que Seokjin era un poco frágil. Sobretodo porque Jimin y Namjoon eran quienes se encargaban de enfrentar a los enemigos. Aunque, Jimin tenía la leve sospecha que todo se debía al enamoramiento que traía Namjoon desde que se conocieron.
—Claro que no, estaba con Kitty Gang, él me protegió.—Miró con orgullo a Jimin.
Kitty Gang era el nombre por el que era conocido el menor. Incluso Seokjin y Namjoon lo habían conocido principalmente como Kitty Gang, pero luego de un largo tiempo trabajando juntos, Namjoon y Seokjin se convietieron en sus amigos más cercanos, y sus únicos amigos hoy en día. Por esta razón, eran las únicas personas que conocían su nombre real.
—Muy bien, Kitty.—Namjoon palmeó su hombro.—Será mejor que vayas a empacar tus cosas.
-
—¿Nos vamos a Daegu?—Preguntó Jimin con una enorme sonrisa. Ansiaba salir de ese lugar. Seúl no era el lugar más seguro para chicos como ellos, y además, conocía la ciudad a la perfección, desde los grandes edificios y centros turísticos, hasta lo más recóndito de los callejones. Ya estaba aburrido.
—Así es.—Namjoon sonrió, mostrando sus hoyuelos.—Hoy mismo.
—¡¿Hoy mismo?!—Dijo Seokjin exaltado.—Hay que darnos prisa, Nam, ¡Vamos!
Jimin los vio irse hasta la habitación que compartían. No se había esforzado en contradecir nada cuando Namjoon había reclamado la habitación suya y de Seokjin. Solo habían dos habitación en el lugar, y Jimin estaba más que complacido de tener una para él solo.
Ahora, no sabía que era lo que venía. Tenía un techo asegurado allá en Daegu, por un trato que Namjoon había hecho, un lugar dónde quedarse a cambio de un favor. Pero eso no significaba que estarían en un hotel lujoso, tal vez tendrían que compartir todos una habitación, o incluso compartir una cama.
Llegaron a Daegu poco después. Jimin pasó de estar sucio y sudoroso, a bañado y bien perfumado.
Namjoon les había pedido que usaran lo mejor que tuvieran, para dejar una buena impresión frente a Cha Eunwoo, el hombre que los protegería mientras estuvieran en aquella ciudad.
Daegu era solo algo temporal, al menos hasta que los motociclistas dejaran de buscarlos, o ellos tuvieran los recursos suficiente para defenderse por sí mismos. Las provisiones se agotaban.
–Kitty, ¿Seguro que arreglaste tu cabello?—Seokjin lo miró con el ceño fruncido y se acercó para acomodar el cabello del menor.
—Si, si lo hice.—Inclinó su cuerpo hacia atrás, intentando alejarse del toque del pelinegro.—Para.
—¡Tienes que estar presentable!—Insistió.—¿Qué dirá el señor Eunwoo cuando vea un mechón fuera de su lugar?
—¡Nada!—Se hizo a un lado con un manotazo.—A Eunwoo no le importa como luzca, le importa hacer negocios.
—Eres un niño berrinchudo.—Seokjin arrugó los labios y se dio media vuelta para adentrarse al baño.
Namjoon, quien había ignorado la escena, terminaba de subir las mangas de su camisa frente al espejo. Sabía que Jimin era el más disgustado con la situación, puesto que estaba siendo obligado a usar ropa que no era su estilo. Pero Namjoon más que nada quería que Eunwoo pensara que se tomaban las cosas en serio, y que no vendrían a causarle problemas, si no a solucionarlos.
Después de que todos estuvieran listos, salieron del apartamento.
Para su sorpresa, tenían un apartamento con tres habitaciones para cada uno, en el mismo edificio donde estaba el señor Cha Eunwoo, solo que este vivía muchos pisos más arriba.
Subieron, acompañados de dos hombres que trabajaban para Eunwoo. Jimin miró a los dos completamente extrañado de que Eunwoo enviara solo dos hombres, no le parecía suficiente. Pero el no era quién para juzgar decisiones ajenas.
Contuvo la respiración cuando se adentró al gran apartamento, espacioso y hermoso. Jimin alguna vez había estado en un lugar así, pero no duró más que unos meses para que tuviese que abandonar el lugar y huir con Namjoon y Jin al otro lado de la ciudad.
—Namjoon.—Un hombre de baja estatura apareció con una radiante sonrisa dirigida hacia el moreno. Luego pasó su mirada por el resto de los presentes, y extendió sus brazos.—Bienvenidos.
—Señor.—Seokjin hizo una inclinación y Eunwoo bajó sus brazos, arrugando el entrecejo.
—No me llames señor, solo tengo veintiún años.—Bufó, indignado.—Soy Eunwoo para todos ustedes, después de todo, somos amigos, ¿No?
—Yo no lo conozco.—Kitty Gang se cruzó de brazos y Seokjin lo reprendió con la mirada.
—Cha Eunwoo, conocido como modelo en toda la ciudad, y como jefe de un cartel de drogas solo para cierto porcentaje de la ciudad, incluyéndolos.—Se acercó y extendió su mano hacia el pelirosa.—Es un placer, Kitty Gang.
Jimin observó la mano extendida, y la tomó, con las mirada de Seokjin y Namjoon analizando cada movimiento.
Todos admiraban a Cha Eunwoo. Un joven pelinegro de veintiún años, que modelaba trajes para grandes empresas, reluciendo con envidiable figura y hermoso rostro, sin saber que detrás de aquel precioso modelo de Corea del Sur, escondía el título de líder de una de las mafias más reconocidas del país.
—El placer es mío, Eunwoo.—Jimin fingió una sonrisa lo suficientemente convincente para Eunwoo, quien soltó su mano y tomó un respiro antes de hablar.
—Ahora, ¿Se les ofrece algo más? Si quieren ser cambiados de piso, con gusto se los puedo conceder.
—Por ahora, estamos bien.—Contestó Namjoon por todos.—Es más de lo que pedimos, realmente estamos agradecidos.
—Un gran favor, por otro gran favor.—Habló Eunwoo sentándose sobre un sillón, indicándole a los demás que podían hacer lo mismo.—¿Tienen hambre?
Todos negaron al mismo tiempo, habían comido durante el viaje, y no eran capaces de aceptar algo más.
—¿Puedes ir al grano?—Preguntó Jimin. Seokjin tragó saliva preocupado por la confianza que había adquirido el menor.
Eunwoo alzó sus cejas, y sonrió de forma divertida.—Lamento que esté ocupando tu valioso tiempo, Kitty Gang, sé que tienes mejores cosas que hacer ahora mismo.—Dijo, con sarcasmo.—Y yo igual, así que solo les diré que tienen que hacer y podrán irse.
—Mhm.—Jimin asintió de acuerdo. En cambio, Namjoon y Seokjin guardaban silencio, temerosos de decir algo incorrecto, o que Kitty empeorara la situación
—V es uno de mis enemigos, es un hombre testarudo e insoportable.—Eunwoo rodó los ojos.—Y tiene a dos hombres consigo que no han hecho más que causarme problemas. Todos ellos son, pero esos dos en particular, quienes me tienen el negocio arruinado.—Negó con la cabeza, recordando al par que había acabado con más de uno en su territorio.—J Hope y Agust D.—Los nombró con desagrado.—No se fíen de ellos, especialmente de Agust.
Jimin bufó y se puso de pie.—¿Los quieres muertos? Hecho. Creí que nos pedirías dinero o algo más.
—Jimin, siéntate.—Ordenó Seokjin.
—Oh, no hay problema.—Eunwoo se levantó e hizo un gesto con su mano restándole importancia.—Eso exactamente es lo que necesito, J Hope y Agust D muertos, para llegar a V. Tómense el tiempo que sea necesario, mis compañeros les enviaran la información que necesiten de ellos. Si necesitan que alguien los lleve a algún lugar, les dejé un número en su apartamento.
–Hasta luego, Eunwoo, un placer hacer negocios contigo.—Jimin se despidió agitando su mano. Seokjin y Namjoon se levantaron y se despidieron con una inclinación para salir del lugar tras Kitty.
—Ten cuidado con Agust, Kitty, no quiero recibir una parte del cuerpo de uno de mis amigos en una caja, otra vez.
Fue lo último que escuchó Kitty antes de atravezar la puerta.
–Pudiste haberte quedado callado, Kitty.—Musitó Seokjin, enojado.—Él es quien paga todo esto.
—Ya, Jinnie.—Namjoon apretó su hombro.—No exageres, Kitty sabe lo que hace.
—Es un niño, y le estoy ayudando.
—Él no necesita...
—¿Ayuda?—Jimin interrumpió a Namjoon, mirando directamente a los ojos de Seokjin, desafiante.—Claro, Jin, el niño que clavó un cuchillo en cada persona que te juzgó, necesita tu ayuda.—Alzó la voz.—Creo que necesito aprender a cerrar la boca, porque seguro Seokjin sabría manejar las situaciones con un poco de amabilidad, ¿Cierto?
Jimin se adentró al ascensor con pisadas fuertes y presionó el botón antes de que los otros dos pudieran seguirlo.
Seokjin era una persona muy diferente a lo que Namjoon o Jimin eran, y ese era el gran problema entre ellos. Namjoon al menos había aprendido a lidiar con ello, Seokjin no era un chico rudo. Era alguien respetable, dulce, y muy listo. Pero Jimin no había logrado adaptarse. A pesar de tantos años juntos, y tanto amor que sentían el uno por el otro, siempre habían discusiones de por medio. Seokjin era demasiado pacífico para el carácter de Jimin. Y al pelirosa le gustaba llevar las cosas a su estilo.
Sin embargo, eran mejores amigos. La rabia de Jimin pasaría en un rato, y probablemente se reunirían para planear cómo acabarían con J Hope y Agust D, como siempre sucedía.
En cuanto anocheció, y Seokjin y Namjoon se encerraron en una habitación, Jimin tomó una sudadera y se colocó la capucha antes de salir. Namjoon había dicho que no saliera solo, por seguridad, pero Kitty Gang muy pocas veces hacía caso a lo que Namjoon o Seokjin advertían. De todos modos, nunca estaban seguros. Así que andar en una ciudad como esa, sería lo mismo que cualquier ciudad que hubiera recorrido antes. Él sabía cuidarse.
Salió del edificio y comenzó a caminar sin un rumbo fijo. Solo buscaba conocer un poco más la zona, para al menos saber ubicarse durante el tiempo que estarían allí.
Mientras caminaba, con las manos metidas en sus bolsillos, observando una hilera de locales ubicados al otro lado de la calle, sintió una voz ronca detrás suyo.
—Dame todo lo que tengas.—Jimin se giró, encontrándose con un hombre que le doblaba la edad, con un cuchillo sobre sus manos, señalando su estómago.
–No tengo nada.—Soltó Jimin, ladeando su boca y encogiéndose de hombros. Y por supuesto que traía dinero consigo, pero no se lo daría a cualquier patán que lo apuntara con un cuchillo.
El hombre estuvo a punto de clavar el cuchillo, cuando Jimin sacó su pistola de su pantalón y disparó a la cabeza del hombre sin vacilar, en cuestión de segundos. Las gotas de sangre salpicaron sobre el rostro del pelirosa, pero este solo sonrió, y guardó su arma nuevamente, apreciando como el cuerpo del hombre se desplomaba sobre el suelo con un agujero atravesando su cráneo.
Cuando dio la vuelta sobre sus talones, se topó con otra persona obstruyendo su camino. Suspiró con pesadez y acercó su mano a su arma, preparado para cualquier cosa, antes de alzar su vista.
—Creo que tienes una mancha en el rostro.—Jimin se estremeció cuando una mano tocó su mejilla. Observó confundido al chico rubio que sonreía frente a él.
—¿Y tú quién eres?—Reaccionó bruscamente, apartándose de aquellos largos dedos, con su arma empuñada.
—Nadie importante.—El chico se encogió de hombros y se fue, dejando a Jimin extrañado y con una amarga sensación.
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