Hace meses desde la última vez que te vi.

¿Fue acaso buena mi elección? ¿Fue un error?

No podía permitir que nada de esto te afectara... Sabía bien todo lo que pasaría, ¡podía evitarlo!

¿Era realmente protegerte lo que me movía? ... ¿O era el deseo de sentirme mejor persona, de reparar los restos destrozados de mi alma, de sentirme un héroe?

Pude evitar todo lo que pasó, pero decidí esperar a que empezara y poder salvarte, hacerme el héroe, que por fin estuvieras orgullosa.

Pero esos trozos destrozados de alma fueron corrompiéndose. A medida que pasaba el tiempo, fui odiándote más y más.

Aún recuerdo tus últimas palabras... "No importa, hijo, no es tu culpa. Ser luz u oscuridad, perdón y pena no se eligen."

Después, cerraste los ojos. ¿En qué me he convertido? El reflejo del espejo me muestra un asesino. Un verdadero monstruo, ¡alguien sin piedad! Ojalá pudiera volver atrás...

Te echo de menos, mamá. Ojalá pudiera volver atrás, deshacer lo ya hecho... Pero es imposible.

Aún conservo aquel peluche que me diste de bebé... Y el cuchillo que tu vida segó.

Ya no sé qué hacer. Si estuvieras aquí, me dirías que siguiera adelante, que todo mejoraría... Pero no estás.

¿Cómo puedo vivir con éste mal? Me enseñaste como amar cuando no podía escapar... Me entregaste todo de ti y lo desheché sin más...

Puedo seguir, o puedo rendirme. No sé qué hacer...

Pero, haga lo que haga...

Espérame, mamá.