
Capítulo: 17
Una vez estamos fuera de casa noto a Emma un poco inquieta, por lo que inquiero que está nerviosa.
<<¿Por qué tiene miedo?, no me importa la opinión de nadie, a excepción de la de mi abuela. Aunque sé que a ella le encantará>>.
Sus dedos temblorosos intentan peinar algunos mechones rebeldes que se han salido de su cola de caballo.
—Ya ven— la apuro —estás preciosa.
Se apresura para venir a mi encuentro frente a la puerta. Esta se abre dejando ver a Elena, la ama de llaves con la que me acostaba de vez en cuando (entre tantas), tiempo atrás.
No me quita los ojos de encima pero intento ignorarla.
<<¿No se cansa?, ya tengo hasta novia y aún así sigue detrás de mí>>.
Emma toma mi mano frunciendo el ceño levemente, mirando hacia ella.
Unos segundos después, finalmente, nos hace pasar y tomar asiento en la sala.
—¿Desea algo?— pregunta a Emma y sigue con su insistente mirada en mí.
—¡Estoy aquí!— exclama Emma y chasquea los dedos sutilmente para llamar su atención.
—¿Desea algo?— vuelve a preguntar, esta vez mirándola a ella.
—Agua, por favor— le dice ella.
Para acto seguido retumbar sus tacones en el mármol hacia la cocina.
<<Llegó la hora de llamar a mi abuela. Ya no me aguanto más, necesito ver su reacción>>.
—Voy a llamar a mi abuela, quédate aquí— le digo a Emma, quien parece un poco nerviosa, pero aún así asiente y esboza una leve sonrisa en aprobación.
Me introduzco por todo el pasillo, recto, hasta su habitación. Está sentada en su sofá tejiendo.
<<Siempre teje ropa de bebé. Dice que son para mí>>.
—Hola, mi pichón— su vista sigue fija en el tejido pero las comisuras de sus labios se elevan formando una cariñosa sonrisa en saludo.
—He traído a mi novia.
—¿En serio?— sus ojos encuentran los míos de inmediato, como tratando de encontrar en ellos algo que le confirme que le estoy diciendo la verdad.
Asiento.
—¿Vamos?— extiendo mi mano para ayudarla a pararse.
—¡Claro!— exclama y extiende la suya para estar a mi altura —muero por conocer a la madre de tus hijos.
Pongo los ojos en blanco.
<<Siempre se adelanta a los acontecimientos>>.
—Mmm, es rubia— dice una vez el pelo de Emma se deja ver cayendo en cascadas a través del sofá de felpa.
Emma por su lado, tiene los ojos cerrados como si estuviera disfrutando de algo o simplemente tratando de tranquilizar sus nervios.
—Emma— exclama sorprendida.
<<¿Cómo?, ¿estas dos se conocen?, ¿de dónde?>> interfiere mi subconsciente.
—Señora Victoria— exclama ella con igual sorpresa.
<<Yo, de más esta decir que estoy con la mandíbula en el suelo>>.
—No puedo creer que seas tú— dice mi abuela tomando las manos de Emma entre las suyas para de inmediato abrazarla. Emma le devuelve el abrazo con el mismo fervor.
—Mira, Jonathan, ella es la chica de la iglesia que quería que conocieras— dice una vez ha terminado el abrazo.
<<¿La monja?>>.
<<Pues ya ves que "La monja" no es tan monja>> se burla de mí mi subconsciente.
—No puedo creer que seas la monja— la abrazo por detrás envolviendo su cintura con mis brazos para acto seguido depositar un beso en su suave mejilla.
<<El mundo es un pañuelo>>.
—¿Cómo que la monja?— pregunta riendo a carcajadas.
<<Su risa es simplemente preciosa, como todo en ella>>.
—Le hablé de ti el día que te encontré en la iglesia con tu abuelo. Le dije que quería que te conociera y desde ahí te llama "La monja"— dice mi abuela siguiéndola con la risa.
—¿Cómo se conocieron?— pregunta mi abuela curiosa una vez nos hemos recuperado de el ataque de risa <<me incluyo>>.
—Fue raro— dice Emma con las mejillas sonrosadas.
—Ella fue la rara— contraataco.
—¿Y yo por qué?— pregunta con fingida ofensa.
—Pues porque, ¿quién va caminando mirando sus zapatos?, solo tú.
<<Es la chica más loca que conozco>>.
—Exactamente, solo yo— sonríe para acto seguido ladear la cabeza y depositar un beso en mi mejilla.
<<Sus labios están tibios y tengo muchas ganas de besarla, bueno, ¿cuándo no?, es adictiva>>.
Mi abuela nos mira con adoración.
<<Ya, ni ella se cree que has sentado cabeza, un poquito, ¡por fin!>> d
exclama mi subconsciente.
—Aquí está su agua, señorita— interrumpe Elena.
<<Tan inoportuna como siempre>>.
Emma se deshace de mi agarre y su mirada se muestra inquisitiva sobre la de Elena que está en mí insistente.
Finalmente toma el vaso que le ofrece y bebe de su agua.
Una vez se ha ido se nota más relajada y serena, hasta se sienta en el acolchado sofá de felpa color piel.
—Emma, querida, traeré el álbum de fotos de Jonathan. Ya verás, todo un principito— pongo los ojos en blanco ante su idea de ir a buscar mis fotos de niño.
—Muero por ver eso— dice Emma con evidente emoción.
<<Hay muchas fotos en ese álbum que son dignas de meme>>.
—Con que "La monja"— dice una vez mi abuela se ha ido en busca del álbum.
—Fue un apodo muy mal puesto. Indiscutiblemente de monja no tienes nada— digo con picardía. El sonrojo hace acto de presencia en sus mejillas.
—¿Por qué no?— se hace la que no sabe de que estoy hablando.
<<Ah, ¿quieres jugar?, vamos a jugar>>.
Mi mano se posa en la piel desnuda de su pierna derecha.
—Las monjas no tienen pareja, muchísimo menos se lo montan en el sofá de su trabajo— susurro pegado a su rostro. Puedo notar como se estremece bajo la fría caricia de mi aliento impactando contra ella.
—Te pega más y prefiero el "Rubia Peligrosa".
El carraspeo de una garganta que conozco a la perfección nos saca de nuestra burbuja.
Es mi padre.
<<De todos los momentos del mundo, tenía que aparecer en este>>.
—¿Quién eres?— pregunta a Emma con voz gélida e impasible.
—Ella es Emma, mi novia— respondo yo por ella mientras me levanto a su altura.
Su mirada analiza a Emma de arriba a abajo, tratando de encontrarle algún defecto.
—Soy el padre de Jonathan— dice finalmente sin mostrar ningún tipo de emoción.
Como el patán que es ni siquiera tiene el aquello de saludarla. Por lo que ella tiene que dar el primer paso e ir a saludarlo.
Ella extiende la mano en saludo y como lo mal educado le brota por cada poro de la piel deja su mano extendida hasta que a él le place extender la de él.
<<Cálmate>> sugiere mi subconsciente.
—Bien, Emma, ¿qué es lo que quieres de mi hijo?— pregunta una vez se ha sentado.
<<La verdad es que su pregunta no me toma de sorpresa en absoluto. Es tan básico y materialista>>.
—Papá..— advierto para que no se atreva a ir más allá con sus ofensivas palabras.
<<No se que sería capaz de hacer si ofende a Emma>>.
—¿Cómo que qué quiero de Jonathan?— pregunta Emma después de procesar lo que le ha preguntado.
La vena de mi cuello comienza a latir <<no es una buena señal>>.
—¿Cuánto vale tu amor?— pregunta como si se tratase de un melón que va a comprar en el mercado y no de el amor de su hijo.
Cierro mi puño con fuerza en un intento de calmar mi temperamento.
<<No quiero que Emma sea testigo de como le meto un guantazo en toda la cara a este legítimo capullo que es mi padre>>.
—Señor, no se a donde quiere llegar con esa pregunta. Mi amor no tiene precio y es totalmente sincero— sentencia.
Su respuesta hace que mi pecho se infle de satisfacción.
<<Pero aún así, eso no es suficiente para calmar el coraje que estoy sintiendo en este momento>>.
—Vamos— ríe seco —todos tenemos un precio en esta vida. El dinero mueve al mundo y el interés es normal en chicas de tu tipo.
—¡Papá!— espeto —no te pases con Emma. Ella no es como tú— grito y hasta yo me sorprendo por mi autocontrol.
<<Si hubiera sido en otros tiempos ya le habría golpeado>>.
Siento la mano de Emma acariciar mi brazo en un intento de calmarme, pero es en vano, lo que me falta para tomarla de el brazo y sacarla de aquí es nada, eso, o hacerle un moretón a mi padre en su perfilada mandíbula>>.
—Después hablamos, entiendo que no quieras delatarte delante de él.
Voy a responderle yo cuando Emma se me adelanta al decir:
—Mire señor, no se que tipo de persona ha pensado que soy y ¿sabe qué?, tampoco me importa, lo que no pienso tolerar es que menosprecie de esa manera el amor que se merece su hijo— espeta con franqueza y va a hablar algo más cuando la tomo de el brazo y la hago salir conmigo de allí.
Me subo en la moto lo más rápido que puedo y hago que ella haga lo mismo.
<<Necesito ir a la velocidad máxima en esta cosa y dejar que el viento se lleve este cóctel de emociones que estoy sintiendo>>.
Aproximadamente unos 45 minutos después de manejar hasta donde nos llevara el viento estamos en las afueras de una cafetería de mampostería.
<<La arquitectura no es la más moderna que tú digas "Wao" pero el ambiente mejora a un 50% el asunto>>.
En el interior se deja ver un grupo musical que en mi opinión, no está nada mal, o al menos eso es lo que opino después de las 4 canciones que he escuchado después de nuestra estadía aquí.
—¿Te gusta?— pregunta Emma rompiendo el incómodo silencio que se había hecho presente desde que salimos de casa.
—Es bueno— digo carente de emoción.
<<Ella no tiene la culpa de que tu padre los haya tratado así>> interfiere mi subconsciente.
—Debe de gustarte mucho la música cuando tienes muchísimos carteles de bandas en tu cuarto— inquiere.
—En verdad, lo que me gusta es la guitarra eléctrica—confieso.
<<Siempre quise aprender pero mi padre siempre dijo que sería una pérdida de tiempo>>.
—¿En serio?, ¿por qué no te inscribes en algún grupo?— sugiere eufórica por mi confesión.
—No creo que sea bueno en eso.
Va a hablar cuando el móvil a su lado se enciende con una llamada de Nataly.
Se dirige hacia la entrada para contestar.
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Nota de la autora📖:
Holaaa, ¿todo bien?, espero que sí❤️.
Espero que el capítulo haya sido de su agrado☺️.
Si fue así me ayudarías mucho dejando ⭐️ y si gustas comentar tus partes favoritas sería de gran ayuda e inspiración para mí.
También recuerden que los estaré leyendo y dándole ❤️ a sus comentarios. Los amo muaaa💋⭐️❤️un beso enorme.
❤️Recuerden que hay actualizaciones todos los fines de semanas❤️.
Si encuentran algún error o falta de ortografía a lo largo de el capítulo, favor de hacérmelo saber lo mismo al privado o en este hilo de comentarios📖.
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