
Capítulo: 28✔️
Él paró de besarla de un momento a otro y comenzaron a conversar, no los escuchaba, pero sabía que lo estaban haciendo por el movimiento de sus labios.
Marcos está aún a mi lado pero él no dice nada, solo me mira extrañado por las lágrimas que salían de mis mejillas y yo ni siquiera había notado.
—¿Estás bien? —pregunta extrañado, con la ceja elevada en confusión.
—Estoy bien, solo debo irme a casa ya —vocalizo, antes de salir de ahí en busca de Mia, y que él tuviera que comenzar a seguirme.
—Voy contigo —dijo con notable preocupación y me siguió hasta afuera.
—¿A dónde van? —preguntan Leo y Alex, el chico al que conocí a través de la videollamada con Marcos.
—A casa —respondo con la vista fija en la carretera, para que no llegaran a notar que había estado llorando.
—Quédense un rato más —suplica Leo—. Vamos a conversar, beber y a jugar un rato.
¿Jugar?, ¿no estamos un poquito mayorcitos ya para eso?
«La que parece vivir en una burbuja eres tú. Ellos hablan de juegos de adultos».
Marcos me mira suplicante y sé lo que significa, quiere quedarse ese ratico y para mi desgracia, ni siquiera puedo irme sola parque Mia se ha quedado dormida en el cuarto de Nat y no pasa ni un jodido taxi a esta hora.
~~~~~~~~~~~~~~~🦋~~~~~~~~~~~~~~~~
—¿Quién se atreve a jugar verdad o reto con la botellita? Ojo, no apto para gente mojigata —advierte Leo e instintivamente Nat me mira a mí, poniéndome un poco nerviosa.
—¡Me apunto! —exclaman Jonathan, Lina, Alex y Marcos al unísono.
«¡Ash, zorra!» piensa mi mente cuando oye la voz de Lina seguida de la de Jonathan.
—Yo también me apunto —afirma Nat, dejándome perpleja.
¿Desde cuándo ella juega a estos retos?
—¿Emma? —me pregunta Leo, enarcando una ceja a su paso.
De seguro si digo que no se burlarán de mí, en especial Jonathan. Además, tampoco me apetece ser la única que no juegue y me toque sentarme a ver como Lina se lo come con la mirada, deseando por dentro la botella la señale a ella y él le responda o tenga que hacer lo que ella diga.
—Vale —acepto carcomida por los celos.
—Bien, el juego será como siempre ha sido; se gira la botella y a quien le toque el pico pregunta «Verdad o reto» y el que le toque la base responde. Lo único que va a diferenciar este juego de el tradicional es que las preguntas y retos están aquí —bate un pequeño frasco con pequeños papelitos doblados— y serán escogidos al azar, ¿de acuerdo?
Todos parecen estar de acuerdo cuando nos sentamos en círculo. A mi costado derecho se encuentra Nataly y en el izquierdo está Lina. Y cómo no, Lina está justo enfrente de Jonathan.
Probabilidades de que les toque: casi todas.
Como ocurrente de la idea de jugar a esto, Leo comienza girando la botella; y yo estoy nerviosísima. Sí he jugado a esto en otras ocaciones pero no así, a saber que cosas pervertidas estarán escritas en esos pequeños papeles doblados.
La punta de la botella apunta hacia mí y la parte trasera hacia Alex.
—¿Verdad o reto? —pregunto nerviosa por su respuesta.
—Verdad —decide con serenidad y una ligera sonrisa en complicidad. Parece saber lo nerviosa que estoy y me ayuda.
Leo extiende hacia mi dirección el pequeño recipiente abierto con los papelitos doblados, tomo uno al azar, de los que dicen «Verdad» y lo leo en voz alta.
—¿Última vez que diste un beso?
—¿Quién escribió esa pregunta? —Lina se mofa y yo no puedo evitar ladear la cabeza para poner los ojos en blanco.
—Hace unos días —contesta Alex, acercándose ligeramente para tomar de entre mis dedos el pequeño papelito con la pregunta.
"Sin querer" mis ojos se encuentran con los de Jonathan, quien está con una expresión seria, desvío la atención rápido y vuelvo a centrar mi vista en Alex.
Esta vez Alex debe girar la botella, y el pico apunta hacia Lina y la base hacia mí.
Ja.
—Emmi, ¿verdad o reto? —su sonrisa me molesta sobremanera, porque no es una sonrisa normal, se ve que le caigo mal, y muy sinceramente, ella a mí también.
—Verdad —respondo y ella sonríe antes de agitar el frasco y tomar el papel al azar.
Por mientras, Nat me ofrece un pequeño trago y me lo llevo a los labios. Necesito valentía.
Carraspea, leyendo para sus adentros la pregunta y después la suelta. —¿Has tenido relaciones con alguien de este grupo y con quién?
Mis ojos se abren como platos y comienza ese hormigueo en mis mejillas. ¿Qué tipo de pregunta es esa?
Noto la mirada de Jonathan divertida sobre mí.
Idiota. Está claro que esto le divierte.
—¿Qué pasa si solo contesto la mitad de la pregunta? —pregunto con la esperanza de que sea totalmente válido.
—Castigo —responde él de inmediato, apoyando las manos en el suelo.
Si espera que diga su nombre está completamente loco y equivocado.
—Sí —afirmo a la pregunta.
—¿Sí qué? —pregunta él, dejándome en ridículo y los demás ríen.
Imbécil.
—Sí he tenido relaciones con alguien de este grupo —cubro mi rostro totalmente ruborizado. Ya deseando que este momento acabe pronto. Claramente no tengo que cumplir con ningún castigo porque él mismo se ha encargado con sus preguntas de que medio grupo lo capte.
Giran la botella de nuevo y esta vez le ha tocado preguntar a Alex y a él le ha tocado responder.
—Reto —responde él, haciendo que mis bellos se ericen.
Quiero salir de aquí. Si vuelve a besar a Lina siento que no podré soportarlo.
—Lame el lóbulo de cualquier fémina que esté a tu derecha —lee Alex, haciendo que baje la mirada y mi corazón se acelere. Solo estamos a su derecha Leo (que claramente no es una fémina), Nataly y yo.
Entonces él se para y viene hacía mí, como por instinto yo también me paro y voy a su encuentro.
¿En serio lo va a hacer? ¿Va a lamerme delante de toda esta gente?
Mi piel recibe descargas eléctricas en cuando su mano aparta unos mechones de cabello de mi hombro. Poco a poco se va acercando peligrosamente y yo respiro profundo, cierro los ojos y justo después cuando pienso que voy a sentirlo, comienzo a notar su lejanía.
¿Qué?
—Pensándolo mejor, elijo castigo —cambia de opinión, y sí, de nuevo se está burlando de mí.
"Pinsandili mijir, iliji castigi". Al cabo que ni quería.
Todos ríen y yo no puedo sentir más vergüenza. Entonces Leo pasa el otro frasco de los castigos y él mete la mano para sacar el papelito.
La vida es injusta, después de lo que me hizo, su castigo fue tomarse un vaso de Vodka de una. ¿Qué mierda de castigo es ese? Eso no es un castigo.
Después de unos cuantos retos con saliva incluida y verdades que no dejaban mucho a la imaginación, el pico de la botella apunta hacia Jonathan y esta vez tiene que preguntarle él a Alex.
—Reto —responde Alex directamente, sin él habérselo preguntado aún.
—Te reto a irte a un cuarto con la chica que más te llame la atención de este grupo; solo por diez minutos —cuando termina de leerlo en voz alta estruja el papelito entre sus dedos y lo vuelve a colar en el recipiente.
Todos comienzan a chiflar y Alex fija su vista en mí. No se porqué me da la impresión de que esto no va a terminar muy bien.
Y en efecto, nada puede terminar bien cuando me toma de de la mano para ayudarme a pararme y después guiarme hacía la cocina de la casa.
Por un momento, miro hacia atrás y observo por el rabillo de el ojo a Jonathan, quien está fulminándome con la mirada.
Te tocó perder.
—Alex —lo detengo cuando hemos llegado a la entrada de el cuarto de Leo.
—¿Qué?
—No creerás que voy a estar contigo, ¿verdad?
Él se rasca la cabeza y me mira con sorpresa. Parece que no esperaba esa pregunta de mi parte.
—Solo si tú quieres —finalmente dice, pero en sus ojos se ve que esas no eran sus intenciones.
—Pues no quiero —le hago saber rápido.
—¿Entonces qué hacemos? —apoya su mano en el arco de la puerta, casi acorralándome—. Van a sospechar si volvemos demasiado rápido.
—Pues no me importa —lo aparto y me alejo lo más que puedo.
Creo que me hice una idea precipitada sobre Alex.
—¿Entonces, por qué viniste si no vamos a descargar? —saca un porro de su bolsillo y lo prende con un encendedor que trae en la otra mano.
¿Descargar?
—Tampoco me diste otra opción.
«Eso, y que estabas dolida por lo de el beso».
—Ya, claro —entra en el cuarto de Leo y se sienta en la cama.
Yo decido quedarme afuera, lo más lejos posible de él, mientras observo fotos y adornos para dejar pasar el tiempo.
—Ya vámonos —sale después de unos minutos y bota la última colilla de el porro en el cenicero. Comienza a caminar y yo lo sigo.
—Al menos finge que hicimos algo, —de su boca sale humo— o perderé el reto y me tocará hacer uno de esos ridículos castigos.
Al llegar a la entrada finjo que me acomodo el vestido, mientras veo como Jonathan se va al vernos y nosotros nos incorporamos con los demás.
Marcos me fulmina con la mirada y no me queda otra opción que evitarlo.
Tendré que explicárselo más tarde.
—¿Ya no vamos a jugar más? —pregunta Nataly.
—No, por favor —suplico y suelto un sonoro suspiro a mi vez. Sin embargo, sigo sintiendo la mirada inquisitiva de Marcos encima de mí.
«¡Piensa, Emma! Recuerda que Marcos va a dormir hoy a casa, seguramente, y puede contarle a tus padres que te metiste en un cuarto con un papucho. Claro, lo que ellos no saben es que no hiciste nada con él porque eres media atontada».
—Voy al baño —digo para ganar tiempo, y firmando mis manos en el helado piso de detrás consigo pararme con rapidez.
Abro camino hacia allá y Jonathan me toma por sorpresa cuando estoy por llegar y me sostiene de el hombro arrastrándome completamente hasta donde estábamos Alex y yo hace unos minutos.
—¿Qué hiciste con Alex? —aprieta los dientes y sus ojos están clavados en mí, cosa que solo hace que mi nivel de nerviosismo aumente. Todo lo que tiene que ver sus ojos me hace más débil ante él.
«Si supiera que te quedaste justo aquí mirando elefanticos de madera, se sorprendería».
—A ti no te importa —trato de zafarme de su agarre pero se me hace casi imposible cuando me empuja hasta quedar contra la pared y abalanzarse sobre mí.
—Te lo vuelvo a preguntar. ¿Qué hiciste con Alex? ¿Por qué saliste arreglándote la ropa como si hubieran fo..? —cierra los ojos y traga grueso.
—Tal vez eso fue lo que pasó —miento y miro hacia otro lado para no encontrarme con el grisáceo de sus ojos y que los míos me delaten: que yo nunca haría eso —¿Olvidaste que me dejaste sola? Que ni siquiera me diste una maldita oportunidad de explicarte —comienzo a sentir ese nudo en la garganta que me hace saber que estoy por explotar en llanto—. Llorándote todos los días porque te extrañaba y tú allá con esa tal Lina —añado con rabia y sale alguna que otra lagrima rebelde.
—¡Increíble, Emma, increíble! ¿Cuántos tienes? Carlos, Alex, ¿a todos te los has follado?
No se como me las arreglo para desatarme de su agarre, pero en ese mismo instante en que esas palabras desagradables salieron de sus labios le meto una bofetada.
No merezco esto, no merezco que piense así de mí.
_______________________________
Nota de la autora📖:
Holaaa, ¿todo bien?, espero que sí❤️.
Espero que el capítulo haya sido de su agrado, si fue así, me ayudarías mucho dejando tu ⭐️(voto) y si gustas comentar tus partes favoritas, sería de gran ayuda e inspiración para mí, las dos cosas lo son🥺.
Si encuentran algún error o falta de ortografía a lo largo de el capítulo, favor de hacérmelo saber, lo mismo al privado o en este hilo de comentarios📖.
🦋KOCT📖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro