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7: Dimensiones

Era ya de noche cuando los Vengadores entraron nuevamente en la torre.

Muchas cosas habían pasado aquel día, desde la discusión de la mañana hasta el ataque en Park Avenue y lo ocurrido con Valtar.

Todo el grupo se encontraba agotado, tanto física como emocionalmente, pero aún había mucho trabajo por hacer, no podían darse el lujo de descansar en aquel momento.

El equipo entero se dirigió a la sala de reuniones, listos para discutir la situación actual, pues, aparentemente Trigon estaba más cerca de llegar a la tierra de lo que todos creían.

Debían hallar una forma de detenerlo, aunque fuera lo último que hagan.

✴✴✴✴✴✴

Una gran tormenta se llevaba a cabo en Jump City, el cielo nubarroso y oscuro no dejaba ver ni una sola estrella en el firmamento, las calles se encontraban empapadas de cabo a rabo, dando la impresión a los habitantes de aquella ciudad que un diluvio se estaba llevando a cabo.

En la torre Titán las cosas se mantenían en un inquebrantable silencio, era alrededor de las tres de la mañana y todos se encontraban profundamente dormidos, sumidos en un gran y profundo sueño, cada uno en su propio mundo, ajeno a lo que ocurría a su alrededor.

En una habitación con una decoración oscura, se encontraba una adolescente de cabellos púrpura acostada en su cama, a su alrededor las cosas flotaban sin control alguno, su respiración agitada aumentaba su ritmo cada vez más y la temperatura en la habitación disminuía a cada segundo.

La joven se agitaba en su cama entre sueños, víctima de una nueva pesadilla en donde las cosas se salían de control, veía a sus amigos inertes, bañados en sangre mientras que ella corría tratando de escapar de una alta y monstruosa figura detrás de ella, su padre.

A las afueras de la habitación, en el pasillo, se encontraba un joven de cabellos azabaches corriendo a todo lo que daban sus piernas con dirección a la habitación de la joven hechicera, había sentido la agitación de la muchacha y el chocar de un par de objetos estrellarse contra la pared que compartían ambos cuartos no ayudaba a la situación.

Algo malo estaba pasando con Rachel.

Damian Wayne entró sin dudarlo a la recámara de la heroína sin dudarlo un segundo mas, al entrar se encontró con la imagen de la chica retorciéndose entre las sábanas con desesperación, mientras que las cosas flotaban sin control alguno por todas partes y la gema en su frente brillaba de un fuerte color escarlata con intensidad.

— Rachel, Rachel... -dijo este agitándola- ¡Rachel despierta! ¡Es sólo una pesadilla!

Hicieron falta un par de intentos mas para que el nieto de Al' Ghul lograra su cometido, a lo que pronto, la joven hechicera estaba despierta, respirando agitadamente entre los brazos del azabache, quien la sostenía con firmeza y sin saber que más hacer, le palmeaba la espalda en un intento por hacerla sentir mejor.

— Tranquila, tranquila Rachel, solamente fue un sueño, un mal sueño...

— No, no fue sólo eso Damian, él va a hallar una manera de liberarse, mi padre está planeando algo...

— Rachel, tu padre está atrapado, no hay forma de que se libere, lo más seguro es que solamente te haya creado una pesadilla para molestarte.

— No lo entiendes Damian, yo lo conozco, él no hace las cosas por nada, Trigon está planeando algo y yo debo detenerlo.

El hijo de Batman suspiró con cansancio.

— De acuerdo, está bien, mira, hagamos algo, esperemos hasta que amanezca, le avisaremos a los demás sobre lo que está pasando y comenzáremos a investigar ¿Te parece bien?

La muchacha asintió aún con cierta duda en sus ojos.

— Esta bien, esperaremos entonces hasta mañana.

El muchacho sonrió satisfecho, por lo menos la joven se había calmado nuevamente.

— Bien, entonces es mejor que descansemos bien, mañana será un día agitado, yo me quedaré contigo para vigilar que nada ocurra durante la noche.

La chica alzó una ceja, aquello no había sido una pregunta, sino una afirmación.

Sin embargo se arrimó hacia uno de los costados de la cama, pues esta era amplia y tenia suficiente espacio para los dos.

Había transcurrido un año desde los sucesos ocurridos con Terra, tiempo en el que muchas cosas habían ocurrido con cada uno de los miembros del equipo, muchas de ellas relacionadas especialmente a Rachel y Damian.

Kori y Dick finalmente se habían comprometido hace un par de meses, siendo un motivo de festejo para el equipo, quieres pronto se mudarían a un departamento; Garfield ya había logrado superar a Tara, provocando que este por fin pudiera hablar de ella nuevamente sin hundirse en un pozo de depresión, además de eso estaba empezando a trabajar en su tiempo libre en una radio como DJ; Jaime había logrado avanzar en su relación con el escarabajo, haciendo que su trabajo en batalla mejorara considerablemente; Rachel cada día adquiría un poco más de seguridad, el hecho de no vivir bajo la sombra de una catástrofe ocasionada por su padre realmente la había ayudado mucho.

Y finalmente Damian.

Este último con el pasar de los días lograba confiar más en su equipo, lo cual se denotaba en el trato que llevaba con estos, en especial con la joven de cabellos púrpura, con quien se mostraba más cercano aún -y a quien por cierto, por fin había superado en estatura- llevando a ambos a pasar más tiempo del habitual juntos, y a abrirse cada uno con el otro, convirtiéndose en confidentes y en el centro de apoyo del otro.

Un suspiro agotado escapó de los labios de ambos al unísono, era tarde, o más bien muy temprano todavía, ambos estaban cansados y gracias a ello, el sueño se apoderó de ellos prontamente, a lo que ambos cayeron en los brazos de Morfeo.

✴✴✴✴✴✴

Cuando por fin los primeros rayos del sol empezaron a colarse a través de las ventanas de la torre Titán, todo el ruido y ajetreo común en esta empezó nuevamente.

En uno de los pasillos se encontraba Dick Grayson revisando su teléfono celular mientras avanzaba hacia la habitación de su joven hermano menor.

Starfire le había enviado a buscar a los adolescentes para que fuesen a desayunar, ya Garfield y Jaime los estaban esperando en compañía de la pelirroja, por lo que solamente faltaban los otros dos adolescentes.

Llegó hasta la habitación del azabache y tocó, esperó unos segundos y al ver que nadie atendía decidió asomarse, confirmando así que en realidad el muchacho no se encontraba allí.

Con un encogimiento de hombros decidió seguir su camino hacia la habitación de Rachel, pensando en que tal vez Damian se había decidido por salir a correr o a hacer alguna otra cosa temprano.

Llegó hasta la habitación de la joven y repitió el proceso, nadie contestó, a lo que ahora estando más extrañado, decidió entrar también a la habitación de la titán.

— ¡¿Pero que cara...?! -exclamó cubriéndose la boca y retrocediendo un par de pasos con los ojos abiertos de par en par, chocando con una mesita en el proceso y tumbando las cosas que tenía encima de esta.

Grande fue su sorpresa al ver a su hermano y a la chica de piel pálida acostados en la misma cama y durmiendo uno junto al otro, acurrucados, siendo Rachel abrazada por Damian.

Debido al pequeño estruendo ocasionado por el mayor, Damian se despertó de golpe, algo desorientado al inicio pero ubicándose rápidamente al notar a la chica junto a él, logrando sacarle una pequeña sonrisa en el acto, la cual desapareció cuando se percató de la presencia de Dick en la habitación de la muchacha.

Entonces el pánico y la ira lo invadieron.

Sobretodo la ira.

— ¡Grayson! ¡¿Qué demonios haces aquí?! -gritó el chico en un murmullo.

— ¡¿Yo?! ¡¿Qué haces tú aquí, pequeño engendro?! -exclamó en un susurro, sin querer despertar a la chica.

El azabache menor no supo que responder, después de todo a quien le concernía explicar lo que había ocurrido anoche era a Raven.

— ¡No es lo que piensas, idiota! -calló al sentir como la chica a su lado se empezaba a remover entre las sábanas, revelando parte de sus piernas semidesnudas, para angustia del hijo de Batman- ¡Y no la veas!

— Oh diablos, el murciélago te va a matar cuando le diga -dijo este con una sonrisa maliciosa, alzando su teléfono celular tomando una foto y abriendo la puerta para empezar a correr.

— ¡¿Qué?! -gritó el joven importándole ya un carrizo si despertaba a la chica, saltando de la cama para perseguir al trapecista- ¡No te atrevas Grayson! ¡Regresa aquí!

Y así, entre gritos y golpes, empezó el día en la torre Titán, sin que ninguno, salvo Raven, sospechara el terrible peligro que se estaba a punto de cernir sobre todo el universo.

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