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Inmanente

Jin, Taehyung y Jungkook aún se encontraban en la sala de la casa de este último, formando un triángulo para estar separados unos de los otros.

—¿Conde? —habló Jin— Deja de llamarte “Conde” a ti mismo, ese título se te fue arrebatado.

—¿Y de quién crees que es la culpa? Pero, has estado tanto tiempo aquí fuera que te has perdido de las buenas nuevas cosas que han sucedido.

—¿Qué cosas? Solo eres un “Akuma”.

—¿Un qué? —preguntó Jungkook mientras apagaba la tele, atento a la conversación de su profesor y “V”.

—Un “Akuma” Kook, un vampiro renegado —le respondió Jin.

—¿Renegado?

—Así es. Pertenece a la “Gran Corte Vampírica” y…

—Jin, ya no le sigas mintiendo —interrumpió Taehyung.

—Bueno, pertenecemos.

—¿Qué? —Jungkook se sorprendió tanto, que se dejó caer en el sofá cercano a la tele— ¿Tú también, eres...? —Jin asintió en modo de respuesta—. No sé qué decir.

—La diferencia es que ahora él es perseguido —dijo refiriéndose a “V”— y cuando lo encuentren le matarán.

—No, no lo harán —contestó este en defensa.

—“V”, sabes muy bien que la “Gran Corte” exige una estricta adherencia a sus principios. Eras un conde y te aprovechaste de tu poder, quisiste hacer cambios sin consultarlo con los “Reyes”, y ellos no aceptan cambios, no siempre. Infringiste la ley y fuiste tachado de “Akuma”. Te exiliaron y en secreto formaste una revolución, ahora quieren desaparecerte de la faz de la tierra.

—Como te decía —suspiró—, estás un poco desinformado. Sí, es verdad que soy un “Akuma”, que aún me persiguen, y gracias a ti, puede que me encuentren pronto; pero mi esfuerzo no fue en vano. Tu preciada Corte está por caer.

—¿Cómo dices?

“V” le explicó a Jin que la “Gran Corte Vampírica” en su afán por sobrepasar a sus rivales y convencidos de que su “noble” fin justificaba los medios, adoptaron métodos cuestionables en su búsqueda por la perfección. Se realizaron muchos pactos infernales que ofrecían supuestas concesiones muy “útiles” para la “mejora de la humanidad”. Pero, ellos no sabían que cuando la humanidad fuese mejorada, sustituiría todo lo que fueron y lo que eran.

—No solo yo voy a desaparecer Jin —culminó de explicar Taehyung—. Por eso me opuse a ellos, están locos por ser más poderosos que el resto y lo único que están consiguiendo es que nos maten a todos.

—No lo sabía; pero, siempre me informan si hay algún cambio.

—Pues parece que te han apartado mi querido “embajador” —hizo comilla con los dedos—. Se supone que tú eres el puente entre humanos y vampiros, nuestro representante; pero te han dejado de lado, por qué será —expresó con descrédito.

—¿Ya lo saben?

—Eres inteligente “embajador Kim”.

—¿Saben qué cosa? —preguntó Jungkook que seguía atento a la plática entre ambos vampiros.

—Que siempre supe el paradero de “V” y nunca lo informé.

—Así es —reafirmó Tae—, solo te dedicaste a alejarme de Jung Kook.

—No quería que le hicieras daño y —su rostro entristeció y al mismo tiempo parecía apenado por su actitud de todo este tiempo—, no quería que te hicieran daño a ti tampoco.

—Jin, siempre fuiste mi mejor amigo —fue hacia él—, cómo crees que le haría daño a Jung Kook. ¿Acaso no sabes lo que significa para mí que Kook sea lastimado?

—Lo sé, es solo que estabas siendo perseguido, si te encontraban y además con Jung Kook, ambos... —sacudió la cabeza en negación— No quiero ni imaginarlo.

—Jin, nunca me dejaste explicarte nada, hay un sitio en el que puedo protegerlo, a los dos, si vienen conmigo.

—No lo sé.

—Ven conmigo —lo tomó por los hombros—, por favor, no quiero que te hagan daño.

Ver esa escena a Jungkook le produjo celos, no sabía la razón, aún sabiendo que Jin y “V” era evidente que ya se conocían por años, tal vez siglos, milenios, él no lo sabía y puede que fuese ese el motivo de sus celos. Desde aquel trágico incidente que produjo la muerte de sus padres, sabía de la existencia de los vampiros, era apenas un adolescente cuando todo sucedió. Desde entonces Jin había asumido su custodia, pero siempre se rehusó a que su profesor viviera con él, porque su madre le había contado historias que desde que era niño, un ser inmortal siempre lo había protegido de los malos y contaba chistes sobre casarse con su pequeño “Kookie”, como solía llamarlo, cuando creciera. El día de la muerte de la señora Jeon, esta, en sus últimos alientos: le dijo que ese ser inmortal le buscaría cuando fuera más grande, y que lo protegería para siempre. Y justo aparecía “V” diciéndole que él era ese ser inmortal, que quería ser su novio y estar juntos por siempre.

Jungkook carraspeó su garganta y ambos vampiros se separaron, pero la molestia del pelinegro creció cuando notó a Jin ligeramente ruborizado.

—Yo sigo aquí aún sin entender bien esta situación y tengo miles de preguntas —expresó con enojo.

—Creo que ahora no es el momento Jungkook —dijo Jin.

—¿Ah no, y cuándo lo es? —preguntó incluso más molesto que antes.

—Kook, en este preciso momento los tres corremos peligro —se apresuró el profesor en explicarle—, sobre todo tú. Evité por todos los medios esta situación pero… —le dio una fuerte palmada en la cabeza a “V”— este chico es insistente. Logró encontrarte. Parece que nunca se cansó a pesar de las palizas que le di.

—Porque seas más viejo que yo no significa que puedas ganarle a mi convicción —expresó ególatra Taehyung—. Además, mi encuentro con Jungkook fue casualidad, y después de todo gracias a tu paliza —soltó una carcajada—, ¿irónico no? Bueno, volviendo a tema de interés, ¿Jin, vienes con nosotros?

—¿Nosotros? —preguntó Jungkook pero no le prestaron atención.

—No lo sé Tae, hay cosas que tendría que arreglar primero antes de tomar una decisión así.

—Como despedirte, ¿no es así? Además de investigar que lo que te he dicho es real.

Jin comenzó a jugar con el anillo en su dedo mientras Jungkook seguía ignorado. Jin confiaba en “V”, por eso era innecesario que investigara respecto a lo que este le dijo. “V” nunca le había mentido, además, él tenía cómo comprobarlo, después de todo, era un vampiro. Solo le aterraba la idea de “despedirse”, decirle adiós a su Nam, a su elegante y atlético oficial de policía; un hombre de encantadora sonrisa que había conocido un día de camino a la comisaría, desde entonces se quedó impregnado del oficial y viceversa.

Muy pocos conocían del romance entre el profesor Jin y el oficial Nam Joon. Muy pocos sabían que el policía conocía la verdadera naturaleza del profesor. Pero Jin y Nam Joon ignoraban el hecho que dentro de esos pocos, había alguien que los detestaba.

—Tae yo…

—Puede venir —interrumpió Taehyung lo que Jin intentaba decir—, y si no quiere ráptalo. Jin yo necesito protegerte, necesito de tu sabiduría, solo no puedo con esto. Además, extraño a mi mejor amigo.

—Tenías razón sobre lo que dijiste hace poco, había olvidado lo genial y decidido que eres. Está bien, hablaré con Nam y nos iremos contigo.

—¿Recuerdas el lugar donde me diste mi primera paliza? —preguntó Taehyung y Jin asintió—. Bien, ese será el punto de encuentro hoy a las diez de la noche. Vengan con lo que tengan puesto, cosas materiales al lugar donde los voy a llevar no les faltará.

—¿Pensaste en todo, verdad? —le abrazó— Nos vemos pronto entonces.
Jin se despidió y se esfumó como arena que lleva la tormenta a “sabrá Dios dónde”. Taehyung se giró en dirección a Jungkook, encontrándoselo de pie, cruzado de brazos y con el ceño fruncido.

—¿Estás enojado? —preguntó caminando hacia él.

—¿Quién eres?

—Creo que ya te lo expliqué, pero si te es insuficiente te lo demuestro.

“V” sacó sus colmillos, mostrándoselos a Jungkook, quien retrocedió un paso, entró en pánico y se mandó a correr despavorido hasta su cuarto, abrió la puerta y justo cuando entraría, Tae lo tomó por un brazo y lo arrastró al interior de la propia habitación, cerró la puerta y lo pegó a ella. 

—Si vas a encerrarte denuevo, esta vez te acompañaré.

—No me lastimes, por favor —pronunció en un hilo de voz, apretando los párpados, preso del miedo.

—¿Lastimarte? Tks… si lo que voy a es a devorarte.

—Por favor, no…

Jungkook suplicaría por su vida cuando en ese preciso instante Taehyung estrechó sus labios contra los suyos, apretó su cintura con una mano, ciñéndolo más a su cuerpo, mientras que la otra acariciaba la parte de atrás de su cabeza. Aquel beso realmente lo devoraba, era un beso hambriento, pero controlado, Tahyung controlaba sus ansias de devorarlo en serio.

Jungkook se sentía inmanente frente a aquel beso y el poder de Taehyung sobre él. Si dijera que quería separarse estaría diciendo la mentira más grande del mundo. Le gustaba… le gustaba ese beso y sentía a su cuerpo y mente desvanecerse aún más cuando la lengua de Taehyung se introducía en su boca y comenzaba a juguetear con la suya; cuando la atrapaba y la succionaba. Jungkook se sentía en el paraíso, o en el reino del pecado: el infierno, no lo sabía con certeza. Pero de un momento a otro Taehyung se separó de él, dejándolo atontado.

—Qui… quiero más, por favor… continúa —suplicó ruborizado, extasiado, embelesado, hipnotizado y todo lo que se le parezca.

Taehyung se aproximó a él y juntó sus frentes. Jungkook sonrió embobado, realmente no se reconocía a sí mismo, ni quería tampoco.

—Ven conmigo —habló Taehyung— y te daré todo lo que quieras: el mundo, la luna, las estrellas, más besos… lo que quieras.

—¿La inmortalidad?

—Eso no —Taehyung se separó bruscamente.

Jungkook lo miró confuso y luego hizo un puchero. Tenía curiosidad. ¿Acaso Taehyung se estaba negando a morderlo? ¿Por qué razón?

—Ahora es cuando realmente, quisiera ser un gato.

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