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Eres mío

Jung Kook se encontraba encerrado en su cuarto, ido del mundo, ido hasta de sí mismo, pensaba en todo lo que le había sucedido de la noche a la mañana, y todo le parecía sacado de una película. La imagen Tae Hyung no salía de su cabeza; las palabras de este, se habían grabado a fuego en su mente; el aroma a flores que desprendía, cautivó cada uno de sus sentidos; se sentía totalmente iluso, y totalmente perdido en él. ¿Por qué razón? No lo entendía. Por qué sentía atracción por él si ni siquiera lo conocía. Por qué al recordar sus palabras en su oído hacían de su cuerpo un castillo de naipes, que con un solo susurro salido de sus labios, caería desmoronado a sus pies.

—¡Jung Kook, sal de ahí! —gritó Taehyung frente a la puerta del chico— ¡No podrás huir para siempre! ¡Ábreme, o tiraré la puerta!

Jungkook estaba nervioso, mucho. Después de “V” haberle susurrado cerca de los sabios que él era su dueño, lo empujó y salió corriendo hasta su cuarto, donde se encerró hasta ahora.

—¡Jung Kook, sal, por favor! —gritó una vez más; pero sabía que debía calmar su estado de ansiedad, no quería que el chico le temiera—.  Voy a comportarme, disculpa lo que dije anteriormente, solo bromeaba contigo —expresó sosegado—. Ábreme. Te compré frutas para agradecerte lo que habías hecho por mí y también quiero ayudarte en tu proyecto, sé un poco sobre ese tema. Por favor, abre la puerta.

Jung Kook no se resistió ante aquellas súplicas, estaba tan confundido y tan enredado en sus propios pensamientos que realmente no sabía lo que hacía. Tenía dos opciones: correr y escapar o, aventurarse a lo desconocido y descubrir cosas nuevas. Pero al abrir la puerta y ver el rostro preocupado de Taehyung, ya había tomado una decisión.

—Está bien, dejaré que me ayudes con el proyecto, luego de eso te vas —dijo, desviando la mirada hacia otro lado para no chocar con la de Tae.

—¿Seguro? —inclinó su cabeza hacia donde Jungkook dirigía la mirada.

—Seguro —respondió pusilánime, mordió su labio inferior y prosiguió—, aceptaré tu ayuda en compensación por salvarte la vida y listo.

—No me refería a eso.

—¿Y a qué entonces?

—¿Seguro de que quieres que me vaya?

Jungkook alzó la vista, encontrándose con los relucientes ojos de Taehyung, que lo miraban con ligera agonía, algo que le sorprendió un poco. Realmente no quería que se fuera, y tal vez por el simple hecho de que ha estado solo por mucho tiempo.

—Ven, iremos a mi sala de estudio —se dirigió a la sala a coger sus cosas.

—Evadiste mi pregunta —dijo “V” detrás de él.

—No pienso responderla.

Jung Kook cogió su mochila del sillón donde estaba tirada y llevó a Tae hasta su sala de estudio, sacó los materiales y se sentaron a la mesa de estudio que allí había.

—Este libro de aquí —mencionó Tae señalando un libro de carátula negra—, creo que deberías leerlo más que el resto.

—¿Este? —se inclinó para ver el libro que le había señalado y cogerlo entre sus manos, lo que aprovechó “V” para apegarse a él.

—¿Realmente deseas que me vaya? —preguntó una vez más.

Jung Kook se giró ya enfadado, porque no quería admitir que realmente no quería que se fuera, pero al girar su rostro, el de Taehyung estaba muy cerca, tanto que sus respiraciones chocaban, provocando que el corazón de Jungkook latiera con mucha prisa, bombeo del que Tae estaba consciente y feliz, por eso quería que el chico le expresara lo que él quería oír; pero se echó para atrás en el asiento y Jungkook se apresuró en tomar el libro para leerlo.

—¿No tienes calor?, creo que hace calor, voy a quitarme la camisa.

—Sí, parece que hace calor —le contestó Jungkook y procedió a quitarse su chaqueta.

Pero una vez que Jungkook se despojó de la prenda, Taehyung volvió a abalanzarse sobre él; sus narices se rozaron, sus respiraciones chocaban y sus labios estaban a punto de encontrarse nuevamente. El corazón de Jungkook volvió a dispararse y miles de colores se asomaron a su rostro. Entró en pánico y su instinto fue escapar nuevamente. Se levantó tan rápido como pudo y salió corriendo de allí, pero “V” lo detuvo en medio de la sala, abrazándolo por la espalda fuertemente.

—Deja de evadir mi pregunta por favor, quiero escuchar la respuesta.

Jungkook cubrió sus labios para que estos no delataran a su corazón. ¿Por qué Taehyung lo hacía sentir inferior? ¿Por qué seguía molestándolo? Primero se reía de su proyecto y ahora quería ayudarlo. ¿Por qué el cambio de actitud?, incluso le compra frutas y se preocupa por él. Jungkook no entendía nada, estaba al punto de volverse completamente loco.

«Detente ahora extraño ser, y sostenme tan fuerte como acabas de hacerlo. Sostenme antes de que él salte hacia ti, antes de que mi corazón se vaya contigo y me quede solo». Con ese pensamiento se zafó de sus brazos, a pesar de que quería quedarse así por un tiempo, hablando desde su interior con ese extraño ser que llegó a su vida de la nada, haciéndole preguntas que quería expresar en voz alta. Su “yo” interno gritaba mientras su “yo” externo se quedaba callado con deseos de salir corriendo.

—Kook —Tae lo volteó hacia él—, dime algo, te has quedado muy callado.

Jungkook lo empujó por el pecho, con el rostro hecho un amasijo de dudas, confusiones y lágrimas.

—¡¿Qué es lo que quieres?! ¡Por favor dímelo y deja ya de confundirme! Me dijiste que estabas bromeando conmigo. ¿Y ahora actúas así? Sí, estás bromeando. ¿Qué soy para ti? ¿Soy tan fácil? ¿Estás jugando conmigo? ¡Dime! ¿Qué es lo que realmente quieres?

—Quiero ser tu novio.

—Me estás volviendo loco.

—Y tú igual —trató de acercársele, pero Jungkook retrocedió—. No puedo dejar de pensar en ti —confesó, y no era menos cierto que pensaba en ese chico desde hace muchos años, muchísimos para ser exactos.

—Eres un hombre.

—Eso qué importa.

—Estoy confundido.

—Déjame hacer algo con respecto a eso —caminó hacia él, pero esta vez Jungkook no retrocedió.

—Ni siquiera sé si tu nombre es real.

—Lo es, tanto como lo que siento por ti —le tomó de las manos y las entrelazó con las suyas—. Quiero ser tu novio y poder tocarte, besarte centímetro a centímetro, así que paremos de mirarnos como lo hacemos ahora y dejemos que nuestros corazones hablen. 

—Es que no te conozco.

—Eso es un error, sí me conoces. Yo soy tuyo, y tú eres mío.

—No digas tonterías. ¿Quién eres realmente?

—Yo: soy la persona que estuviste esperando todos estos años. Yo: soy ese "él" que no salía de tu cabeza —acercó aún más su rostro al del chico y sus labios se volverían uno cuando...

Unos toques desesperados a la puerta los interrumpieron, “V” se fue a la cocina a paso veloz, mientras que Jungkook quedó como un árbol plantado en medio de la sala de su casa.

—¡Jung Kook, soy yo, Jin! ¿Estás ahí? —escuchó la voz de su profesor alterada y aunque estaba algo confundido por la reacción de “V”, le abrió la puerta a Jin.

—¿Profesor, qué hace aquí?

—Hola —entró, oteando el lugar como si buscara algo con desespero—. ¿Está todo bien por aquí?

—¿Y por qué no debería?

—¿No has visto las noticias? —se giró hacia el chico, quien se encogió de hombros.

—No, no he puesto la tele hoy —dijo y cerró la puerta.

—Enciéndela, rápido.

Jungkook encendió la tele y el profesor Jin le arrebató el control, puso el canal de noticias. El chico se llevó una fuerte impresión: había ocurrido un asesinato y era cerca de su casa, en su mismo barrio, al parecer había sucedido en la noche y en la mañana fue que se enteraron. Presentaron la casa totalmente sellada y después las investigaciones en una de las habitaciones, llena de cintas amarillas, sangre y vidrios rotos por doquier.

—No… no sabía nada.

—Creí que te encontrarías en peligro y vine tan rápido como pu… —se quedó en silencio de repente— ¿Jung Kook? —susurró.

—¿Qué, por qué susurras?

—Hay alguien más aquí dentro.

—¿Alguien más? No, para nada, por qué dices eso.

—Me éstas mintiendo.

—No lo hago.

“V” salió de la cocina y habló: —Sí, no lo hagas, no le mientas —le dijo al chico, encaminándose hacia él—, a Jin es imposible mentirle, siempre ha sido un sabelotodo.

—Y tú tan vulgar —expresó Jin con fingida repulsión—. ¿Jung Kook, qué hace él aquí?

—Eh, yoo... —Jungkook se encontraba perdido, ¿su profesor y el desconocido que salvó se conocían?

—Yo respondo por él —dijo Tae lanzando un brazo sobre los hombros de Jungkook—. Soy su novio —dijo con una sonrisa, mientras los pómulos del pelinegro a su lado se tornaban rosa.

—¿Su qué? —preguntó Jin alucinado.

—Escuchaste bien, demasiado bien.

—Kook, aléjate de él —le extendió una mano—, es muy peligroso.

—¿De qué hablas Jin? Yo, no entiendo nada de lo que está pasando.

—Ven conmigo —se aproximó un poco, guardando el espacio suficiente entre él y el chico al lado de su alumno—. Prometí protegerte, por favor, ven conmigo.

—¿Cómo está tu mano, Jin? —preguntó Taehyung con sorna, pegando más a Jungkook contra su cuerpo.

—Mejor que esas pobres almas de las que te alimentaste para curarte de la paliza que te di —le respondió con cierta ironía.

—Me atrapaste con la guardia baja. Y me obligaste a hacer lo que hice —mencionó apuntando la tele, a esas espantosas noticias.

—¿Qué está sucediendo? —Jungkook comenzó a asustarse, se separó bruscamente de Taehyung y se alejó tanto de él como de Jin—. ¡Explíquenmelo!

—Te explico —habló “V” —: tu estimado profesor Jin te ha mentido por años y ha evitado que te encuentre, y le prometí a tu madre que volvería por ti.

—¿A mi madre? —Jungkook ensanchó los ojos por la sorpresa que le generaron esas palabras—. ¿Entonces tú eres...?

—Te lo dije antes de que él nos interrumpiera, soy a quien has estado esperando. Soy Kim Tae Hyung, aunque todos me conocen como el “Conde Vampir”, o en resumen, soy “V”.

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