Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dueño de todo

“Un vampiro es, según el folclore de varios países, una criatura que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos, que usualmente es la sangre, para así mantenerse activo. En algunas culturas orientales y americanas aborígenes, esta superstición es una deidad demoníaca o un dios menor que forma parte del panteón siniestro en sus mitologías.

En la cultura europea y occidental, así como en la cultura global contemporánea, el prototipo de vampiro más popular es el de origen eslavo, es decir, el de un ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o retornado depredador chupador de sangre”.

Taehyung agitó unas hojas que poseía en una de sus manos, de la cual recitó, según creía, teorías ridículas sobre los vampiros y miró a Jungkook, que lo observaba molesto.

—¿Pero qué tontería es esta? —le preguntó al chico.

—¿Por qué estás leyendo mi proyecto? —encaminó sus pasos hacia el tal “V” para arrebatarle las hojas que, había dejado dentro de su mochila la noche anterior; pero el susodicho retrocedió unos pasos y alzó los documentos sobre su cabeza para continuar la lectura.

—Espera, espera, que hay más tonterías escritas —dijo y comenzó a leer—: “La temperatura corporal de los vampiros es mucho menor en comparación con la gente común: oscila entre 34 y 34.5 grados. Son sensibles a la luz solar, pero el sol no puede matarles, como se muestra en el cine...” —hizo una pausa y soltó una carcajada— ¡Qué interesante!

—¿Podrías devolverme eso? —Jungkook intentó tomar las hojas pero Taehyung lo esquivó ágilmente.

“…Otra característica de los vampiros es la curación más rápida del tejido óseo después de las fracturas —continúo con la lectura—. Además, tienen un ciclo diario invertido: por la noche son hiperactivos, mientras que por la tarde quieren dormir”. —Soltó otra carcajada—. Mn, esto va a matarme de la risa.

—Hola, buenos días —Jungkook decidió realizar una llamada—. ¿Es la policía cierto?

“(...) Además, algunos de estos vampiros reales poseen habilidades extrasensoriales, como la capacidad de ver y leer el pasado al tocar objetos y personas. Debido a esta habilidad, algunos vampiros cooperan con la policía”. —Detuvo la lectura, e inexpresivo volvió a leer las cuatro últimas palabras—: Mnn, “cooperan con la policía”, esto sí que es interesante.

—Sí, claro oficial, le explico, es que ayer... —Jungkook había llamado a la estación de la policía para denunciar a un extraño que supuestamente se había metido en su casa; pero Taehyung con rapidez y agilidad le arrebató el celular de la mano y tiró los papeles sobre uno de los muebles de la sala.

—¿Señor oficial? —Del otro lado le contestaron preguntando de quién se trataba, ya que no era la misma voz que había escuchado desde el inicio de la llamada, y que además había sido interrumpida—. Buen día —saludó con una sonrisa, aunque la persona del otro lado de la línea no pudiera verla—, le quiero pedir disculpas, es que mi hermano menor le está jugando una broma. —El oficial se molestó y Taehyung recibió un regaño por eso—. Vale, disculpe, no volverá a suceder. —Colgó la llamada y se acercó peligrosamente a Jungkook—. ¿Qué pretendías hacer?

—Yo... —no supo qué decir, un intenso escalofrío se apoderó de su cuerpo— Yo solo… —Taehyung se le colocó detrás y Jungkook tembló.

—¿Tú solo... qué? —le preguntó, susurrándole al oído—. Dije: nada de involucrar a nadie más.

—Dijiste que no ibas a lastimarme —dijo con voz temblorosa, sintiendo la tranquila respiración del contrario en su oído derecho.

—Es cierto —otro susurro y volvió a temblar—; pero tú dijiste que ninguno de los dos podría asegurarlo, y tú menos. Veo que tenías razón, Jung Kook.

Jungkook sentía el aliento frío de Taehyung en su oído mientras le decía esas palabras que, aparte de hacerlo temblar, le provocaban un cosquilleo y le erizaban el cuerpo de pies a cabeza, al punto de quedarse inmóvil, sin saber qué decir ni qué hacer. La presencia de este sexi desconocido, su forma de dirigirse a él, el aroma a rosas que desprendía: conducían a su mente hasta escenarios que jamás pensó visitar en su subconsciente.

«¡Espera, no! ¿Por qué imagino esas cosas? ¿Qué me pasa? Soy un hombre y él también. Esos son pensamientos anodinos que no debo tener». Se recriminó internamente, cuando se dio cuenta de algo.

—Un momento.

—¿Qué sucede? —preguntó, colocándose en frente de Jungkook.

—¿Cómo... cómo sabes mi nombre? Nunca te lo dije.

—Estaba escrito en ese tonto documento que leí —contestó, señalando las hojas sobre el mueble.

—¿Tonto documento? —Tomó las hojas con tristeza y las abrazó—. ¿Qué sabrás tú? Esas son anotaciones de un libro, estoy haciendo un proyecto muy importante.

—¿Tan importante es? —Jungkook asintió, observando el suelo, evadiendo la mirada del contrario—. ¿Y por eso, tu rostro se ha puesto taciturno?

«¿Está preocupado por mí?». Se cuestionó. Una persona que ni siquiera conocía se preocupaba por si estaba triste o no; pero antes de que pudiera responder el chico frente a él le acarició una de sus mejillas.

—No estés triste, ¿sí? —le dijo, con cierta ternura y retiró la mano del rostro de Jungkook—. Yo voy a salir, regreso después de la cena.

—¿Cómo dices? —Jungkook salió de su ensimismamiento y miró con el ceño fruncido a Taehyung, que se colocaba unas gafas que solo Dios sabría de dónde las sacó y se dirigía a la puerta de salida para abrirla.

—Dije que voy a salir y regreso en la noche —abrió la puerta, bajó un poco las gafas, le guiñó un ojo a Jungkook y se fue, dejando al chico perplejo.

—¿Pero, quién se cree que es? ¿Le salvo la vida y ahora piensa que es el dueño de todo? —soltó los papeles que sostenía en donde los tomó y corrió a su habitación—. Debo descubrir a dónde va —al entrar al cuarto cogió su cámara especial, las llaves y luego salió como cohete de la casa para no perder a Taehyung de vista.

Al final, Jungkook terminó siguiendo a Taehyung todo el camino, hasta llegar a la ciudad. Ya estaba sin aliento y le dolían las piernas de tanto caminar, en contrario el otro chico no parecía estar cansado en lo más mínimo.

—Ya no… aguanto más —dijo exhausto—. ¿Cómo puede caminar tanto sin cansarse? No lo podré seguir así.

Pero para su sorpresa, Tae se detuvo frente a un puesto de venta de frutas al otro lado de la calle por donde lo seguía.

—Buenos días —Tae saludó el dueño del puesto de venta de frutas donde se había detenido.

—Buenos días joven —saludó el dependiente—, qué desea.

—Una bolsa de frutas de todas las variedades que tiene ahí pero —metió las manos dentro de los bolsillos del pantalón que vestía y sacó parte de la tela hacia afuera—, no tengo dinero para pagarle.  

—¿Y cómo esperas comprar muchacho?

—¿Tiene hijos?

—Sí, tengo un hijo, va a la preparatoria.

—Bueno —se quitó las gafas y se las extendió al hombre—, le cambio la bolsa con frutas por mis gafas, así se las regala su hijo. ¿Le parece un buen trato?

—¿Para quién son las frutas? —preguntó al ver el interés del chico por obtenerlas.

—Para alguien especial —contestó con una sonrisa.

—Está bien, tienes un trato —le dijo, pensando que las frutas irían a parar en manos de una linda chica; pero estaba muy lejos de eso, muy lejos—. Solo que esas gafas parecen ser bastante caras —comentó observando el objeto.

—No se preocupe, puede quedarse con ellas. Un trato es un trato.

—Pareces un buen chico —dijo, echando diversas frutas en una bolsa—, deberías conseguir un trabajo para que así impresiones a esa persona especial —terminó y le extendió la bolsa.

—Gracias, lo haré —cogió la bolsa con las frutas y se disponía a regresar a la casa de Jungkook, no sin antes darle una sorpresa previa al chico que lo había seguido todo el camino, porque sí, siempre estuvo al tanto de eso.

—¿Solo vino a comprar frutas? —se cuestionó Jungkook mientras veía a Taehyung tomar una bolsa con frutas que el dependiente le extendía—. No debería preocuparme tanto —dijo y decidió de pronto sacarle una foto, tomó la cámara entre sus manos y cuando la acercó a su rostro, ya el otro chico no estaba por ningún lado—. ¿Desapareció, cómo?

—¿Puedo saber qué haces ahí agachadito? —Taehyung estaba justo detrás de él.

—¿Eh? —Jungkook dio un brinco del susto y se giró, alzó la vista y vio a Taehyung parado ante él. «¿En qué momento llegó hasta aquí?, aunque no debería preocuparme por eso, me ha descubierto», pensó—. Am, yo solo... —otra vez no sabía qué respuesta darle.

—¿Estabas siguiéndome?

—No —mintió y se levantó.

—¿No? —soltó la bolsa con frutas, le quitó la cámara y lo arrinconó a la pared a su izquierda. Taehyung parecía molesto y al mismo tiempo divertirse—. ¿Seguro? —lo tomó por la barbilla con la mano libre, alzándola—. Porque parece que sí —le susurró, acercando su rostro al del chico que temblaba con su mera presencia y dominio sobre él, sintiendo como el corazón de este latía con mucha prisa—. Volvamos si no piensas responderme —le soltó, se separó de él y agarró la bolsa con las frutas con la misma mano que sostenía la cámara.

—Yo solo...

Jungkook aún trataba de encontrar una justificación a su actividad detectivesca; pero Taehyung lo tomó por una mano y lo condujo hasta la parada de autobús, donde montaron en uno que en su trayectoria hacía parada una cuadra antes de en la que se ubicaba la casa del joven Jeon. Y por obvias razones Jungkook terminó pagando el viaje una vez que llegaron a su destino. Luego ambos se dirigieron hasta la casa, entraron una vez que Jungkook abrió y Taehyung fue hasta la cocina, dejó sobre la mesa que allí había la bolsa con frutas y la cámara, regresó a la sala y encaminó sus pasos hacia el propietario de la casa, lo tomó por una mano, halándolo y lo dejó caer sobre uno de los muebles, colocó una pierna sobre el asiento y agarró al chico por el cuello de la camisa que vestía.
Jungkook estaba aterrado, sentía sobre él la intensa mirada de Taehyung, que comenzó a reír debido al miedo.

—¿Qué te causa gracia? —preguntó Taehyung entre divertido y molesto.

—Me causa gracia que después de salvarte la vida te creas el dueño de todo —respondió en un atisbo de valentía—; te pones mi ropa, registras mis cosas, dices que vas a salir y luego regresar. ¿Acaso vives aquí? ¿Quién te crees que eres?

—Yo soy —acercó sus labios a los de Jungkook; pero no hizo contacto, solo le susurró dos palabras que estremecieron no sólo su cuerpo, sino también su corazón—: tu dueño.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro