Al entrar por la puerta de la academia las cinco juntas, nos hemos quedado con la boca abierta por el esplendor de las paredes, los cuadros, las escaleras,... Sin poder seguir contemplando por la cola que estábamos creando,... Pero bueno, seguimos nuestro camino hacia las habitaciones para dejar nuestras maletas e ir a las primeras clases del día.

Al llegar a la clase, nos quedamos petrificadas porque eran diferentes, no había sillas ni mesas, ni cuadernos, ni lápices, todo era practicar los poderes, era el sueño hecho realidad. (¡¡Yupi!!) Nos sentamos todas juntas en el suelo. La profesora se presentó, luego nosotras y empezó a decir:

- Hola a todos. Voy a ser de ahora en adelante vuestra profesora de la academia. Hoy aprenderemos a utilizar los poderes, nada difícil.

Pasaron las dos horas de clase volando y todas juntas salimos de clase super contentas, porque ya sabíamos usar nuestros poderes, bueno, enseñarlos. La semana pasó rápido.

En el fin de semana en el que estábamos tranquilamente repasando los deberes de la historia de los poderes, nos pareció raro que Ainhoa no estuviera con nosotras. Yo, preocupada, les he dicho a Enara, Eider y Sabrina que me iba a buscar a Ainhoa. Ellas, sin protestar, me han empezado a seguir hacia la habitación. Cuando he llegado, he abierto la puerta y no la he encontrado. Preocupada, he empezado a buscar por toda la academia y ni rastro de ella. Me he ido a donde la directora Norris a preguntarle si sabía algo y me ha dicho que no sabía nada. En ese momento he ido a donde las demás y les he contado mi teoría de lo que le había podido pasar.

- June, seguro que está bien, mañana seguro que vuelves a verla, tranquila - dice Enara.

Yo me he tranquilizado y he ido a cenar, pero no podía dejar de pensar donde estaría Ainhoa.

Al día siguiente no volvimos a ver a Ainhoa y nos juntamos en la biblioteca para hablar de ello. Todas juntas empezamos a buscar pistas. Vemos una que pone un acertijo:

si lo acertáis, un paso más cerca estaréis de encontrarme, decía la nota de pergamino arrugado:

Un biólogo que estudia la naturaleza es destinado a una aldea donde todos los indígenas siempre dicen la verdad. Junto a la aldea, hay otra tribu que siempre miente.

Un día, el biólogo se pierde y llega a un cruce. No sabe qué camino tomar para llegar a la aldea verdadera, pero ve un indígena que se acerca, así que decide preguntarle. Lo que pasa es que no sabe si es de la tribu verdadera o de la de los mentirosos.

¿Qué pregunta debe hacerle para conocer el camino correcto?

"Pista:" Pregúntale por su propia aldea.

Nos ponemos a pensarlo y pasan unos minutos y decimos la respuesta que es:

¿Podrías señalarme por dónde ir a tu aldea?

Si es verdadero, te mandará a la aldea verdadera.

Si es mentiroso, te mandará a la aldea verdadera.

De repente un destello de luz nos ciega y la pista se abre y sale otra pista.