꧁ "No estoy vestida para esto"꧂

Lelia y la señorita Dowling habían estado caminando por el bosque hacia el cementerio y cuando finalmente llegaron, pudieron ver a Aisha, Musa y Terra de pie fuera de la entrada.

Un gruñido proveniente de la entrada resonó por todo el bosque y provocó que Lelia mirara en esa dirección bastante aterrorizada ya que no tenía idea de qué había hecho ese ruido.

Las dos se acercaron más a las tres chicas y cuando llegaron, la señorita Dowling simplemente pasó junto a ellas y entró por la puerta de entrada mientras Lelia estaba junto a las chicas.

- Para que todos sepan, no me vuelvan a usar como cebo para la señorita Dowling, no soy una oveja - Lelia advirtió a las tres chicas que se sorprendieron por la presencia de la señorita Dowling y la hadas del aire.

Las cuatro chicas luego miraron dentro de la puerta sin acercarse demasiado y vieron como la señorita Dowling luchaba contra una criatura parecida a un monstruo.

Algo en la cabeza de Lelia hizo clic. Eran quemados, pero Lelia no sabía cómo era posible porque nadie había visto uno en más de una década. Lelia había aprendido sobre ellos en su clase de historia de Alfea una lección.

Bloom salió corriendo por la puerta de entrada temblando y temblando mientras respiraba con dificultad por su encuentro con el quemado. La pelirroja aún no se había dado cuenta de las cuatro chicas y continuó viendo a su directora atacar a la criatura.

- ¿Estás bien? - Aisha preguntó una vez que la puerta de entrada se cerró.

Bloom se dio la vuelta después de darse cuenta de que sus compañeras de suite estaban allí.

- S-sí, eso creo... - Bloom miró al suelo mientras ella respondía. - ¡¿Qué demonios era esa cosa?! - Bloom cuestionó después de que su respiración volviera a la normalidad levemente.

- Estoy bastante seguro de que se llama quemado - Terra le dijo al pelirrojo.

- Lo es, pero nadie ha visto uno en dieciséis años - Lelia confirmó e informó mientras aún mantenía los ojos en la puerta cerrada como si la criatura fuera a saltar y atacarlos a todos.

- Espera, espera. ¿D-dónde está Stella? - Bloom les preguntó de repente a todos.

- Ella está en la escuela, ¿por qué? - Aisha la interrogó confundida acerca de su pregunta.

Stella le había informado a Lelia que se quedaría con Sky esa noche antes de que la chica se fuera a la oficina de la señorita Dowling porque no quería estar en la misma suite que las chicas debido a que no quería escuchar los regaños que tendrían que decir. a ella.

Lelia todavía estaba enojada con la hada de la luz y bastante decepcionada, pero sabía que la niña no quería lastimar intencionalmente a Bloom. Solo tenía que actuar como lo hizo por su madre.

- Esa cosa acaba de quitarle el anillo - Bloom respondió.

Lelia no era una hada mental, pero sabía que la pelirroja era extremadamente culpable. Era obvio.

- Podemos preocuparnos por eso más tarde, regresemos a la escuela antes de que tengamos que enfrentar la ira de la señorita Dowling.... - Dijo Lelia después de que el aire se silenciara. - ...Estoy agotado y quiero a Thumper - Declaró Lelia.

Musa sabía de lo que estaba hablando la chica, pero las otras chicas no.

- ¿Thumper? - Aisha le preguntó con curiosidad.

- Mi conejito de peluche - Lelia dijo con un gesto desdeñoso de su mano.

Thumper era el conejito de peluche de la mamá de Lelia cuando era más joven y su mamá se lo había pasado. La mamá de Lelia también tenía un pasatiempo por leer libros y uno de sus cuentos favoritos era Bambi.

Cuando la mamá de Lelia recibió un conejito de peluche en su sexto cumpleaños, lo llamó Thumper inspirado en Thumper el conejo en Bambi.

El conejito de peluche era una de las cosas que Lelia había dejado de su madre y, aunque ahora tenía diecisiete años, seguía siendo su cosa favorita.

Cuando Sam comenzó a llamar Bambi a la hada del aire, los recuerdos de su madre se habían apoderado de la chica y Sam ni siquiera lo sabía.

Lelia comenzó a caminar, pero se detuvo en seco cuando se dio cuenta de que las chicas no la seguían. La rubia se dio la vuelta y vio a las chicas dándose miradas extrañas entre ellas, aparte de Musa que solo las miraba divertida.

- ¡¿Hola?! ¿Vienes o no?

Una a una, las chicas comenzaron a seguir el segundo año hacia la seguridad de la barrera y hacia la escuela. Bloom todavía estaba fuera de esto todo el camino y todos se quedaron en silencio y tensos en el camino de regreso.

Cuando las chicas regresaron a la escuela, las cinco hadas se dirigieron a su suite vacía ya que Stella todavía estaba con Sky en su habitación que compartía con Riven.

Aisha entró primero, seguida de Musa y Lelia. Bloom entró a continuación mientras ella seguía mirando al suelo todavía perdida en sus pensamientos y Terra entró en último lugar.

Lelia era una hermana mayor de Musa y desde que conoció a sus compañeras de suite de primer año, también se ha convertido en una hermana mayor para ellos, así que la rubia se acercó a Bloom y envolvió a la pelirroja en un abrazo lleno de consuelo que Bloom aceptó con gratitud.

Cuando Lelia se retiró, miró a los ojos de las hadas del fuego.

- Descansa un poco, ¿de acuerdo? La señorita Dowling se encargará del quemado Bloom. No te preocupes. - Lelia lo consoló.

Bloom sonrió agradecida antes de comenzar a caminar hacia su habitación.

- Ella no lo dejará en el primer mundo. No te preocupes, tus padres están a salvo - Aisha dijo refiriéndose a la señorita Dowling.

- Gracias. - La hada del fuego agradeció mientras fruncía los labios y luego continuaba su camino hacia su habitación.

- Está bien, todos tenemos clase mañana, así que duerme un poco - Lelia comenzó a instruir a las chicas. - ...ya hemos tenido un día emocionante, pero solo espera a mañana - Lelia le guiñó un ojo antes de darle un beso de buenas noches en la frente de Musa y luego se fue hacia su habitación.

Esa noche, Lelia no durmió mucho como esperaba, ya que seguía despertando en medio de la noche teniendo pesadillas sobre el quemado que habían presenciado el ataque de la señorita Dowling.

También le preocupaba cómo le estaba yendo a Musa al tener que sentir a todos y sus emociones con respecto al quemado.

Otra persona que le preocupaba era Bloom. La chica tuvo que huir de una de las criaturas y probablemente todavía estaría despierta preocupándose por sus padres en el primer mundo.

Lelia tuvo la sensación de que esto era solo el comienzo. Un quemado que apareciera repentinamente seguramente causaría problemas en Alfea. Ella solo rezó para que la barrera los mantuviera a todos a salvo de cualquier daño.