Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. Un nuevo comienzo


Emily

Dormí largo y sin problemas, como un bebé. Me hacía falta, no había podido hacerlo hace varias noches y estaba empezando a notarse. La cama es deliciosamente cómoda, suave y acolchonada. Además, Stitch me hizo buena compañía, dormí abrazada a él como si de una persona se tratase.

Desperté renovada, con bastante energía y algo emocionada por la salida de hoy. Lo que me dijo mi madre —la señora Montiel— ayer al llegar me tranquilizo mucho, hasta me lleno de esperanza. Las cosas estaban saliendo mejor de lo que esperaba, creí que al tener dinero y ser reconocidos serian como la típica familia rica: los papás enfrascados en el trabajo que prácticamente ignoran a sus hijos, y los chicos egocéntricos, egoísta y caprichosos que se creen mejor que los demás. Me equivoque sobremanera. De forma descomunal. Equivocación enorme, tamaño Godzilla. Y si hay algo más grande que él, así sería.

Cuando llegue me abrazó de tal forma que me hizo sentir que me conocía desde hace mucho más tiempo, y que me quería sin importar nada. Me dijo al oído.

"—No te preocupes por nada, eres una Montiel, pero en el fondo seguirás siendo una Mendoza y eso está bien. No tengo problema con eso, todo lo contrario, estoy orgullosa por cómo has manejado la situación. Sé que encajaras bien en esta nueva vida, tengo fe."

Puede que la preocupación se me notara, pero que supiera exactamente cuál era es admirable, hasta ahora en toda mi vida solo una persona había podido hacer algo así: mi mamá, Martha Mendoza.

Por cierto, para no confundirme mucho decidí llamar "madre" a la señora Montiel y "mamá" a Martha. Y no, aún no me siento capaz de llamarla por su nombre de pila. Es muy pronto para eso.

Me levante y fui directo al baño, me lave el cabello con un Shampoo que tiene un aroma a flores sumamente delicioso y refrescante. Me relaje y el agua se llevó parte de mi estrés postmudanza, suponiendo que eso exista. Me seque el cabello, lo peiné y lo deje suelto un rato para que mis rizos se definieran por si solos.

Fui al armario aún en toalla y deje mi pijama usada en un cesto de la ropa en el baño —digo yo que es para la ropa sucia—. Elegí algo medio formal para la salida: una falda larga hasta las rodillas —bueno, tal vez un poco arriba de estas— de tiro alto color negro con algunas manchas blancas en la base, una camisilla blanca de tirantes, con una blusa encima corta hasta el pecho holgada azul oscuro, y unas sandalias cerradas azules con piedras decorativas. Sencillo pero lindo.

Eché un vistazo a los accesorios, elegí una vincha negra como de unos 2 centímetro de grosor con brillantina azul. Me la probé y efectivamente se veía bien con el resto de mi atuendo. Volví a peinarme y arreglar algunos risos sueltos, me acomode la vincha y listo, solo faltaba darme un toque de maquillaje y quedaré completa. Escuché que tocaron la puerta y fui a abrir, era mi madre.

—Buenos días —me adelante a saludar.

—Buenos días cariño —me abrazó y dio un beso en la frente — ¿cómo dormiste?

—Muy bien gracias, ya estoy casi lista.

—Eso veo, buena elección se te ve muy bien —me miro detalladamente de arriba abajo— pero primero baja a desayunar, se te puede enfriar.

—En seguida voy —asintió sonriendo y fue a la habitación de Jonathan. Cerré la puerta y volví a mirarme en el espejo del tocador antes de salir.

Cuando baje ya estaba mi madre, Jonathan y Pipe en la mesa. "¿Habrá dormido aquí?" pensé. Luego recordé que se fue a casa como a las 8 y media, y vi en el reloj que eran casi las 9 así que no eran tan temprano después de todo. Salude a todos con un "buenos días", y Melanie nos sirvió el desayuno: huevos revueltos con Bacon, pan tostado con mantequilla y jugo de naranja. Muy rico y todo, pero me hacía falta algo. Y preciso. Al terminar el desayuno, Melanie nos ofreció una taza de café caliente, al estilo cappuccino. ¡Delicia!

—Ahora que terminen —mi madre hizo una pausa para tomar un sorbo de su café —se van a terminar de alistar, salimos en 15 minutos.

Todos asentimos.

—Si señora —respondimos al unísono como buenos niños que somos.

Fui la primera en subir, detrás mí venía Jonathan. Díganme paranoica o como quieran, pero de verdad que mientras subía las escaleras sentí el peso de su mirada hasta el último momento. Porque a pesar de estar su habitación más cerca de las escaleras, entro después que yo. "¡Que tonterías estoy pensando!" me dije a mí misma para asegurarme que nada fuera de lo normal está pasando.

Solo tenía 15 minutos, si quería verme presentable para salir al público como una Montiel sin llamar mucha atención —cosa que es casi imposible, pero se puede hacer el intento— tenía que darme prisa. Así que fui directo al baño y cepillé mis dientes, para luego maquillarme. Por segunda vez no iba a buscar maquillajes obsequiados, primero porque igual no sabría cómo usarlos y segundo porque ya es tarde, faltan 10 minutos.

Apliqué lo de siempre, polvo, rubor, pestañina, labial, pero me atreví a usar un poco de sombra para darme color y delineador negro. Lo había usado antes y había practicado como aplicarlo porque quería experimentar como se veía en mí, y espero haber aprendido algo. Me revise en el espejo y estaba algo dudosa, sobre todo por el delineador. Estaba a punto de quitármelo cuando entro Jonathan.

—Siento no tocar primero —se veía muy elegante y guapo pero casual.

Usaba un jean negro, camisa de botones color pastel ajustada a su cuerpo, zapatos negros, su cabello peinado hacia atrás. Quede medio pasmada, si antes había dicho que es guapo ahora se veía 20 veces mejor

—Pero mamá ya está lista para salir, te falta mu... — levanto la vista para mirarme y se detuvo en seco.

— ¿Me veo mal? —repase el remedo de maquillaje que me había aplicado, pero seguía igual de insegura, tal vez si debería cambiarlo.

—No, para nada —se apresuró a decir —todo lo contrario, te ves increíble— se ruborizo considerablemente y me sonrió algo avergonzado.

—Gracias —le devolví la sonrisa— si creo que ya estoy lista —abrió más la puerta para que saliera, me seguía con la mirada— espera, se me queda algo— tomé un bolsito pequeño para guardar mi teléfono, el labial y agarre mi buzo.

— ¿Lo usaras? —se veía sorprendido, parece que aún no se creía que de verdad me había gustado su regalo.

—Claro, suele darme frio con facilidad —me encogí de hombros y salimos de la habitación en silencio, esta vez caminando a mi lado.

Cuando llegamos, Pipe volteo a mirarme y profirió un silbido digamos que admiración.

—Te ves hermosa —su sorpresa parecía genuina, tendió su mano para guiarme hasta el auto que nos espera fuera de la casa, solo por esta vez la acepte— ¿nos vamos?

—Claro —no pude evitarlo, sonreí.

Era tan cursi y divertido, y todo tan nuevo que me daba mucha risa. ¿Quién sabe? De pronto lo que decía mamá era cierto, esta es una nueva oportunidad no solo de salir adelante, tal vez, y solo tal vez, también de encontrar mi primer amor. Pero no lo voy a acelerar, y obviamente no será Pipe, de eso estoy segura.

Jonathan...

"Pero ¿qué...?" pensé. Definitivamente mi mente me está jugando una mala pasada. ¿Por qué, precisamente en el momento en el que estoy sopesando la idea de encontrar el amor en este nuevo estilo de vida, se me cruza por la cabeza su nombre?

"A ver, hablemos un poco, tú y yo" le estaba diciendo a mi subconsciente si es que tenía uno "dejemos algo en claro: Jonathan es un Montiel, tú eres una Montiel, por lo tanto, son hermanos. ES TU HERMANO MAYOR, DEJA DE PENSAR ESTUPIDECES ¿ENTENDISTE O TE HAGO DIBUJITOS?, ¡por favorcito!... ¡CONTRÓLATE WEY, ESTAS BIEN PINCHE PENDEJA!". De verdad tenía que empezar a controlar esto, de lo contrario las cosas se saldrían de control y sería muy feo. Ni siquiera quiero decir en voz alta —O pensar en vos alta, como sea— la idea que me estaba empezando a atormentar.

Si, acepto el hecho de que es muy guapo. Hasta ahora ha sido un buen chico conmigo, bastante comprensivo y se ve el interés de ganar mi confianza, trata qué me sienta cómoda y no sufra tanto por todo esto, pero ya, eso hacen los hermanos. —También se sonroja cuando te ve linda, se pone nervioso, te sonríe muy pícaro—... "Esto no está yendo a ningún lado" pensé. Decidí mejor mandar de viaje a china a mi subconsciente, solo de ida. Y relajarme, tratar de divertirme en esta velada que se ve prometedora. Además, estaba con Pipe, la diversión viene multiplicada.

Aún no sabíamos a dónde íbamos, pero al parecer es bastante lejos, incluso podría ser fuera de la ciudad. Solo había visto que Albert guardaba unas cosas en el baúl del carro, pero no alcance a divisar que era. Durante el viaje íbamos en silencio, así que aproveché para ojear mi teléfono, vi que tenía varios mensajes uno de ellos me sorprendió.

"Querido usuario, le informamos que su plan de navegación ilimitada Premium ha sido activado satisfactoriamente. Para más información visite nuestra página de internet"

Esto debía ser un error, en ningún momento active ningún plan de nada, esas cosas son carísimas. Pensaba ir directo al enlace para ver si averiguaba algo, pero había otro mensaje, esta vez de un número desconocido.

(NN) Hola hermanita, perdón, pero últimamente se me olvidan las cosas. Dentro de un rato te debe llegar un mensaje de activación de un plan de Internet Premium, no te asustes, esa fue idea de mamá, dice que todos debemos estar comunicados constantemente. ¡Disfrútalo! ^_^

Bueno, esto ya cambia el asunto. Decidí hacerle caso al mensaje de mi hermanito y disfrutar del plan. Primero guardé en mis contactos el número de Jonathan y luego fui directo al chat.

(Yo) Gracias por avisarme hermanito, procuraré no infartarme. ^_~

Lo sé, es estúpido, está justo a mi lado en el auto y le estoy enviando un mensaje. Pero no pude evitarlo, la escena se me hacía cómica y la respuesta vino a mi mente como un rayo. Y ahora sí, a hablar con las chicas antes de que me maten.

(Yo) hola mis amores =D

Las respuestas no se hicieron esperar...

(S) hija del demonio, ¿dónde carajos estabas metida? >:(

(I) seguro ya nos cambió por amigas ricachonas T_T

(E) nos debes muchas explicaciones, jovencita —.— (sueno como vieja)

(Manuel) cállense brujas... ¿Cómo te sientes Em?

(Yo) primero: cálmense, les va a dar un infarto. Segundo: estaba ocupada y estresada con lo de la mudanza. Tercero: no conozco a nadie aún, solo al mejor amigo de Jonathan, se llama Felipe. Cuarto: Jamás las cambiaría por nada en el mundo, me duele su desconfianza ;_; y quinto gracias por preocuparse, yo también las quiero .i.

Pd: hola Manu, ya estoy mucho más tranquila. Gracias. <3

(I) tan linda .i. <3

(M) Me alegro mucho... :)

(E) ¡ay! nos quiere... ^0^

(S) ya era hora que aparecieras... jajaja mentiras cariño, nos tenías preocupadas... T_T pero entendemos, y nos alegra que estén bien las cosas...

(Yo) sí, ha sido un alivio, pero por ahora no puedo contarles mucho. Voy en el auto con mi madre, Jonathan y Pipe a una salida familiar, aunque sin saber a dónde, pero es lejos. Mañana en la u les cuento todo, se los prometo... :3

(S) más te vale... O_O

El resto del viaje trate de escuchar música, pero olvide los audífonos así que me dispuse a leer y mirar por la ventana a intervalos iguales. Me fije que efectivamente estábamos saliendo de la ciudad, a ambos lados de la carretera el paisaje era verde, árboles y montañas... "¿Será que vamos a la playa? Porque no traje vestido de baño" descarte inmediatamente esa idea, nos habrían avisado, creo... Ya que, de igual forma ya íbamos en camino, no había más nada que hacer, solo esperar...

****

Jonathan

Una hora ¿Qué es una hora?

Y no, no son solo 60 minutos. Para mí una hora es una eternidad. Aunque para Einstein el tiempo sea relativo, cuando se está con una chica linda en un auto con sus hombros y brazos rozándose por toda una hora de viaje en completo silencio, empiezas a ver el reloj de otro modo. Eso sí, tampoco crean que sé en qué modo estoy viendo el reloj, porque mi cabeza esta tan tormentosa que no puedo concentrarme en otra cosa que el roce de mi cuerpo con el de Emily.

"Respira profundo y piensa en lo que sea menos ella" pensé. Se estarán preguntando ¿Por qué te sentaste a su lado entonces?, mi respuesta es simple: "porque si no lo hacía yo lo hacía Pipe y no lo iba a permitir... ¡JAMAS!".

Si, ya estoy enloqueciendo, digamos que es efecto secundario de una hora de viaje. Pero finalmente ha llegado a su fin. El carro entro en el garaje de la cabaña, y todos entramos a la pequeña sala de estar. Desde que tengo memoria ha pertenecido a mis padres, y siempre que teníamos vacaciones veníamos los cuatro. Nos encantaba este lugar: cerca a la playa, sin las grandes multitudes que caracterizan una playa normal, lejos de la ciudad, aguas tranquilas, un clima delicioso. Era perfecto.

Inicialmente el objetivo de la salida era socializar, acercarnos más a Emily, tenernos confianza y que dejáramos de ser simples conocidos para ser una familia como debería ser. Así que me acerque a ella para entablar una conversación normal, de hermanos.

Se había alejado un poco hacia la pequeña terraza, mirando con asombro el paisaje que resaltaba del exterior: grandes extensiones de agua cristalina, de un azul celeste hermoso. Por su expresión supongo es la primera vez que ve una playa como esta.

—Es hermoso, ¿no crees? —susurré, suficientemente alto para que escuchara, pero sin ver el paisaje, solo a ella— la playa, el paisaje en general.

—Desde luego que si —hablo con emoción mientras sonreía ampliamente— jamás había estado en un lugar así.

— ¿Pueden ayudarnos a guardar esto? —mamá interrumpió nuestra muy corta conversación.

Mientras Albert restablecía la corriente eléctrica, nosotros nos encargábamos de guardar las cosas que había traído mamá: comida, bebidas y un morral lleno de cosas. ¿Por qué las mujeres siempre tienen que llevar tantas cosas a los viajes? Es solo por el día de hoy, mañana ya hay clases.

"Esperen, un momento. Mañana hay clases... ¡NO HICE EL ENSAYO DE GESTIÓN FINANCIERA!" lamenté mi descuido, "¿Será que Pipe la habrá hecho? ¡Más le vale!".

Despeje mi mente de ese pensamiento, ya estaba aquí y no podía hacer nada, cualquier cosa que diga podrá ser usado en mi contra, así que mejor me trago mis lamentos. Terminado de organizar todos los cachivaches que trajo mamá, volví a acercarme a Emily que estaba mirando los cuartos, esta vez ya no estaba demasiado emocionada.

— ¿Pasa algo? —pregunté.

—Si —respondió algo preocupada— no me avisaron que vendríamos a la playa.

Parpadee varias veces intentando entender el motivo de su preocupación.

—Eso es malo, por... —deje la frase inconclusa motivándola a continuarla.

—No traje vestido de baño —hizo una expresión de obviedad un tanto extraña pero adorable— en realidad no traje nada aparte de lo que llevo puesto.

— ¿En serio eso es lo que te preocupa? —contuve con todas mis fuerzas mis ganas de reír.

Me miraba con los ojos entrecerrados, queriendo asesinarme.

—Si quiero meterme al agua debo tener vestido de baño, a menos que al señor se le ocurra algo —pauso para fulminarme con un intento de mirada asesina pero divertida— ¿alguna idea, querido hermano?

Ya lo he dicho y no me cansaré de decirlo, se veía adorable. ¿Será eso por lo que dicen que las bajitas cuando están molestas se ven tiernas? Por eso no lo pude evitar, la atraje hacia mi pasando mi brazo derecho por sus hombros.

—Solo se me ocurre algo, pregúntale a mamá, de entre el monto de cosas que trajo debe haber algo parecido —la miré, se veía pensativa.

—Tal vez... ya vuelvo —salió caminando directo a la habitación donde estaba mamá.

Sinceramente, ya no me acordaba que este intruso se había colado en nuestra salida familiar. Sentí que me llamaban desde fuera de la cabaña, Pipe estaba sentado en una banca de madera que mi papá había construido para comer al aire libre cuando nos alojáramos acá. Me acerque lentamente para sentarme a su lado, tratando de calmar mis pensamientos. Lo que menos quería ahora era que saliera con otra de sus advertencias sin sentido.

— ¿Recuerdas que veníamos cuando éramos más chicos? —miraba el horizonte sonriente, pero su expresión reflejaba melancolía— sobre todo esa vez que tu papá nos trató de asustar.

—Sí, lo recuerdo perfectamente —exclamé sonriente, pero igual de afligido.

Recordar a James nos lastimaba aún. Cuando teníamos 10 años y James 9, caminábamos por toda la orilla de la playa, buscando conchas. Siempre nos gustó hacer eso, las colectábamos y tratábamos de hacer manualidades con ellas: collares, pulseras o decorar cualquier cosa. Cada vez que pasábamos la noche acá, papá hacia una fogata y contaba historias de terror.

Una vez, nos contó una historia sobre un enorme simio que escapo de un circo, justo cuando pasaban por la vía principal que daba a la entrada de la playa, y huyendo de ellos se internó en el pequeño bosque que esta al este de la cabaña permaneciendo ahí hasta esos días. Al terminar, se excusó diciendo que estaba cansado y entro a la cabaña, pero nosotros nos quedamos ahí, mirando fijamente hacia el bosque. No quedaba muy lejos, a unos 30 metros de donde estábamos, así que nos fuimos acercando poco a poco con linterna en mano.

Estando a unos pasos del primer árbol, estábamos asustados, temblando y pegados unos contra otros. Ni siquiera sabíamos porque nos acercamos en primer lugar, pero igual seguimos.

Cuando de repente, se movió algo en un arbusto a unos metros a la izquierda de nosotros. Los tres dimos un brinco, y movimos la luz de la linterna hacia ese lugar. Pero no había nada, no lográbamos ver nada a través de las hojas.

—Creo que deberíamos irnos —dijo James lleno de miedo— papá podría regañarnos.

—Ci... Cierto —balbuceó Pipe— no nos dieron permiso de alejarnos y ya es tarde.

—Está bien, vámonos —traté de que mi voz sonara firme— acá no hay nada.

Nos dimos la vuelta para salir corriendo, pero escuchamos cerca al mismo arbusto que algo se agitaba oculto entre sus hojas, rompiendo sonoramente una rama. ¡Crack!!

El miedo nos paralizo a los tres, justo ahí. Fuimos dando media vuelta lentamente para mirar que había hecho ese ruido, y cuando enfocamos la luz hacia allí. Una enorme figura fue alzándose desde el suelo, de cabello espeso y negro cubriendo todo su cuerpo, semierguido apoyando sus patas delanteras en el suelo, ojos amarillos y brillantes con el reflejo de la luz de la luna. Era el simio. Dimos un grito de terror, tan alto y agudo que parecíamos niñas.

Pero era justificable, éramos pequeños y delante de nosotros había un enorme simio que podía matarnos con solo un golpe. Estábamos aterrorizados, hasta que el simio rompió en carcajadas. Si, carcajadas.

Nos dejamos llevar tanto del terror, que no nos dimos cuenta de que el dichoso simio llevaba puesta chanclas de goma, las que usa papá para irse a dormir. Estaba riéndose tan fuerte que no sentimos cuando llegó mamá por detrás hasta que habló.

—Te dije que no lo hicieras —se veía molesta— mira como los dejaste, están helados del miedo.

Nos abrazaba a los tres a la vez, y nosotros mudos. Nuestros pequeños cerebros aún no procesaban la información de lo que acababa de pasar. "Tranquilízate, no hay simio, solo es papá disfrazado, ¿ves? Tiene sus chancletas" pensé.

Después de eso mamá "castigó" a papá por un mes, a lo que papá se estuvo quejando por dos semanas hasta que ella cedió. No pregunten como lo castigo porque no quiero pensar en eso, me daría escalofríos, y gracias al cielo éramos muy inocentes para entenderlo. Solo sé que ella quito el castigo por que una mañana despertó sonriente como siempre, y se disculpó con los tres por su pequeña broma.

Lo bueno de todo eso fue que, nos dio una recompensa a los tres: nos llevó a Disneyland para las siguientes vacaciones. Fue genial.

—Lloraste como un bebé esa noche —dijo Pipe entre risas— casi no nos dejaste dormir.

—Tu ni hables, recuerda que te hiciste pipi en los pantalones —me uní a su sonora carcajada.

—Yo no hice tal cosa —me dio un empujón con el hombro— se me derramo el agua.

—Si claro, el agua —hable mientras sostenía mi estómago, empezaba a doler por las carcajadas— ni siquiera llevabas una botella o termo ese día mentiroso.

—Era un vaso, y estaba lleno —Pipe ya tenía el rostro rojo.

—Si claro.

Estábamos distraídos riéndonos hasta el cansancio, que no nos dimos cuenta de que Emily nos observaba desde el umbral de la puerta de la cabaña. Se había cambiado, llevaba una blusa holgada amarilla a la altura de los hombros, debajo de ella se podía ver unos tirantes de flores, tal vez de un vestido de baño, y un short licra con el mismo estampado de flores azules, y el cabello recogido en una cola de caballo. Se veía muy...

—Si saben que deben respirar, ¿cierto? —dijo y se sentó en el asiento enfrente de nosotros, apoyando su dulce rostro sobre su mano derecha, mirándonos con expresión divertida.

Respiramos profundamente y dejamos de reírnos tan escandalosamente.

—Solo estábamos recordando algunas cosas de la infancia —dijo pipe y acerco su rostro un poco al de ella— ¿sabías que a los diez años lloraba como un bebé toda la noche porque le daba miedo la oscuridad?

—Eso es mentira —hice un gesto de fingida ofensa, y ella se reía, cerraba los ojos y tapaba su boca con la mano.

— ¿En serio? —Dijo entre risas— ¡ay! Pobrecito.

—Quiero mi venganza —demandé con autoridad— una vez se quedó a dormir en mi cuarto y nos quedamos viendo películas hasta tarde, una de ellas era de terror, La maldición y él —señalé dramáticamente a Pipe— se hizo pipi en los pantalones.

— ¿Qué? —Emily estallo en carcajadas mirando la cara avergonzada de Pipe— a mí me encanta esa película.

—Deberíamos verla —miré fijamente a Pipe retándolo.

—Claro, porque no —contestó él de forma amenazante, pero sin dejar de reír, luego miro a Emily que aún reía— ¿Algo vergonzoso que te haya ocurrido?

— ¿Qué? ¡No! —negaba una y otra vez con la cabeza sin dejar de sonreír— paso.

— ¡Oh vamos! Ya sabes lo más vergonzoso de nosotros, faltas tú —Pipe le dio una de sus miradas seductoras.

—Algo vergonzoso ¿eh? —Dijo pensativamente mirándome fijamente— cuando tenía 7 años me paso que...

—Pipe y Johnny, vengan a cambiarse —mamá llamaba desde la puerta de la cabaña.

— ¡Salvada por la campana! —se sonreía mientras nos miraba a los dos— ya váyanse, chu, chu! —nos echó.

Entramos a la casa para cambiarnos, me puse una camisilla blanca, una pantaloneta negra y chanclas. Cuando salí, Pipe ya estaba sentado nuevamente donde habíamos estado, hablando animadamente con Emily.

Es mi mejor amigo, pero en ese momento sentí que crecía en mí un sentimiento de enfado hacía él, por qué sabía perfectamente lo que hacía, había visto a James hacerlo muchas veces y a él mismo unas cuantas más: le estaba coqueteando. Sé que no es un mal chico, todo lo contrario, es un buen partido. Pero, no podía evitarlo, sinceramente no sabía que estaba pasando conmigo. Y de verdad, que no quería saberlo tampoco.

****

Felipe

Siempre me he sentido como en casa estando en la de los Montiel, en plena confianza con ellos. Son como una segunda familia para mí, Jonathan es más que mi mejor amigo, es mi hermano y a ambos nos dolió la partida de James. Tal vez fue el hecho de que soy hijo único el que me uniera más a ellos desde que los conozco, además, también influye que nuestros padres eran mejores amigos desde la infancia, así que era de esperarse que nos lleváramos tan bien.

Y es eso por lo que estoy preocupado. He visto como Johnny —Jonathan— mira a su hermana, no del modo tierno y protector, aunque creo que no se ha dado cuenta de eso. No estoy seguro de que hacer o decirle, solo se me ocurrió esa vaga "advertencia" que sé que no serviría de nada, pero por lo menos le dejaría la duda, que el mismo se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo y lo frenara. De lo contrario, ese chico sufrirá en grande. Por ese motivo, decidí pegarme como chicle a ella, conocerla un poco.

¿Y quién lo diría? De verdad que me cae bien la chica. Es modesta, sencilla, muy linda, graciosa, inteligente y tiene buen gusto. En lo poco que he hablado con ella desde que la conocí, me di cuenta de eso. Cuando tía Sol —así le digo a mi tía Solveig— nos llamó para cambiarnos, entramos y solo me tomo un minuto hacerlo, de inmediato salí y aproveché que Johnny aún no salía para acercarme y crear confianza.

— ¡Hola preciosa! —Hablé con mi voz seductora— ¿por qué tan solita?

—Eso fue rápido —estaba extrañada— ¿ustedes sabían que veníamos a playa?

—Sí, ¿tú no? —pregunté intrigado.

—No —hizo un puchero de enfado— ni traje nada para cambiarme.

—Y lo que llevas puesto salió ¿de...? —hable mientras señalaba su atuendo dramáticamente.

—Me lo prestó mi madre —se miró así misma— ¿me queda mal?

—Claro que no, te ves muy bien, en serio —levante mi mano derecha en señal— palabra de hombre.

— ¡Gracias! —sonrió tímidamente y se sonrojó un poco.

De cierta forma debo aceptar que es tierna, su rostro y la forma en que sonríe la hace ver adorable a veces, y el resto del tiempo bastante sexy. Una combinación extraña, pero de infarto.

—Ya que eres hermana de Johnny, es como si también fueses mi hermana —le dije de forma burlona— así que... —hice una pausa para generar suspenso, es divertido— ¿me ayudas con mi tarea de mates?

Estalló en carcajadas y fue inevitable, me uní a ella. Su risa es algo contagiosa.

— ¿Disculpa? —Dijo entre risas— no estoy interesada en tu oferta, ¡pero gracias!

—Acabas de romper el corazón de Pipe —me sostuve dramáticamente el pecho— en miles de pedacitos.

— ¿No era el de la pulga? —preguntó haciendo gestos de dolor.

— ¿Komo lo zupo? —más risas, ya me dolían los pulmones.

—Que dice mi mami que si no tienen hambre —nos sorprendimos al ver a Johnny, de pie junto a nosotros con una mano en la cintura en forma de jarra.

Sí, la misma pose de la niña del meme. Esa escena solo hizo que Emily y yo nos miráramos y soltáramos la risa descontroladamente. Cuando ya pudimos respirar, contestamos al mismo tiempo lo mismo.

—Preferimos entrar al agua —chocamos los cinco.

—Yo le aviso —dijo Emily y se levantó de su asiento para entrar a la cabaña.

— ¿De que hablaban? —lo conozco muy bien y sé que estaba molesto.

—De cosas —me miro inquisitivo, con una ceja levantada— en realidad de nada, hace poco que salí.

— ¿Entonces de que se reían?

— ¡Memes! —Vi que se relajaba un poco— deberías ver algunos, de pronto así tu humor cambié.

Iba a contestar, pero fue interrumpido por las voces de tía Sol, Emily y Albert que salían de la cabaña con muchas cosas, así que nos apresuramos a ayudarlos. Nos dirigimos a la orilla de la playa y ayudamos a organizar algunas cosas: sombrillas gigantes, sillas plegables, toallas, unas canastas con comida, una neverita de icopor con hielo y bebidas. Después de acomodado todo, nos metimos al agua.

Yo fui el primero en salir corriendo, Johnny iba detrás de mí, pero Emily se quedó con tía Sol en la sombra para aplicarse bloqueador.

—Es linda —susurré sin darme cuenta.

—Lo sé —dijo Johnny de forma indiferente y se zambullo en el agua.

Estábamos jugando como hacíamos antes, nos zambullíamos y el otro tenía que alcanzarlo a nado como si fuese un tiburón cazando su presa. Cuando salimos a tomar aire, volteamos a ver si ya venía Emily. Y lo que vimos me dejo sin palabras, y viendo en cámara lenta.

Veíamos como Emily se despojaba de su ropa mostrando el vestido de baño de dos piezas que había conseguido. Era un sostén y un cachetero bordado en flores azules, le cubría bastante en comparación con otros trajes de baño que ya había visto en mis amigas.

Y ahí entendí algo, ya sé por qué él la mira de esa manera. Ella es hermosa, en su sencillez es hermosa. No tan delgada que se marquen las costillas, pero tampoco gorda. Tiene sus curvas, bastante cadera y trasero. Aunque eso ultimo no lo admitiría delante de nadie, menos delante de Johnny a menos que quiera ser asesinado despiadadamente.

Es diferente a lo que estamos acostumbrados a ver: niñas superficiales, muy delgadas porque creen que así se ven regias, llenas de kilos de maquillaje, totalmente huecas por dentro y artificiales. Ella era lo contrario, es natural. No sé si me hago entender, pero el ser diferente la hace ver interesante. Aunque eso lo note su propio hermano.

El resto del día la pasamos súper genial: jugamos un buen rato en el agua, hasta hicimos un poco de buceo. Después salimos a almorzar, nos reposamos un buen rato hablando los 5, fue divertido escuchar a Emily y sus anécdotas. Después jugamos vóley de playa, Emily hizo equipo conmigo y Johnny con Albert, tía Sol era el árbitro.

Ganamos 20 a 5. Después de eso nos dimos una ducha y cenamos. Ya estaba atardeciendo, por lo que se nos ocurrió caminar un rato por el bosque los tres, recordando viejos tiempo y contándole a Emily nuestras inolvidables travesuras.

Me di cuenta de que de verdad le encanta la Biología, porque nos explicó un montón de cosas, de botánica y algo de zoología. Se veía muy linda cuando se emocionaba hablando de lo que le gusta.

—Este lugar es hermoso —hablaba emocionada, fijo su mirada suplicante en Johnny— ¿podemos volver algún día? Me encantaría mostrarles esto a las chicas, les encantará.

—Por supuesto —contestó él igual de emocionado— seria genial.

Al volver a la cabaña, Albert ya había recogido todo y colocado nuevamente en el baúl de coche. Emily miró por última vez hacia la playa, con una espléndida sonrisa en su rostro.

El viaje de regreso a casa fue totalmente diferente al silencioso de ida. En este el tiempo paso volando, todos charlábamos animadamente, contamos chistes, adivinanzas, y Emily nos contó varias cosas de su vida. El objetivo de esta salida se cumplió, se rompió esa barrera que nos separaba. Pasamos de ser unos desconocidos a oficialmente su nueva familia, porque obviamente me incluyo en el combo.

Solo falta que conozca a algunos de nuestros amigos, socialice más con nuestro círculo social para adaptarse a lo que viene. Ya que son una familia muy reconocida, la noticia de la nueva hija se esparcirá como pólvora.

Aunque no quisiera que conociera a Sofía, podía ser algo desagradable a veces, y mucho menos al imbécil de Sebastián. Aún me pregunto cómo es que hablamos con él. En fin, para ella las cosas apenas comienzan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro