14. ¿Confortante?
JONATHAN
¡SOY ADOPTADO!
¡SOY ADOPTADO MARDITA SEA!
"¿Podría alguien darme un baldado de agua fría o pellizcarme? Creo que estoy en medio de un sueño bastante raro y perturbador" pensé. Sinceramente, ni en mis más rebuscados y retorcidos sueños se me hubiese ocurrido algo así.
"¿Qué será lo siguiente? ¿Que me digan que todo esto es solo la invención de una chica solitaria que le gusta escribir historias y nosotros somos solo el producto de una de sus locuras? ¡Já, patrañas! ¿O que papá no sea el padre de Emily sino su hermano gemelo malvado? No me extrañaría" pensé.
Si había soñado con algún acontecimiento que me permitiera ser algo diferente a su hermano, algo así como un tercer cambio o una abducción, no sé. Mi mente había imaginado una cantidad de sucesos bastante ilógicos, por cierto. Pero esto era demasiado para mí, me había criado con personas diferentes a mi familia biológica, mamá había criado a dos niños que no tenían ninguna relación consanguínea con ella. Bueno, uno de ellos no fue su culpa, pero es lo mismo.
Mis emociones estaban en una balanza: por un lado, la tristeza y rabia de no ser su hijo, yo amo a mamá y me duele mucho que no lo sea en realidad. Y, por el otro, perfectamente equilibrado, la felicidad y emoción al saber que mi relación con Emily tal y como yo la quiero si se puede. "¿Quien ganara? Vea el siguiente episodio de esta batalla por el mismo canal y a la misma hora" divagué.
Me había pasado todo el día así, para cuando Emily llegó aún estaba medio ido, pero me obligué a mí mismo a reaccionar. "20 bofetadas mentales... y una patada en la entrepierna... también mental obviamente" pensé.
─Hola Em ─la saludé con un beso en la boca─ ¿Cómo están por allá?
Me empujo un poco fuerte alejándome de ella, mirando nerviosa en todas direcciones, como esperando ver a alguien.
─ Para atrás menso ¿Qué crees que haces? ─preguntó bastante molesta ─ nos pueden ver, ¡retrasado!
─Fuertes palabras ─dije entre risas─ no te ofusques, mamá no está, Albert esta con ella y Melanie está muy ocupada con la cena.
─ ¡Pendejo! ─dijo mientras se alejaba en dirección a su cuarto refunfuñando en voz baja.
Se veía tan adorable cuando refunfuñaba, que me daban ganas de seguir molestándola solo para verla enojarse.
─ ¿Por qué estas molesta? ─pregunte siguiéndola─ ¿no me extrañaste?
─ ¡Pues fíjate que no! ─cerró la puerta de un portazo antes de que pudiese poner un pie dentro.
─ ¡Diablos señorita! ¡Qué agresividad!
Regresé a mi habitación y esperé unos 40 minutos antes de irrumpir en su habitación, como me es costumbre. En este lapso de tiempo hablé con Pipe, jamás me perdonaría no enterarse del chisme.
(Yo) ¿Que más zángano?
(P) ¿Todo bien inútil?
(Yo) Todo bien pendejo.
(P) EY! ¿Cuando salimos? Ya estoy aburrido estando encerrado en mi casa... ¡Help me!
(Yo) ni idea, mamá quiere salir, pero solo nosotros tres... nada de chusmas entrometidas Jajajajaja ¿te suena a alguien?
(P) Si, a ti .i.
(Yo) Literalmente si tendrías razón, pero aún tengo el apellido así que Nop.
(P)... ¿De qué hablas? O.o
(Yo) hablo de, que en este viaje que haremos, voy a declararme oficialmente a Emily y le propondré que sea mi novia... ¿Que puedo darle de regalo?
(P) ¿Estás demente? En serio, no entiendo nada de los que estás diciendo, ella sigue siendo tu hermana, y ¿a qué te referías con eso de que tengo razón?
(Yo) ¿Quieres larga historia o resumen? :D
(P) Te voy a llamar...
Como buen amigo y "vieja chismosa" que es, me llamo inmediatamente, y obviamente le conté todo, tal cual me lo dijo mamá ─me encanta mantenerlo en suspenso─. La llamada duró exactamente 35 minutos, en los cuales 10 fueron gritos de sorpresa por parte de Pipe, el idiota casi me deja sordo.
Al terminar, me dirigí a su habitación. Estaba tumbada boca abajo en su cama, tal cual llegó. Entré despacio sin hacer ruido alguno, y me acosté a su lado, mirando su hermosa figura.
─ ¿Crees que no me di cuenta que entraste? ─dijo alzando la mirada hacia mí, tenía los ojos llorosos.
─ ¿Por qué lloras? ─dije con suavidad acariciando sus cabellos.
─Que te importa ─volvió a hundir su rostro en la almohada.
─Bueno, creo que no estás muy comunicativa hoy ─dije con fingida dolencia─ y yo que quería llevarte a pasear, a comer por ahí, salir solo los dos...
Esperé a ver como reaccionaba, pero no se movió así que continué.
─Ir a un parque, caminar de la mano, aprovechar la soledad de la noche ─me acerqué a su oído lentamente─ besarnos como la última vez ─susurré.
Se levantó de golpe sentándose en la cama, me miraba fijamente con rabia y los ojos llenos de lágrimas.
─ ¿Que rayos te pasa? ─dijo con la voz quebrada─ no entiendo ¿qué te es tan gracioso?
─Nada, ¿por qué? ─dije con toda la inocencia que podía expresar.
─ ¿Por qué lo haces? ─lloraba─ sabes perfectamente que no podemos hacer nada de lo que dices, somos hermanos lo ¿recuerdas? No puede pasar absolutamente nada entre nosotros, sin importar cuanto me digas que me amas, y tampoco importa mucho cuando te ame ─sollozó─ ahora lárgate y déjame en paz...
Estaba impresionado, sabía que sentía algo por mí, pero no me imaginaba que me amara como yo la amo a ella.
─ ¿Me amas? ─pregunté ansioso.
─ ¿Eso haría alguna diferencia?
─Claro que sí... ─insistí.
─Si... ─suspiró─ cometí el error de enamorarme de ti, de mi hermano, y tú tampoco me ayudas tarado... ¿contento? Ya te contesté, puedes largarte.
Su dolor era tan natural, que me sentí un poco culpable. En vez de irme, la abracé y lloré con ella. Fue una mezcla de sentimientos tan intensa, que no pude evitar reírme... si estaba llorando y riendo a la vez, ¿nunca les ha pasado? Es tan extraño y tan... ¿confortante? En este caso lo sentí así.
Esperé a que se tranquilizara aun en mis brazos, cuando ya respiraba con normalidad, deshice el abrazo para quedar frente a frente. Seque sus lágrimas, acariciando sus mejillas deleitándome con el roce de su suave y húmeda piel. La besé lenta pero apasionadamente, sus labios suaves y dulces como siempre, no podía resistirme el estar a solas con ella.
─Aunque no me creas ─dije inocentemente─ no hago esto para molestarte.
─ ¿A no? ─pregunto sarcásticamente─ ¿entonces cuál es tu motivo? Espero sea bueno sino te ira mal.
─Es mejor de lo que crees...
Le conté todo, absoluta y exactamente todo tal cual lo contó mamá. Su rostro estaba crispado por la incredulidad, el asombro y creo que alivio mezclado con felicidad. O esperaba yo que fuese felicidad.
─Ah... ¿Qué? ─balbuceó─ ¿me estas tomando del pelo? Cuando sea otra de tus bromas no te hablo por el resto de tu existencia.
─ ¿Crees que soy capaz de inventar algo así? ─dije algo ofendido, aunque la entiendo─ soy adoptado, no es algo que pudiese imaginar, así como así.
Asintió lentamente, pensativa.
─Y... ¿cómo estas al respecto? ─preguntó tímidamente.
─Pues... ─suspire─ un poco molesto no lo voy a negar, era algo que debía saber desde que tengo uso de razón. Triste, también, porque mi madre no lo es en realidad...
Hice una pausa, analizando su reacción a mis palabras. Permanecía inmutable, ocultando lo que siente, tal vez esperando a que diga algo sobre nosotros. "Pero claro, yo soy bien maldito y dejo lo bueno de ultimo para torturar psicológicamente a las personas... ¿será por eso que me odian?" pensé.
─Pero... ─reanude, acercándola más a mí, tomando en mis manos su rostro─ también estoy feliz porque no somos hermanos, ¿sabes lo que eso significa?
Sonreí ampliamente lleno de dicha, con esperanzas renovadas. Sus ojos se llenaron de lágrimas, solo que esta vez de alegría, lo sé porque ahora sonreía igual que yo y sus ojos brillaban de emoción. Se abalanzo sobre mí, uniendo sus labios a los míos en otro beso aún más apasionado que el anterior.
Estando así, ella arriba de mí, acostados en la cama, besándonos como si no hubiese un mañana. Me sentía lleno de vida, verdaderamente feliz, mi alma estaba completa al tener conmigo a la mujer que más amo, Emily.
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