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Capítulo 7

Para Regulus el colegio se ha dividido en dos tipos de personas; las que le miran con desprecio y los que le dan la enhorabuena. Diría que no sabe por qué es, pero lo tiene claro y más desde que Selwyn va por los pasillos con la cabeza baja, intentando pasar desapercibida.

No se fija en ella, ni siquiera presta atención a lo que hace la mestiza, solo tiene la mala suerte de compartir casa y clases con ella.

Se merece todo lo que le está pasando, esa es la conclusión a la que llega Regulus cuando, por tercera vez en la semana, vuelven a echarla de la sala común cubierta de una sustancia cuyo olor deja mucho que desear. Aunque ella debe de estar acostumbrada, y más teniendo una muggle como madre.

Los más mayores le dan palmadas en la espalda cuando pasa por el centro de la sala común hacia su habitación y algunos incluso le vuelven a alabar por haber pasado tanto tiempo cerca de una mestiza sin vomitar. Todos sus compañeros creen que lo ha hecho para burlarse de ella, tal y como llevan haciendo meses ellos.

Están muy lejos de la realidad, pero Regulus asiente y levanta la cabeza porque no piensa dejarles ver que de verdad la consideraba una amiga. No puede dejarles ver que le importaba, en ese mundo no te importa nadie, solo tu, si no eres débil, alguien de quien puede deshacerse con facilidad porque tienes debilidades. Y Regulus no tiene debilidades.

Las rondas de prefectos vuelven a ser solitarias y rápidas, los alumnos son castigados con más frecuencia y eso, como no, llama la atención de los Premios Anuales y los convocan a todos de nuevo. Regulus intenta escapar de esa reunión, pero no puede tener un poco de suerte, no, porque Nicholas tiene que verle intentando escapar de allí.

—Oh, no, Nova me ha contado que la reunión tiene que ver mucho que ver contigo, así que te voy a arrastrar hasta allí y luego me voy a quedar en la puerta porque tengo que hablar contigo.

—¿Por qué no me dejas en paz, Durant?

—¿Cómo tú has dejado a Lilah, Black?

De verdad, Regulus intenta no pensar en ella, ignorar su existencia, pero todo el mundo parece estar en contra de ello. Quieren que esté presente constantemente, o bien como amigo o bien para que se burle de ella. Él solo quiere que desaparezca para que le dejen en paz de una vez.

—Vete a la mierda.

—Vaya, parece que tanto hablar con traidores te ha hecho hablar como uno de ellos, bienvenido al club, Black.

Se está burlando de él para que le haga algo. Seguro que sabe que le dio un puñetazo a Sirius. Seguro que sabe que Delilah sí que le importaba. Pero no se lo va a dar, no, Nicholas Durant no va a tener esa satisfacción.

Entra a la reunión de prefectos, como siempre están Potter y la sangre sucia en la parte delantera de la clase, cruzados de brazos mientras que esperan. Porque obviamente él es el último en entrar. Culpa de Nicholas, si no hubiera estado allí en medio ni siquiera hubiera entrado.

—Ahora que ya estamos todos podemos empezar.

La sangre sucia es la que lleva la voz cantante. Seguro que toda esa tontería es su culpa, eso de tener que estar haciendo las rondas por parejas sí o sí, el que estén aquí reunidos. No se da cuenta de que el problema es que ella no debería estar aquí, ensuciando los pasillos de la escuela con sus ideales.

—Black, a partir de ahora harás las rondas con Lightbourne.

Y ya era lo que le faltaba, tener que aguantar a esa chica. No entiende por qué le tienen que molestar tanto, por qué no pueden dejarle en paz.

—Haré las rondas solo.

—¡Pero Lily! —habla a la vez y Regulus arruga la nariz. Parece que Evans está enfadada con Lightbourne y él lo va a pagar—. Deja que te lo expliquemos, por favor.

—No, no hay explicaciones, vas a hacer las rondas con Black y no hay más que hablar.

—¿Tengo que recordarte que no me das órdenes, sangre sucia?

Se lo debía esperar, claro, Potter tiene poca paciencia con gente como él, ya se ha metido en más de una pelea con Snape y los demás solo porque se han llamado a Evans lo que es. Y la verdad es que Regulus tiene que admitir que Potter ha sido bastante paciente con él, la verdad.

La sangre sale primero de la nariz, sin control ninguno y luego del labio. Regulus cree que saldría de más sitios si no fuera porque Crowan coge a Potter por los hombros y le levanta del suelo. Nicholas es quien entra a la clase para intentar echar a todo el mundo de allí, incluidas Evans y Lightbourne, con quien empieza a hablar en susurros.

—... venga, déjame hablar con él —Regulus consigue oír la última parte de la frase y, dentro de él, agradece que Nicholas lo intente, pero Lightbourne no parece estar por la labor.

—Y una mierda, eres demasiado blando con él —le susurra de vuelta, pero esta vez un poco más alto, dejando que se oiga.

—Solo está cegado, lo sabes.

—No, está decidiendo ser así, mira lo que ha pasado con Delilah en cuanto se ha enterado.

—Yo también me quedo.

Es lo que le faltaba a Regulus. Crowan ha vuelto a entrar en la clase y ha cerrado la puerta, apoyándose en ella e impidiéndole la salida. Lo que tienen que hacer es dejarle en paz para que pueda volver a su habitación y curarse delante del espejo, pero no, tienen que venir a darle lecciones moralistas.

—¿Qué pasa, que solo funcionáis cuando estáis los tres juntos? —Regulus se incorpora y escupe parte de la sangre que tiene en la boca al suelo.

—Podríamos decir que sí, pero alguien tendría que aceptar —parece que a Lightbourne le divierte decirlo, igual que Crowan sonríe para sorpresa de Regulus y Nicholas niega.

—No hagas caso a estos dos idiotas, Reg, creen que tienen una idea estupenda cuando es una locura que no funcionaría.

—Venga, sabes que funcionaria, Nicholas —Crowan habla desde la puerta, burlándose cuando dice el nombre del rubio y este le saca el dedo corazón.

—¿Le preguntamos a Reg su opinión? Seguro que es imparcial.

Ignora a Nicholas porque solo dice tonterías y se levanta del suelo. También ignora el pañuelo que le tiende y se limpia con la manga del jersey la nariz. Quizá la tiene rota y debería ir a la enfermería, pero no quiere probar suerte con la enfermera y sus preguntas. Sabrá que él tiene la culpa y acabará castigado y es algo que no tiene ganas de experimentar.

—Este no eres tú, Reg, lo sabes —vuelve a ignorar a Nicholas y se dirige directamente hacia la puerta.

—¿Va a ser por las buenas o por las malas, Crowan? —no quiere esperar a su respuesta, así que saca la varita, es lo más fácil, lo más rápido.

—¿Qué me vas a hacer, Black? ¿Cosquillas?

La lista de maldiciones que Walburga ha utilizado con Sirius pasa por la cabeza de Regulus. Una a una, va descartándolas por ser demasiado o por no tener efecto suficiente hasta que llega a una. Era la favorita de Walburga y la que dejaba a Sirius temblando durante días, encerrado en su habitación, sin ser capaz de comunicarse con nadie. Regulus también la odiaba porque Sirius no era el mismo durante días, hasta que la maldición no desaparecía.

—Te lo he advertido.

Y lo ha hecho, quizá no tan directamente como para que Crowan lo entienda, pero piensa borrar todo rastro de burla de la cara de Crowan. ¿Por qué los profesores nombrarían prefecto a un alumno así? Incluso el desviado de Lupin hubiera sido mucha mejor opción que un alumno que fingía ser un modelo a seguir por los alumnos cuando en realidad lo que hacía era seguir a Potter y Sirius a todo lo que se le ocurría.

La cara de Crowan cambia cuando Regulus dice el hechizo y oye como Nicholas maldice. No tiene ni idea de que le está pasando Crowan, pero sí que le parece que le afecta lo suficiente como para caer al suelo mientras mira a Nicholas y a Lightbourne. La chica no tarda en ir corriendo hasta él, agachándose a su lado mientras que le da la mano y le habla suavemente.

Si no tenía la nariz rota ahora seguro que la tiene porque Nicholas le sujeta la cabeza por la parte de atrás y la pared está justo delante de la cara de Regulus. El dolor que siente no se parece en nada al que estaba sintiendo unos momentos atrás y Nicholas le sacude.

—¿Qué cojones le has hecho? —se lo grita y Regulus no puede evitar reírse al ver como Crowan se aleja de Lightbourne con el grito de Nicholas—. ¡Quita la maldición, Black, ahora mismo!

La chica vuelve a intentar acercarse a Crowan, que vuelve a alejarse y se gira para mirarles. Regulus empieza a sentir algo de culpa cuando ve cómo los ojos de la chica empiezan a llenarse de lágrimas, pero la hace desaparecer. Él no siente culpa.

—No se puede quitar, Nick, creo que se que es y no puede quitarla —oh, la culpa, vuelve aunque Regulus la empuje, vuelve porque ve como Lightbourne ya está llorando. No le gusta ver a la gente llorar, le hace sentir incómodo, le hace sentir culpa porque sabe que está llorando por algo que ha hecho él, como Delilah en la torre de Astronomía.

Cuando Nicholas le suelta, Regulus ve el momento para salir de allí cuanto antes. Ignora como llaman a Crowan, ambos, despacio, con cuidado, con cariño y algo más que no llega a entender. Y, en cuanto está lo suficientemente lejos, Regulus echa a correr. No puede dejar que nadie le vea así, no es propio de un Black que le den una paliza en la que él no responda. Andrómeda siempre pegaba primero, Bellatrix lanzaba las peores maldiciones que nadie podía pensar, Cissy tenía las mejores venganzas y Sirius siempre hace una combinación de todas sus primas. Y él solo recibe, una y otra vez, nunca aprende a defenderse.

Tiene suerte de que la sala común esté vacía cuando llega porque todo el mundo está cenando, así que va directo a su habitación. Gracias a la insistencia de los Black y el resto de las familias de sangre pura cuenta con una habitación para él solo que no tiene que compartir con un montón de desagradecidos.

Con lo que no tiene suerte es con que Delilah esté allí.

La sangre le gotea de la nariz, pero la deja caer a la alfombra de su habitación. La chica frunce el ceño y, por un momento, Regulus piensa que va a acercarse a él para limpiarle, que quizá pueden llegar a arreglar su amistad a pesar de que la ha liado sin parar desde que volvieron de vacaciones de Navidad. Pero no, no lo hace, sigue de pie al lado de su cama, mirándole fijamente de brazos cruzados, claramente enfadada.

—¿Qué haces aquí, Selwyn?

Tiene que ignorarla, como si no estuviera allí, no puede dejar que se meta en su cabeza, que le haga querer cambiar de opinión con respecto a ella y lo lejos que tiene que estar de él. Tienen baños privados, así que tampoco es mucho problema entrar para limpiarse e ignorarla. Cuando se mira en el espejo tiene claro que debería ir a ver a la enfermera porque no va a haber forma de que él pueda arreglar el estropicio que Potter y Nicholas le han hecho. Le tocará buscar a Snape para que le ayude, algo más seguro que ir a ver a la enfermera, aunque seguro que eso le sale caro y le pide algún tipo de favor.

—¿Llamar a Lily sangre sucia? —Delilah se lo increpa, como no.

—¿Acaso no he dicho la verdad? —Y él contesta, porque no hay otra respuesta, a pesar de lo que piense Delilah o deje de pensar, Evans es una sangre sucia.

Coge un poco de papel para frenar la hemorragia y ve en el espejo a Delilah, todavía cruzada de brazos y con el ceño aún más fruncido si es que eso era posible. Se acerca hasta él, hasta que está justo detrás, puede notar un roce suave en la espalda, como si le hubiera dado sin querer cuando ha llegado.

—Eres un desgraciado, Black —se lo dice mirándole a los ojos a través del espejo, con una expresión de completo desagrado.

Oye el portazo, pero no le importa. No le importa que le haya estado esperando en la habitación o que haya dejado sobre la cama un pañuelo de tela que sabe perfectamente que es suyo por las iniciales que hay bordadas. Lo guarda en la mesilla de noche, escondido justo al lado del regalo de Navidad que Sirius le dejó encima de la cama y que todavía no ha abierto. No le importan ninguna de las dos cosas, por eso las deja escondidas.

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Este es uno de mis capítulos favs aaaaaaaaah En realidad voy a decir esto constantemente hasta el final de los capítulos porque soy así y ya está.

Reg no parece querer ver que lo que piensa está mal, pero no pasa nada, sabemos que al final el chaval tiene buen corazón y hace lo que es correcto. Me va a dar pena llegar al capítulo quince, la verdad.

Quiero comentar más cosas, pero no quiero desvelar demasiado de este universo todavía, que quedan naipes para rato, o al menos esa es mi idea.

Muchas gracias por leer <3

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