Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Regulus no puede evitarlo. Da igual donde vaya, da igual lo que haga, Sirius siempre está ahí y él no puede evitar mirar para ver qué hace.

Ha cambiado desde que se ha ido de casa y todo el mundo parece notarlo porque ha oído los comentarios de los profesores en el Gran Comedor hablando de lo que su hermano ha mejorado. Porque ha mejorado en todo, ha vuelto al colegio con mucha más energía que los años anteriores y aún así está más calmado que nunca y muy centrado en sus estudios.

Regulus duda que eso sea cierto porque apenas llevan un mes de clase y Sirius nunca se ha centrado en sus estudios, pero a lo mejor ahora que los Black no están allí para pagar esos Extraordinarios y Supera las Expectativas quizá sí que Sirius se esfuerza, confirmando la teoría que Regulus siempre ha tenido.

Pasa el primer mes, el segundo, el tercero y, aparte de las bromas que hace con sus amigos, todos los profesores siguen hablando de lo centrado que está Sirius. Y Potter. Porque Regulus no puede escapar de que siempre Potter acabe involucrado en la conversación igual que no puede evitar ver como su hermano finge que no se está arruinando la vida al estar cerca de todos esos sangre sucia y mestizos. Y al menos tiene que dar gracias de que se lleve bien con Potter y con Lightbourne porque al menos ellos son sangre limpia, aunque sean unos sucios traidores a la sangre.

Y, aún así, parece que su hermano se empeña en arruinar lo que podría salvarle si se pegara a la chica Lightbourne en lugar de darle la mano por debajo de la mesa a Lupin. Porque cuando les ven lo que hace es pasar el brazo por encima de la chica, que ni siquiera se molesta en decirle nada mientras que, siempre justo al lado, le da la mano a ese mestizo. O le lleva a los lugares de la biblioteca menos transitados, los que Regulus siempre utiliza para estudiar porque no quiere malgastar el dinero de los Black, solo quiere usar un poco, lo justo para que siga siendo perfecto a ojos de todo el mundo, aunque sepa que solo es una mentira.

Porque la realidad es que Regulus está obsesionado con vigilar todos los movimientos de Sirius, lo haga adrede o no, sea o no capaz de admitirlo.

Por eso, cuando llega la salida de febrero a Hogsmeade, ni siquiera lo hace adrede, es como si fuera una adicción, los sigue sin más, a todo el grupo. Porque los conoce a todos, no puede evitarlo, ellos le han robado a su hermano mayor y tiene que conocerlos, conocer todos sus puntos débiles para poder mostrárselos a Sirius, que no son tan perfectos como dicen ser. Porque su hermano está cegado y ya ha dejado de ver la importancia de ser un Black, ha dejado de entender el prestigio que lleva el nombre, las ventajas que tiene.

Así que Regulus les sigue hasta que todos empiezan a separarse en el centro del pueblo, dejando bien claro que en dos horas, como mucho, tienen que estar todos en Las Tres Escobas.

Como es febrero la nieve sigue acumulada en el pueblo, sobre los tejados y árboles y el tiempo no acompaña ya que empieza a nevar justo cuando todos ellos se separan en grupos más pequeños. Potter, Evans, McKinnon, Meadowes y Pettigrew van hacia la única librería del pueblo. Crowan y Durant parece que intentan convencer a Lightbourne de que se una a ellos para ir antes a Las Tres Escobas y, cuando Regulus se quiere dar cuenta, Sirius ya ha desaparecido con Lupin.

Porque cuando no está pegado a la cadera de Potter está pegado a Lupin. Y Regulus no sabe que odia más, si a Potter o a Lupin.

La librería esta descartada para Regulus ya que estando Potter allí solo puede arruinarle el día, no tiene nada de correo que enviar y aunque lo hiciera utilizaría su propia lechuza y no el servicio postal de Hogsmeade y Zonko no lo pisaría ni aunque le dijeran que ha ganado trece galeones. El salón de té de Madame Pudipié es otro de los sitios que Regulus no pisaría y ese se atreve a decir que no lo pisaría ni aunque le dijeran que si come allí una tarta Sirius volvería a ser su hermano.

Así que lo que le queda es volver a entrar a Honeydukes, como todas las veces anteriores, para salir con las manos vacías porque ninguno de los dulces que hay que hay en la tienda le gustan. Porque si creces en la familia Black a lo que tienes gusto es por los sobornos, las conspiraciones, los asesinatos y la carne de elfo doméstico. Todo lo demás sabe demasiado insípido, sin emoción.

Así que Regulus decide caminar un poco más hasta el callejón trasero de Honeydukes y quitar la nieve que se está posando en el umbral de la puerta de los propietarios de la tienda de dulces. No tiene nada mejor que hacer porque no quiere entrar a Las Tres Escobas para pasar allí demasiadas horas hasta que su hermano vuelva con todos sus amigos y luego ellos serán los últimos que se vayan al colegio. Siempre lo son.

—Sabes que sabemos que nos sigues a todas partes, ¿verdad?

Lightbourne ni siquiera pide permiso para sentarse a su lado, solo lo hace y Regulus quiere protestar, pero no lo hace, como siempre.

—Sirius dice que ya no sabe que hacer contigo, le preocupas, ¿no tienes amigos de tu edad?

La chica parece que no se quiere callar y, cuando ve que Regulus no responde, saca de su bolsillo unas onzas de lo que parece ser chocolate de color blanco.

—Deberías hacer amigos, ¿sabes?

—Tengo amigos —su voz vuelve, quizá porque ahora no está pendiente de ella si no del chocolate. ¿De dónde ha sacado eso? Nunca ha visto ese tipo de chocolate, ¿por qué es blanco? ¿Acaso sabe distinto?

—¿Y dónde están?

—Castigados.

Y es verdad, los que los demás pueden llamar amigos de Regulus están castigados. Está Barty, a quien Slughorn le ha castigado porque copió los deberes de Travers en mitad de la clase de pociones. Avery y Rosier, que se han peleado con un grupo de sangre sucias. Thorfinn lleva sin hacer los deberes de transformaciones todo el curso y Snape, que ha vuelto a hechizar a Potter. Siempre vuelve a Potter, no sabe como lo hace, pero siempre acaba volviendo al mismo tema. Así que Regulus resopla.

—Quizá deberías buscarte nuevos amigos —sugiere la chica y coge otra de las onzas—. Te puedo dar a los míos, me hacen pensar demasiado.

—Te puedes quedar a Crowan y Durant.

La chica abre y cierra la boca, como queriendo decir algo. Seguro que se pregunta por qué sabe que habla de ellos, pero es algo que está más que claro, es obvio. Al final parece decidirse por no decir nada y le tiende el chocolate blanco.

—Entiendo la situación en la que estás —empieza y Regulus resopla—. No, en serio, lo entiendo, mi prima era mi única amiga antes de que empezara a venir a Hogwarts y... bueno, ya no nos hablamos, cada una ha encontrado a su grupo.

—No es lo mismo.

—Sí, bueno, los Lightbourne no somos como los Black, ya lo dice el apellido, pero no me refiero a eso, me refiero a la pureza de sangre.

Regulus se atreve a coger el chocolate blanco. Cuando se lo lleva a la boca abre los ojos porque no se había esperado tanto dulzor. Y lo que se supone que debería odiar le gusta.

—En Honeydukes hay una sección donde lo venden por peso —se lo cuenta como si fueran amigos de toda la vida—. Utilizo los dulces para evitar ser tan dependiente del tabaco como tu hermano.

—¿Y te funciona? —ni siquiera sabe por qué se lo pregunta, no tiene interés en saber la respuesta.

—Sí, me ayuda bastante, no puedo fumar en clase o en mitad de la sala común, pero sí que puedo comer un poco de chocolate para evitar pensar en...

Se calla y la mirada se le va automáticamente al inicio de la calle, donde Crowan y Durant están hablando tranquilamente. Lightbourne suspira, se mete un trozo en la boca y le deja lo que queda a Regulus en la mano.

—Bueno, da igual, el caso es que funciona. Cada vez que quieras seguirnos come un trozo de chocolate si no te vas a atrever a hablarnos, aunque no te pases, te puede estropear los dientes.

Desaparece como ha llegado, sin decir nada más y Regulus observa como se acerca a ambos chicos. No entiende que hay entre ellos, y menos cuando Sirius siempre está pasando el brazo por encima a la chica, usándola de tapadera para que nadie sepa que le da la mano a Lupin por debajo de la mesa del Gran Comedor.

Se lleva un trozo de chocolate blanco a la boca y se centra en el sabor. En lo dulce que está. No debe de ser ni siquiera chocolate, tendrá que buscarlo en los libros de la biblioteca, pero le gusta. Le gusta y le ayuda a no pensar en su hermano mayor.

Por eso Regulus entra en Honeydukes y compra demasiados galeones en chocolate blanco, unos que a penas le duran hasta la siguiente excursión, donde compra aún más.

Se convierte en su nueva adición, una mucho más fácil de controlar hay una que no le destroza por dentro. Sirius deja de ser una parte tan directa en su vida porque ahora tiene otra cosa en la que fijarse, una mucho más dulce, una que le ayuda cuando sigue a sus compañeros por los pasillos de Hogwarts en busca de los sangre sucias que no dejan de contaminar el colegio.

Con cada ataque Regulus come un pequeño pedazo, solo porque quiere asociar la sensación de un buen susto a uno de esos estúpidos sangre sucia con la buenas sensaciones que deja el chocolate blanco en su paladar. Se lo come como recompensa por cada buena nota y, poco a poco, se convierte también en lo que necesita para poder hacer bien todos los exámenes. Regulus convierte el chocolate blanco en una droga que no puede vivir sin ella como había convertido observar a Sirius en ella.

Y como no ya no le observa no puede notar todos los cambios en Sirius, quien ahora es el busca a Regulus para ver que está bien.

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

A Regulus Black le gusta el chocolate blanco hasta el punto de la adición y por cosas como esta esto es Ogaira's version.

Lightbourne, Crowan, Durant... ¿quienes serán esos personajes? ¿Lily y James yendo juntos a una librería en Hogsmeade? ¿Qué está pasando aquí?

Ay, que ganas tengo de que leáis todo esto que estoy montando, no os podéis hacer una idea, cruzo los dedos para que todo salga perfecto.

Nos vemos la semana que viene <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro