- Papá, ya llegue -dijo Jennie con algo de miedo al cruzar la puerta-

- Que bueno que llegas hija, tenemos algo que hablar... -el alfa mostraba su semblante estoico- hueles a alfa, el olor incluso me hace sentir abrumado -dijo con aparente tranquilidad, Jennie evitando su mirada con nerviosismo- así que puedo afirmar que es de Lalisa, la única Aurum que conoces -

- V-vera alfa -tragó saliva sonoramente- tuve mi celo y...

- Y fuiste una omega, eso ya lo sé Jennie -corto su explicación sobandose el puente de la nariz volviendo a verla con enojo- lo que no puedo creer es que esa alfa tenga tanto control para no morderte estando en celo, fue un celo bastante fuerte como el médico ya nos había dicho y esa tipa se resistió a marcarte con otra cosa que no fuera su aroma -gruñó espantado a la omega quien solo se encogió en su lugar-

- Alfa y-yo le puedo explicar -trato de volver a hablar sin oportunidad alguna, nerviosa ante su reacción, ahora que era omega era incluso más vulnerable que antes-

- ¿Qué me vas a explicar Jennie? -su mirada no se despegó de ella ni un segundo solo reflejando enojo- claramente fallaste, el plan para que fueras la omega de los Manoban y tuviéramos el lugar asegurado como familia asociada se fue a la basura, primero me decepcionas como una aparente sin casta y luego resulta que no sirves ni para hacer lo que hacen los tuyos, algo tan simple como ser follados, trataré de ofrecerte como un presente, si te rechazan tendrás que atraer a otro pez gordo -dijo dándole la espalda-

Con esas palabras se fue dejándola sola, era una decepción, siempre lo supo, no era el niño alfa que el quería...

(...)
- Ya llegue -dijo Lisa cerrando la puerta tras ella-

- Cariño que bueno que llegas -dijo su padre quien llegó rápidamente y fue llevándola tras el en dirección a la sala, su aroma desprendiendo felicidad- Roseanne está aquí y quiero que se conozcan -su tono feliz lo del ataba, pero la alfa trataba de no poner mucha atención, ni siquiera al apodo ridículo que había dicho-

Una vez en la sala, vio a la dichosa alfa, alta, delgada y con una cintura diminuta, quien la recibio con una reverencia de 90 grados.

- Bienvenida alfa -dijo con voz suave esperando a que tomará asiento primero para después hacerlo después igual-

Se sentó evaluando su comportamiento dócil, ella tomando asiendo después de la Aurum y mirando a su padre expectante.

- Las dejó para que se conozcan -dijo el hombre quien se levantó rápidamente yendo escaleras arriba-

El silencio se torno algo incómodo más no duró mucho.

- Espero poder llevarme bien con usted alfa -su voz interrumpió el silencio-

- No me digas alfa -hizo una mueca- ¿tu nombre completo es Roseanne Park? -pregunto tratando de asegurarse y seguir la conversación no queriendo en volverse en el silencio incómodo nuevamente-

- si alfa -contestó cortésmente- se acostumbrara pronto a esa forma de llamarla no se preocupe -

- creo que tenemos la misma edad, ¿no es exagerado? -preguntó algo incomoda por su forma de llamarla, demasiado formal-

- comenzaré a hablarte como igual entonces, pero el alfa se queda -dijo tratando de sonreír, ya estaba resignada a casarse con ella, de todas formas era atractiva, quizá si podía ser feliz, quizás se podía enamorar incluso-

- supongo que esta bien -hizo otra mueca suspirando, la ira la había hecho reaccionar de manera errónea pero ya no había tiempo de arrepentirse-

El tiempo pasó rápido entre pláticas, y se dio cuenta que tenían mucho en común ¿eso era bueno no?

RE editado: 01/11/2020