Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

05 | Norberto

V. NORBERT

El siguiente trimestre pasó muy rápido.

Antes de ir al que parecía el peor partido de quidditch la historia —ya que arbitraba Snape—, un cromo de las ranas de chocolate les ayudó a descubrir algo. Nicolas Flamel era el único descubridor conocido de la Piedra Filosofal.

Allison se preguntaba cómo no se había dado cuenta antes, después de tener tantos cromos de Dumbledore, de que su nombre aparecía en ellos.

En el partido, Malfoy se había acercado a ellos para molestarles, como siempre hacía. El chico necesitaba atención urgente.

—¿Sabéis por qué creo que eligen a la gente para la casa de Gryffindor? Es gente a la que le tienen lástima. Por ejemplo, están los Potter; que no tienen padres, luego los Weasley, que no tienen dinero... Y tú, Longbottom, que no tienes cerebro.

Allison había cerrado sus manos en puños, no quería darle un puñetazo a Draco y distraer a su hermano del partido. Ya tenía bastante con Snape, y no tenía tiempo de andar enfadada por lo que Malfoy dijera de sus padres.

—Yo valgo por doce como tú, Malfoy —tartamudeó Neville.

—Así se habla, Neville —dijo Ron, sin quitar sus ojos del campo.

—Longbottom, si tu cerebro fuera de oro serías más pobre que Weasley, y con eso te digo todo.

Ron estaba a punto de perder los nervios. Allison no se quitaba el comentario de antes de la cabeza. Todo apuntaba a que Malfoy pronto se llevaría el esperado puñetazo.

—Te prevengo, Malfoy... Una palabra más...

—¡Ron! ¡Allison! —dijo de pronto Hermione—. ¡Harry...!

—¿Qué? ¿Dónde?

Harry se estaba lanzando con mucha velocidad hacia el suelo.

—Tenéis suerte, Weasley, es evidente que Potter ha visto alguna moneda en el campo. ¡Tal vez incluso haya visto a sus papis! —se burló Malfoy.

Allison y Ron se lanzaron a por Draco. El chico se los intentaba sacar de encima, sin mucho éxito, ya que los tres daban vueltas por el suelo.

Mientras Allison le daba un golpe en el hombro a Malfoy, se oyó un silbato.

—¡Ron! ¡Allison! ¿Dónde estáis? ¡El partido ha terminado! ¡Hemos ganado! ¡Gryffindor es el primero!

Oh, Merlín, y yo me lo he perdido, se quejó internamente Allison, sacándose a Malfoy de encima y poniéndose en pie.

* * *

Llegaron las Pascuas, y Ally y Harry estaban en su casa de nuevo. Tenían toneladas de tarea, pero tenían aún más ganas de ver a su familia.

Lizzy entró al cuarto que compartía con Allison cuando ella estaba haciendo los deberes.

—¿Qué haces? —le preguntó la pequeña, sentándose de un salto en la cama de Allison, que era la más cercana a la mesa de estudio.

—Pociones. Es un tostón, créeme. Además, el estúpido de Snape me suspenderá aunque haga toda la tarea bien —se quejó.

—¿Por qué? ¿Lo importante no es que esté bien? —preguntó inocentemente ella, poniéndose de pie y observando el ensayo que Allison escribía.

—Dile eso a Snape. Nos ha cogido manía a Harry, Ron y a mí. ¡Para qué mentir, a todos los leones! Es insoportable, de verdad. Nos quita puntos hasta por respirar.

Allison dejó su pluma sobre el escritorio.

—Pues a mí me gustaría aprender sobre pociones. Y sobre Encantamientos, Herbología, Transformaciones... —Iba contando con sus dedos, añadiendo uno más en cada materia que decía.

—Transformaciones y Encantamientos son mucho mejores -aseguró Allison—. Además, Flitwitch es de Ravenclaw y no nos odia como los de Slytherin. ¡Y McGonagall es la Jefa de Gryffindor!

—Ah. Ravenclaw está bien, ¿no? —preguntó Lizzy, con curiosidad.

—Por supuesto, Ravenclaw mola. Gryffindor es lo mejor, pero Hufflepuff y Ravenclaw también son buenas casas. Seguro que si en Slytherin no hubiera tanto purista sería mucho mejor, pero también hay gente simpática, supongo.

—Pero Snape no es uno de los simpáticos —se rio Liz, volviendo a tirarse a la cama de Allison.

—Snape es el peor de todos, de verdad.

* * *

Las Pascuas se hicieron muy breves, pues con tanta tarea casi no tuvieron tiempo de estar con Maddy, Remus y Lizzy. A la vuelta de vacaciones fueron a visitar a Hagrid, para hablar sobre la Piedra Filosofal.

Dentro de la cabaña hacía un calor sofocante, y Allison se deshizo de su abrigo antes de morir abrasada. Corrió a acariciar a Fang, olvidando por un momento por qué habían ido ahí.

—Entonces ¿queríais preguntarme algo?

—Sí —dijo Harry—. Nos preguntábamos si podías decirnos si hay algo más que custodie a la Piedra Filosofal, además de Fluffy.

—Por supuesto que no puedo —respondió Hagrid—. En primer lugar; no lo sé. En segundo lugar, vosotros ya sabéis demasiado, así que tampoco os lo diría si lo supiera. Esa piedra está aquí por un buen motivo. Casi la roban de Gringotts... Aunque eso ya lo sabíais, ¿no? Me gustaría saber cómo averiguasteis lo de Fluffy.

—Oh, porfa, Hagrid. ¡Tú sabes todo lo que ocurre aquí! Dumbledore confía en ti como en el que más, estoy segura de que sabes algo más. Aunque si no nos lo quieres contar... —Allison miró a Hagrid haciendo un puchero, dando uso de su mejor cara de niña buena.

Dio resultado.

—Bueno, supongo que no tiene nada de malo deciros esto... Dejadme ver... Yo le presté a Fluffy... luego algunos de los profesores hicieron encantamientos... la profesora Sprout, el profesor Flitwick, la profesora McGonagall —contó con los dedos—, el profesor Quirrell y el mismo Dumbledore, por supuesto. Esperad, me he olvidado de alguien. Oh, claro, el profesor Snape.

—¿Snape?

—Ajá... No seguiréis con eso todavía, ¿no? Mirad, Snape ayudó a proteger la piedra, no quiere robarla.

Fantástico, ahora Snape seguramente sabría cómo pasar por todas las pruebas de todos los profesores.

—Tú eres el único que sabe cómo pasar ante Fluffy, ¿no, Hagrid? -preguntó Harry con ansiedad—. Y no se lo dirás a nadie, ¿no es cierto? ¿Ni siquiera a un profesor?

—Ni un alma lo sabe, salvo Dumbledore y yo —dijo Hagrid con orgullo.

—Bueno, eso es algo —murmuró Harry a los demás—. Hagrid, ¿podríamos abrir una ventana? Me estoy asando.

Allison asintió, muy de acuerdo con su hermano.

—No puedo, Harry, lo siento —respondió Hagrid.

El hombre había mirado de reojo al fuego, así que Allison también lo observó.

—Oye... ¿Qué es eso?

Había un enorme huevo negro en el fuego.

¿Era de dragón? Oh Merlín, era de dragón. ¡Allison vería un dragón! ¡Uno de verdad!

—Ah —dijo Hagrid, tirándose con nerviosismo de la barba—. Eso... eh...

—¿Dónde lo has conseguido, Hagrid? —preguntó Ron, agachándose ante la chimenea para ver de cerca el huevo. Allison apartó un poco a Fang de su rodilla para asomarse a mirar el huevo con él—. Debe de haberte costado una fortuna.

—Lo gané —explicó Hagrid—. La otra noche. Estaba en la aldea, tomando unas copas y me puse a jugar a las cartas con un desconocido. Creo que se alegró mucho de librarse de él, si he de ser sincero.

—Asombroso —murmuró Allison, mirando con ojos brillantes el huevo. Quería ver al dragón—. Es genial, siempre quisiste tener uno, Hagrid. ¿Me dejarás ser su madrina? Lo cuidaré muy bien, Beatrice me ha contado muchas cosas sobre ellos. Beatrice es una amiga de Maddy y Remus —les explicó a Ron y Hermione—. Es magizoologista y...

—Pero ¿qué vas a hacer cuando salga del cascarón? —preguntó Hermione, interrumpiendo a Allison.

—Bueno, estuve leyendo un poco —dijo Hagrid, sacando un gran libro de debajo de su almohada—. Lo conseguí en la biblioteca: Crianza de dragones para placer y provecho. Está un poco anticuado, por supuesto, pero sale todo. Mantener el huevo en el fuego, porque las madres respiran fuego sobre ellos y, cuando salen del cascarón, alimentarlos con brandy mezclado con sangre de pollo, cada media hora. Y mirad, dice cómo reconocer los diferentes huevos. El que tengo es un ridgeback noruego. Y son muy raros.

—¿Podré ver al dragón cuando salga? Es mi deber como madrina —argumentó, dando por hecho que tenía ese título, ya que Hagrid no se había negado—. Por favor, Hagrid, siempre he querido ver un dragón. Seguro que es alucinante. Beatrice me enseñó unas fotos geniales de unos dragones a los que vio en uno de sus viajes.

Hermione volvió a intervenir antes de que Hagrid le contestara.

—Hagrid, tú vives en una casa de madera.

Pero él ya no escuchaba. Canturreaba alegremente mientras alimentaba el fuego.

Días más tarde de eso, Hagrid les envió una nota contándoles que el dragón estaba a punto de salir del huevo. Ron y Allison querían faltar a la clase de Herbología e ir directamente a la cabaña. Hermione no quería ni oír hablar de eso.

—Hermione, ¿cuántas veces en nuestra vida veremos a un dragón saliendo de su huevo? —intentó convencerla Ron.

—Tenemos clases, nos vamos a meter en líos y no vamos a poder hacer nada cuando alguien descubra lo que Hagrid está haciendo...

—¡Cállate! —susurró Harry. Malfoy estaba cerca de ellos y se había quedado inmóvil para escucharlos.

¿Cuánto había oído?

Ron y Ally discutieron con Hermione durante todo el camino hacia la clase de Herbología y, al final, Hermione aceptó ir a la cabaña de Hagrid con ellos durante el recreo de la mañana.

Al final de las clases, corrieron por el parque hasta su cabaña.

—Ya casi está fuera —informó Hagrid cuando entraron.

El huevo estaba sobre la mesa. Tenía grietas en la cáscara. Se escuchaba un extraño ruido del interior, pues algo se movía dentro.

Todos acercaron las sillas a la mesa y esperaron, respirando con agitación.

Allison no podía creerse que fuera a ver el nacimiento de un dragón. ¡Un dragón de verdad! Siempre había soñado con ello.

De pronto se oyó un ruido y el huevo se abrió. La cría de dragón aleteó en la mesa. Estornudó y volaron unas chispas.

—¿No es precioso? —murmuró Hagrid. Alargó una mano para acariciar la cabeza del dragón. Este le dio un mordisco en los dedos, enseñando unos colmillos puntiagudos.

—¡Es genial! —admitió la pelirroja. No era precisamente precioso, pero era increíble.

—¡Bendito sea! Mirad, conoce a su mamá —dijo Hagrid.

—Hagrid —dijo Hermione—. ¿Cuánto tardan en crecer los ridgebacks noruegos?

Hagrid iba a contestarle, pero se quedó pálido antes de hacerlo. Allison aprovechó el despiste para acercar una mano al dragón, quien intentó morderle a ella también.

—¿Qué sucede?

—Alguien estaba mirando por una rendija de la cortina... Era un chico... Va corriendo hacia el colegio.

Mierda, Malfoy había visto al dragón.

¿No tenía nada mejor que hacer que espirales?

* * *

La semana siguiente no fue muy buena. Aunque a Allison le encantaba Norberto, parecía que él no opinaba lo mismo.

En esos momentos, estaba con Ron en la cabaña de Hagrid. Él les había dicho que trataran de darle de comer, y Ron fue el primero en intentarlo. Pero, para su mala suerte, Norberto le mordió. Ron se quejó en voz muy alta.

—Es que lo has hecho mal, Ron —apuntó Allison—. Le has acercado la mano muy rápido. Mira, yo lo hag...

Se interrumpió a sí misma con otro grito similar al de Ron. Le había mordido a ella también y dolió como el infierno. Hagrid, lejos de preocuparse por ellos, les echó alegando que habían asustado a Norberto.

Al día siguiente, Allison se despertó con la mano inflamada y el doble de grande de lo normal.

—Oh, mierda, con lo que yo te quería —murmuró, observando su mano con temor, refiriéndose al dragón.

La de Ron estaba igual. No podían ir a ver a la señora Pomfrey, porque era posible que reconociera la mordedura de dragón. Pero no les quedó más opción cuando, por la tarde, se había puesto verde. Genial, Norberto era venenoso. Allison quería saber qué había hecho ella para acabar así.

En la enfermería, madame Pomfrey les preguntó qué les había pasado, mientras les trataba las heridas.

—Ron y yo estábamos dando un paseo por el jardín, porque no teníamos ganas de estudiar y hacía muy buen tiempo para esta época del año. —Allison hablaba, intentando alargar al máximo su historia para que madame Pomfrey no prestara tanta atención—. No hacía tanto frío, así que estábamos paseando tranquilamente. Ya sabe, a veces andar un poco ayuda al estrés y todo eso. Es nuestro primer año pero hay algunos profesores que no se han enterado. Pero usted no diga nada, porque si Snape sabe que hablo mal de sus tareas me quitará diez puntos...

—No habías dicho su nombre, señorita Potter —puntualizó la señora Pomfrey. Allison ya lo sabía, solo quería distraerla—. Ve al grano y dime qué os ha mordido, por favor. —Vale, no había funcionado.

—Fue un perro —soltó Ron.

—Sí, un perro. Era grande y peludo, y salió del bosque prohibido y luego volvió a meterse. Todo pasó muy rápido.

—Me estáis diciendo que un perro salió del bosque con el único propósito de morderos la mano, y luego regresó.

Ambos compartieron una mirada y asintieron.

Pensaron que les preguntaría algo como por qué tenían la mano verde si fue un perro quien les mordió, pero ella no cuestionó nada más. Sabían que no se lo había creído —habría que ser muy estúpido—, pero al menos no les interrogó más.

Aunque lo peor de todo, incluso peor que su mano asquerosa que parecía que se caía a cachos, fue cuando Malfoy entró a visitarles.

—Le dije a Pomfrey que ibas a prestarme un libro —informó el rubio, con una sonrisa burlona y agarró uno de Ron.

—Genial, ¿viniste para darnos un besito para que nos curemos? Porque no lo queremos, gracias.

—No estaría tan feliz cuando alguien podría contarle a madame Pomfrey qué fue lo que os mordió —amenazó él, sin borrar su sonrisa mientras paseaba de un lugar a otro, para llamar la atención, como siempre.

—Piérdete —habló Ron entre dientes.

—Weasley, deberías agradecer que te haya pasado. Tal vez tus padres puedan vender la historia de cómo un dragón atacó a su hijo, y ganar un par de galeones para variar —se mofó Malfoy.

Ron soltó un gruñido, quería levantarse y patearle el trasero. Masculló un par de insultos, pero los dos los escucharon con claridad.

Malfoy soltó un par de pullas más, como «Eh, Weasley, si se te cae la mano no será tan malo. Así tu padre no tendrá que gastar lo poco que tiene en guantes».

—Si no te callas...

—¿Qué, Weasley? ¿Qué pasará si no me callo?

Allison hizo una descripción muy gráfica de por dónde iba a meterle su mano verde si no se callaba. Él se marchó, aunque seguía riendo y burlándose.

Cuando Allison pensaba que no podía odiar más al rubio, pasó. Había conseguido que atraparan a Harry y Hermione cuando dejaron a Norberto con los amigos de Charlie Weasley. Por suerte, Filch los pilló después de dejar al dragón. Por desgracia... Gryffindor había perdido ciento cincuenta puntos. Iban los últimos en la Copa de las Casas.

Harry, Hermione y Neville -que se había escapado para alarmar a los otros dos- recibían miradas de odio todo el tiempo. Ron y Allison eran prácticamente los únicos que les apoyaban.

La profesora McGonagall acabó castigándoles, aparte de quitarles los puntos. Cosa que a Allison le pareció innecesaria, sinceramente, por tan solo estar en el castillo de noche. Tampoco es como no hubiera nadie en las aulas dándose el lote todas las noches.

De todas formas, a los cuatro chicos les mandaron ir al bosque prohibido con Hagrid. A Allison eso le pareció una completa estupidez, puesto que Dumbledore dijo a principio de curso que ir ahí estaba prohibido, como bien dice su nombre. Se ve que se contradicen ellos mismos.

Cuando Ally les contó a los gemelos que su hermano y los demás estaban ahí, se mosquearon porque llevaban tres años intentando entrar. A la chica también le daba curiosidad, para ser sinceros.

Ron y ella se habían quedado dormidos en la sala común, esperando a que volvieran. Alguien comenzó a sacudirles y la chica se levantó sobresaltada. Se había dormido encima de Ron, y el chico ahora tenía las orejas rojas. A Ally le pareció algo adorable.

Harry les contaba lo que había sucedido en el bosque. El chico no podía sentarse. Se paseaba de un lado al otro, ante la chimenea, temblando.

—Snape quiere la piedra para Voldemort... y Voldemort está esperando en el bosque... ¡Y todo el tiempo pensábamos que Snape sólo quería ser rico!

—¡Para de decir su nombre! —dijo Allison, en un aterrorizado susurro. Su hermano siempre le llamaba por su nombre, y a ella le ponía los pelos de punta que hablara así del asesino de sus padres.

Ron asintió de acuerdo con ella, pero Harry no la escuchó.

Firenze me salvó, pero no debía haberlo hecho... Bane estaba furioso... Hablaba de interferir en lo que los planetas dicen que sucederá... Deben decir que Voldemort ha vuelto... Bane piensa que Firenze debió dejar que Voldemort me matara. Supongo que eso también está escrito en las estrellas.

—¿Quieres dejar de repetir el nombre? —pidió esta vez Ron.

—Así que lo único que tengo que hacer es esperar que Snape robe la piedra —continuó Harry—. Entonces Voldemort podrá venir y terminar conmigo... Bueno, supongo que Bane estará contento.

—¿Estás de coña? No me mires mal por decir palabrotas, Harry. Estás diciendo estupideces.

—Harry —intervino Hermione—, todos dicen que Dumbledore es al único al que Quien Tú Sabes siempre ha temido. Con Dumbledore por aquí, Quien Tú Sabes no te tocará. De todos modos, ¿quién puede decir que los centauros tienen razón? A mí me parecen adivinos y la profesora McGonagall dice que esa es una rama de la magia muy inexacta.

Allison esperaba que Hermione tuviera razón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro