★Final★
Un año después.
No le cabía la emoción en el pecho, se sentía extasiado, no podía describir con palabras el sentimiento tan inmenso.
Corría por los corredores con una enorme sonrisa, las personas a su al rededor le abrían pasó porque al parecer tenía tanta prisa que solo iba concentrado contando los pasos que daba.
Y no, realmente no recordaba que en la agencia no solo estaba él y cierto CEO regañón.
— ¡Jungkook hyung, tenga cuidado! — Lo paró uno de sus compañeros al ver que estaba apunto de estamparse con una puerta abierta en el pasillo. — Si no estuviera aquí, estarías embarrado en la puerta. — El mayor rió.
— ¿Dónde he escuchado eso antes? — Comentó entre risas. — Gracias, Yeonjun-ssi.
— Hyung, ¡Felicidades por su primer billón! — Jungkook le sonrió con orgullo. — Debe ser maravilloso llegar tan lejos, ¡Y tan rápido!
— Lo es, Yeonjun. Verás que en cuanto ustedes debuten, crecerán tan rápido o más rápido que yo. — Le dijo, repitiendo en su cabeza el número 257, no quería perder la cuenta de sus pasos.
— Eso espero, hyung. — Le susurró, Jungkook notó algo de miedo en su voz.
— Yeonjun-ssi. Sé que es difícil al principio, y da miedo. Pero, créeme que antes, durante y después, van a tener mi apoyo y el de toda la agencia y sobre todo, el del CEO. — Le dijo, palmeando el hombro del menor. — Deben estar tranquilos.
Y luego de una despedida Jungkook siguió su camino, ¿En que paso iba? ¿Docientos...?
Bah, no lo recordaba. Pero, podía seguir con un aproximado.
Y llegó cinco minutos después a la oficina, dio unos toques y después abrió la puerta.
Olió su entorno, Taehyung no estaba ahí.
— Llama a Tae. — Le habló al móvil, escuchando el sonido de confirmación y después los tonos de llamada, sin embrago, no hubo respuesta. — ¿Qué pasa? — Murmuró para sí mismo, saliendo del lugar.
Volvió al estudio de su productor para celebrar con él y su equipo, le hubiera gustado que cierto castaño estuviera con él, pero se consoló con el pensamiento de que tal vez, estarían juntos al salir del trabajo.
Salió huyendo del edificio, Jimin había pasado por él y estaba junto a Yoongi, iban hablando de la maravillosa cita de la que venían mientras el mayor iba maldiciendo al estúpido que se le acercó a Jimin para pedirle su número en cuanto él se levantó para ir al baño del restaurante.
A Jungkook le daba algo de gracia la relación que tenían, Yoongi era celoso y no lo ocultaba. Jimin era celoso, sin embargo, no lo quería aceptar. En realidad... El deseaba algo así.
Le hizo recordar cuando estaba en la universidad, cuando caminaba con Taehyung por el campus y coqueteaba con una que otra chica, si, se ponía celoso y era momento de aceptarlo.
— ¿Y qué con eso? — Murmuró, recargado en la ventana del coche. Yoongi lo miró con confusión.
— ¿Y que con eso? ¿Entonces crees que debo dejar que coqueten con Jimin? Oye Jeon, creí que tú podías entenderme.
— Hyung, no hablo de eso. — Aclaró.
Bueno, realmente no sabía porque sentía celos en aquel entonces. O tal vez si.
Para estas alturas de la vida ya no debía de dudar o de asustarse en aceptar que cayó rendido a los pies de Taehyung después de la segunda vez que cruzaron palabra, pero era demasiado orgulloso para aceptarlo, además, el no sería responsable de aumentar el ego del chico.
— Llegamos, Kook. — Avisó Jimin abriendo la puerta para el. — Antes de que digas algo, estamos en casa de Jin hyung.
Tal vez esté Taehyung.
— Ah, de acuerdo. Extraño a mis hyung. ¿Vino Hobi hyung? — Jimin lo miró con una sonrisa, su niño era demasiado tierno.
— Si, conejito. Estamos todos. — Confirmó, y Jungkook se enganchó a su brazo.
Dieron unos cuantos pasos hasta llegar a la entrada de la casa, Jimin se quedó un momento parado mientras abría con las llaves que... ¿Porqué Jimin tenía llaves de la casa de Namjoon y Jin?
Prestó atención, murmuros a unos cuantos metros, pasos...
Ah... Entiendo.
— ¡Sorpresa! — Y seguido de ese gran grito, su canción debut comenzó a sonar a gran volumen. Jungkook rió con alegría.
— ¡Mi conejito! — Gritó Seokjin, ya algo ebrio. — Te lo dije, te dije que llegarías a ser tan graaaaaande como tu quisieras, mi pequeño. — Namjoon lo ayudó a sostenerse por sí mismo y lo hizo a un lado para abrazar al menor.
— Feliz primer billón, Jungkookie. — El menor apretó a su hyung entre sus brazos. — Estamos muy orgullosos de ti.
— ¡Si, muchísimo mi Jungkook-Ssi! — Gritó Hoseok para unirse al abrazo, los demás no tardaron en seguirle, a excepción de Yoongi.
Aunque claro, Jimin lo obligó a unirse.
Okay, estaba abrazado entre todos sus hyung. Estaba Namjoon, Seokjin, Hoseok, Jimin, Yoongi... Pero...
— ¿Dónde está Taehyung? — Preguntó, los demás deshicieron el abrazo.
— ¡Ah Taehyung! — Gritó Seokjin. — Ese idiota, ¿Aún no llega? En cuanto lo vea voy a patear el trasero, ¡¿Cómo se atreve a faltar a la fiesta de Jungkookie?! – Namjoon le quitó la botella de tequila a su novio, alguien debía pararlo ya.
— Jinnie, vamos a que comas algo, a penas son las ocho de la noche y ya estas hasta arriba de alcohol. — El mayor puchereó, pero el alto se lo llevó entre reniegos.
— Taehyung no debe de tardar en llegar, Jungkookie. — Le dijo Yoongi. — Anda, ve a divertirte en lo que aparece.
— Si, Jungkookie, ¡Vamos a celebrar! — Dijo Jimin antes de arrastrarlo hasta la improvisada pista de baile en medio de la sala.
Una hora pasó, dos horas... tres y no había ni rastro de Taehyung por el lugar.
Jungkook, ya con unas copitas encima, le pidió a Yoongi y Jimin que lo llevaran a casa y fue una buena idea para el mayor, pues su novio ya estaba bailando encima del sillón.
Al llegar a la casa del menor, Yoongi bajó para ayudarlo a entrar, amarrando a Jimin al asiento con ayuda del cinturón de seguridad, Jungkook le facilitó las llaves.
El mayor abrió y entró teniendo cuidado de que Jungkook no se lastimara.
— Kook, creo que no hay nadie. — El menor puchereó.
— Genial, tampoco están ellos para decirles mi gran logro. — Murmuró con tristeza, Yoongi lo miró con compasión.
— Oye, en cuanto vea a Taehyung, le partiré la cara. ¿Te parece? — Jungkook rió, mientras asentía con diversión. — De acuerdo, ¿Estarás bien? O, ¿Quieres venir con nosotros al departamento? — El pelinegro negó.
— Estando en casa es mi habitad natural, hyung, no te preocupes. Gracias por traerme y por hacerme una fiesta sorpresa. — Yoongi sonrió, revolviendo el cabello despeinado del menor.
— Duerme bien, Kookie. — Y salió de la casa para poder cuidar de su pareja que estaba luchando con el cinturón de seguridad.
Jungkook cerró la puerta con llave y se dirigió a la cocina para tomar un poco de agua, pero al pasar por la puerta de su habitación percibió el aroma de...
— ¿Taehyung? — Habló al aire, sin embrago el aroma desapareció. — Tonto, ya me imagino su fragancia por todos lados.
Tenía que admitirlo, estaba molesto. Muy molesto. Con Kim Taehyung.
Es decir, no era cualquier cosa, había logrado llegar al primer billón de reproducciones y, ¿Dónde estaba su CEO para felicitarlo? Era el primer artista en su agencia en llegar a tal cifra, pero, tal parecía, que no tenía importancia.
Pero bueno, ¿Ya que más daba? Aprendió en quien no confiar.
Entró a su habitación con un gran puchero, sin prestar más atención a su al rededor y se aventó a la cama.
Y una vez más, su canción comenzó a reproducirse.
Se sentó sobre su cama con miedo, ¿Otra fiesta? Claro que no. ¿Algún fan loco en su habitación? A como iban las cosas, no parecía tan imposible...
Un momento...
Olfateó a su al rededor, ese aroma... De nuevo.
— ¿Ta-Taehyung? — Murmuró con miedo, no recibió respuesta, solo sintió unas grandes manos posarse con lentitud sobre su cintura.
— Still With You... Te dije que sería todo un éxito, Kook. — Susurró, como si le estuviera confiando el más sagrado secreto, apegándose más a su cuerpo.
Los ojos apagados de Jungkook se movían por todos lados, estaba nervioso y la ebriedad había desaparecido.
— Tae...
— ¿Cómo escribiste esa canción, Kookie? ¿Qué recuerdos te ayudaron a escribir una canción tan hermosa? — Preguntó, comenzando a moverse de un lado a otro, recargando la cabeza del menor sobre su pecho.
— Esa pregunta... Es un tanto personal, jefe. — Le dijo, oliendo el exquisito perfume del mayor.
Probablemente, era su aroma favorito.
— No me digas jefe, bobo. — Le dijo con una pequeña risa. — Solo es curiosidad.
— Tú sabes esa respuesta, Taehyung. — Le dijo sin más, abrazándose al mayor.
— Jungkook, te extrañé mucho. — Le dijo, deteniendo sus movimientos y separando al chico para verlo a la cara. — Esas simples emociones... También fueron, son y seguirán siendo todo para mi, cariño. — Acunó el rostro del menor entre sus manos.
— Hyung... Yo-
— Te estoy mirando a los ojos, Jungkook. Y te diré, lo mucho que te extrañé, lo mucho que te extraño cuando nos separamos por a penas un segundo. Y lo mucho que te he amado todo este tiempo. — Presenció como de inmediato los ojitos del menor se hinundaron en lágrimas. — Kook, tú... Conoces toda mi amargura, mi locura. Conoces toda mi ansiedad. Conoces todo de mi, desde lo mejor hasta lo peor que tengo.
— Y aún así, te amo, Taehyung. — Confesó, recargando su frente con la del mayor. — Te amo, te amo desde el primer instante.
— Nuestras vidas quedaron unidas, Jungkook. Nuestras almas seguirán juntas una eternidad. Por favor, permiteme hacerte feliz en cada una de nuestras vidas, prometo... No hacerte más daño. Quiero hacer las cosas bien.
— Dímelo, Taehyung...
— Te amo, Jungkook. — Susurró, para después besar los labios del chico.
El beso más sincero, el beso con más amor que nunca había dado, el beso que había deseado toda su vida, el beso que anhelaba darle desde hacía mucho tiempo a él, solo a él.
Un beso dado con suavidad, sin prisa y con todas las ganas de que jamás terminara.
— Esto es más profundo que la lluvia, más profundo que el dolor. Tan profundo como el ADN... — Susurró Jungkook a milímetros de los labios del mayor, sintiendo sus manos sobre su cintura. — Prometo estar junto a ti, a tu lado, si tu lo estas conmigo.
— No pueden dividirnos, Jungkook. Nosotros superamos la prueba del tiempo... Y yo, estaré a tu lado aún en medio del fuego. Lo prometo. — El menor sonrió en grande, con un par de lágrimas recorriendo su rostro.
— Es una buena frase para una canción. — Dijo, abrazando al mayor por el cuello.
— Entonces... ¿Puedo corregir mis errores? ¿Puedo demostrarte que te amo con el alma?
— ¿Estás dispuesto a cuidar de una persona ciega, sin remedio?
— Tus enfermedades y discapacidad jamás me harían dudar de todo el amor que siento por ti, mi cielo. — El menor sonrió enternecido, levantando su dedo meñique.
— ¿Por una eternidad, hyung? — Taehyung miró con alegría el dedito del menor, enganchando el suyo para cerrar la promesa más importante en sus vidas.
— Por una eternidad, Jungkook-Ssi.
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