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Se sentía extremadmente nervioso, sentía ese molesto tic en el ojo y no podía dejar de mover las manos, peinar su cabello y sentía que estaba sudando pero sabía que no era de verdad. Era solo la ansiedad.
— ¿Estás listo, Kookie? — El menor apretó sus labios, negando. Jimin sonrió. — Bebé, estarás listo en el transcurso del camino. Anda. Vamos.
Jungkook puchereó, no le podían hacer eso, eso era presionarlo. Aunque bueno, tenía la cita en media hora, cita que el mismo había sacado y que la noche anterior, había confirmado.
— Mucha suerte, Kookie, verás que todo estará bien. — Le animó Yiju, abrazando a su bebé. — Te amamos.
— Los amo. — Fue lo único que pudo pronunciar.
Jiyu se alejó solo un poco, permitiéndole a su hijo dar media vuelta y engancharse al brazo de Jimin, quien se despidió de la mayor con un movimiento de mano.
Salieron de la casa del menor hasta el auto de Yoongi, Jimin se lo había pedido para poder moverse con más rapidez y sabiendo que Jungkook se pondría más nervioso saliendo antes para llegar en tiempo en el autobús.
— Kookie, sé que estás nervioso, pero tranquilo. — Trató de calmarlo, comenzando a manejar. — Todo saldrá bien y si no te valoran, entonces tienen un gusto de mierda. — Jungkook rió, sintiéndose algo menos tenso y Jimin sonrió orgulloso.
— Avísame cuando estemos a cinco... No, diez minutos de llegar. — Jimin sonrió.
— Jungkook, de tu casa a la agencia son solo treinta minutos, ya faltan veinte. — El menor tapó su rostro con ambas manos.
Quería huir, quería patalear pero el reducido espacio y el repentino calor lo acorraló y no supo como hacerlo. Palmeó frente a él tratando de buscar esa estúpida palanquita que giraba para prender el clima.
Wooseok se lo había enseñado, pero al parecer todos los autos eran diferentes porque ahora no lo encontraba.
— Hyung, ¿Dónde prendo el clima? — Preguntó con la voz temblorosa. — Tengo mucho calor. — Jimin suspiró, parándose en un semáforo en rojo.
— Jungkook-Ssi. — Lo llamó, bajando la temperatura del clima solo un poco para tomar la mano del menor después. — Si estas muy nervioso, llama y pide la cita para mañana. No quiero que entres en un ataque de pánico justo ahora, es lo último que necesitamos.
El menor respiró hondo. No. No podía hacer eso, era poco profesional. Y de cualquier forma, si se echaba para atrás, no se lo perdonaría jamás. Así que no, esa no era ninguna opción.
— Me voy a calmar hyung, ¿Está bien? No te preocupes. — Le dijo seguro, Jimin sonrió y avanzó cuando la luz cambió al verde.
Quince minutos después, Jungkook sintió el auto parar. Sabía que ya no había vuelta atrás, y aunque la hubiera, no lo haría.
Salieron del auto, Jimin miró hacia arriba, unas letras que citaban Cosmos Entertainment junto a una linda flor en fine art adornaba en la esquina izquierda.
— Es lindo. — Murmuró Jimin, Jungkook se pegó a él una vez más.
Dejando salir el aire retenido en sus pulmones, comenzó a caminar hacia donde Jimin lo guiaba.
No tenía duda alguna de su talento, sabía que tenía un gran vocal, así que eso no lo asustaba. Lo que le ponía nervioso, era que lo rechazaran por su condición.
Porque no era estúpido, sabía perfectamente que los estándares nacían de todos los idols, ¿Un artista ciego? Por favor, jamás podría triunfar, ni en Corea ni en algún otro lado. Pero, su lado positivo -Que había nacido hace poco en él- le decía que de ser las cosas así, jamás se le hubiera acercado ese cazatalentos él día de su graduación.
Pero claro, también estaba ahí su lado negativo, ese que le decía que todo cazatalentos tenía jefes, jefes cuya desción final era de ellos, no del chico que le ofreció esa tonta tarjeta y que con tanta inocencia tomó.
Cálmate ya, si no te aceptan, pierden ellos.
Se repitió una y otra vez. Sintió escalofrío cuando Jimin lo acercó a lo que sintió como un escritorio, pasó saliva y trató de sonar tranquilo.
— Buenos días, tengo un cita con el señor Bae Jiho, soy Jeon Jungkook. — Le habló tal vez, un poco rápido, sintió sus mejillas arder cuando una suave risa se escuchó del otro lado de la madera.
— Claro. Subiendo el elevador al quinto piso, estudio treinta y dos. — Le informó la chica, poniendo sobre el escritorio dos gafetes, Jimin le colocó uno a Jungkook, para después ponerse el suyo.
— Gracias, señorita. — Agradeció el menor, y tomó la mano de Jimin, quien le ayudó.
Caminaron con cuidado, Jungkook iba más lento de lo normal y Jimin no quiso presionarlo, después de todo, ya estaban ahí y la presencia del menor en el edicio ya estaba notificada, no creía que hubiera problema si llegaba unos cuantos minutos tarde. Además, prefería que llegara a la audición tranquilo que agitado y nervioso.
— Jimin hyung, puedes entrar conmigo, ¿No? — El mayor rió un poco, apretando levemente la mano del menor en cuanto las puertas del elevador cerraron.
— Jungkookie, esto no es una consulta con el doctor, tienes que ir tú solo. — Le dijo con calma, sobando el dorso de la mano contraria. — Tranquilo, les va a encantar.
Él lo sabía, por Dios, ¿Que era? ¿Un niño? Claro que no, ahora era todo un hombre, y tenía que ser valiente porque estaba a un paso de comenzar la vida que siempre soñó.
Tal vez fue demasiado literal, porque Jimin colocó su mano sobre la puerta de la oficina, indicándole que ya habían llegado.
— Estaré aquí en cuanto salgas, ¿Está bien? — Murmuró Jimin, Jungkook respiró hondo y asintió.
Y no lo pensó, tocó ligeramente la puerta y al instante se escuchó la autorización para que pasara. Suspiró y abrió la puerta.
— Jungkook, es un gusto verte de nuevo. — Le saludó el hombre, poniéndose de pie para ayudarlo a sentarse en medio de la sala. — Estamos yo, el director de coreografía y el compositor. Nuestro CEO no pudo asistir, lo lamento, tuvo una cita urgente. — Eso, si podría preocupar a Jungkook.
Eso significaba que la aceptación o el rechazo solo tardaría más de lo que quisiera.
— Sin embargo, tu audición será grabada y yo mismo se la mostraré, tranquilo. Trataremos de tenerte una respuesta rápida. — Jungkook asintió.
— No hay problema. — Aceptó, sonando tranquilo.
— Bien, ¿Qué tal si comenzamos ahora? — El menor asintió. — De acuerdo, recién te graduaste de la universidad... — Dijo, tomando el currículom del chico para leerlo. — Nos tomamos la libertad de llamar a tus maestros. Todos solo dicen maravillas de ti y de tu talento. — Jungkook sonrió levemente. — Y no me cabe duda, de primera mano les digo, caballeros, tienen a un gran artista en potencia frente a ustedes.
Jungkook no lo notaba, pero Bae Jiho si. Los adultos a sus lados no estaban muy convencidos del chico con ojos apagados frente a ellos.
— Le quiero agradecer la oportunidad, señor Bae. — Le dijo, haciendo una leve reverencia. — Y espero poder cumplir con las expectativas de todos aquí.
Jiho sonrió, le agradaba el niño.
Jungkook actuó fenomenal, como siempre. Esos dos viejos quedaron asombrados pero, seguían algo inseguros.
La audición duró tal vez una hora, el menor salió exhausto física y mentalmente, todos a su al rededor sabían que se estuvo matando para hacerlo bien, y el sabía, que lo hizo a la perfección.
Más tarde, en el edificio, Bae caminaba con cansancio por los pasillos, a penas y había comido bien por estar peleando con el coreógrafo y el compositor de la agencia por la mentalidad tan cerrada de ambos, pero al final, pudo convencerlos de dar el visto bueno.
Aunque claro, la desicion final estaba en su jefe.
Tocó la puerta con pereza, se recarga en ella cerrando los ojos porque ciertamente, deseaba ir a su casa para poder dormir ya.
Pero claro, la persona del otro lado de la puerta no contaba con que el chico se estaría durmiendo ahí recargado, por lo que, al abrir la puerta, casi cae al piso.
— Jiho, ¿Qué haces dormitando en mi puerta? — El chico trató de erguirse mientras carraspeba con pena.
— Señor Kim, tengo la grabación del chico. — Le informó, el mayor rió, haciéndose a un lado para que el chico pasara a su oficina. — Se lo digo, jefe, es un chico genial. Claro que me costó convencer a los amargados de los directivos, pero no por algo como falta de talento, si no por... La condición del chico. — El mayor frunció el ceño.
— ¿Su condición? — Jiho asintió.
— Véalo por usted mismo, aquí está su currículom junto con la grabación de la audición. — Jiho dejó la carpeta y una USB en el escritorio y caminó hacia la salida. — Señor Kim, por favor, no se deje llevar por los estándares en la industria, este chico vale completamente la pena.
El mayor lo miró con curiosidad, Jiho solía ser insistente con los chicos que llevaba, pero ahora, se veía más seguro de lo normal.
— De acuerdo, Jiho. — Le respondió, el menor le sonrió. — Descansa.
— Hasta mañana. — Se despidieron brevemente.
El mayor se dirigió rápidamente al escritorio para ver la audición, tenía curiosidad del chico y ciertamente, también quería irse ya a casa.
Conectó la USB en su computadora, en cuanto estuvo listo, abrió la carpeta para leer todas las anotaciones que Jiho le había dejado.
Sintió su corazón detenerse.
Jeon Jungkook. 22 años.
Egresado de la Universidad de Seúl.
Graduado con honores.
Buenas referencias de parte de sus profesores.
Jeon Jungkook.
Discapacidad visual.
Cataratas.
Jeon Jungkook.
Cirugías recientes.
Historial médico. Estaba incompleto.
Tomó el teléfono con desesperación, y marcó rápidamente al número de Jiho.
— ¿Señor Kim? Ah~ Estaba a nada de dormir, yo-
— Llama al chico, Jiho.
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