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Un año separados.
— A penas te vea, te voy a golpear hasta que recuerdes o hasta que olvides, te lo juro. — Taehyung bufó, presionando el puente de su nariz.
— Yoongi hyung, entiende. — Le pidió con desespero sosteniendo el teléfono entre su hombro mientras leía algunos contratos para renovar. — Si, si me he visto con Sana, pero no hemos-
— Mira, Kim. Te creeré porque cuando estuvieron juntos el año pasado tuvieron sexo una sola vez. — Le dijo, ya algo más calmado. — No creo que ahora que están separados, se busquen para eso.
— Gracias por recapacitar. — Le dijo con una pequeña risa.
— Pero, ¿Qué harás con la prensa y todas esas noticias estúpidas? — Le preguntó. — ¿Porqué dicen que el chiquillo es tuyo?
Taehyung aventó la pluma a algún lugar del escritorio mientras suspiraba con pesadez. Ciertamente, hace exactamente un mes que Sana le llamó y le pidió verse para hablar.
Y accedió, fue una larga plática que la chica usó para su desahogue, porque a pesar de que le permitieron estudiar diseño de modas, su padre no quería dejarla seguir su sueño. La quería obligar a tomar el poder en el bufete de abogados en Corea para que sus padres pudieran volver a Japón.
Básicamente, que su hija siguiera generando dinero para ellos sin la necesidad de seguir trabajando. Dándole el cargo sin ningún tipo de experiencia, y aunque, Sana podía perfectamente hacerlo, de igual forma no era lo que quería hacer.
— Tú y yo sospechamos lo mismo, hyung. — Yoongi suspiró del otro lado de la línea, Taehyung se puso de pie y caminó a la salida de su oficina. — Voy a reunirme con papá y sus abogados. Después iremos a las oficinas de su familia para hablar con Ibuki.
— Ese hijo de puta, lo voy a-
— Porqué cuando nosotros negamos los rumores de que, de nuevo habíamos vuelto, jamás salieron a negarlo, solo yo lo hacía pero como no había respuesta de los Minatozaki... Jamás pudimos dispersar la atención de eso. — Lo interrumpió con apuro.
— Si necesitas algo, dínoslo. ¿Está bien? — Taehyung sonrió, subiendo al ascensor.
— Sabes que si, hyung. Gracias. — Le dijo en cuanto las puertas se cerraron. — Hablamos después, ¿Si? Les avisaré cualquier cosa.
Y después de una corta despedida, Yoongi colgó.
Taehyung llegó hasta el primer piso y salió del ascensor, recibiendo las reverencias formales de sus empleados, llegó a la recepción para avisar que estaría ausente por unas horas y salió al estacionamiento hasta subir a su preciado BMW.
Condujo con cuidado hasta el hotel donde su padre quedó de verse con los abogados y los Minatozaki, era una cadena famosa en el país del que hace poco habían comprado acciones y eran dueños del treinta por ciento, podían tener privacidad y era imposible que se filtrara algún tipo de información que no debía salir a la luz.
Al llegar, ya había alguien esperándolo para llevarlo a una de las oficinas, siguió el chico hasta que le indicó la puerta, avisándole que ya estaban todos ahí, aunque era algo obvio. Se escuchaba la discusión que estaban teniendo desde cinco metros antes de llegar.
Abrió la puerta y efectivamente, Doyun e Ibuki se veían muy enfadados y Sana solo tenía la cabeza gacha. La atención se desvió a él y soltó un suspiro mientras entraba, cerrando la puerta a su espalda.
— Espero que te hagas cargo de esto, Taehyung. — Le dijo con enfado acercándose peligrosamente a él, Doyun lo siguió para evitar cualquier pelea pero el menor solo se quedó ahí parado, con las manos en los bolsillos y con semblante tranquilo.
— ¿Tienen la prueba de embarazo? — Ibuki frunció el ceño con molestia y sacó un sobre de su saco.
— ¡Claro que la tengo! — Y la estampó contra el pecho de Taehyung.
Taehyung lo tomó y abrió el sobre, desdoblado la hoja y efectivamente, había un positivo remarcado al lado del nombre de Sana.
Pero no, algo no lo convencía. Y el sentimiento se intensificó al ver que las pruebas estaban realizadas en el hospital donde Ibuki tenía contactos. Claro, el habría hecho lo mismo, llevar a su hija a un lugar de confianza, pero, conociendo a ese hombre...
— Me haré cargo, de eso no hay duda. — Sana lo miró al instante. — Mañana mismo iré con Sana al hospital de Seúl, tengo un convenio con el lugar a parte de tener un buen amigo trabajando ahí. Solo-
— No. — Ibuki lo interrumpió. — Todo el embarazo se llevará a cabo en ese hospital, son de mi confianza y ya está todo programado. — Taehyung le sonrió, guardando la hoja en el sobre.
— Como le dije, señor Minatozaki, yo me haré cargo. Después de todo, es mi hijo, ¿No? — Le dijo, entregándole la prueba. — Solo quiero hacer un examen más, solo para estar seguro y también para verificar el estado de salud de Sana, la veo algo pálida, me preocupa. — Y eso era cierto.
— ¡No, es mi hija y yo lo decido! — Declaró con desespero, Taehyung sonrió ladino.
— ¿Sabe? Algo me parece extraño... — Dijo, llevando los dedos a su barbilla, Ibuki lo miró con el ceño fruncido.
— ¿De qué hablas? — Taehyung rió un poco.
— De que, si Sana tuviera un hijo mío, entonces ya tendría, aproximadamente, tres meses de nacido. — Las mejillas de la chica se encendieron en un rojo intenso, tratando de desviar la mirada a cualquier otro lado. — Señor Ibuki, dejemos esto ya, hombre. Seamos claros. ¿Qué es lo que quiere de mí? Porque es más que obvio que, Sana no está embarazada y mucho menos va a ser de un hijo mío.
El mayor se quedó boqueando, la mano que hasta hace cinco segundos estaba apuntándole con acusación, estaba bajando lentamente hasta llegar a su costado de nuevo. Hasta que volvió a erguirse, cruzando los brazos.
— ¿De qué hablas, Taehyung? — Preguntó, tratando de guardar la calma. — No quieras dejar a mi hija tirada sin ayudarla. — Taehyung suspiró, desviando la mirada por un segundo.
— ¿Qué es lo quiere de mí, Ibuki? — Reiteró, el mayor supo que ya no le saldría la mala jugada.
— ¡Ustedes dos deben de casarse! — Taehyung volteó los ojos sin poder evitarlo. Doyun apretó el puente de su nariz. — ¡¿A caso no entiendes lo fácil que sería la vida de tu padre y la mía si lo hacen?! ¡Dejen de ser unos egoístas!
Taehyung le hizo una seña a su padre, queriendo que salieran de ahí ya porque no soportaría más tiempo sin darle un golpe a ese idiota.
— Usted es un buen abogado, pero necesitará uno aún mejor para la demanda que le haré llegar en unos días. — Advirtió cuando su padre se paró en el arco de la puerta que había abierto para él. — Créame, esto no se quedará así. Esta dañando la imagen de mi agencia y eso, no se lo perdonaré jamás.
— ¡Pero, Sana-
— Si Sana realmente esta embarazada, ese niño no es mío, entienda. — Le dijo, alzando la voz ya un poco más de lo que hubiera querido. — ¿Quiere que se lo diga más claro? Su hija y yo follamos hace más de un año, no hay manera de que el supuesto niño sea mío.
— ¡Taehyung! — Le gritó el hombre, sin saber que más decir.
— Y no quiero oírlo más, Ibuki. No empeore la demanda y el caso. — Y sin esperar más, salió de la maldita habitación.
Su padre suspiró rendido y lo abrazó por los hombros al entrar al ascensor. Taehyung bufó con molestia y peinó su cabello hacia atrás.
— No dejes que te afecte, Taehyung. — Le dijo Doyun, el menor respiró hondo.
— Trato de no permitirlo, pero ese señor es tan irritante. — El mayor sonrió.
— Es realmente triste... — Murmuró, llevando la vista al frente cuando llegaron a la planta baja. — La ambición extrema de poder y dinero destruyó completamente a Ibuki... En la universidad era alguien realmente noble. — Sonrió con tristeza. — Namjoon me recuerda a él cuando era jóven. — Dijo, caminando hasta llegar al auto de su hijo.
— Sé lo difícil y doloroso que es perder a alguien que quieres, papá. Lo siento. — El mayor le sonrió, acunando el rostro con su mano izquierda.
— No lo has perdido, Tae. Aún puedes cambiar las cosas. — Concluyó, haciendo que Taehyung comenzara a pensar en que, tal vez, podía intentarlo una vez más.
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