Un día separados.

Se levantó temprano gracias a la llamada de Hoseok, la noche anterior le había pedido que le llamara para no quedarse dormido. Hizo su rutina matutina de siempre, se duchó, desayunó y lavo sus dientes.

Solo, que se había despertado muy temprano y ahora estaba sentado en la sala, escuchando algún canal de noticias mientras jugaba con sus manos sobre su regazo por el nerviosismo.

Escuchó pasos en la escalera, supuso que era su madre, pues su papá se había ido a trabajar aún más temprano.

— ¿Estás listo tan pronto, Jungkook? — Preguntó llegando al primer piso, colocándose unos aretes que colgaban.

— Le pedí a Hobi hyung que me despertara, pero le dije que lo hiciera más temprano de lo necesario. — Le explicó, pellizcando el dorso de su mano.

— ¿Y porqué no pusiste una alarma tu mismo? — El menor puchereó.

— Necesitaba poder escucharlo a él o a Jimin para poder tener valor.

Jiyu sonrió enternecida, comprendía lo difícil que era para Jungkook volver a ir al doctor para tratar sus ojos nuevamente. Sabía que ella y su esposo habían cansado a su hijo de los doctores, ellos solo querían que tuviera vista para disfrutar de su vida, pero, por desgracia jamás se pudo.

Loa doctores les dijeron que era totalmente imposible en su caso, al haber tenido la enfermedad desde su desarrollo en el embarazo y al ser, básicamente, indetectable durante esos nueve meses, las cataratas empeoraron al punto de perder casi el cien por ciento de su visión.

— Kookie... — El menor volteó el rostro hacia su madre. — ¿Quieres contarme que sucedió con Taehyung?

El menor se tensó, era obvio que su mamá sabía algo. Probablemente entró a casa ese día con los ojos hinchados y rojos, al menos lo poco que sus ojos se notaban de ese color cada vez que lloraba.

No, no quería hablar de eso. ¿Cómo decirle a su madre todo? ¿Cómo decirle que ese chico al que tanto cariño le había tomado, ya no iría más? Rompería su corazón, y de paso, los pedazos del suyo se destruirían un poco más.

Se iba a negar cuando la puerta fue tocada dos veces, Jungkook se puso de pie con cuidado de no provocarse algún mareo y tomó su celular para salir con su madre de su casa.

— Buenos días, Jiyu. — Saludó Jin con una reverencia. — Te vez adorable, Kookie. — El menor le sonrió.

— Gracias por hacer esto, hyung. — Le agradeció, comenzando a caminar al auto del chico con su madre detrás. — Lamento que tengas que usar tu último día de vacaciones para llevarme al hospital.

— No tienes nada de agradecer y tampoco disculparte. — Le dijo, abriendo la puerta trasera y la del copiloto para que los Jeon entraran. — Me preocupas, Kookie. Y si tienes un amigo conocedor, te apoyaré para explicarte las cosas que no entiendas.

Jungkook se limitó a sonreírle al igual que Jiyu, ella se sentó en la parte de atrás, dejando al menor en el copiloto, pues sabía que a su niño le gustaba viajar adelante, además, iban con su amigo, lo haría más cómodo así.

Fue un transcurso de diez minutos hasta el centro de Seúl, Jin estacionó en su lugar y tomó una carpeta con el diagnóstico previo que le habían hecho en Daegu para bajar, siendo seguido por los Jeon.

Jiyu tomó la mano de Jungkook, soltando un suspiro al unísono y comenzando a caminar para entrar al gran edificio. Si, ese era el olor que el azabache recordaba.

Entraron y se acercaron a la recepción, Jin le pasó a la enfermera su ficha de las citas y no los hicieron esperar, los pasaron en cuanto se aseguraron de que el médico ya estaba en el consultorio.

— Jeon Jungkook, hacía tiempo que no te veía. — Le saludó el mayor, el pelinegro sonrió.

— Bueno, doctor Cha, yo nunca lo he visto. Pero me alegra oírlo. — Jiyu lo codeó.

— Ah~ jamás cambiaste ese humor tan pesado, Jungkook. — El menor rió, tomando asiento cuando su madre se lo indicó. — Díganme, ¿Qué los hizo venir de nuevo por este motivo?

Jin le alcanzó la hoja, el mayor la leyó con esmero y anotó todo en el expediente del menor.

— ¿Fuiste a Daegu? — Preguntó, tratando de aligerar el ambiente.

— Si, es un lugar tranquilo realmente. — Le contestó con calma.

— Okay... Tenemos Miodesopsias y fotopsias... — Murmuró el mayor.

— Los síntomas que le dijiste al doctor de Daegu pero con sus nombres técnicos. — Explicó Jin en un susurro, Jungkook asintió al comprender.

— Tengo que dilatar las pupilas, ¿Está bien? Son síntomas precisos con tu condición, en cuando vea tus ojos con las pupilas dilatadas, podré confirmar o no el diagnóstico previo. — Explicó, poniéndose de pie para tomar las gotas con el que se realizaba el proceso.

— Ah~ las gotas que arden, ¿No? — Concluyó Jungkook. — Cuando era pequeño, siempre me preguntaba si quería las de chile o las de limón. — Recordó, haciendo reír levemente al doctor.

— Tienes razón. Entonces, ¿Cuáles quieres en esta ocasión?

— Sorpréndame. — Dijo recostándose en la silla para el que mayor pusieras las gotas.

Ardían peor de lo que recordaba.

— Como siempre, harán efecto en unos minutos. — Avisó, guardando las gotas y sentándose detrás del escritorio.

Iban a salir del consultorio, pero las platicas entre el doctor y la madre de Jiyu los mantuvieron ahí, además, el doctor Cha no tenía más citas programadas ahí porque no era el hospital donde él trabajaba, Jin había movido sus influencias para que las consultas de Jungkook fueran ahí, donde él si trabajaba, para poder tener las citas más monitoriadas y los resultados más rápidos.

En cuanto Jungkook notó un poco de luz, supo que las gotas ya habían hecho efecto. Así que le aviso al mayor y de inmediato lo llevaron a revisar en esa cosa extraña que de pequeño le explicaron que era como un telescopio para poder ver sus ojos más de cerca y a detalle. Hasta la fecha, no sabía su nombre, pero su barbilla ahora encajaba a la perfección sobre la base, no como de chiquito que no lo llenaba.

— Oh... — Murmuró el doctor, Jiyu frunció el ceño. — Listo, puedes volver del otro lado, Jungkook. — El menor asintió, poniéndose de pie y yendo con su madre de nuevo.

— ¿Es correcto el diagnóstico? — Preguntó Jin algo impaciente, el doctor asintió con los labios hechos una línea y Jin mordió loa suyos.

— Lo que tienes es Desprendimiento de vítreo. — Concluyó el doctor. — El vítreo es un líquido gelatinoso, esta lleno de fibras pequeñas que se mantienen adheridas a la retina, que es la parte sensible a la luz en la parte trasera del ojo.

— ¿Es peligroso? ¿Porqué le pasó? — Preguntó Jiyu con preocupación, Jungkook entrelazó sus manos.

— No es peligroso, no en su caso porque ya no tenía casi nada de visión. Por eso has perdido la poca que tenías. — Explicó. — Pasa por algunas contusiones, por vejez. Pero en Jungkook, pasó, probablemente, por la cirugía de cataratas que se le realizó hace años.

– Oh... Esas eran las consecuencias a largo plazo. — Murmuró Jiyu, los dos doctores en la sala asintieron.

— Esto lo tiene en el ojo derecho y también veo que la catarata se expandió un poco pero debe de ser lo mismo. — Habló mientras escribía todo en la computadora. — Pero, con la condición en un ojo, es muy probable que aparezca en el otro también.

— ¿Qué se puede hacer? — Preguntó Jungkook con nervios.

— Podemos realizar una vitrectomía. — Le respondió, entrelazando sus propias manos sobre el escritorio. — Es una técnica con el objetivo de eliminar toda esa sustancia gelatinosa y sustituirla con una solución transparente y estéril para tratar de mitigar la pérdida de visión.

— Yo no tengo visión.

— Tenías el cuatro por ciento de visión, Jungkook. — Le recordó. — Puede ser poco, pero fue básicamente un milagro que aún tuvieras algo de ella. — El menor suspiró.

— ¿Hay algo más? — Preguntó Jin, sabía la respuesta. El mayor asintió.

— Veo un poco de degeneración macular húmeda. — Le dijo. — Está condición trata de vasos sanguíneos que crecen con filtraciones debajo de la retina. El tratamiento para esta condición sería una cirugía láser, que consiste en destruir estos vasos sanguíneos que producen el líquido. Enfocando un rayo de luz de alta intensidad para hacerlo. — Suspiró, recargándose sobre la silla. — Sin embargo, para esta cirugía debes de ser elegible. Esta se indica de manera excepcional porque es un procedimiento complejo y arriesgado. — Jiyu pasó saliva. — La ventaja, es que si eres elegible y sale bien, incluso podrías recuperar un poco más de visión.

— ¿Cómo podemos saber si es elegible? — Preguntó Jiyu, Jungkook apretó los labios.

— Con más estudios, claro. Pero, conociendo el caso a fondo, hay un cincuenta cincuenta. — Finalizó. — Además...

— ¿Qué más? ¿Se me caerá el ojo? — Trató de bromear, el doctor rió levemente y negó.

— Se descubrieron unas células en la retina que no se regeneran espontáneamente, sin embargo, tienen la capacidad de hacerlo. — Jin abrió la boca con asombro, Jungkook alzó una ceja y Jiyu sintió sus ojos brillar. — Estás permanecen "durmientes" por un mecanismo llamado Hippo Pathway, pero existe la posibilidad de activarlas.

— O sea que...

— Podrías recuperar la visión, Jungkook. — Respondió Jin con asombro, el doctor sonrió ladino.

— Si, tal vez no al cien por ciento, pero es una posibilidad.

— ¿Sería recomendable? — Preguntó Jiyu.

— Se puede intentar sin consecuencias. — Recordó el mayor.

Unas cuantas aclaraciones más sobre todos esos procedimientos y los tres salieron del lugar. Jiyu se escuchaba emocionada por la posibilidad de que su hijo pudiera ver, pero Jungkook estaba dudando.

Él se decepcionaría si no lo lograban.