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En cuanto estacionó fuera de la casa de sus padres, dejó caer su cabeza contra el volante. Cuando terminaron de hablar en la cafetería, Sana avisó que ya tenía que irse y el chico la acompañó a la estación, quedándose una hora ahí esperando a que se fuera.
En cuanto Sana abordó, Taehyung se quedó casi cuarenta minutos más en la estación, tratando de procesar todo lo que acababan de hablar.
Y es que, acababa de romper su compromiso una vez más. Había cancelado la boda con la chica que pensó, pasaría el resto de su vida juntos.
Era algo duro y difícil de entender aunque estaba consciente de que eso era lo mejor, ya esperaría las llamadas del señor Ibuki en cuanto se enterara.
Con un suspiró, entró a la casa. Sorprendiéndose cuando un par de niños corrieron por enfrente de él. Miró su reloj y fue cuando notó lo tarde que se le había hecho. Subió las escaleras y se cambió de ropa rápidamente para volver a bajar, al ir rápido no de se fijó al entrar a la cocina y chocó de lleno contra Jungkook.
— ¡Jungkook, lo siento! — Se disculpó ayudando al menor a estabilizarse. — ¿Estás bien?
— Si, Taehyung. No te- — Interrumpió sus propias palabras, olfateando el ambiente, Taehyung rió.
— ¿Eres omega o que? ¿Qué tanto me hueles? — Jungkook se puso serio, Taehyung borró su sonrisa.
El azabache le volteó la cara y se salió al patio donde estaba toda la familia Kim, sus amigos y un montón de niños revoltosos. Taehyung se extrañó y comenzó a oler a su al rededor hasta que olió su propia playera.
No percibía nada, frunció el ceño e inhaló con más fuerza hasta que entendió lo que pasaba.
Solo alguien con el olfato tan desarrollado como Jungkook podía percibirlo, y Taehyung lo logró porque, inconscientemente, también se estaba fijando más en los aromas a su al rededor. Sólo así, pudo notar el leve aroma del perfume de Sana en su cuerpo.
Jungkook salió molesto, ¿Era de verdad? Un día tienen relaciones para después ir corriendo a ella y ahora, el día del cunpleaños de su sobrina se escapa con ella por horas, sabiendo que a Tzuyu no le agrada mucho.
Era un desvergonzado.
Dejó de caminar con la seguridad que el enojo le otorgó al sentir que chocaba su hombro contra alguien más, pidiéndole disculpas de inmediato.
— Ah, Jungkook. No te preocupes. — Le dijo Dáire. — Yo tampoco estoy poniendo atención a mi al rededor por estas tan concentrado en cuidar que Tzuyu no se caiga a la piscina. — Jungkook rió levemente.
— ¿Jimin ya está aquí? ¿O Hobi hyung? — Dáire entornó la mirada, encontrando a los dos chicos sentados en una de las mesitas de jardín al lado de la pequeña cabañita donde guardaban las herramientas para el jardín.
— Si, ¿Te llevo con ellos? — Jungkook se quería negar, Dáire estaba cuidando a su hija y no quería ser una carga, pero no sabía moverse solo, había una piscina a la que podía caer y para su desgracia, no sabía nadar.
— No quiero molestarte, hyung... — Murmuró, agachando su rostro. Dáire ladeó la cabeza pero hizo que Jungkook lo tomara del brazo, haciéndolo caminar.
— Este hyung no quiere que lo llames hyung, Jungkook. — Le dijo, saludando a Hoseok cuando los vio. — Se que son formalidades coreanas, pero, a mi no me van mucho. Solo dime Dáire, ¿Si? — Le pidió llegando finalmente con los amigos del contrario.
— De acuerdo, Dáire. — Le iba a hacer una reverencia, pero supuso que eso tampoco le gustaba al mayor. — Muchas gracias.
— Gracias por traerlo, Dáire. — Le agradeció Hoseok, retirando una silla para que el menor se sentara. El mayor les sonrió y se fue de ahí.
— ¿A qué hora llegaste, Jiminnie? — Le preguntó, abriendo la botella de agua que el rubio puso en sus manos.
— Llegamos hace mucho realmente, solo que nos quedamos ayudando a los Kim a cocinar. — Jungkook se sintió avergonzado.
— Oh... — Murmuró, Hoseok lo miró con los ojos entrecerrados.
— ¿Te sientes bien? — Le preguntó. — Estuviste dormido toda la mañana, a penas terminaste de desayunar y subiste al cuarto. Dime la verdad. — Jimin alzó las cejas sorprendido y lo miró también, eso no era muy normal en el menor.
— Estoy bien. — Les dijo con un movimiento de mano. — Solo me sentí algo mareado y me dio un dolor de cabeza, pero solo eso. Ya estoy bien.
Jimin y Hoseok se vieron mutuamente, iban a comentar algo más pero se detuvieron al ver a Taehyung y sus amigos caminar hacia ellos.
El castaño se acercó a Jungkook y se hincó para poder hablarle en voz baja.
— Kookie, ¿Podemos hablar? — Jungkook volteó el rostro con molestia, ese tonto aroma seguía ahí. — Será rápido. — El azabache suspiró rendido.
— Ahora venimos, hyungs. — Avisó, poniéndose de pie.
Taehyung de inmediato lo ayudó y tomó su mano para llevarlo con él, sorpendentemente, Jungkook no lo aventó.
Entraron a la casa y subieron las escaleras, Taehyung notó que Jungkook ya dominaba bien el espacio y podría hacerlo por el mismo, pero realmente no quería soltar su mano.
Entraron a la habitación donde Jungkook estaba durmiendo durante el viaje y Taehyung cerró la puerta, el menor se sentó sobre la cama, tomando su celular que estaba sonando y repitiendo el nombre de Wooseok en avisó de que él lo estaba llamando. Con una mueca, apagó el aparato.
— Quieres hablar de lo que pasó, ¿No? — Comenzó Jungkook, no queriendo que le preguntara nada de Wooseok.
— Si... Supongo. — Jungkook ladeó la cabeza ante el tono nervioso del mayor.
— Taehyung, fue un error. — Le dijo sin más. — Estuvo mal, yo la cagué por dejarme llevar y tú porque tu novia estaba viniendo para acá en ese momento.
— Jungkook...
— No, Taehyung. — Le interrumpió. — Te dije que esto debía de parar ya y sigo pensando lo mismo.
— Tú también lo querías, Kook. — El menor sintió sus orejas arder.
— Independientemente, Taehyung. — Le dijo, cruzando los brazos sobre su pecho. — Si yo estoy haciendo algo mal, tú debes de ser el prudente entre los dos.
— Jungkook, escúchame. Yo-
— Ambos tenemos pareja, Taehyung. — Le dijo pausadamente. — Wooseok es un hombre increíble conmigo, es un gran novio y yo le estoy faltando de este modo. — Taehyung apretó los labios. — No te estoy responsabilizado del todo, yo también pude parar todo esto. Pero por favor, deja de traerme a una habitación para estar a solas, porque justo ahora, tengo una gran necesidad de aventarme a ti y besarte.
Se sorprendió, si. Sin embargo, sabía que si se levantaba a besar a Jungkook, probablemente lo golpearía ahora.
— Jungkook, lo-
— No e podido hablar con Wooseok desde entonces, Tae... — Le confesó, peinando su cabello hacia atrás. — No se como lo veré cuando volvamos, no se como podré hablarle, besarlo...
— Jungkook, lo lamento. — El menor se quedó algo paralizado, Taehyung tomó aire. — Lo nuestro pudo haber empezado de una forma hermosa, pero me acobardé y no logré llegar a decirte lo mucho que me gustas. — Jungkook pasó saliva con pesadez ante la confesión. — Y-Yo... No me creí capaz de poder cuidarte, pero, tú hermano me abrió los ojos el día que venimos aquí y que el volvió a Busan.
— Taehyung...
— Y debo de admitirlo, cuando Sana apareció, yo me confundí. Creí que debía de estar con ella porque nos íbamos a casar y luego se lo pedí de nuevo, pero... Pero, fue un error. — Jungkook negó, sintiendo lagrimas en sus ojos.
— Para un momento, Taehyung. — Le pidió. — No puedes decir eso, será tu esposa.
— Jungkook, ¡Sana y yo- — Los toques en la puerta lo interrumpieron, su padre entró con confusión en el rostro con el celular en mano sin darse cuenta de la tensión en el ambiente.
— Taehyung, ¿Rompiste el compromiso con Sana? — Le preguntó, la mandíbula de Jungkook casi cae hasta el suelo.
— Papá...
— Ibuki me llamó, me dijo que Sana había venido para hablar contigo. — Le contó, entrando a la habitación. — Y le dijo que ya no se casarían.
— Todos sabíamos que eso no iba a pasar. — Doyun suspiró, entendiendo a su hijo.
— Entiendo de que hablas. — Le dijo con comprensión. — Pero hijo, habla conmigo. Dime porque terminó la primera vez, porque pasó ahora también. Ibuki me hace preguntas y yo tampoco tengo respuestas. — Taehyung miró de soslayo a Jungkook, que seguía en shock.
— Te lo contaré, papá. Pero ahora no, por favor. — Le dijo apuntando con con cabeza a Jungkook. — Ahora bajamos, ¿Si? — El mayor suspiró y asintió.
— Bajen antes de que comamos pastel, Dáire podría acabarselo todo. — Advirtió, saliendo del cuarto.
Taehyung devolvió la mirada a Jungkook, quien ahora tenía su rostro en dirección a él, boqueando sin saber exactamente qué decir.
No sabía si Jungkook quería golpearlo o abrazarlo.
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