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★43★

Jungkook supuso que la amenaza de su padre seguía inerte en la mente del mayor, porque sentía que manejaba a baja velocidad y eso, sinceramente, le daba algo de risa.

Taehyung tuvo que cuidarse del buen oído de Jungkook cuando avisó que ya se irían, pues Tzuyu le había pedido con mucho emoción ir con ellos. Claro que le hubiera gustado, pero, quería estar a solas con el menor. Hana tuvo que explicarle y después Taehyung le prometió salir a pasear antes de que se fuera de nuevo.

Estacionó en el lugar, al ser fin de semana se veía mucha gente. Suspiró y miró a jungkook a su lado, estaba con la cabeza recargada al asiento y con los ojos cerrados.

Salió del auto y abrió la puerta de Jungkook, quien bajó soltando un bostezo y después se estiró como si fuera un lindo gatito, Taehyung usó toda su fuerza de voluntad para no besar sus mejillas.

— ¿En donde estamos? — Preguntó Jungkook, enganchándose al brazo del castaño, comenzando a caminar con algo de inseguridad.

— En Songhae Park, es un parque popular en Daegu. — Le respondió.

Jungkook no diría lo que estaba pensando, pero, se le hacía algo ridículo que lo llevaran a conocer lugares cuando, básicamente no podía verlos. Pero, sabía que a Taehyung le daba ilusión pasear por su ciudad natal, y además, tampoco estaba en sus planes encerrarse en casa de los Kim hasta el día en que regresarían a Seúl.

— Aquí hay un tipo de puente, hay varias entradas que conectan hasta el centro donde hay una pequeña cafetería. — Le comenzó a decir Taehyung, sintiendo las tablas levemente separadas sobre sus pies. — Ahara mismo, estamos rodeados de pura agua.

— Si, huele a agua. — Comentó, Taehyung lo miró con diversión.

— ¿Y a qué huele el agua? — Le preguntó curioso.

— Hyung, ¿Nunca has ido a la playa? Así huele el agua. — Taehyung negó.

— No, realmente no he ido nunca. — Jungkook volteó el rostro en dirección a donde estaba Taehyung, con el asombro marcado en sus facciones. — Es en serio.

— ¡Hyung! Eso debería ser un delito. — Se quejó, agitando el brazo del mayor. — Debemos ir a Busan, Taehyung. La arena de su playa se siente bien. — El mayor no quería que Jungkook supiera lo emocionado que se sintió por esa propuesta.

Y Jungkook no se quería preguntar porque le había dicho eso a Taehyung.

El castaño se zafó del agarre del menor para entralazar sus manos y besó los nudillos del menor.

— Es una excelente idea.

Ya no quiso responder a eso, porque sabía, en el fondo de su corazón, que de verdad le gustaría y no se podía negar ahora porque sería con mentiras. Y si algo no podía seguir haciendo, era mentirle más a Taehyung.

Dejó de sentir la madera para volver al pasto, caminaron unos pocos minutos hasta que Taehyung lo paró y le pidió que lo esperara un momento en lo que tendía la manta que Hana les había dado en casa, escuchó al castaño pelear con la tela porque al parecer no quería desdoblarse y no evitó reír un poco.

Una vez el mayor ganó la tan terrible batalla, lo ayudó a sentarse. Taehyung abrió la mochila con la comida que también les dio Hana y el rico aroma llegó a las fosas nasales de Jungkook, quien soltó un jadeo gustoso.

— Oh~ mamá nos empacó pastel. — Canturrió Taehyung, sacando varios toppers más donde encontró kimchi, sushi y también agua, refresco y un termo con café frío.

Le sirvió un poco de la comida a Jungkook, y comenzaron a comer entre platicas triviales, Taehyung le contó al menor lo mucho que amaba ese parque porque sus padres siempre lo llevaban junto a sus hermanos ahí.

Jungkook también le contó unos cuantos recuerdos que residían en Busan junto a toda su familia, Taehyung con entusiasmo le pidió ir a visitar mucho lugar en su próximo viaje a su ciudad natal.

Al terminar, Taehyung volvió a guardar todo, sabía que si llegaba a perder un topper, su mamá lo regañaría y no quería eso.

— Justo frente a nosotros hay un montón de cosmos recién retoñados. — Avisó Taehyung, sosteniendo su cuerpo con las manos. — Hay de todos colores...

— ¿Flores? — El mayor hizo un leve sonido de afirmación. — Uhm... Que lindo nombre tienen. — Escuchó al mayor ponerse de pie, y después sus pasos alejarse.

Jungkook frunció el ceño, ¿A dónde iba? No podía dejarlo solo, lo llamó pero no recibió respuesta. Diablos, ¿Planeaba dejarlo ahí?

Ni siquiera podía salir del parque, no trato de memorizar el camino porque sabía que estaba con Taehyung, sabía que él lo cuidaría, pero ahora se había ido, lo iba a dejar ahí abandonado y-

— Ten. — Escuchó repentinamente, relajándose al instante. Tomó lo que que mayor le entregaba. — Una vez me dijiste que las flores te gustaban por su aroma. Los cosmos no tienen mucho, pero aún así, quise traertelas.

Jungkook no evitó sonreír con alegría, era la primera vez que alguien le daba un ramo de flores. No le importaba que fueran pocas, tampoco que estaban recién cortadas. Taehyung se dio el tiempo para ir a recogerlas y probablemente, escoger las más bonitas aún cuando él no podía verlas.

— Gracias, Taehyung. — Murmuró, sintiendo los pétalos entre sus dedos.

— ¿Sabes lo que significan los cosmos, Jungkookie? — El menor negó. — Significan belleza. — Jungkook no sabía porque, pero ahora sentía sus mejillas arder. Taehyung sonrió ampleamente. — Más adelante hay un camino con varios arcos en forma de corazón, en la noche los encienden y es algo hermoso de ver. — Quiso hacer que Jungkook no se incomodara o se sintiera tan apenado, sabía que había sido algo directo, pero le había sido inevitable.

— Me imagino... — Murmuró, desviando su rostro a dirección contraria donde estaba Taehyung.

Y el castaño rió, le parecía tan tierno y adorable como Jungkook se avergonzaba por el más mínimo cumplido, viniera de quien viniera, sus mejillas siempre tenían ese rosa pálido. Pero, toda ternura desapareció en cuanto notó algo en el cuello del menor.

Sin pensarlo, llevó sus dedos hacia esas cosas moradas que estaban a nada de desaparecer, Jungkook no sabía el porque del repentino acercamiento, pero en cuanto sintió a Taehyung pasar las yemas de sus dedos en su cuello, lo comprendió.

Por una mierda.

— T-Tae...

— ¿Qué es esto, Jungkook? — Preguntó con seriedad, quitando su mano.

— Lo siento, creí que ya no estarían ahí... F-Fue hace una semana, yo-

— No me jodas, Jungkook. No quiero saber eso. — El menor apretó la mandíbula.

— No tienes porque hablarme así, Taehyung. Y ¿Sabes? Tienes razón, no tendría porque tratar de darte una explicación.

— Jungkook, sabes que- — El sonido de su celular interrumpió cualquier tontería que iba a salir de su boca.

Bufó con molestia y se paró para responder la llamada, alejándose solo unos pasos del menor. Jungkook se quedó sentado, con los brazos cruzados, las piernas extendidas sobre la manta y un puchero muy pronunciado. Estaba molesto, si. Sin embargo, se veía totalmente adorable.

Taehyung volvió, poniéndose de cuclillas justo frente a Jungkook. Tomó su barbilla con su dedo pular y el índice, haciendo que el rostro del menor quedara en su dirección. Analizó su rostro, ¿Qué le pasaba? Parecía que cada día se veía más hermoso...

Pero, notó algo antes de seguir con la discusión.

— Jungkook... — Murmuró, analizando sus orbes apagadas. — El color gris en tu ojo derecho... Creo que está haciéndose más grande. — El menor frunció el ceño.

— No lo creo, Taehyung. Tal vez nunca te habías fijado bien. — Taehyung alzó una ceja.

— Créeme, Jungkook. Cada facción y pequeño detalle de tu rostro está marcado a fuego lento en mi memoria.

Jungkook no lo podía creer, ¿Cómo podía decirle esas cosas como sin nada cuando hace menos de cinco minutos estaban peleando? Quería golpearlo, quería alejarlo de él, quería que...

— Taehyung, eres un idiota. — Le dijo, apartando el rostro. Sin embargo, volvió a voltear hacia el mayor. — ¡Por una mierda, Kim, bésame y ya!

Y el mayor no lo hizo esperar.

Chocó sus labios con descuido después de verificar que no había nadie cerca, Jungkook enredó los brazos sobre su cuello y Taehyung ahora acunaba su rostro, si llevaba sus manos a otro sitio, sabía que no podría detenerse.

El contacto no duró mucho, Taehyung se separó algo agitado y pegó su frente a la de Jungkook.

— ¿Quieres volver a casa? — Le preguntó, rozando sus labios con los contrario. — No hay... No hay nadie... — Jungkook mordió su labio inferior, asintiendo con nerviosismo.

Taehyung se puso de pie y ayudó a Jungkook a hacerlo también, pero tuvo un mareo que lo obligó a agarrarse con más fuerza del brazo del mayor, quien lo rodeó por la cintura.

— Mierda... — Murmuró, llevando su mano libre al lado derecho de su cabeza donde sintió una horrible punzada.

— Jungkook, ¿Qué tienes? — Le preguntó Taehyung con preocupación. El menor negó.

— Nada. Solo me dio un mareo, nada grave. — Taehyung no se convenció y eso lo percibió el menor se inmediato. — Te lo dijo en serio. Anda, vámanos ya.

Taehyung no le quedó más que creerle, tomó la mochila del piso y entrelazó su mano con la de Jungkook, comenzando a caminar hacia el auto para ir a la casa de sus padres.

No hay... No hay nadie.

Por una mierda, ¿En qué se habían metido?

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