★32★
— ¿Tienes hambre? — Le preguntó, sin despegar la vista del camino.
— No.
— ¿Te encargaron tarea?
— No. — El mayor lo miró de reojo, estaba con el rostro en dirección a la ventana y los brazos cruzados sobre su pecho. Soltó un suspiro pesado.
— ¿Estás molesto?
— No.
Si, si lo estaba.
— ¿Quieres ir a tu casa?
Jungkook relajó su postura, y dirigió el rostro hacia al frente, una idea algo loca cruzó por su mente.
— No.
— ¿Puedes decir algo más que no sea no? — Pidió con desespero. — ¿Porqué estás molesto? Mira, sé que estoy siendo un idiota, yo-
— Vamos a tu casa. — Lo interrumpió, Taehyung lo miró por apenas unos segundos con sorpresa. — Mamá está en casa y creo que Hyungwon hyung llegará hoy.
Bueno... Taehyung era bueno leyendo entre líneas, pero ahora mismo, no estaba seguro de lo que Jungkook quería decir. Claro, tal vez quería estar a sola y claro, eso ya ha pasado en varias ocaciones.
Sin embargo, esta vez era realmente extraño, siempre que repetían su sesión de besos era en casa de Jungkook, donde sabían que alguien llegaría en algún momento por lo que, no podían llegar a más. El menor sabía que Taehyung vivía solo, sabía que si iban ahí podían perder el control y no estaba mal. Nadie lo sabría.
¿Qué era lo que Jungkook quería? ¿Era consiente de que lo estaba volviendo totalmente loco?
— Está bien. — Murmuró sin mirar al menor, quien sonrió a penas un poco.
Cambió su dirección rumbo a su casa, se sentía emocionado y sabía que eso lo hacía una persona de mierda. Estaba comprometido con una chica que estaba dando todo por él, y Jungkook también tenía pareja y aunque no le gustara aceptarlo, sabía que Wooseok era un buen hombre para él.
Los dos la estaban cagando, no cargaba con toda la culpa aunque si debería, él fue quien comenzó con todo eso.
Estacionó en el lugar de siempre y bajó del auto, ya afuera, dio una bocanada de aire para continuar y rodeó hasta la puerta de Jungkook.
En cuanto el menor salió, tomó su mano y caminaron hasta la puerta y por fin entraron. Era raro, pensó que Jungkook se le aventaría en ese instante, por lo general así ocurría al entrar al cuarto del menor o a cualquier lugar donde estuvieran solos, pero no pasó nada. En cambio, caminó con tranquilidad, tanteando la superficie para no lastimarse o romper algo hasta llegar a la sala, donde se quedó parado tras un sofá.
— Me gustaría decir que tienes una linda casa. — Taehyung se acercó a él, sentándose en el respaldo del sillón y viéndolo fijamente.
— ¿Y porqué no lo dices? — Le preguntó fundido en el hermoso lunar que el chico tenía bajo su labio.
— Taehyung, soy ciego. — El mayor apretó los ojos, era un idiota.
Estaba algo nervioso y eso le estaba jugando en contra totalmente.
— J-Jungkook, por Dios. Lo lamento, yo solo-
El menor rió, Taehyung se sintió desfallecer en ese instante, hacia tiempo que no veía esa sonrisa sincera y se sintió aliviado sin saber que lo necesitaba.
El sonido de su celular resonó repentinamente, lo sacó y casi llora de felicidad al ver el nombre de su hermana alumbrar el aparato.
— ¿Te molesta si respondo? — Preguntó con más entusiasmo del que quería, Jungkook negó con una sonrisa.
— Adelante, te espero. — Seguido, rodeó el sofá para poder sentarse.
— ¿Cómo está la mujer más bella del mundo? — Jungkook lo miró con enfado de tan solo escucharlo, ¿Cómo se atrevía a hablar con Sana de ese modo frente a él? Claro que Taehyung de inmediato lo notó y quiso arreglar eso. — Ah~ Dahyun, ¿Cómo está mi hermanita? — Preguntó poniendo énfasis en la relación que tenía con la chica, Jungkook se relajó notoriamente y logró escuchar una leve risa proveniente del celular.
— Eres un tonto. — Taehyung sonrió con cariño. — Estoy bien, estaría mejor si respondieras a la invitación que te mandé hace tres días, Tae. — El chico apretó los ojos, llevando una mano a su frente.
— Oh Dahyunie, lo siento. Estuve ocupado con... el proyecto final de la universidad estos días. Pero, es obvio que iré. — Taehyung amó el sonidito de alegría que soltó la menor.
— ¡Te estaremos esperando, Taehyung! Dile a tus amigos, se que trabajan, pero invítalos. — Dio un sonido de afirmación.
— Se los diré, te confirmo si irán en el trascurso de la semana. — Se comprometió. — Tal vez veas rostros nuevos. — Avisó, mirando de reojo a Jungkook, que estaba muy entretimenido en el celular.
— Eso me parece bien, ya era hora. — Le dijo con calma. — ¿Cuándo llegas?
— A penas me gradúe iré, ¿Si? — Dahyun siseó. — En menos de un mes nos vemos, Dahyunie. Dile a mi princesa que la extraño.
— No sé quién de las dos está más feliz por verte a ti y a Yeonjun, Tae. — Comentó en medio de una risita.
— Obviamente yo soy el más feliz por eso.
Jungkook realmente no estaba prestando atención, se relajó en cuanto supo que Taehyung estaba hablando con su hermana, así que el se puso a lo suyo sin preocuparse de nada.
Taehyung siguió hablando unos minutos más donde su hermana le cuestionó muy por encima su repentino compromiso, sabía que eso pasaría y sabía que sería aún peor en cuanto se vieran en persona. A penas colgó, se sentó junto a Jungkook con una enorme sonrisa.
— Te noto feliz. — Indicó Jungkook, contagiandose del buen humor.
— En un mes será el cumpleaños de mi sobrina. — Le informó, posando su mano sobre el muslo del menor. — Iré a Daegu para su fiesta, tú... — Murmuró, moviendo su mano con más rapidez sobre la pierna del menor, causa del nerviosismo. — ¿Tú quieres ir? — Jungkook parpadeó repetidas veces, haciéndolo ver adorable.
— ¿Yo? ¿A Daegu? — Taehyung afirmó con un sonidito. — ¿Con tu familia?
— Claro, ¿Porqué no?
— ¿Irá Sana? — Taehyung suspiró.
— No, a mi sobrina no le agrada mucho así que no le diré.
Claro, por eso lleva al cuerno.
— Oh... — Murmuró, alejando los tontos pensamientos. — Hyung, ni siquiera puedo moverme aquí en Seúl sin estar acompañado, ¿Qué haré yo en Daegu?
— Yo estaré contigo. — Murmuró con algo de tristeza al notar que quería rechazar la invitación.
— Hyung, verás a tu familia después de mucho tiempo. Tienes que estar con ellos, no encargándote de una carga como yo. — El mayor lo miró mal.
— Jungkook, no eres ninguna carga. — Le habló con seriedad. — Quiero estar contigo, Kook, es todo... — El menor apretó los labios, Taehyung se había escuchado tan desanimado.
Se subió al regazo del chico, con las piernas a cada lado de él y enredó los brazos sobre su cuello. Taehyung lo apresó por la cintura de inmediato, mirándolo.
— Bueno... Si mi mamá me deja... — Murmuró, la sonrisa se expandió con rapidez en el rostro de Taehyung.
— ¡Claro que te dejará, me ama! — Lo abrazó con fuerza, haciendo reír a Jungkook. — Mañana mismo hablo con ella.
— Mañana llegaré tarde a casa. — Le avisó, Taehyung alzó una ceja. — Me tomaran fotos, algo para el proyecto de Hobi hyung.
— Oh. — Cierto, Sana y Hoseok estaban juntos en la carrera. — A mi también, entonces si no puedo mañana, iré en esta semana a hablar con ella.
— Está bien... — Murmuró, llevando sus manos al rostro de Taehyung.
El mayor amaba sentir los dedos de Jungkook sobre su rostro,lo tocaba con tanta delicadeza y cariño y aunque su mirada estaba apagada, sentía que sus orbes brillaban cuando tenían esos momentos tan íntimos. Se sentía querido y no había mejor sensación que ser querido por alguien como lo era Jungkook.
De un momento a otro, sus labios se fundieron en un beso tranquilo, pocas veces habían compartido uno así, no dudó en disfrutar de ese momento único entre ellos.
Ladearon la cabeza en lados contrarios para profundizar el contacto, Taehyung movió las manos hasta las piernas de Jungkook donde comenzó a dejar apretones por toda su extensión. Los muslos del chico eran su perdición y ambos lo sabían, por eso no se hacían esperar.
Jungkook comenzó a acelerar el ritmo del beso, tratando de pegarse aún más a Taehyung, aunque ya era imposible, ni el aire pasaba entre ellos.
Ambos sabían que si seguían, no iban a parar, se iban a llevar a la locura el uno al otro y no estaban dispuestos a detenerse, no ahora que Jungkook comenzó a mover la cadera de manera deliciosa sobre la entre pierna de Taehyung, mandando descargas eléctricas a ambos cuerpos.
Las manos de Taehyung ahora viajaron a sus glúteos, apretando repentinamente y sacánadole un gemido a Jungkook que solo provocó más al castaño.
Taehyung se separó, ambos estaban agitados y tratando de recuperar algo de aire.
— Vamos, Taehyung. — Pidió Jungkook en un suspiro.
— Vamos, Jungkook. — No lo iba a hacer esperar. No cuando se lo pedían de esa manera tan necesitada.
Se paró con Jungkook entre sus brazos, donde el azabache volvió a juntar sus labios con aún más desesperación que antes, y Taehyung, con todo el cuidado que podía, subió las escaleras hasta su habitación.
Él siempre le daría a Jungkook lo que le pidiera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro