Su padre se había ofrecido a llevarlo a la universidad esa mañana, la ventaja de eso era que no molestaría a sus hyungs tan temprano, lo malo, era que ahora estaba demasiado temprano en las instalaciones.

Ni siquiera la cafetería estaba abierta y los salones y pasillos estarían completamente solos, eran tal vez cuarenta minutos más temprano de los que solía llegar y realmente no sabía que hacer, no quería llamar a sus amigos porque tal vez se estaban arreglando o ya iban en camino y si era así, estarían conduciendo.

Se sentó en una jardinera fijándose en no aplastar ninguna plantita o lastimarse con alguna espina, se colocó los audífonos y sacó un libro que estaba por terminar.

Encontrar uno que estuviera con braille era difícil, y no todos eran muy interesantes, sin embargo, cuando encontraba unos buenos, se enganchaba con él. Lo malo era que después duraba dos meses sin que leer.

No pudo leer ni dos minutos, un aroma totalmente conocido e inconfundible se percibió cerca de su entorno, suspiró con pesadez, cerró el libro y se paró para irse, pero una mano sosteniendo su muñeca se lo impidió.

— ¿Porqué huyes? — Jungkook no respondió, ni si quiero volteó el rostro. — ¿No vas a hablarme ahora?

— Taehyung hyung, no tengo nada de que hablar. — El mayor soltó una risa sarcástica.

— ¿Hyung? — Preguntó incrédulo. — Tú dejaste de usar esos estúpidos honoríficos conmigo.

— Pues nunca debí de dejarlo. — Respondió con dureza, volteando su rostro ahora si, en dirección hacia el mayor. — Eres mayor que yo, no tenemos una relación cercana para no usarlos. — Se sacó bruscamente del agarre. — Así que si, hyung, yo te llamaré así porque es lo que eres para mi. Alguien mayor que yo.

— Jungkook, deja eso. ¿Qué demonios-

— Kook, cariño. ¿Qué haces aquí tan temprano? — Taehyung apretó los ojos con enojo, sintió la sangre hervir en cuanto los recuerdos del fin del semana llegaron a su mente.

Wooseok le pasó por al lado sin siquiera mirarlo, llegó hasta Jungkook y lo abrazó por la cintura, dejando un beso en su cien. El menor sonrió con timidez, aceptando los toques.

— Papá me trajo. — Le respondió sin eliminar la sonrisa, alzando la cabeza solo un poco. Wooseok comprendió y su vista cayó en el contrario, mirándolo con la ceja alzada.

— ¿Qué crees que haces, Jeon Jungkook? — Preguntó Taehyung con voz baja, sin despejar la mirada de Wooseok. — Este puto imbécil te molestó desde que se conocen, ¿Porqué ahora son tan unidos? — Jung rió con burla.

— Somos novios, Taehyung. Dilo sin miedo, hombre. — Le aclaró, el castaño apretó la mandíbula. — Son problemas nuestro, y aunque no te debería de importar a ti y nosotros no tendríamos que darte explicaciones, son cosas que ya hemos aclarado y arreglado.

— ¿Qué tonterías está diciendo este idiota, Jungkook? — Taehyung por fin pudo desviar la mirada del chico y ponerla en el menor. — Debe ser una puta broma.

— Hyung, no deberías de ponerte así, relájate. — Le dijo con tranquilidad. — No está diciéndote tonterías, es sólo la verdad. El sábado formalizamos.

— ¿Formalizaron? — Jungkook se sorprendió al escuchar a Jimin, no notó cuando había llegado a ellos.

Y su sorpresa creció en cuanto notó un par de aromas más en el ambiente. Hoseok y Changkyun también habían llegado, supuso que ya era algo tarde para que estuvieran llegando.

— Jimin, hazlo entrar en razón. — Le pidió Taehyung con desespero, el pelirubio solo miraba a ambos chicos sin saber que decir.

Changkyun veía con tristeza a Taehyung, su mejor amigo se veía tan mal. Y era aún peor porque, realmente él no tendría que molestarse por las decisiones de Jungkook, aunque le costará aceptarlo, Kim fue el primero en romper un corazón entre ellos dos.

Hoseok no estaba muy diferente a Jimin, solo que este ahora quería golpear tanto a Taehyung como a Wooseok. Los dos eran unos completos idiotas que no merecían nada de Jungkook.

Su molestia incrementó en cuanto Sana apareció también, la sonrisa de la chica desapareció gradualmente al ver el enfado en su prometido, incluso estaba rojo. Era extraño, siempre que lo encontraba con Jungkook, sus estados de ánimo siempre eran de ese tipo, si no estaba enojado, estaba muy alerta.

— Cariño, ¿Qué tienes? — Preguntó a penas estuvo lo suficientemente cerca. Taehyung respiró hondo para tratar de calmarse.

— Nada. Estoy bien. — Respondió cortante, cruzando los brazos y desviando la mirada.

Sana lógicamente no le creyó, sin embargo no siguió preguntando porque era obvio que no le diría nada. Miró a Jungkook, quien tenía un rostro completamente relajado, hablando en voz bajita con el chico al lado de él, se veía cómodo y feliz, todo lo contrario a Taehyung.

— Jungkook, que gusto verte. — Llamó su atención, Hoseok frunció el ceño.

— Igualmente, noona. — Le respondió con una sonrisa. Joder, Taehyung la quería borrar de un beso. Era precioso. — Aprovechando que estamos aquí, le quiero presentar a mi novio, Jung Wooseok. — El chico alzó una mano y Sana la aceptó, estrechandolas con una leve sonrisa.

— La última vez no pudimos presentarnos. — Le habló, soltando el agarre. — Yo soy Minatozaki Sana. La prometida de Taehyung. — Wooseok alzó una ceja sorprendido.

— Vaya, no sabía que Taehyung estuviera comprometido. — Comentó sin entender el ambiente en la situación.

— Es muy reciente. — Aclaró con emoción. — De hecho, el viernes en la noche tendremos nuestra fiesta de compromiso, están invitados.

Taehyung frunció el ceño, ¿Fiesta de compromiso? Sus padres ya habían vuelto a Daegu y ciertamente, no le habían mencionado nada sobre eso.

— Uhm... Si pueden ir mis amigos, puedo aceptar. — Sana asintió de inmediato.

— ¡Claro! Tus amigos también son mis amigos.

— Lo dudo. — Murmuró Hoseok, Sana lo miró por primera vez con fastidio. — Eres tan insoportable.

— ¡Hyung! — Regañó Jimin, golpeando levemente su hombro. — Discúlpalo noona, a veces habla sin pensar. — Lo justificó, alzando su mano para estrenarla con la chica. — Mucho gusto, soy Park Jimin, yo y Hoseok somos los amigos.

— ¡Oh, pero eres adorable, Jiminnie! — Aceptó la mano con entusiasmo, el rubio le sonrió con timidez. — Eres perfecto para el modelaje, ¿No te gustaría-

— No tan rápido, Sana. — La paró Hoseok. — Este chiquillo de aquí junto con Jungkook ya son mis modelos para el trabajo final, no pienses en robármelos. — La chica lo miró con molestia, para después mirar a Wooseok quien veía todo con diversión.

— Wooseok, ¿Tú quieres-

— Él también es mío. — El rostro de Wooseok se deformó, ¿Cuándo había aceptado eso? Él no quería modelar.

Pero no pudo reclamar, un pellizco sobre su espalda lo hizo callar y mirar con un puchero a Jungkook.

— Amor~ — Se quejó, Jungkook apretó los labios, le pareció tan tierno.

Jimin quería vomitar.

Taehyung quería golpearlo.

— Como sea, ya conseguiré quien me ayude. — Dijo mirando a Taehyung, quien negó, Sana asintió y el chico se dio por vencido.

Genial, ahora Sana lo quería a él y, muy probablemente, a sus amigos de modelos. Y conociendo a esos chicos, probablemente lo harían por él pero, eso lo hacía sentir mal.

— Ya tenemos que entrar, Kim Taehyung. — Lo que faltaba, Changkyun estaba enojado. Pasó por su lado dejándolo solo.

— Yo también me voy. — Avisó Sana, tomando la mano de Taehyung. — Les haré llegar la invitación esta semana, ¡Espero verlos ahí!

— Ahí estaremos, noona. No tienes de que preocuparte. — Le aseguró Jungkook.

Después de despedirse, Sana se fue arrastrando a Taehyung con ella.

Los cuatro chicos que quedaban, se fueron hacia el mismo lado. Jungkook iba aferrado a Wooseok mientras hablaban de cosas a las que ni Jimin ni Hoseok ponían atención. Estaban muy ocupados tratando de entender que demonios pasaba con su pequeño conejito.

Era tan extraño, ellos podían identificar con facilidad como se sentía Jungkook, para ellos, las expresiones del menor eran tan fáciles de leer después de años juntos, pero en esta ocasión, no sabían que significa, no entendían como se estaba sintiendo Jungkook realmente y eso, ciertamente les preocupaba. No querían que el chico retrocediera a todos los avances que había logrado en todos esos años.