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★11★

Cerró la puerta de su casa y caminó entre saltos con felicidad hasta su auto, ¡Por fin! Había extrañado tanto a su precioso BMW i4, fue su regalo de cumpleaños y no pudo haber deseado algo mejor.

¡Te amo, mamá!

Entró al lado del copiloto dejando su mochila en los asientos traseros, estaba tan feliz de manejar después de una semana que le dijo a Changkyun que pasaría por él y lo dejaría en su casa. Bueno, también le quería agradecer que el menor había hecho eso por él durante la semana de ausencia de su rojizo y precioso bebé.

Aparcó fuera de la casa y comenzó a tocar el claxon ridmicamente hasta que salió Changkyun con cara molesta.

— Hyung, despertarás a toda la calle, ¡Son las seis con cuarenta de la mañana! — Taehyung ni se inmutó, sonreía en grande abrazado al volante.

Changkyun se dio por vencido, rodó los ojos y entró al auto saludando más tranquilo al mayor.

Manejó con calma tomando el camino más largo entre platicas aleatorias con el menor, quien de repente comenzó a dormitar entre tantas vueltas.

Estacionó en el lugar que siempre solía hacerlo, salió del auto y un suspiro satisfecho escapó de él, mirando el auto con las manos sobre la cadera y una enorme sonrisa. Changkyun salió riendo sin dejar de mirarlo.

— No puedo creer que te haga tan feliz esta cosa con ruedas. — Se burló caminando hasta él, abrazándolo por los hombros. — ¿Alguna vez algo causará más sentimientos de lo que esto lo hace?

Taehyung estaba por negar, hasta que recordó.

Los lindos y marcados muslos de Jungkook. Joder, lo hicieron sentir más que felicidad.

— Tal vez lo haya. — Susurró, comenzando a caminar dentro del campus.

Ambos se separaron al escuchar el primer timbre del día para retirarse cada quien a su salón correspondiente, una chica lo interceptó y Taehyung, como siempre, le coqueteó, cortando la conversación cuando estaban por pedirle su número o tal vez una cita.

No, Taehyung no salía con nadie. Cuando alguien le interesaba -rara vez- era cosa de una sola noche y listo.

Las primeras tres clases pasaron algo más lentas de lo normal, deseaba ir a la cafetería y poder ver a Jungkook, quería saludarlo y escuchar su linda voz.

Al salir del salón, Changkyun ya estaba fuera del edificio, esperándolo. Lo recibió con un leve golpe en el hombro para después ser abrazarlo, Taehyung ya se había acostumbrado a caminar con el brazo de Changkyun enredado a sus hombros y sus cuerpos pegados.

Tardaron cinco minutos en llegar a la cafetería y la desilusión inundo el rostro de Taehyung, no veía a Jungkook por ningún lado y creía que ya no iría, él y Jimin solían estar ya cuando llegaba ahí, ¿Habrá faltado?

Salió de ahí sin comprar nada, Changkyun se confundió pero salió detrás de él, ¡No le dio tiempo de comprar su café!

— ¿Porqué saliste así? ¿A dónde vamos? — Le preguntó al alcanzarlo.

— Al edificio de artes. — Respondió metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.

Changkyun se quejó porque, ese edificio quedaba prácticamente a unas cinco cuadras de distancia del edificio de arquitectura e ingeniería, llegarían tarde a las clases y a parte cansados. Era inútil, Taehyung no daría media vuelta y tampoco le decía a que quería ir ahí.

Hasta que recordó a cierto chico azabache con el que ha pasado más tiempo de lo normal.

Todo interrogatorio quedó finalizado desde antes de empezar cuando dos figuras conocidas se posaron frente a ellos.

— Vaya, vaya. ¿Qué hace la estrella Kim Taehyung en este lado del charco? — Taehyung se quedó parado, viendo con desinterés al chico frente a él de pies a cabeza, para después sonreír levemente. Wooseok frunció el ceño. — ¿Qué te da tanta risa, idiota?

— Tú. — Contestó con simpleza y reanudó el caminó, deteniéndose nuevamente justo al lado de Wooseok pero par ver a su compañero. Le quiñó un ojo con coquetería y sonrió levemente al ver las mejillas rojas del chico. — Tan lindo... — Wooseok tomó la mano de Kuanlin y lo colocó tras él.

— ¡Déjalo tranquilo, idiota! — Taehyung alzó una ceja.

— Kuanlin, lindo. Cuando quieras pasar tiempo con un chico interesante y no un idiota descerebrado, siempre puedes buscarme. — Changkyun rió al ver la furia en Wooseok y sin más, se alejaron de ambos chicos.

El menor siguió riendo por el recuerdo de ambos rostros rojos por diferente emociones, sus rostros fueron unos poemas.

Se adentraron por fin a él edificio de música, preguntaron a varios estudiantes el paradero de Jeon pero solo les respondias con balbuceos para después preguntar si de verdad era Kim Taehyung, lo estaba hartando un poco.

El timbre sonó, eliminando cualquier posibilidad de verlo, esperaba poder alcanzarlo en la salida.

Entre quejas de Changkyun volvieron a su edificio, tardando diez minutos y separándose para entrar a sus salones, el profesor en turno lo cuestionó por llegar tarde pero lo dejó entrar, ventajas de ser el favorito.

Taehyung no era distraído en clases, solía y se dedicaba al cien por ciento a ellas durante sus horas pero, ahora, solo estaba en otro lugar.

¿Qué estará haciendo? ¿Estará bien? ¿Comió? ¿Su hermano sigue aquí? Si ya se fue, seguro se sentirá triste.

Así pasó las últimas cuatro horas, el timbre de salida sonó y prácticamente voló a la salida, arrastrando a Changkyun con él en cuanto lo vio salir de su salón.

Llegaron a la entrada principal y se quedaron ahí parados, buscando entre todos los estudiantes sin lograr verlo, ¿De verdad había faltado? Estaba a punto de llamarlo para saber si estaba bien.

El sonido de un auto y los murmullos al rededor lo distrajeron de su tarea y levantó la mirada. Él conocía ese auto.

Sonrió en grande y corrió hacia su hyung.

— ¡Yoongi hyung~! — Él mayor hizo cara de fastidio, pero aún así se dejó apapachar por sus dos menores. — ¿A caso nos extraña tanto que vino a vernos? — Le preguntó abanicando sus pestañas.

— Giu. No. — Los menores pucherearon.

— ¿Entonces qué hace-

— ¡Hyung! — Taehyung interrumpió la pregunta de Changkyun. — ¡Me dejó solo con los Jeon, tuve que quedarme en su casa! — El mayor sonrió con burla.

— No le veo lo malo.

Y entre la discusión, Changkyun recordó que tenía unas cuantas preguntas para Taehyung.

— Kim Taehyung, ¿Qué pasa Jungkook? ¿Acaso...? — El mencionado negó con la cabeza, pero después solo ladeó la cabeza, pensativo.

— El sábado en la mañana... — Murmuró, ambos le pusieron atención. — Jiyu me pidió despertar a Jungkook y fui a su habitación. Estaba sola y pensé que había escapado de nuevo pero, se abrió la puerta de su baño y salió de ahí.

— ¿Y?

— Se veía tan lindo. — Mencionó en tono bajo. — Estaba con los ojitos cerrados, un puchero y arrastraba los pies. Pero eso no fue todo lo que llamó mi atención.

— Ve al punto. — Le presionó Yoongi.

— Tenía solamente una playera puesta, hyung. — El mayor alzó una ceja. — A penas le llegaba al inicio de los muslos, sus piernas son tan-

— Taehyung, no. — Le dijo Yoongi con advertencia.

— ¡Hyung! ¿De qué habla? — Preguntó, ofendido.

— No vas a acostarte con él, Taehyung. — Le dijo con seriedad. — Si quieres jugar con alguien, que sea con cualquier otro, no con un chico ciego que de por sí, ya es inseguro para que vengas a arruinarlo más. — Taehyung miró a Changkyun, en busca de ayuda.

— Estoy de acuerdo con hyung. — Le dijo, encogiendose de hombros y con una cara de vencido.

— Ey, ¿Qué les pasa? ¡Yo no pensé en hacerle eso a Jungkook! — Aclaró. — Es decir, si. Debo admitir que me atrae un poco, pero... no haría algo como eso. Tampoco se lo diré porque, me conozco. No sirvo para algo más allá de un acostón. No quiero arruinar la amistad que estamos construyendo.

— Más te vale. — Murmuró Yoongi, haciéndole una señal con los ojos para que mirara hacia atrás.

Volteó y vio al chico causante por su primer retraso en su asistencia perfecta. Oh, que lindo se veía. Tenía un lindo suéter en cuello v en color verde y con una playera blanca abajo. Un pantalón de mezclilla algo holgado y unos tenis blancos con poca plataforma. Jimin venía a su lado, con las mejillas sonrojadas.

— ¡Yoonie! — Taehyung solo vio la cabellera rubia del chico pasar a su lado, volteó hacia atrás viendo como Yoongi abría sus brazos y lo abrazaba por la cintura. Abrió su boca con indignación y sin dejar de verlos, se acercó a ayudar a Jungkook a llegar cerca de ellos. — ¿Qué haces aquí? — Le preguntó con una sonrisa.

— Vine por ti. — Picó su pequeña nariz con su dedo. — ¿Te parece ir a comer, bebé? — Jimin asintió entusiasmado, pero después negó.

— Oh cariño, no puedo. Tengo que ir a dejar a Kookie a su casa. — Puchereó, Yoongi conectó miradas con Taehyung, quien le sonrió.

— Oye Jimin, yo puedo dejar a Kook. — Se ofreció, el rubio volteó emocionado y después miró a Jungkook, se soltó del agarre de Yoongi y se acercó al menor.

— ¿Puedo...? — Jungkook le sonrió.

— No tienes que pedirme permiso, hyung. — Alzó su mano hasta alcanzar el rostro de Jimin y buscó su mejilla para apretarla. — Taehyungie hyung cuidará de mi.

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