★09★
— La tercera es la vencida, Taehyung. — Murmuró Yoongi al pasar por su lado, palmeando su hombro. Jimin frunció el ceño ligeramente al no comprender el comentario.
Él junto a Hoseok y Yoongi caminaron hacia el puesto de helados que siempre estaba instalado en el parque para comprar el que Jungkook pidió.
Hoseok lentamente se fue desblindando de la conversación de Yoongi con el solo objetivo de hacer que Jimin se acercara. Para su sorpresa, fue el mayor el que terminó por comenzar una conversación con su amigo, el cual a penas podía responderle entre tartamudeos.
Y cuando menos recordó, ambos chicos estaban delante de él platicando cómodamente, sonrió travieso y comenzó a alejarse discretamente.
Yoongi no sabía que le había pasado, no solía actuar por impulso pero, en esta ocasión fue más que necesario.
Abrió la puerta del lado del copiloto para Jimin quien entró con nervios para después ver a su hyung rodear el auto y subirse al piloto. Una vez dentro y con las manos en el volante, miró fijamente a Jimin, bufó y encendió el auto para comenzar a manejar.
No llegaron muy lejos, a penas salió de la residencia cuando estacionó el auto de nuevo. Miró al menor de nuevo, quien lo veía ansioso por destruir el silencio.
— ¿Qué clase de cita piensa tener a las diez de la noche? — Le preguntó tratando de ocultar los nervios. — Además, yo-
— ¿De dónde nos conocemos, Jimin? — Preguntó Yoongi, el menor desvió la mirada. — Se que estas en la misma universidad donde estuve, tal vez te vi en una que otra ocasión pero, siento que es algo más. Me causas una inmensa curiosidad que nadie había causado en mi. — Jimin tragó en seco, evitando el contacto visual.
— N-No sé a que se refiere, hyung. — Contestó como pudo. — No sé de dónde podríamos conocernos.
Yoongi lo miró con seriedad, entrecerrando los ojos y analizando el lenguaje corporal. Estaba mintiendo, ese era un hecho y eso solo aumentaba la curiosidad en él. Soltó un suspiró frustrado y devolvió la mirada hacia al frente, tratando de hacer memoria. Jimino miró, tenía un perfil precioso, amaba la pequeña nariz del mayor, le daban ganas de darle un beso cada noche que pudiera.
— ¿Qué se siente volver loco a la leyenda de la universidad de Seúl? — Preguntó Yoongi con un plan en mente, mirando de nuevo a Jimin, quien se sonrojó. — Ya sabes, hacer que solo piense en ti desde el día que nos vimos justo allí. — Apuntó a la esquina donde habían tenido su encuentro junto a sus amigos. — ¿Qué se siente tener toda la atención de Min Yoongi? Supongo que lo sabes, pero, siempre rechacé a todos durante la universidad. ¿Qué se siente que yo haya aceptado una cita contigo?
— Y-Yo... — Murmuró, volteó a ver al mayor cuando escuchó como el mayor se quitaba el cinturón de seguridad, iba a voltear la mirada de nuevo, sin embargo, los dedos de Yoongi apoderándose de su mentón, se lo impidieron.
Ninguno dijo nada más, Yoongi se hundió en los ojos avellana de Jimin, tratando de leer lo que pasaba por su mente y tratando de recordar. Ellos ya se habían conocido, de eso estaba seguro. El día que acompañó a Taehyung al parque, en cuanto vio a Jimin, su curiosidad nació al presentir que ya lo había visto y solo se confirmó más cuando Taehyung le comentó sobre las bromas que Jungkook y Jiyu le hacían a Jimin sobre él.
Realmente se estaba volviendo loco, era la primera vez que alguien le interesaba de ese modo y el chico no ayudaba con su silencio, esa mirada inocente y esos labios esponjosos color cereza.
— Tú lo sabes, Jiminnie. — Habló con suavidad, acercando solo un poco el rostro del menor al suyo, jalandolo por la barbilla. — Dile a hyung, ¿Si? No querrás que vuelva a dormir hasta tarde por pensar en eso.
Jimin se odiaba en ese momento, estaba totalmente paralizado y a punto de caer ante la ronca e irresistible voz del mayor.
— H-Hyung... — Trató de acercarse, pero Yoongi se alejó, haciéndolo pucherear.
— Dime y te daré lo que quieres, ¿Te parece? — Yoongi alzó a penas un poco la comisura derecha de sus labios al ver a Jimin teniendo un debate mental.
— Cuando se graduó... — Comenzó Jimin, con voz baja. — La fiesta de graduación que organizaron en casa de uno de los de su generación, me invitaron a ir. Al llegar lo vi, me acerque a usted porque, desde mi primer día que estoy interesado... — No podía creer que lo había dicho, pero las palabras salían sin permiso, casi como si la mirada fija de Yoongi lo obligara a hablar. — Tomamos un poco de más y... Fuimos a su casa... Ya supone lo que pasó, no me haga decirlo. — Casi suplico, sintió los orejas calientes al ver la sonrisa triunfante en Yoongi.
¡Por una maldita mierda! ¿Cómo es que Yoongi había olvidado eso? Claramente estaba hundido en el alcohol como para no recordarlo. Sin embargo, a penas terminó Jimin de explicarle, todo le cayó como un balde de agua fría.
Jodida mierda. El calor que emanaba la piel de Jimin, sus gemidos, su toque sobre su piel... Se odiaba por haber olvidado esa maravillosa noche, pero ahora, agradecía recordarlo y haberse encontrado de nuevo con el menor.
— Buen chico. — Murmuró y jaló el rostro de Jimin hasta juntar sus labios.
Jimin soltó un jadeo sorprendido y de inmediato se abrazó al cuello del mayor, aceptando los labios que tanto había querido volver a probar.
Después de esa primera vez, Jimin no volvió a saber nada de Yoongi, después de todo se atrevió a hablarle en su fiesta de graduación y en la mañana siguiente huyó de su casa por la gran timidez que bañó su cuerpo entero al despertar recostado en en pecho de Yoongi.
Aun recuerda como llegó a casa de Jungkook ese día, gritando y festejando haber sido el primer y único chico suertudo de haber estado con Min Yoongi.
A partir de eso, su crush por el -en ese entonces- rubio, se hizo más fuerte, sin embargo, también era triste. Porque no volvió y no creyó que lo volvería a ver.
El día que Taehyung le ayudó a Jungkook y recibió una llamada, al escuchar el nombre de Yoongi salir de los labios del chico, sintió algo en su pecho, incluso Jeon pensó que tal vez podría ser ese Min Yoongi. Y el día que lo vio de nuevo... Dios, dos años enteros tuvieron que pasar para verlo de nuevo y la espera valió toda la pena.
Porque ahora sabía, que Yoongi también estaba interesado en él, tal vez no desde hace tiempo como Jimin, pero logró tener la atención del mayor, ¿Qué más podía pedir?
— Jimin... — Lo llamó Yoongi, separándose solo un poco cuando sus pulmones rogaron por oxígeno. — ¿Quieres salir conmigo?
La pregunta ofendía.
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