CAPITULO 25: VINCULOS
Ramseun Novank.
Quizás algún día admitiría que me había equivocado, tal vez ese día estaba mas cerca de lo que creía.
Pero de lo que no me arrepentía era de haberla dejado ir; observe el suelo con mi sangre y levanté mi rostro para ver la camara que me apuntaba con su estúpida luz roja.
Ella apareció enfrente de mi.
la mujer con un disfraz de diosa, que solo cubría lo necesario, con pequeñas telas que dejaban todo a mi disposición, los aros en sus brazos y su frente decorada con diamantes reales en su nariz, sien y ojos.
Se paró enfrente de mi, mirando la camara y se apartó con la fusta dorada exhibiendome, como un mortal, como el esclavo de su belleza.
Mire el suelo de nuevo exhausto, la sangre azul me rodeaba, me hallaba de rodillas y mis piernas, espalda y brazos estaban llenas de heridas abiertas que no sanaban.
cada particula de mi cuerpo estaba llena de aquel veneno, imposibilitando que mis heridas se cerraran.
¿Tanto me enceguece? ¿Todo esto por su amor?
Haríamos esto, y mucho más.
El sentimiento de culpa me embargo Pero el recuerdo de su desnudez y sus pezones rosados...
Ella si era un recuerdo digno de anhelar.
El sonido aterciopelado de su voz, sus ojos...
Joder.
Ella culminó su baile, el sonido de los dispositivos siendo apagados me sobresalto.
—¿Feliz Chantra?—murmure levantando mi rostro, disimulando que estaba absorto en los recuerdos.
Observe sus pies desnudos llenos de mi sangre, ella puso las manos en sus caderas, su piel blancuza llena de gotas de sangre.
—Aun no.
Camino detrás de mi, y me aferre a las cadenas.
Ella era tan predecible.
Un latigazo rompió el sonido de la habitación, luego dos latigazos; apreté mis puños, sintiendo el fuego y ardor del oro hundirse con fuerza en mi piel.
tres latigazos..., cuatro latigazos.
El ardor me hacía trastabillar, mi músculos perdieron toda la fuerza y caí hacia adelante.
Pero no le daría el gusto a esa hija de puta, retome toda mi fuerza de voluntad y me arrodille con rectitud.
Cinco latigazos... Seis... Siete. Ocho, nueve, diez.
—¡Basta!—Grite enfurecido.—¡Tu objetivo no servirá más si sigues asi Ren!
Su rostro aniñado apareció enfrente de mi, este se contrajo en una risa, demonios como la odiaba.
No la odiaba, la deseaba muerta.
—Me pregunto, si así se sintió mi hermano..., vamos, dame ese placer que ocultas, ¿Almenos lo hiciste sufrir?—Ella se agachó solo un poco para verme, sus ojos amarillos brillaron ante la luz blanca, la fusta elevando mi mentón, llenandome de mi sangre—Dime que si, dame ese placer cuñado.
Sonreí.
—¿Que te parece si te digo, que no sé cuánto más ha sufrido, por qué está siendo subyugado por tu padre?—Su rostro se tensiono.—¿Eso no lo esperabas, o no? Cuña...— amplie más mi sonrisa—dita... Su sufrimiento no ha acabado aún.
Pero ella solo mantuvo su sonrisa, no había atisbo de dolor en su mirada.
—¿Tengo que agradecerte?—se pregunto así misma, dió vueltas a mi alrededor y puso sus manos en las cadenas que me ataban, el humo que emanaba su piel al ser quemada ni siquiera la hizo trastabillar al contrario, su sonrisa se amplio —Supongo que te has ganado un premio lobo.
Rompió las cadenas con sus manos, caí hacia al frente chocando con mi propia sangre, llenandome de mi propio sudor , golpeándome en el proceso.
¿Que? ¿Que acaba de pasar?
—¿almenos puedes avisar?—le pregunte intentando levantarme.
Mis músculos eran demasiado pesados como para hacerlo, volví a caer al suelo.
Maldita sea, ella se rió, su risa oyendose por toda la habitación, la burla clara de mi propia humillación.
ví sus pies llenos de azul postrarse ante mi y me arrodille con demasiado esfuerzo.
¿Que carajos le pasa a esta loca?
—Ya te dije que te has ganado un premio.—Sus ojos me observaron de arriba abajo y me levanté—nada de esto te aflije, así que dejaré que tú propia soga te ahogue—ella sonrió.—Ve y mírala por ti mismo.—Demando con autoridad.
Señaló el largo pasillo.
¿QUE?
Creo que nos dice, que nos larguemos.
—¿A quien?—Voltee los ojos, caminando por el pasillo, mientras arrastraba las malditas cadenas.
El ardor en mi espalda, pantorrillas y brazos me hacía cojear por el esfuerzo, las baldosas de cerámica blanca se mancharon con mi sangre.
Sentía sus pasos lentos seguirme, y no quise verla, solo quería atravesar esa maldita puerta de metal.
—Mi hermana.
Me detuve en seco, me voltee lentamente para verla.
su diminuta figura, sus ojos amarillos, sus facciones aniñadas y ladee la cabeza, incredulo.
Yo sé que no estoy bien, se que mi cabeza me decía muchas cosas, Pero creo, ¿creo...
Que ella acaba de decir aquello?
¿Oi mal?
—¿A qué estás jugando ahora Chantra?
Ella puso su manos detrás de su cuerpo, y comenzó a balancearse con sus pies, una sonrisa aterradora cubrió su rostro, salpicado de sangre.
Está maldita hada, quería que jugará un juego extraño.
—Ya cumplí con mi parte de quedarme aquí contigo, tal cual lo hicimos en el bosque, cumpliste tu parte, la sacaste del circo, yo me quedé, ¿Ahora quieres que vaya a verla?—me acerque para verla—¿Que maldito gusano te ronda por la cabeza ren?
Ella alzó su mano.
—No todos mis títeres tienen, el beneficio de saber mis planes, con-cuñado.
Maldición.
Mi cuerpo quedó suspendido en el tiempo, no podía mover mis manos, ni mi cuerpo, había quedado tal cual, ella me rodeo y observo, sentí sus manos urgar en mi espalda aruñadola sutilmente.
Intente gritar, hablar, terminar de levantarme, Pero el ardor y el dolor me hicieron gritar internamente.
Ella acababa de atravesar su mano, en carne viva, por mi espalda, senti como su mano atravesó por mis organos, la sangre subió por mi garganta, saliendo como una maldita baba que intentaba ahogarme
—a ver, aver...—Sus uñas tocaron una fibra dentro de mi.—Demonios que escondida esta—Mi respiración se trabó cuando una electricidad interna me recorrio—Bingo.
Un cúmulo de sensaciones abandonaron mi cuerpo, como si me sacarán el maldito corazón sin anestesia, Pero no lo era latía y como loco, el charco tibio de mi sangre me cubrió mis piernas y sentí los cables salir de mi interior, su magia controlaba mi cuerpo Pero, no pudo controlar por completo la convulsión que me obligaba a moverme lentamente.
Mis gritos salieron ahogados por la magia, la sangre que emanaba mi boca baño mi torso de sangre azul.
Todo se torno borroso por un momento y luego...
todo lo veía, todo lo oia y por más que sentía el dolor como lava en mi espalda abierta en carne viva.
Por un micro segundo.
Pude sentirla.
El poder emanando de su pequeño cuerpo, pude recordar como sus labios se torcian y transformaban en grandes dientes filosos parecidos a los de un lobo, o un vampiro.
No...
No era una valikruants ni la mujer que se parecía remotamente a algo conocido, era tenebrosa.
Su aparición enfrente de mi, me devolvió a la realidad.
Gemi por el dolor.
—Ya me canse de jugar con todos ustedes—sonrio— admite mi crimen—Mostro las varillas plateadas los Miles de cables que goteaban con mi sangre y la droga—siempre serás mi coartada Ramseun...
Ella me miró, se alzó de puntillas Pero no alcanzaba a verme ella solo...
Se elevó. Hasta estar a la altitud de mis ojos, que no podían percibirla, Pero la sentía.
El calor y el frío subieron y bajaron por mi cuerpo, sus manos se impacientaron en tomar mi rostro.
Su tacto fue una pequeña anestesia.
—Eres libre de mis ataduras, de mi circo y mi función, es hora de que te humilles ante tu reina—Se rio en mi cara— Que aclames mi nombre cada que tu alma me necesite, ese será tu castigo.
Cai al suelo.
Un resplandor surgió desde su espalda.
Malditas.
Hadas.
De.
Mierda.
Todo giraba, todo mi entorno estaba lleno de luces fugaces y borrosas, la sangre se derramó por mi rostro cuando arranco algo de mi sien.
Está palpitaba tanto que comencé a gritar.
Me voy a morir aqui.
Déjame salir.
La debilidad me hizo caer.
Porfavor...
—No, no lobito—ella se acunclillo enfrente de mi—No saldrás con tus patas, sucias de mi casa. Ten más honor —se rio pasando por mi lado.—ah, y si cielo, todo lo que comiences a recordar es producto de mi hechizo, tu y tus ridículas emociones, Ramseun...—Su carcajada, acuchilló mis oidos por culpa del dolor de cabeza—comprende que Yo, si soy el verdadero fin de este mundo.
Volví a verla, sus ojos se transformaron en un rojo lava, su cabello castaño se transformó en ese rojo flameante que la caracterizaba a ella, Pero sus ojos no tenía esa chispa y su sonrisa no era la de ella.
¿Estoy delirando por el dolor?
No, esto es real.
Ella acababa de...
Chantra Ren, se acababa de transformar en Belentinne.
—lo lamento tanto Ramseun —hizo un puchero.
Los recuerdos poco a poco me golpearon, era como si Miles de cuchillas en estos momentos estuvierana atravesando mis ojos, de la forma más tortuosa posible
Cerré los ojos.
Pero todo lo que veía era el circo, a ella, a mi hermano, al público, a las cámaras, mi comportamiento, mi pacto, mi directrices, mis mandos dentro del circo, los malditos shows y mis cinco años de Doctorados y magisters en Blackword.
¿Que estoy pagando?
Los años dónde no me dejaste salir, dónde te dejaste manipular por tu amor enfermizo hacia nuestra alma gemela—Mi lobo interior gruño—las mil veces que creíste que era una puta voz, patético, no te mereces este gen que con tanto peso ha residido en tu sangre, ¡Ella no te merece!
Carlos...
Gemi de dolor cuando una lágrima recorrió mi mejilla.
—No...—murmure contra el piso, mis ojos se cerraban por si solos— Tu no...—Solloce en el suelo.
No sé en qué momento llegué hasta aquí, Pero parecía en estos momentos ser un jodido consuelo, mayor a mi cansancio, mi agotamiento mental, físico y emocional y ahora mi lobo...
Siempre había estado ahí gritándome y yo.
Te cogiste media especie, para intentar suplantar tus malditos arranques de ansiedad por la droga, ¡Cuando claramente tenías que dejarme salir!
Sus pies caminaron a mi alrededor, Pero era algo tan borroso...
—¡Ay, claro que sí!—se rio—Soy yo—¿Que mierda decía está mujer, que no la entendía?— Chantra Ren Müller la mujer que ha desafiado todas las magias existentes en este ridículo mundo de mierda que creaste con esa insípida mujer.
¿Que hice? No, no... ¿Que hice?
Intente levantarme.
¡Quédate quieto!
Una fuerza sobrenatural me desplomó en el suelo.
¡De ahora en adelante solo yo tomaré las riendas de tu puto cuerpo insípido!
Yo no podía más... Levanté mi rostro, ahí estaba el.
salió detrás de ella, un pelirrojo idéntico con el que compartía a mi mujer, el ajusto sus gafas sobre su nariz y miro a la insípida réplica de ella
No, esto no es posible yo no.
—Perdon cuñada.
—¡Ramseun por qué le haces esto a mi hermana!—grecia me había gritado.
Pero yo no sentía nada, ni el más mínimo remordimiento, yo solo quería deleitarme con Belentinne. Quería que se volviera loca, que me buscará a raíz de su hermana Pero...
—Mi amor, vamos...—Setchif se apareció detrás de ella y beso su sien—No te sulfures Grec, tu dijiste que harías cualquier cosa por mi amor.
—¡SON UNOS MALDITOS ENFERMOS LOS DOS! ¡POR LA LEY QUE SE ME CONCEDE LOS MALDIGO ANTE LA JERARQUÍA DEL CIELO Y EL INFIERNO!
Setchif la noqueó y..., el panorama cambio por completo, ahora todas las voces se golpeaban en mi cabeza una y otra vez.
—Basta...—Murmure—Por favor, Basta...
Ramseun... No hagas caso, de las voces.
—¿Es real?—Pregunte contra el piso, no quería abrir los ojos, la cabeza me dolía, mis heridas dolían, mi cuerpo dolía, todo dolian—por favor.
—Miralo...—Chantra se burló a lo lejos—Ruega, llora y sufre como ella ¿No son almas gemelas?—ella se rió.
Yo negué en el suelo.
—¿Que se siente traicionar a tu pueblo por tu amor?
—¡Ramseun!
—¿¡Papá que es todo esto!?—gritaron.
¡Ramseun! ¡Esas voces no son reales!
—Ella no te va a perdonar lo que le hiciste, ni por ser su alma gemela o rey, Ella te destruirá, te crucificada, te exhibira y te matará.
Esa era la voz de Pax, mi cuerpo entero tembló.
¡Ramseun, hazme caso maldita sea hijo de puta! No saldremos de aquí si sigues lo que te dicen las voces!
—La desicion de matarte no es mía, es el derecho que le corresponde a ella.—Pax me había mirado con lastima, sus ojos decepcionados me hicieron reír, la sangre emanaba de todo su cuerpo—y ella va a disfrutar matandote.
Las voces, todas las voces.
—¡BASTAAAA!—Grite, le pegue al suelo, la sangre chapoteo a mi lado—¡BASTA YA NO MAS!—Las cadenas pesaron y quemaron el doble.
Tome mi cabeza entre mis manos, apoyando la frente en el suelo, mi cabeza dolía, retumbaba, la luz me enceguecia.
—¿Ya?—dijeron a mi alrededor.
Belentinne siendo la protagonista de un show, abierta de piernas, hombres violandola, ella con su boca ensangrentada, yo en mi escritorio.
Yo observándola devorar torsos desnudos.
El mayor trauma de ella, fue cuando Phoenix la encarceló por semanas con un ser vivo y ella tuvo que matar por primera vez, comiendoselo y yo...
Yo... Yo.
¡Ramseun basta!
Mire a la maldita hada e intente levantarme pero ella sonrió abrazando al pelirrojo, que me miraban con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Que?—pregunto con sorna, desde su diminuta altura—¿Me matarás?
—No está ni de cerca, de salvarse a si mismo.—Dijo él.
Setchif negó con su cabeza caminando de la mano de Chantra y salieron del pasillo.
como de forma automática para mí, Todo se sumió en una gran oscuridad.
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La oscuridad me rodeaba, había un profundo bosque a mi alrededor, pero no lo reconocía, el dolor había desaparecido dejando un simple malestar.
Intente levantarme, puse mi mano para apoyarme Pero la textura era diferente y lo noté.
Había una garra en la tierra, llena de sangre, el pelaje totalmente negro como la noche.
Volvimos...
—¿Por qué no recuerdo nada?—Hable para mi mismo.
Silencio y camina.
Los recuerdos me invadieron por completo, mis noches como un hombre drogado y desatado, teniendo sexo en mi oficina con cualquiera; las noches presionando cada cierto tiempo el botón del aparato del, LSD, para que fluyera a una hora diferente todos los días.
Por qué la cantidad que consumía un drogadicto humano por año era nula, Pero para mí, mi metabolismo mi organismo como valikruant, era infinita.
Pero todo tenía un límite...
Era ser preso de mi propio cuerpo y no haber podido hacer esto.
Mis patas recobraron la fuerza, me sentí ligero, robusto, totalmente gigante a lo que como hombre era; comencé a andar por el denso bosque y ahí lo percibí.
Las energías del suelo eran insipidas, a lo que comúnmente sentía
No estábamos en Xae, estábamos en los límites de la dimensión que divida Blackword con Xae.
—¿Que hacemos aquí?—pregunte para mi mismo.
Venimos a verla, es obvio. Necesito verla, necesito olerla, tenerla cerca—rugio mi lobo interior.
No me negué, Pero no quería, no quería estar cerca de ella yo...
Tu maldito sentimentalismo, es lo que nos tiene aquí, realmente te preferiría drogado, eras más frío, más tú.
—Siempre hemos sido el mismo—comente en mi propia mente.
Estoy tan molesto contigo...
—Tienes el derecho.
Ya, vuélvete uno conmigo, bebamos que tú sentimentalismo me da asco.
Rebusne.
Mi estómago vibró, abrí mi hocico sin poder evitarlo, ahí estaba.
Se percibía, se olía.
Un humano.
—¿Será tu último requisito para que dejes de joderme?
Te perdonaría, si lo devoras de hecho.
—¿Uno...?
Dos.
Camine despacio observándolo, se sentía excitante volver a sentirme así, Pero la necesidad de ser un jodido cazador era algo que anhelaba desde hace tantos años...
Tanto tiempo preso en el cuerpo de un hombre, consumiendo estupefacientes cuando mi mayor elíxir, era este, cazar, beber, comer, correr.
El sentimiento de culpa me lleno, necesitaba recuperarme necesitaba explicarle a Belentinne que... Todo este tiempo fui un títere más jugando a ser una cabeza del alto mando, no por mi, por ella. Que tenía una hermana que había conocido atreves de una pesadilla.
Sonaba tan ridículo
Eres un imbécil, Pero eso ya lo sabes.
Por culpa de un hechizo.
Excusas, admite tu culpa.
trague saliva, las patas me temblaban ante el sentimiento.
¡Tengo hambre!—Rugio de nuevo y seguí el olor.
Camine lentamente, el hombre estaba arrecostado contra un árbol, a lo lejos observe un parque infantil, Pero era de madrugada.
Siempre cuando estaba apunto de amanecer, la noche se tornaba mucho más densa, espesa... Mas oscura.
El hombre sentado parecía dormido y con sigilo me acerque.
Apestaba a perfume y arrugue el ocico.
Maldita sea se me olvidaba lo sensible que yo era, mordí su brazo sin preambulos, el hombre se despertó, un grito agonico lleno todo el bosque.
Y me deje ir.
Todo se torno rojo para mí, la oscuridad me enceguecio como si fuera luz, la sangre se esparcio por mi pelaje, mordí su cuello, corrí con el en mi hocico cuando los gritos aumentaron, el pánico y el terror me hicieron sentir tan grande y poderoso, que no pude evitar aullar cuando arranque con mi hocico su cabeza de su torso.
Aparte su cabeza comenzando a devorarlo con tantas ansias, con el éxtasis en la cima, muchísimo mayor al de una droga y ahí lo percibí todo tan claro...
Mi frialdad entumecio mi alma, mi cuerpo se relajo por completo, mis sentidos se agudizaron, la noche se volvió mi velo, corrí de un lado a otro saltando entre troncos, ramas, y rocas, devore a una pareja que se hallaba teniendo sexo.
No me importo, por más que me golpearan, mi instinto solo quería regenerarse, mi cuerpo solo pedía a gritos sangre, comida, tenía tanta hambre, como si nunca me hubiera alimentando, como si nunca hubiera bebido.
Aulle de nuevo en el bosque.
El olor de la tierra húmeda me llamo, ella se encontraba por aquí, la percibía, la olía.
Lo presentía, como el mero hecho de saber que a pocos kilómetros se hallaban pequeños ríos.
El olor de su humedad me llamo, por un momento creí que me volvería loco de la emoción, Pero me contuve, se sentía como si llevara años sin verla, tocarla, sentirla...
Demonios.
Apreté mis patas en la tierra.
Quería recorrerla entera incluso beberla.
Calma.
Intenté lamer la sangre de mi pelaje, Pero estaba lleno de esta sangre, sabía que se veía como si estuviese mojado, Pero no me importaba.
Ella me había visto millones de veces así y...
¿Que mierda ando pensando?
Mi corazón latía con fuerza dentro de mi cuerpo, ahí estaba esa deficiencia que me ha estado persiguiendo por doce años.
El recuerdo del anuncio, de ella encinta, cuando fue a dar a luz a Dexter y ambos sabíamos que podríamos perder nuestro milagro, fue como un soplo de realidad.
Habíamos evitado que Dexter muriera, entregando lo poco que quedaba de nuestra humanidad a la naturaleza, al infierno, al cielo a la tierra, lo que fuese con tal de que Dexter naciera con bien, sin ningún daño, y desde ahí, cada cierto tiempo, tanto Belentinne como yo...
Nos volvíamos humanos de esta forma física, a pesar de que en nuestro espíritu, no había cabidad para esa banalidad.
Que ironico.
Agradecí internamente a ese vínculo
Por qué la oí.
Corrí como si hubiera un maldito demonio persiguiendome, arrebatado saltando troncos caídos esquivando árboles.
Estaba loco, quería verla, decirle todo.
Me detuve abruptamente.
Ella estaba ahí, sentada en un pequeño lago, sobre una piedra, sus brazos tenían líneas negras, su cabello rojo se veía celestial con mi visión.
Su olor predomino en el aire, ese olor tenue a cacao...
Oh, por todos los lobos.
Su olor, y el de la tierra mojada y lluvia, tan espeso en el ambiente.
Joder...
Aulle, como símbolo de reconocimiento a un superior, aunque yo sea de un rango mucho mas alto, me nació enaltecerla en ese momento, arrodillandome en el proceso y desgarrandome la maldita garganta.
El silencio invadió el lugar, pero ella no me miró, mi alma se rompió con cada segundo que pasaba, pero seguí ahí, con las garras muy enterradas en la tierra esperando, que mi jodida mujer se dignara a verme, hasta que por fin sus ojos me observaron atraves de la oscuridad.
Y lo noté, el oscuro azul como largos ríos negros manchando su hermoso rostro.
Esto me pasa por idiota, esto me pasa por...
ella se levantó caminando hacia mi, ella era mi reina. aunque estaba en mi estado más bestial y natural, no hubo ningún miedo que hiciera que su mirada temblará, su ojo derecho tan azul y rojo, y el otro tan gris y amarillo. Turbio, lleno de rabia.
Su mandíbula se tenso al verme, las lágrimas recorrieron su cuello. Y... Mi corazón, mi corazón estaba como loco, por un momento creí que iba a morir sintiendo su rechazo justo cuando alzó su mano y
—por favor, no me mires asi—bajo su mano, esa que temblaba.—No me mires como un maldito perro—Hablo con resentimiento —Me arruinaste Rams... ¡NOS ARRUINASTE!—Grito.
Ancle mis garras a la tierra y alce mi hocico.
—Belentinne... Tengo que...
—¡No! ¡NOS DESTRUISTE!—Sus ojos rabiosos, me acusaron, baje la cabeza.
—Belentinne, tengo que explicarte, por favor—Implore.
—¡No quiero saber de ti!—me grito.
La has cagado Ramseun, la has cagado, horrible...
—preciosa...—Alce mi rostro.
Ella se volteo para observar, la luna. Su silueta, sus magníficas curvas, todo en ella, una maravilla. Belentinne era mi diosa, mi reina, el amor de mi vida... Mi alma gemela, mi loba.
Era mi jodido todo tenía que arreglarlo.
—deberia de encadenarte, debería matarte—murmuro exasperada dandome la espalda, sus manos estaban por completo llenas de lineas negras—No... Debería desterrarte.
—"ella te aniquilará, te crucificara, te matará".
—Belentinne por favor, tenemos un Hijo—Suplique.
Sabía que estaba quejándome como una maldita mujer, pero...
El sonido de su piel romperse y un gran chorro de sangre oscura caer de la palma de su mano, detuvo mi corazón.
—¡BELENTINNE!—grite para ella mentalmente.
No, no, no, no. Ella no, no lo haría ella no...
Esto es peor, esto sería peor que matarme.
—si, si lo haré, por qué no te detuviste a pensar en como me sentía cuando me violaban, no te detuviste a pensar el sufrimiento que vivía, no te detuviste en amarme y dejarme libre—Hablo en mi mente con una suavidad en su voz que me terminó de hundir—destruiste nuestros milenios juntos, ¡Todo en un año!—grito en mi cabeza—¡donde yo me desconocía!, ahora mi reino, mi pueblo, mis hijos, mis hermanos y familia pagan el maldito precio por tu obsesión hacia a mí.
—hermosa no lo hagas, no. Por favor.
Me postre delante de ella, Pero no me miraba, me alce en dos patas para tomar sus hombros y que me mirara, Pero sus ojos estaban tan rojos sus lágrimas la bañaban por completo.
Su mentón en alto y su mirada fija en la luna.
—Yo, Belentinne Müller.
—¡NO!—Rugi sobre ella.—¡No me hagas esto a mi, que soy el padre de tus hijos!
La duda invadió sus iris, sus labios se apretaron y sus lágrimas me mancharon, su olor se sintió tan fuerte en el aire, justo cuando no lo iba a decir. Por qué ella sabía, que lo peor que le podía pasar a un lobo era está sin su alma gemela. Y ella no...
Aulle de nuevo.
— Xavxs de Coro'l,—Hablo hacia la luna —destierro, de mi alma, mi vida, mi reino y mi corazón, A mi alma gemela—Cai al suelo, ante sus palabras—Ramseun Novank Vans.
Todo se me detuvo, una uña filosa atravesó mi hocico, mi sangre cayó, ante mi aturdimiento y me moví para que no fuera en el mismo lugar.
Pero fue muy tarde, todo ardió, mi cuerpo lobuno entero se estremeció, un aullido de dolor, complemente desgarrador me avasalló, caí en el suelo mis huesos crujiendo, doliendo, mis costillas rompiéndose, mi respiración se detuvo.
Ella se arrodilló, su grito se oyó por todo el bosque.
Ella...
—Oh, Dios...—Gimio de dolor
Todo dentro de mi exploto, se quemó y por un momento quedé tirado como un jodido lobo al que acababan de disparar, me sentí vacío, me sentí jodidamente mutilado.
Me levanté con dolor y caí, me fui de bruces contra la tierra.
La debilidad me lleno por completo, Pero tenía que salir de ahí, no quería verla, yo... Voltee para verla.
Miraba el suelo, su cabello siendo una cortina entre los dos, lo que había Sido por tantos milenios acababa de doler quemar y ser destruido...
Por ella.
Quise mirarla Pero... No, no pude, observe el bosque con el vacío en mi interior.
Sin manada, sin mi alma gemela, sin mis hijos.
Camine lentamente con el dolor haciendo estragos en cada maldito pelaje de mi cuerpo, y luego la fuerza se remolino con fuerza en mi interior.
Corrí con las lágrimas recorriendo mi hocico, con mi herida curandose, y con solo una frase gritando con fuerza en mi cabeza.
Un lobo sin su luna, no es un lobo, y yo estaba sin mi luna, yo acababa de dejar de ser un lobo...
Nota de autora: ya estamos en la recta final, gracias por su apoyo.
De todo corazón.
No sé olviden votar y comentar.
Nos leemos en la maratón de la recta final.
Noioso11.
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