CAPITULO 11
Aclaro que en la vida real, las practicas del BDSM son diferentes y consensuadas, ya saben. Sadismo, sado-masoquismo, dominación, al igual que el exhibicionismo sexual, es algo de parejas e independientes consensuados.
Todo esto es ficción, TODO.
Belentinne Müller.
¿El cuartel de los placeres violentos.?
O
¿El circo de los psicópatas y sádicos?
48 horas 2880 minutos 172800 segundos.
—Subete a la silla como toda una gatita—sus ojos grises me observaron con deseo y senti mi estomago revolverse de nuevo su fusta choco contra mis muslos internos y luego mis rodillas en un golpe seco—En cuatro linda, recuerda que tenemos un público al que entretener.
Mis piernas flaquearon por el desasosiego, mi sangre corría caliente por mis venas, el reflector me tenia cegada por completo. Y a pasos temblorosos subi los escalones de madera. A cuatro patas como si fuera un animal me sente en la mesa que era como una especie de caja grande de madera improvisada, con algunos huecos y puas pero abierta por completo, mi culo dolía, por que hace unos momentos el imbécil decidió que era bueno dejarme el culo rojo no puedo decir nada de mis muñecas...
Estaban destrozadas por completo.
Trague en seco viendo las mujeres y hombres detrás del reflector blanco que me cegaba, niños, mujeres, hombres y adolecentes.
No sabía con exactitud si la humanidad residía en ellos, todos eran muñecos andantes con pasos casi mecánicos, note que más de uno de ellos rogaba por una caricia, por un golpe e incluso una caricia, mientras que se ponían en la tarea de satisfacer a sus "amos"en la tarea de ser parte de su mundo retorcido.
Como si de alguna u otra forma el placer, se acoplara en ellos por el simple hecho de agradarles con el ofrecimiento de su cuerpo, con su exhibición, con sus gritos que incluso podia percibir desde aqui.
Con el hecho de ser azotados y gemir como si el mundo se les fuera en ello, como si mantener las piernas abiertas fuera deleite para ellos mismos; todo esto era tan enfermo..., y denigrante que joder, quería... queria.
¡Queria Matarlos!
me enfoque en lo retorcido de sus juegos y sentí mi sangre correr con impotencia;
Mujeres con poca ropa, incluso algunas no tenia ropa. Otros estaban disfrazados como si fueran integrantes del circo, payasos que sacaban sus lenguas en el acto mas sexual y asqueroso, cirqueras se paseaban de aqui para alla montadas en una rueda, mientras hacian malabares con botellas, pero el público se hallaban completamente entretenidos con el sexo de quien se los otorgaba. Habian mujeres en el suelo cediendo ante las peticiones perversas.
"Amo, papi, señor, señora, mi ama, mi dueña, gatitas, perras, putas, zorras, azotame, muerdeme, escupeme"
Eran las únicas palabras que oía.
Pero no todos los disfrutaban.
"Para por favor" "me duele" "Auxilio" "saquenme de este infierno en vida" "quiero más cocaína" "quiero salir de aquí" "pará" "mátame pero no me violes más".
Las lágrimas bajaron por mis mejillas, la risa de varios hombres a mi lado tomaron mi atención, la música de fondo era tan... Tan asquerosa que quería taparme los oídos, todo era con bajos y melodías que en otro momento hubieras podido disfrutar con alguien, no en un puto show, dónde ahora mismo observaba un artefacto apuntarme con un pequeño bombillo rojo
Me están grabando.
Nos están grabando.
Esto era una reverenda mierda, un juego enfermizo del que no estaba dispuesta a jugar, pero aún así me encontraba. En contra de mi propia voluntad.
Una lagrima se alojó debajo de mi barbilla y observe con dificultad a los hombres que se acercaban con un tablero lleno de cuerdas y fustas.
Dos me llamaron la atención y una me aterrorizó; su mango era de un palo largo fino, enfundado en cuero negro. Su punta consistía en espinas, e incluso puedo decir que hasta portaba pequeños vidrios, que se podían apreciar de cerca
El otro consistía, de un palo grueso y largo, púas alrededor... y una especie de daga en la punta de esta.
—Dime que no te dan ganas de usarla contra ellos...—hecho mi cabeza hacia atrás al oír esa voz.
que ganas de hacer lo que mi voz me dictaba.
Soy la única persona a la cual podemos complacer cariño.
Por un momento pensé que la provocación me había excitado. Pero me equivoqué por completo.
Solo imagina arrodillarlos, desnudarlos, mientras dejamos que los perros rasguen sus pieles mientras los azotamos.
La imagen se proyectaba en mi cabeza como un soplo de aire a mi cuerpo tensionado, quería acabarlos, quería matarlos, si me ponían una mano encima me iba a morir, necesitaba una esperanza de que me sacarían de aquí, que alguien lo haría.
¿Habría alguien que me sacaría?
Mire a mi alrededor la caja que se cernía sobre mi cuerpo.
No, nadie me sacaría de aquí. Apreté mis puños en el vano intento de salir pero no podía.
Deberíamos de agarrarlos y clavarle sus manos en la pared de una mazmorra, mientras los violan y cortamos partes de sus cuerpos poco a poco; mientras nos alimentamos de ellos, y mueren por dentro con nuestro veneno...
Nuestro fuego.
Respire forzadamente sin saber el rumbo que tomaban las cosas, y entendí por completo que el mero hecho de imaginarlo me excitaba en sobre manera.
Y no lo negaba, la rabia y la adrenalina incrementaban por usar esas armas contra todos estos enfermos. Ojalá y los haga arder en el infierno.
Cielo... tú eres el infierno.
Abrí mis ojos, intentando salir de mi pequeño momento de fantasía, ellos habían llegado y ahora caminaban hacia a mí, la poca ilusión y fabtadia había acabado, queria hacerles todo aquello que me hacían.
Imaginate desmembrar sus cabezas con solo un tajo...
Apreté mis labios y miré hacia otra parte, necesitaba acallar esos pensamientos o estaría dándome un placer que ellos entenderán como suyo, y yo no podía dejarles ver eso, sentía ese libido bajar por mi cuerpo era inaceptable, era inaudito.
En el fondo eres igual e incluso peor que ellos Belentinne. ¿A poco no quieres bañarte en su sangre?
Respire hondo.
La música paro, derrepente.
Poco a poco el unico sonido que se oia en el lugar era el de los gemidos y jadeos de las personas que se otorgaban placer y orgasmos. No lo negaba el hecho de ver como otras personas se otorgaban placer hacia que los picos de mis senos se irguieran, no podía evitar lo que mi cuerpo quería. Aunque por dentro quería morirme por estar adolorida por los golpes. Solo quería salir, quería huir.
Negué con la cabeza ante la inmoralidad de mi cuerpo y mi subconsciente, ¡Habían personas siendo violadas! ¡Mujeres! ¡Niños!
Quieres masacrarlos... mutilarlos con tijeras mientras picoteas su piel... y quizás imagina correrte en sus caras por la jodida excitación que te da...
Sacudi mi cabeza, tenía que parar;
Su presencia me hizo saber que esto no era un sueño.
Esto era Real y entrecerre mis ojos evitando llorar.
Tu no eres una princesa que rescatar, ya cállate y piensa en la forma en las que ellos arderan bajo tus manos.
Piensa en la forma en la que los harás cenizas, en como los destruiras.
No puedo.
Uno se situo enfrente de mí. Era atractivo, demasiado a decir verdad. Tenia ojos grises, ojos casi iguales a los del chico. Pero no me atraían en lo más mínimo, un traje negro y camisa Blanca, gemelos y corbata. Un chico rudo y sexy que en estos momentos me mataba con la mirada...
Cabello negro y pecas en su nariz, cuerpo músculado demasiado a decir verdad y blanco... muy blanco como el papel, parecía un muerto vivo. A excepción de que el me quería matar y parecía de todo menos un muerto.
Apreté mis labios, mis manos estaban encadenadas, la caja cubría mis pechos y torso, mi cuello quedó totalmente estirado ya que la caja arremetía contra mi garganta, evitando que mirara hacia bajo donde se veía mi torso desnudo y mi sexo ampliamente abierto, pusieron las mismas esposas que quemaron mis tobillos y grité ante el dolor que me causaban.
No voy a emitir quejas, no voy a darles el gusto, no voy hacer ningún sonido. No, no, y no.
Tome un respiro sin necesitarlo y observe al hombre delante de mi; la exasperación me abarcó cuando su mirada se posó en mi cuerpo desnudo y golpeado.
—¿Que? ¿Quieres que te aplauda estupido?—sus ojos se abrieron ante mi osadía y recibí un golpe en mi mejilla. La sangre rápidamente inundó mi boca y escupi sus zapatos negros—¿nunca te enseñaron a tratar bien a una dama?
Quise reírme, pero la ira me corría por las venas, no me importaba llorar ante ellos, quería matarlos con mis manos.
—¿Quien te crees para hablarme de tal manera zorra?—espetó y paso la fusta por entre mis senos erguidos.
—Belentinne—mencione mi nombre de golpe—¿por qué?—le regale una sonrisa canalla— ¿Tenemos problemas Andrew?
El nombre me dejó con la boca cerrada, ¿Cómo sabía su nombre? El hombre se irguió y frunció el ceño.
Sentía el cúmulo de sangre adueñarse de mi boca.
Recuerda, la sangre es vidas.
Recibí un azote en mi abdomen que me trajo a la realidad y me hizo saltar en mi lugar por el ardor que este dejó, efectue una mueca de dolor.
Maldita. Sea, el ardor me llevo a una sensación caliente y suspiré cuando sentí un aire fresco sobre mi zona recién marcada.
—¿hoy si quieres jugar Belentinne?— inquirio con la mirada pegada entre mis piernas, pasaba la fusta acariciando mis muslos blancos de uno a otro dando pequeñitos golpes; trague en seco—dan ganas de dejar unos cuantos recuerdos por aquí.—el golpe de su fusta contra mis muslos me hizo chillar.
¡hijo de puta!
Esta mierda no la disfrutaba ni por que me pagarán, solo no les pensaba demostrar que lo que me hacian, era mi debilidad y a decir verdad. Odiaba y repugnaba que me tocara.
En otra vida tal vez y hubiera aceptado que me encadenaran en una mazmorra y me follara contra el, todo lo que quisiera, pero ahora...
Ahora solo quería ahorcarlo, y sacar vena por vena de su cuerpo mientras se ahogaba de su propia sangre...
—tus manos— su voz me trajo a la realidad de mi nueva fantasía erotica, el miedo inavadio mi cuerpo cuando me di cuenta que me había hundido en mis fantasías por asesinar al tipo que me torturaba poco a poco y ahora me miraba con una sonrisa canalla.
—me complace informarles —un chico se posó adelante de mi y con un micrófono comenzó a hablar dando inicio a su maldito show de circo retorcido; me observaba de arriba abajo y se acercó para tocar mi rostro; lo miré enardecida—que tenemos a una puta tan obediente... pero tan obediente, Y exclusiva —sonrio viendo al publico recalcando la última palabra—que el día de hoy nos otorgará su divino sexo de ninfa—me observó de nuevo y le dio una palmada a uno de mis senos para luego irse; ¡te voy a cortar las manos maldito!— a estos hermosos y divinos caballeros. Los daddys pueden pasar.—Señaló el telón detrás de él.—Como siempre amado público, ¡el show de sus perversiones favoritas, Debe continuar!
¡tranquilízate Belentinne te prometemos que te darás tu propio show de sangre, solo espera!
Dos hombres de color, entraron uno era gordo y el otro estaba de más de decir que era una Roca de puro músculo, ambos me sonreían con sorna y las ganas de vomitar se alojaron en mi estómago.
Esto no me podría estar pasando, esta mierda no podría estarse dando acabo...
Esto no era parte del plan principal, pero como el plan se jodio hace rato, tenemos que superarlo, no tienes que desestabilizarte. Piensa en ramseun Belentinne...
¿Ramseun? ¿Quien es Ramseun?
No sé quién carajos es ramseun...; tres chicos entraron y en medio de ellos un chico de cabello negro y ojos grises con grilletes en sus manos.
¿el chico que encontré en...?
tienes que ser fuerte, piensa en pax, sabemos que puedes, confiamos en ti, el dolor no será fácil, pero tienes que soportar lo que se viene.
No puedo.
Mis piernas comenzaron a temblar de forma repentina, causando estragos en mi interior, mi respiración se agito y retrai mis manos en busca de su liberación Pero el ardor me sobrevino y con ellos un nuevo azote.
—Quieta puta—susurro Andrew.
Mire al chico de ojos grises, que era el único de todos que no me observaba al contrario, se concentraba en los grilletes en sus manos, los cuales le dolían, sus palmas estaban rojas llenas de un líquido azul y rojo que se mezclaba en un extraño morado, más no le presté atención.
Andrew tomó un látigo de cuero larga, y la enrollo con una mano, tomo mi mejilla de la cual había salido una lagrima.
—disfrutaremos de ti... dulce.
—Dulce...—Una voz iracunda hablo dentro de mi, haciéndome suspirar de forma inconsciente —Dulce...—repitio con sorna, sentí mis piernas, pies y manos empezar a sudar frío—lo mataré... Lo matare
Mi cuerpo se paralizó por completo, el solo se río en mi cara y dio un beso en mi mejilla.
Maldito hijo de puta, se parece tanto al maldito de judas cuando beso al Santísimo, ahora entiendo por que eran tan unidos.
No entendía ni una mierda, lo único que se. Es que la valentía se me había agotado, y le dio paso al miedo y el horror.
Sabia lo que pasaría, sabía lo que me iba a ocurrir.
—Tienes que ser fuerte por ellos Belentinne, ¿Recuerdas a Dexter?
¿Dexter? Cerré mis ojos en busca de esa persona pero todo era tan malditamente blanco que gruñi en frustración ganandlme una mala mirada de Andrew quien miraba a los hombres que venían hacia a mí caminando a paso lento por enfrente del público, exhibiéndose y recibiendo los Vítores y halagos que les gritaban.
Una lagrima salio de mi mejilla y extendi las manos sintiendo el calor de las esposas de oro, si esta mierda no me mataba que almenos me dejara, Inconsciente; un gemido lastimero se escucho por todo el lugar, uno en particular que me hizo voltear y observar de forma incómoda, las lágrimas estorbaban mi campo de visión, donde se encontraba una niña siendo azotada al pie de las gradas; dos lagrimas se extendieron por mi cuello, mucho más largas tanto que recorrieron la curvatura de mi mandibula hasta uno de mis pechos.
Sus facciones se contraian de dolor y sus gemidos ahogados fueron en aumento con cada golpe que se le propinaba en la espalda, un hombre sentado enfrente de ella con una máscara de payaso le murmuraba palabras obsenas mientras se masturbaba.
Todos estaban disfrazados, todos tenían máscaras. Por que todos hacían parte de este circo de mierda.
—¡MALDITO ENFERMO DE MIERDA!—mi grito desgarrador se escucho por todo el circo que se habia montado— ¡DEJENLA HIJOS DE...!—El dolor volteo mi rostro y senti un liquido caliente recorrer mi mejilla, el miedo fue suplantado por la impotencia y la rabia al no poder hacer algo por aquella niña.
La música subió su volumen de forma abrupta, y una risa ronca se oyó.
Es una jodida niña...
—la puta tiene agallas— un hombre regordete enfundado en un traje azul entro con un cigarrillo en sus manos, salto la tarima donde me encontraba, comenzó a saludar a la gente en las gradas, el reflector lo seguia.— hermosa zorra, por fin tenemos el gusto de vernos—espeto caminando hacia a mi junto con un bastón; ojalá y pudiera meterle ese bastón por el culo— ¡quien te crees, para gritar en mi show!—un latigazo en mi espalda me hizo arquearme de dolor.
Miró la caja, tomo una de las orgollas de metal que se encontraban, a mis costado que había ignorado por completo y la giro, volteandome por completo, la camilla me dejó de cara con el suelo y mi cuerpo se elevo hacia adelante, grité cuando las esposas ardieron contra mi piel, la sangre pinto el suelo rojo debajo de nosotros, y comence a llorar con el hilo frio del metal en mis muñecas, la caja que tapaba mi espalda y glúteos fue abierta, el sonido de las bisagras chorreando cerca de mi me lo advirtió.
Estaba descubierta de nuevo.
—¿¡Que dice el público!? ¿¡Damos una prueba a esta pequeña insolente!?
—¡Prueba!, ¡prueba!, ¡prueba!
El público grito, mis muñecas ardieron con fuerza, la sangre empezó a ñintar mi cuerpo de blanco.
Tome una bocanada de aire, observé como un macho de mi cabello pelirrojo se mecía por el aire.
—Malditos...—masculle.
Grité cuando sentí el golpe de una tabla contra mis glúteos.
—hijos de la gran pu...
Grité con fuerza, sintiendo mis cuerdas vocales desgarrarse.
—¡MAS! ¡MAS!
Un liquido caliente bajo por mi espalda y la rabia crecio, jalonie mis ataduras en busca de escape. Pero estas ardieron aún más, haciéndome llorar.
—La gatita no quiere aprender, que en este show se llora por placer—se oyó en los altavoces—¡Vamos gatita! ¡Llora!—otro golpe seco resonó como eco por en medio del circo.
Mi sangre goteaba, mi respiración acelerada no me dejaba respirar, apreté mis puños cuando otro golpe movió mi cuerpo hacia adelante.
—¡entiende que estas hecha para complacer!—el hombre grito—¡no estas hecha para admirar el placer de los demás!
de repente sentí el cambio de gravedad, mi espalda y glúteos bajaron dejandome, colgada está vez en medio de lo que era una semi caja, sentí el roce del frío suelo, entre mis nalgas y grite por el ardor que se incremento en mis muñecas gracias al giro que no solo me dejaba enfocar al hombre enfrente de mi, si no observar mis antebrazos llenos de sangre cubrirme. sus ojos estaban rojos de furia y su mano se alzo de nuevo con la fusta, el sonido rompio el viento, golpeando mis senos en el proceso, un grito salio de mis labios.
—¡malditos bastardos!—mi cabello fue jaloneado hacia atras, mi cuello dolió ante el tirón y está vez, era él—-malditos...—mi espalda ardia abri mis ojos encontrandome con la tela roja y rayas de blanco gigante que se alzaba por encima de nosotros, esa tela que cada vez que llegaba a una ciudad hacia los niños emocionarse por sus colores vivaces.—ayuda...—jadee en busca de aire, cerré y abrí mis ojos.
Él me soltó, sentí como la tabla de incrustaba de nuevo en mi espalda y glúteos, elevando todo mi cuerpo, retomando mi posición inicial, como si estuviera acostada en un mesa, el ligero click, que me mantendría elevada sonó, y suspiré por el alivio que sintieron mis muñecas al no ser mi peso quien las hiciera.
—Aquí nadie te ayudara, por que la ayuda. Nos ayuda a nosotros —espetó el hombre regordete que se sentó a unos metros delante de mi, el comenzó a quitarse su chaleco azul—Tus gritos llenos de auxilio, me las paso por el culo—se rio y hizo girar su bastón — asi como cuando mi familia lo hacia— miró a alguien detrás de mi y asintió con una sonrisa, dejó aún lado el bastón y empezó bajando la cremallera de su pantalón — mi familia te pedía ayuda y tu no hacías nada...— maldita la admiración que tengo por tu cuerpo—saco su miembro erecto sobándole con la palma de su mano— pero muerto, zorra de mierda.
Las ganas de vomitar llegaron de nuevo, esto era repugnante y asqueroso. No entendía de lo que hablaba por que no recordaba nada pero no quería seguir en esto...
Necesitaba mi rescate, necesitamos que alguien nos saque, otra vez no, por favor.
Dos manos grandes presionaron las esposas contra mi piel, haciéndome gritar y percibir el sonido de mi propia piel rechinar, el peso de las esposas se alivianaron, llevandolas por encima de mi cabeza, el sonido de las cadenas se hicieron oir. El sonido del latigo rompiendo el viento, me hizo abrir los ojos de golpe, arquee mi espalda mientras chillaba por el calor y el escozor que esta dejaba.
Mi cuerpo, era un puto jueguito de feria, estaba cansada
—¡no!—Grite de nuevo cuando un hombre afroamericano comenzaba a bajarse la cremallera de su pantalon —¡ya basta!— mi vista se torno acuosa impididiendome ver lo que hacian.— ¡por favor!—Cerre mis ojos.
El latigo quemo mi piel de nuevo; Ya no podia mas.
—abre tus ojos linda y mira como me tienes—murmuro una voz ronca en mi oido.
—Vamos abrelos...—no los abri—¡obedece!—los abri de golpe cuando una mano ya estaba a punto de golpearme—Eso es....
Negro... un miembro negro, el tipo se masturbaba en mi cara y las ganas de vomitar se presentaron de nuevo.
Repugnante.
—eso... asi—el hombre movia su mano de arriba abajo—me vendre en tu hermoso coño rosado—mis ojos se cristalizaron.
—jamas inutil—mumure con el panico helandome por completo.
Dos hombres semidesnudos se posaron a mis pies con cadenas bañadas en oro, ambos me sonrieron con tristeza sus ojos apagados, ellos estaban en contra de su voluntad, lo veía en la forma en la que suprimian sus bocas y evitaban ver mi cuerpo.
—no...—me desespere y patie las cadenas— jamas....—un golpe me aturdio por completo.
—no estas hecha para opinar y nunca te preguntamos—el chico de ojos grises me sonrio y comenzo a desabotonarse la camisa.
Tenia que salir de aqui.
Me quede callada, mi vista paso a segundo plano cuando me pusieron un antifaz, mi corazon golpeo contra mi pecho. Mis piernas y abdomen palpitaba por el escozor caliente del látigo.
Mis sentidos se hicieron más agudos y todos los sonidos del circo, llegaban como una tortura.
Gemidos, jadeos, palabras sucias y repugnantes. El sonido de los cuerpos chocando, mujeres gritando por ayuda, niñas llorando, Hombres golpeando y exigiendo.
—oh, pero que dama tan obediente tenemos hoy en este lugar.—dedos asperos se pasearon por mi abdomen el cual se encontraba lleno de sangre y golpes.
Cadenas de oro, se posaron en mis tobillos, separando. mis piernas, haciéndome apretar los dientes por el dolor que el material me causaban, a pesar de que me paralice contra el dolor, abrieron de un jalón mis piernas intente cerrarlas, pero la debilidad me estaba sobre llevando, mis ojos empezaban a cerrarse.
No quería, no podía, quería morirme, quería que me matarán, que uno de ellos me matará.
—Matenme... —aulle de dolor, cuando sentí el golpe de una de las cadenas golpear mi abdomen dejándome sin aire—Matenme.
Podemos, Belentinne, piensa en la venganza, vamos podemos.
—¿Que dijo?—Una voz masculina hablo pero inmedia supe que fue ignorada.
—¿preparada para el show damisela?—negué, débilmente, mi garganta comenzó a arder, una voz ronca se río.
Tu puedes...
No tenia dudas de que sangraba a cada segundo más, la debilidad que me consumia era testigo de ello.
Mi interfaz se encontraba húmeda y sentía el calor en mis venas y todos mis brazos, los músculos de mis piernas se tensaron por culpa de los golpes que empezaron a propinarme.
Y por un momento desee como nunca que hubiera pasado eso. Que me hubieran golpeado.
—¡ahora disfruten del show más cotizado de todo el punto cero! —sentí alivio al saber donde me encontraba, pero duró poco, eran unos hijos de puta, ¿Que demonios era el punto cero?—¡el show más pedido por las especies europeas!—gritaron por los parlantes.—¡El show más pedido por aquellos que solo piden la venganza! ¡El infierno hecho tierra, y con ustedes nuestra protagonista de hoy! ¡la reina roja!
El eco que dejó me atormento, ya que luego le siguieron los aplausos y los gemidos siguieron, ¿La reina roja?
—no...—negue con la cabeza hacia la oscuridad, el dolor en mi garganta era como tener dagas filosas. — no...
—oh, hermosa lo disfrutaremos tanto...—senti como varios dedos jugaban con las heridas de mi cuerpo haciendome chillar de dolor.
Otras dedos fundados en guantes, tocaron mi sexo, mi cuerpo comenzó a temblar mi cabeza se movía de lado a lado, yo no podía, yo no...
Maldito karma de mierda.
—no mas... —mi cuerpo quedó rígido cuando metieron sus dedos en mi sexo—no...— intente cerrar las piernas, apesar del dolor que mis tobillos sufrieron—¡QUITENMELO!—Grite, removiendome en la mesa, sentí unas manos tomar mis muslos con rudeza, empecé a moverme moviendome—No, no no
—¡Quieta puta!—un latigazo, me hizo saltar, y con toda la fuerza que pude sentí la liberación de una de las cadenas de mis tobillos—¡Agarrenla!.
Comencé a patalear, los dedos salieron de mi cuerpo, no, no no. Tomaron mis pies con fuerza sentí el fuego quemar mi pie a piel viva, y grite como nunca antes había gritado ante el calor que me subía por toda mi pierna consumiendome por completo
Aqui iba a morir, el llanto me lleno por completo
—¡Con ustedes!—se hizo un eco en el lugar mientras lloraba—¡Belentinne la reina de la lujuria!—El grito del hombre atraves de los parlantes me asqueo
—¡la reina roja a caido!—gritaron en el fondo del circo.
—¡toda una puta que todos van a probar!
No..., se fuerte Belentinne, se fuerte carajo.
Y paso lo que no quería, unas manos se enterraron en mi cuerpo y no solo eso, un miembro duro y grande que me rompió por dentro haciendo que el líquido caliente cayera entre mis nalgas, ardiendome su entrada y grité, mis cuerdas vocales se desgarraron por ello.
— ¡no por favor!—grité.
Autora: si sienten que no pueden con el nivel de violencia sigan al siguiente capítulo. (Si quieren si no, sigan con el capítulo xd)
— ¡Dale más duro John!—escuche la voz del viejo—¡que sienta el placer que le causo al ver matado a nuestra madre!
ardía dolia. Quemaba. Me repugnaba.
—¡sueltenme!—forcejee con las cadenas— ¡basta!— las embestidas siguieron, mi cuerpo se movía de arriba, abajo.
Una...
Los empellones fueron mas profundos.
Dos...
Me dolía, y ya no podía llorar más.
Tres ...
Mi cuerpo subía y bajaba
Cuatro...
El había acabado, pero no solo fue él.
Me violaron...
La palabra rondaba en mi cabeza mientras mis mejillas no paraban de humedecerse.
Latigazos....
Golpes...
Cachetadas...
Puta.
Zorra.
Golfa.
El coño demoníaco más exquisito de este circo
Sus manos en mi cuerpo, sus miembros entrando y saliendo de mi, sus asquerosos jadeos murmurados en el oído.
Belentinne resiste...
Ya no puedo, he muerto por qué, de todas las mujeres que había sido últimamente, ya todas estaban muertas, y acababan de morir con esto
El tiempo se había congelado, ya no sabía cuánto tiempo duraban ellos. Solo me sobresaltaba cuando me azotaban y cambiaban de persona.
—siempre estaremos aquí mi amor.—imágenes difusas se implantaron en mi cabeza.
Voces roncas.
—te amamos, Resiste linda...
Gemidos y golpes de nuevo.
Ya no emitía ningún sonido.
Líquidos calientes en mi sexo, dedos en ellos que entraban y salían, de pronto senti algo sumamente delgado tantear mis paredes internas.
Me sentía sucia, empalada, asqueada, mi garganta dolía y mi boca estaba llena de sangre
—mi amor...—su voz... Esa voz—Belentinne... Ellos no saben lo que han ocasionado...
estoy alucinando.
En mi vida no existe ningún mi amor; apreté las esposas intentando hundirlas más en mis muñecas; dedos sosteniendo mis caderas fuertemente para empalarme con sus asquerosos dedos.
—Juro que cortare sus malditos penes—hare que se los trague... Un empellon más fuerte que me hizo gritar me callo.
El llanto volvió, Jade bajito por los sollozos en busca de aire, mi cuerpo se movía al compás de sus asquerosas arremetidas.
Dulce...
¡DULCE UNA MIERDA!
Las imágenes me golpearon por completo, facetas, mi cerebro estaba dividido por facetas que me ayudaban a sobrellevar esto, pero ala mierda ¡NINGUNA FACETA SUPERARA LO QUE ME ACABAN DE HACER HOY! ¡EL GRADO ES TURBIO, ENFERMIZO! ¡QUIERO MORIRME!
Ninguna mujer debería pasar por esto, y yo estaba pasándolo, apreté con fuerza las esposas, quería que atravesarán mi piel que me matarán que me desangraran, entre más las hundía de vez en cuando menos sentía esas cosas.
—los encontraré y asesinare— volvi a decirle a la oscuridad y volvieron los golpes, con ellos el ruido de los aplausos.
Las arremetidas en mi cuerpo siguieron, se movía de arriba a bajo la sangre no paraba de olerse en el ambiente.
—eso, háblame más sucio...
no sabía quien estaba violandome ahora, ya había perdiendo la cuenta de cuantos hombres se hicieron de mi cuerpo.
—hijos de puta...—gemi de dolor cuando me Azotaron el pubis, mi entrada dolía, quemaba y ardia, queria cerrar mis piernas el dolor de mis músculos tensos, me tenía alucinando.
Quiero morir, ojalá y enterraran una daga de oro en mi cuerpo o lo que fuera, quería morirme.
—eso gime dulzura—dieron una arremetida fuerte que me hizo morderme el labio de dolor—que bella puta eres.
El líquido caliente y espeso termino en mi abdomen, y me quitaron el antifaz,
Vi como la retiraban y como un líquido azul muy fuerte estaba pegado a ellas.
Quiero salir... quiero huir...
—son unos malditos de mierda—Sollocé Cuando observe a un montón de hombres desnudos masturbándose con placer mientras hacían fila para violarme; trague en seco y jale de mis esposas—¡LOS VOY MATAR HIJOS DE PUTA!—grité
El chico de ojos grises me observo y se posó encima de mi subiendo a la mesa de madera donde me encontraba acostada
— y ahora me toca a mi—se acerco a mi oído y tiro de mi lóbulo.
—maldito hijo de puta.—me tomo del comienzo de mi cabello, su sonrisa se ensanchó.
—ay, pelirroja, no sabes lo que acabas de ocasionar en mi, espero que te haya gustado, en otra vida esté hubiera Sido mi regalo de bodas.
Mi corazón se aceleró, ¿Regalo de bodas?
—Eres un maldito enfermo... Seas quien seas, espero quemarte yo misma con mis manos en el infierno.
El nego con la cabeza y se rió
Comenzo a Tocarme, ya no había llanto solo cerré mis ojos esperando que las esposas me quemaran tanto hasta que mis venas se rompieran, removi mis grilletes en busca de mi muerte.
Ya no podía más...
Deje que hiciera conmigo lo que quisiera mientras observaba como se iban las personas disfrazadas y desnudas,
Que se gritaban, se golpeaban la sangre se derramaba. Ni siquiera me sorprendió cuando tres tiros resonaron matando a un hombre que no quiso meterse el miembro a la boca; esos monstruos iban a pagar caro.
Se volvieron a meter dentro de mi.
Ahora solo quedábamos el y yo, ya no sabía cuanto tiempo había pasado. Los hombres que se masturbaban pasaron a mi lado desnudos, mientras sonreían y palmeaban en el hombro al tipo que me violaba y murmuraba cosas que no prestaba atención, uno de ellos hizo algo asqueroso que me hizo mirar hacia otro lado.
Me orinaron la pierna y el hombre de ojos grises solo se reía; Me quedé viendo un punto fijo donde habían dos sillas que se alzaban por encima de todos.
—¿que será eso?—murmure ida.
Habíamos quedado solos por completo mientras, yo solo observaba las sillas.
Me acababa de acostumbrar a ser violada, lo supe desde el momento en que el tipo me ignoró y se fue dejándome acostada en la madera, el silencio se acabó el murmullo de la gente desapareció, ¿Estoy alucinando calma y paz?
Ahora estaba sola.
Estaba acostada, respire hondo y sentí algo que se me clavaba en la espalda, ¿En qué momento sucedió? Quise levantar mi cabeza pero sentí ese tirón electrificante que me hizo retractarme, me quedé viendo la tela roja con rayas blancas.
¿Cuánto tiempo más?
Se han ido, puedes respirar.
¿Debería de estar rabiosa, deprimida y sintiendo asco de mi misma?
Bufe cansada.
Estás disociando...
No quería observar mi cuerpo, no quería observar lo mierda que me habían dejado, no quería observar sus marcas por que sentiría que estallaría, no quería romperme más de lo que ya estaba en el lugar donde me habían violado, no quería...
Apreté mis manos, yo no merecía esto, necesitaba una prueba algo que me ayudara a salir de aquí
—juro que morirán...—cerré mis ojos y senti mi corazón latir, mi faceta, ridícula faceta, malditas personalidades que supuestamente ayudarian a pasar estas escenas, estaba advertida, que cada que mi corazón comenzara a colapsar, no solo seria mi organismo, si no mi mente igual, se borrarian mis recuerdos mas traumáticos, olvidaria las facetas, tal vez me olvidaria nuevamente de "querer" salir de aquí.
Aquí venía lo peor, la peor parte de todo.
Mi corazón duraba más de 24 horas sin latir, pasada las horas latía de nuevo dándole vida a mi cuerpo, podía dura 8 horas con el corazón así, lo único que hacía era calentar mi cuerpo como si fuera un tren, llenarlo de color, llevar la sangre a sus lugares de nuevo, así dejándome como si fuera humana cuando no lo era. Al rato volvía a dejar de latir para llevarle el paso a mis genes, genes que en este lugar no servían.
Maldito punto cero, maldito punto de regeneracion que conectaba el mundo A con el Mundo B, cierto eso era algo que yo debería de desconocer, pero me sabía a mierda lo que debía y no, recordar
Acababa de pasar un trauma, necesitaba algo de esperanza, y recordar lo prohibido sería mi esperanza.
Suspire cansada, el dolor me atormentaba la cabeza, apreté mis piernas cuando el dolor me consumió.
—Puedo mover las piernas—la pesadez me sucumbió y le siguió un hormigueo que me dejó paralítica, seguí mirando la tela, dejando que esa pesadez me sucumbiera por completo.
El hormigueo se alargo por todo mi cuerpo;
Maldito corazón si no fuera por el no estuviera sintiendo todo lo que me acababan de hacer.
El dolor arremetió más fuerte, mis músculos pesaban mis ojos se cerraron por inercia el dolor en mi garganta creció, quería beber algo, necesitaba alimentarme.
Mi vientre me dolía, mi sexo ardía, no sabía cuánto daño había sufrido, pero sabía que mi sexo sangraba. Tenia la seguridad de que sangraba. Y no precisamente por los días de una mujer, por que eso en mi cuerpo ya no existía desde hace años.
¿Como lo sé? Ya lo dije, mis personalidades.
Personalidades de mi misma divididas como voces, era como una persona con trastornos disociativos, a excepción que yo misma me la provoque y lo hice con psicóticos que poco a poco las fueron dividiendo. ¿Suena fácil? Tal vez.
Mis facetas me hablaban, mis personalidades estaba ahí. Pero aveces me hablaban, sus voces llegaban. Y ese era el efecto secundario. Y una sola estaba al mando y esa. Esa era dulce, ¿A quien voy a engañar? Ahora mismo soy solo yo, pensando, sintiendo, opinando como todos estos siglos he Sido.
Una mujer amable, empática, dulce, honesta, sádica, masoquista, valiente, fría, sanguinaria, asesina, ninfómana —despues de esto ya no lo seria—Solo pensaba en las mil formas de matar al último hombre que me acababa de tocar, solo pensaba en el castigo, en el dulce delirio...
Cómo lo mataría, como lo cazaria, como lo haría mi presa... Sin importar el dolor que su ausencia dejaría en mi alma, sin importar como lo extinguiera, después de esto sería más fuerte sería de nuevo Belentinne...
Seguía estando en shock, tome una bocanada de aire que hizo que mis costillas dolieran, ¿En qué momento volvía la amnesia? Ya estaba pensando en planificar en matarlo, después de lo que me acababa de hacer, mire a mi alrededor, y de repente las luces se apagaron, dejando solo un reflector, observé el dispositivo que me había estado grabando.
Estaba apagado.
—No importa, sigamos pensando en como somos, recordando lo que somos, de que estamos hechas sigue disociando—su voz hablo en mi cabeza, mi sangre corrió más espesa al sentir esa personalidad en mi interior.
Observe el lugar vacío, ¿me dejarán aquí? Mire mis muñecas con dolor, la sangre azul y pequeños puntos blancos que me cubrían,
No era humana, pero sabia que era una bestia, de eso no tenia duda.
—Una bestia que en estos momentos tenía hambre, y hacia todo lo posible por olvidar lo que acababa de pasar aunque me dejaría marcada de por vida.—susurre para mí misma en voz alta.
Mi garganta dolió y efectúe una mueca.
Necesitaba comer algo, necesitaba algo de tomar. Ya las lágrimas no existían, no tenía por qué llorar pero aún así, el dolor se esparcia, mis lágrimas habían acabado y lo único que tocaba era soportarlo, sentí como el aire se volvía denso.
Estaba dejando de respirar...
—no, no, no ¡AH!— grite de nuevo.
dolia.
Si hubiera sabido que esto pasaría cuando mi corazón latiera no me hubiera hundido las esposas en las muñecas con tanta fuerza.
—respira...—abri mis ojos de golpe, y busque con la mirada esa voz ronca; mis pechos subían y bajaban, buscaba poder ralentizar mis respiración pero sentí mi corazón martillar cuando observe esos ojos oscuros, casi vinotinto, abrí y cerré mis ojos y tragué saliva lentamente al verlos mis pies de pie—Con calma, o dolerá más.
¿En qué momento llegó?
Era un chico, y no me estaba viendo con ganas de matarme o violarme.
No todos son generosos en este mundo, a menos de que quieran algo de por medio.
La voz me recordó esa tonta frase y lo miré con una ceja enarcada sin saber quién era.
—¿me vas a violar también o no maldito?—escupi con rabia.
Sus ojos oscuros me miraron con tristeza y una lagrima bajo de uno de sus ojos, puso sus dedos con gentileza en mi mejilla mientras observaba su cabello rojo, era un pelirrojo al igual que yo. Sus ojos oscuros que se podrían confundir en marrón o en negro... Pero eran rojos a la vez, eran asombrosos, eran tan profundos que por un momento me olvidé de todo el dolor en mi cuerpo.
— solo vengo a limpiar tus heridas. —murmuró su voz estaba rota como si el hecho de verme le doliera por completo.
Saco una llave y un guante.
—¿que haces?—tenía miedo de observarlo y ver que de un momento a otro arremetiera contra mi cuerpo el cual no quise ver—¿quien eres?
El me regaló una hermosa sonrisa Blanca y por un momento sentí mi pecho llenarse de esperanza.
No podía cambiar de personalidad tan rápido. Me quedé anonadado con mi tono de voz y tomé una bocanada de aire.
Solo cálmate... lo conocemos, no puedo decirte pero... relájate con él.
El camino hasta mis pies y logré visualizar mi cuerpo.
Error por completo, estaba hecha nada. Y las lágrimas bajaron. El me regaló una sonrisa triste y comenzó a llorar en silencio, conmigo. Con dedos temblorosos se puso el guante y agarro una de mis grilletes con cuidado, puso la llave y la quitó, el dolor que estaba ahí desapareció y le regalé una sonrisa triste, mi brazo cayó inerte a mi lado colgando, el dolor de mis articulaciones me hizo jadear en busca de aire.
—Ay, gracias —murmure, sus mejillas estaban mojadas mientras quitaba los grilletes.
—no tienes por que darme las gracias cuando es mi trabajo—murmuró fríamente bajo, senti una punzada de decepción en mi pecho.
No tenía por que esperar a que fuera tierno conmigo.
—¿por que lloras? —murmure dejando de llorar mientras tomaba grandes bocanadas de aire, necesitaba calmar mi corazón estupido.
— lloro por que nunca había visto tanta fuerza en una mujer completamente rota— se quitó el guante y tiró los grilletes ensangrentados de azul hacia una cubeta.
Dejo la mano que no tenía en el guante dando un leve masaje en mi rodilla.
—no me toques... —quito la mano.
—perdón no era...—nego con la cabeza y me observo con sus orbes oscuros— no era mi intención.
—solo quítame esto y déjame terminar de morir.
Se acercó hacia a mi y quito con suavidad las esposas y el otro grillete.
-—no puedo dejarte morir cuando eres parte de mi. —murmuró viendo mis muñecas y pude ver rabia en sus ojos.—aunque siento que me estoy muriendo contigo otra vez.
—¿cómo?—Indague en lo que decía, era raro.
—olvidalo—exclamó.
Me quedé en silencio y solté gemidos de dolor cuando me quitó las esposas, estaban llenas de un azul oscuro y brillante... era tan... raro.
Tiro las esposas con rabia hacia el balde donde estaban los grilletes, y me sorprendi cuando vi su buena puntería.
Tiro el guante hacia la cubeta y me quede embobada como esta entraba, lo observe a él, que se guardo la llave en el bolsillo con un poco de orgullo.
Ahora venia yo, se acerco a mi con cuidado y observo mis ojos, me sonrío y unos pequeños hoyuelos se formaron en sus mejillas, bajé la mirada tímida y observe los clavos en la caja que presionaban contra mi piel desde un costado.
— hermosa heterocromia
—recalcó llamando mi atención, Paso sus dedos por mis mejillas y vio el azul de ellas—igual de vivaces que siempre.—Lo miré confundida— la heterocromia es hermosa solo eso, tu ojo negro y el otro verde es muy lindo —recalcó un poco nervioso y fruncí el ceño.
¿Lo que veía era una ligera bipolaridad o ya estaba más loca? ¿Negro y verde?
— ¿no se te endurecen las mejillas de tanto sonreír?—le pregunte de repente, el se río y nego.
— ya deja de bromear mira como estas.—intento poner sus manos en mi cintura pero las dejo suspendidas en el aire—Carajo...
—Lo se, estoy hermosamente hecha mierda.
Él me observo mal.
—puedes estar destruida por fuera, puedes tener todas estas marcas que solo dan ganas de... —apretó sus puños en el aire y se quedo viendo por donde agarrarme—pero se perfectamente que por dentro eres una mujer fuerte, lo eres, se quien eres—Afirmo mientras miraba cada golpe en mi torso, poso las manos en mi cintura con una delicadeza impecable.
El tacto me dolio, haciendo presión para levantarme con sumo cuidado, Pero mis músculos estaban agarrotados y rígidos.
—¡no!, ¡ya va!—casi grito—mis brazos...—Chillé.
—calma, respira.—quito las manos de mi cintura y se acerco más para presionar mi hombro un poco y mover un brazo.—okay esto dolerá pero lo haremos suave para que los músculos no se tensen mas—Tomo mi ante brazo y lo movió poco a poco, presionando levemente mi hombro.
El dolor azotó mi brazo entero y una lagrima bajo cuando por fin este acabo, observe mi muñeca roja y morada llena de sangre y mire su pecho que se alzaba en mi cara.
Un olor cítrico, me llego a las fosas nasales junto con uno dulzón y suave... olía tan bien que por un momento quise pegar mi nariz en el para olerlo.
Olía tan... bien que solo reaccioné cuando mi otro brazo tomó su lugar a mi lado, movi mis hombros un poco a doloridos por la posición. Y moví mis dedos, su olor me había distraído del verdadero dolor.
Su pecho se esfumó de mi campo de visión, pero su olor se mantenía así que solo observe su rostro y le agradecí con la mirada mientras veía mis muñecas destrozadas.
Mis venas se veían por completo, entre un azul y un negro que me quedé aterrada al verlas, más me callé y vi como volvia hacia a mi para poder sentarme.
Aqui viene la parte difícil.
—Bien...—poso una de sus manos en mi cintura con cuidado, de nuevo, la calidez que emanó me gustó y observe sus ojos, su manos encajaba perfectamente en mi cintura—Toca la parte difícil, necesito que por favor aguantes...—murmuró con sutileza como si sus palabras fueran a calmarme, puso una mano detrás de mi nuca.—Sera muy rápido lo prometo.
—creo que ese es el único lugar donde no estoy herida—me burle, haciendo énfasis a su brazo que me sujetaba
—vaya, que suerte entonces—nego con la cabeza— lo bueno de todo es que aún tienes sentido del humor. Eso hace esto un poco menos doloroso —sonrío con tristeza.
Ejerció presión en mi nuca y yo me apoyé en la palma de mis manos, Chille con el movimiento, mis tendones se tensaron, como un latigo constante en mis muñecas que me hizo gritar débilmente, sentí el aire apretarse en mi pecho, el cual se agitó por el movimiento.
Por un momento pensé que mi cuerpo crujía, pero era la madera debajo de mi. Logre sentarme y con dolor voltee mi cabeza viendo la sangre cubrir la madera, habían pequeños clavos que habían estado incrustados en mi espalda y comenzaban a oxidarse gracias a mi sangre.
—estoy horrible...—solté un gemido cuando baje la mirada hacia mi cuerpo.
Todo ardía, todo dolía, todo me quemaba, mis músculos me pensaban y sus manos se despegaron de mi cuerpo. Se posó enfrente de mi.
—ya... ¿vamos a limpiarte si?—Aviso y lo mire borroso.
Baje la vista hacia mis piernas y solloce más fuerte, mi cuerpo tenía un leve temblor que no podía controlar.
Mis muslos blancos y pálidos estaban rosados, negros y sucios de sangre coagulada. grandes hematomas y franjas las pintaban, la sangre salía de largas heridas de las cuales ya estaban secas, marcas de dedos en mis caderas. Franjas largas y heridas abiertas en mi abdomen, mis pechos marcados por chupones. La sangre era lo que más remarcaba en todo mi cuerpo.
Y los hematomas cada vez eran mas grandes, y todos pintaban mi piel, todos y cada uno de ellos pintaban mi piel...
Blanco, morado, verde, amarillo, marrón, era mi cuerpo ¡maldita sea!, sabía que las marcas quedarían como cicatrices que me recordaran estos días... aunque no tenía la seguridad de contar con que saldría viva de este lugar.
Mis sollozos eran lo único que se oía en el lugar.
—Porfavor linda, no me hagas esto más dificil—el eco de su voz seca y fría me hizo alzar mi rostro; el tenía la mirada gacha y cargaba con lo que parecía ser una esponja grande entre sus manos, mientras miraba sus pies.— Nunca has merecido esto, pero por favor.
alzo su mirada y me quede quieta.
Los sollozos se acallaron, todo tipo de dolor se fue cuando vi sus ojos.
Esos orbes oscuros, ya no residían en ellos, tenía un ojo rojo. Y cuando decía ojo rojo, hablaba sobre que el vinotinto ya no estaba, había tomado fulgor su color, tanto que parecía una especie de demonio, mientras que en el otro estaba el gris. Parecía una tormenta de rabia tan grande que me podría consumir.
— No llores...—su voz salia triste pero ronca, era una combinación inexplicable. Senti que su olor se intensificó como si su rabia y tristeza fueran esa gasolina que la aumentaba—juro que te dejaré cortarlos a la mitad, matarlos, masacrarlos, perseguirlos lo que quieras, pero no me hagas esta agonia mas dificil Boniga—admitio de nuevo y se acerco.
Me quedé quieta en mi lugar, mientras lo observaba. El se quedó en silencio mientras hacía su trabajo; la rabia destilaba por sus poros con dolor y odio.
Sus dedos largos y ágiles tocaban con cuidado mi piel llena de sangre y rojos de todos los tonos, Jadee unas cuantas veces de dolor. Pero comenzó a tratarme con tanto cuidado y asiduidad que temí romperme como una muñeca, sabía que todo esto se acabaria, temí que su toque tierno y gentil se esfumara por completo y solo fuera un maldito sueño.
así fue, con un beso en la frente y uno en la nariz. me dejó limpia Blanca, con heridas abiertas y hematomas plasmadas en mi piel. mientras él tomaba su Balde sucio de mi sangre azul y roja.
Su cuerpo se fue dejándome sentada, con la esperanza de ver a ese pelirrojo y con el corazón martilleando contra mi pecho y una esperanza que había dado por extinguida se alejo.
—Espero vernos de nuevo.
—Lo haremos Bonita.
♧♧♧♧
EDICIÓN LEIDA, CORREGIDA Y VERIFICADA💙
Dios mío santo
Capítulo fuerte ¿no?
KeniaHuerta8 Gracias por tu opinión, me ayudó a terminarlo de editar, 🫂
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@Noioso11
Nos leemos
N11
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