"Las cosas no ocurren porque sí, todo tiene un motivo."
-Mujer de cruel (maze runner)
Dos personas en la entrada...
El lugar olía a animales —muchos en realidad— y qué decir del ruido que me daba punzadas en mi cabeza. Había despertado en una habitación y... ahora no recordaba como había salido, solo sabía que El olor del excremento abundaba en este lugar tan extraño. Pero me concentre; hacia un poco de calor, el lugar era pequeño, mas tenía muchos asientos, estaba parada a un lado del lugar y, alce mi vista encontrandome con más asientos de los cuales algunos se encontraban tirados y desordenados, había una pequeña capa de humo cubriendo el lugar; las personas iban y venían haciendo sonidos con las cosas que protegían, sus pies que hacían eco en el lugar. Mas esos sonidos me daban punzadas en mi casco, sentía mis oídos querer explotar, gracias al ruido que con mucha sensibilidad podría percibir.
Mire todo a mi alrededor, aun no sabía cómo había salido del cuarto; Este era el cuartel, mas no sabia... su lugar o mejor dicho su forma tan extraña. Eran como grandes telas que se sostenía en un palo demasiado alto, que eran cubiertos con una especie de tela, quizás había cuerdas en las cuales el peso de ellas, recaía y terminaban en lo que creía yo. Ser estacas enterradas en el suelo. Como si fuera una carpa.
Solo es un circo...
Una voz muy ronca murmuro en mi cabeza- quizás solo sea eso, Lo que a los humanos le llaman subconsciente... o quizás solo sea mi mente o yo misma.
¿Estás muy segura de ti misma ahora?
¿Debería de sentirme segura de mi misma?
¿Te sientes segura Bel? ¿Sabes lo que haces? Huir es algo cobarde de tu parte.
Sí, si me sentía segura... sabía lo que hacía.
Omití el silencio de mi cabeza, la contrariedad me sobrepasaba, Sencillamente necesitaba salir de aquí en pocas palabras. Necesitaba buscar
El propósito por el cual me hallaba viva. Y el porqué me mantenía retenida en aquella habitación haciéndome daño.
¿Te haces daño o te lo hacen?
No lo se...
Un estremecimiento cubrió mi cuerpo, gracias a una brisa pasajera y Seguí mi rumbo sintiendo la adrenalina en mis venas.
¿Qué me ocurre?
A veces preguntamos lo mismo.
Cosas extrañas llamaron mi atención, eran tubos de apoyo para soportes de...
O... solo son sillas, upsi. — sentí mi sub-consciente burlarse de mi... era raro a decir verdad.
No comprendía el sarcasmo, de esa voz hace días que la tenía en mi cabeza haciendo cambios en mí que intentaba omitir, necesitaba pararla, necesitaba seguir con mi plan.
Podrás retenerme meses... incluso años, pero un día me desatare sobre ti.
Estoy loca, solo son voces quizás un diagnostico, muy mal dado... las pastillas no funcionaban. Nada parecía funcionar, pero ella de vez en cuando podría callarse, ahora solo tenía que poner mis pies firmes... tenía un mundo entero por descubrir— Sentí mi sonrisa ensancharse pero esta automáticamente se borro.
Habían personas sentadas, en posiciones completamente extrañas amarradas o no del todo, ellos no hablaban ningún diminuto movimiento por parte de sus extremidades, sus pechos se movían lentamente, el olor putrefacto no tardo en llegar a mis fosas nasales, Sentía asco por esas personas de seguro se metieron con la persona equivocada.
Te sientes orgullosa admítelo.
Sacudí mi cabeza, solo era yo intentando escapar del lugar tan raro y sin sentido en el cual me tenían cautiva. Di una última mirada a aquellas personas que ya estaban a punto de morir y seguí con mi camino.
¿Serán como nosotras? ¿Personas anormales, con diagnósticos falsos y seres raptados?
Negué... tenía que haber tomado mi estúpido medicamento, ¿pero o era esto o tener que seguir olvidando cada cosa que hacia?, o tener que seguir sufriendo la tortura que detrás de las paredes se concedían.
Pensar en ello me hacia tan frágil, pero una vez más la curiosidad me gano y decidí prestarle atención a una mujer muy joven mientras me escondía detrás de los tantos tubos de apoyo, no quería que me observaran las personas que al otro lado llevaban cosas enjauladas; la mujer que se hallaba amarrada y se robaba por completo mi atención, estaba sentada al frente, donde se suponía que debería de haber un escenario, pero realmente lo único que lograbas ver eran humanos.
La mujer soltaba un olor inmundo, mas parecido a putrefacción, la poca ropa que cargaba se hallaba hecha trizas. Su piel pálida era rara... era como una hermosa y putrefacta muñeca de porcelana la cual se rompía frete a sus ojos con cada segundo que pasaba, su piel se despellejaba sola como si fueran grande trozos de un jarrón de cerámica...
¿Podría tanta belleza estarse rompiendo de putrefacción? Sí.
Deje de mirarla, definitivamente no sanarían, Y me concentre en las personas que entraban y salían. De pronto sentí que el lugar se había llenado con tanto personal, a pesar de que me escondía detrás de las grandes sillas que rodeaban el lugar, sentía que me miraban pero a la vez me ignoraban, mire detrás de mi como si mi inútil presencia no fuera nada— ladee mi cabeza.
Parecían muñecos manejables, pero humanos... pero vivos, solo que se hacen de oídos sordos y vista gorda ante mí.
Tienes que huir.
Observe detrás de mí, mas no había ningún hueco o una mínima abertura que podría romper para salir, le tome mucha atención, hasta que muy cerca de aquellas personas. Que ya habían dado su último aliento; encontré una pequeña línea.
Estaba rota. Sentí, un rayito de esperanza que inundo mi pecho. A pesar del gran frío que había, me sentí mucho más caliente. La sangre corrió mucho más rápido por mis venas y me dio miedo, que ese órgano dentro de mí latiera de nuevo.
Era extraño, mi corazón latía de vez en cuando, pero cuando lo hacía, el ruido amedrentaba mi casco, hasta que lograba acostumbrarme a ello, habían tantos tubos de apoyo que salían de la tierra otros sencillamente se aferraban a cuerdas. Lo cual me dificulto la tarea de caminar hasta la abertura del circo.
Me agache, camine y comencé a trotar gracias a que había un pequeño camino y me podrían ver. Mas empecé a ascender mi velocidad y
Corrí, algunos ojos curiosos miraron hacia mi dirección, mas siguieron de largo. Era obvio que haber matado al guardia de seguridad me había beneficiado. No preste mucha atención a lo que llevaban en sus manos y en grandes carros, que detrás de ellos se escondían con gigantes telas. hasta que vi a un chico de ojos grises, piel blanca como el papel, diminutas pecas en su rostro y cabello negro, muy negro como el lugar en el cual me encontraba; Encerrado, un carro lo transportaba en una gran jaula. Se hallaba sentado mirando a mi dirección, pero las aletas de su nariz se abrieron, y sus ojos se abrieron por completo. Sus ojos me miraron y penetraron los míos como fuertes dagas frías.
Mi cuerpo se paralizó por completo, me detuve de forma abrupta. Mi pecho se sintió frío, y la temperatura de mi cuerpo cambio... el chico se levanto. Y murmuro.
—Belentinne... — los hombres comenzaron a alarmarse pero no más que el chico, quien se hallaba alterado por mi mirada, su rostro era demasiado conocido. Muy... familiar pero me volteé.
Entonces paso.
El hombre se había levantado de su celda, con mucha fuerza intento torcer las rejas pero los hombres lo detuvieron
— ¡BELENTINNE!—grito mi nombre. El desespero en sus ojos me puso nerviosa.
Pero tenía que seguir.
Los hombres me vieron, y una alarma empezó a resonar por todo el lugar, corrí hasta el hueco, lo rompí y era demasiado fuerte, muy duro y grueso aquel material; observe con atención como una persona se acercaba, a casi unos veinte metros de mi, y no sé cómo, ni en qué momento, pero respire profundo mi pecho se hincho, hice la manos puño con el material aun en mi manos y tire de él, Pero se sintió mucho más suave; Como si lo hubiera estirado, como si en realidad la contextura del material nunca hubiera sido gruesa y solo se tratara de una especie de tela fina y suave. Como la seda, pero no preste atención al líquido rojo, y algo... ¿pastoso? Que cubría el hueco que había formado por mí misma, la sensibilidad de las palmas de mis manos hizo que el frio comenzara a quemar, arder, a entumecerse, pero así como la sensación llego, se fue instantáneamente.
— ¡salió! ¡Cierren todas las vías! ¡Persíganla!—la voz ronca e imponente de un hombre resonó por los altavoces del lugar.
Sencillamente, no me quedaría a admirar como me atrapaban, solamente corrí. Aunque se sintió extraño, al salir note que solo había un Bosque todo era lejano y no había una civilización cerca, y lo notaba por el cielo. Las nubes estaban completamente negras, no anunciaban más luz aparte del de las estrellas.
Seguía corriendo adentrándome cada vez más en el bosque, El aire frío chocando contra mi rostro, mientras pasaba por ramas, troncos y más Troncos, de vez en cuando las mismas ramas dejaban hilos de sangre en mi piel, pero no me importó, mi instinto de supervivencia me superaba a límites que no creía. Varios hombres comenzaron a gritar detrás de mí, pero me sentí aumentar mi velocidad de una manera sobrenatural, un roce con una de las ramas hizo un corte demasiado grande en mi brazo, sentí el liquido caliente que recorrió todo mi brazo pero no le tome importancia, aun seguía aturdida
¿Qué hacía yo, en aquel lugar?
Algo.
Mi brazo comenzó a gotear, así haciendo que mi ropa se manchara, mire los arboles, comencé a esquivarlos, el camino comenzó a ser mucho más difícil para correr, salte grandes troncos pero me sorprendí, mire mis manos, las miraba nítidas, como si fuera de día. Pero era extraño... no había luna, solo pocas estrellas y el cielo que se encontraba nublado en ciertas partes, del cielo mas no era por completo; mis manos se hallaban manchadas de un liquido rojo que poco a poco las palmas de mi mano absorbió
— ¿Que mierda?
Ya está ocurriendo.
Esa voz... ¿de donde era?
Cuando volví mi vista hacia el camino, me sorprendí; una gran piedra obstruyo mi camino y caí, mi pierna dolía, pero el dolor se apaciguaba con el pasar de los segundos, aun peor la herida de la cual brotaba un liquido extraño, comenzó a secarse y cerrarse, ese liquido espeso mojo toda mi pierna, La herida se cerró poco a poco...
¿Qué me está sucediendo? Ni siquiera era sangre lo que observaba.
Los misterios que yo te escondo son tan placenteros...
¿Qué? ¿Porque yo...?
Es lo que ocurre cuando no estoy yo.
La voz se sentía diferente a la otra, me sentí rara, una especie de pesadez me embargó al instante, pero así como vino se fue.
Sentía y a la vez no.
Cosas que pasan.
Seguí caminando, cada caída que daba me quitaban veinte pasos de distancia y ellos solo avanzaban cuarenta por mi tardanza. Escuche poco a poco las respiraciones, las linternas empezaban a verse y comencé a correr sin importar mi pierna. Sin importar lo que me sucedía y el por qué sanaba tan rápido e intentando ignorar esa voz que no paraba de aturdir mi cordura, era una más suave que la otra, pero eran femeninas, nada concordaba con mi estado y mi situación, porque de alguna forma no recordaba nada.
La cordura en nosotras no existe, borra tus mentiras Belentinne. Ambas sabemos que eres mucho más de lo que finges ser, todas... lo sabemos
— ¡Vuelve aquí pelirroja!— gritaron con mas cólera. Belentinne... ¿así me llamaba?
¿Quién era, "todas"?
Mire detrás de mí, el sonido de sus pisadas recordándome mi situación, retomé el paso, los sonidos eran más cercanos, aumente mi velocidad, mi pecho era errático la necesidad de buscar más energía era algo que no conseguía, comenzaba a querer exigirle más a mis piernas, pero estas parecían ir en mi contra.
Estaba cansada. Herida.
Camina carajo.
Seguí caminando en contra de mi cuerpo, me sentía débil, mi corazón se aceleraba cada vez más y comencé a trotar, intenté respirar pero era
Estúpido, no lo necesitaba, al dejar de hacerlo mi cuerpo comenzó a tener más energía, comencé a correr de repente me sentí mucho más lejos que de quienes me seguían, pero como si la naturaleza estuviera en mi contra tropecé.
Ellos te atraparán.
El dolor en mi cuerpo y cabeza incremento mientras caía, rogaba por mis quejidos que no se oyeran, escuche como algo dentro de mí se rompió, Pero de un momento a otro, el dolor se extendía por todo mi cuerpo, dejándome con un leve mareo. Mi cuerpo dejo de rodar, golpeándome esta vez contra otro árbol, haciendo que todo el aire saliera de golpe.
—Mie...da— murmure.
Débil inestable, das vergüenza.
Comencé a levantarme, poco a poco. Apoyándome del árbol a mi lado, vi pequeñas linternas y me escondí detrás del árbol casi arrastras, mi pierna ardía, la sentía palpitar. Cada herida que tenía fue cada vez peor, el mareo llego en oleadas.
Te van a atrapar...
Estaba perdiendo mucha sangre, dolía, ardía quemaba, sentía cada músculo de mi cuerpo tensarse al oír a los hombres.
¿En qué momento llegaron tan rápido?
Trague saliva mirando el cielo en busca de alguna ayuda, y la pregunta volví a invadir mi cabeza.
¿Que hacía ahí? ¿Quien soy?
No te incumbe muévete maldita sea.
Mi cabeza se movió de un lado a otro, me sentía inestable cansada, esa voz... no ayudaba.
Solo quiero vivir.
Mis venas se sintieron explotar, mi cuerpo se calentó mis mejillas se calentaron y el aire comenzó a ser menos, sencillamente ya no me afectaba. Mi corazón empezó a latir, haciendo que el sonido en mis oídos aturdiera, cerré mis ojos con la opresión en el pecho y el sonido fue calmándose pero había personas que me seguían.
Tienes que seguir... salvadnos.
Esa voz... era diferente.
Pisadas a unos metros se oyeron, en conjunto al sonido nocturno de los animales.
— ¿¡En dónde estás!?—el grito resonó por el bosque.
Calme mi respiración, prestando atención a las pisadas, que se escuchaban. Mientras comencé a moverme a dirección contraria de las linternas.
Comenzaron a bajar el barranco de tierra por el cual había caído, Estaban tan cerca.
— ¡Niñita! ¡Sal, ahora! ¡Tus padres te buscan!
Mentira... te tienen cautiva.
Dolor.
Solo te quieren para jugar.
Sangre.
Recuerda las palabras mágicas Bel...
Oscuridad.
Todos somos monstruos hechos para cazar Belentinne, y tú eres una de ellas
Jadeos.
El dolor en mi cabeza se presentó. La cólera me sobrepaso, sentía ira molestia muchos sentimientos embargándome mientras estaba tendida en el suelo evitando hacer ruido, preguntas y preguntas y ninguna sin respuesta, buscaba la forma de saber de donde era pero mi cabeza dolía el doble, apreté las hojas entre mis manos observando mi pierna que se veía desfigurada, sangre salía de mi estómago y sentía el sabor de mi sangre en mi boca.
Lloré.
Poco a poco me arrastre hasta una roca o piedra. El temblor apareció en mi cuerpo y me maldije, las pisadas comenzaron a hacer cada vez más lejanas.
Cuando vuelvas a recordar... nos encontraremos de nuevo, nos haremos una como en los viejos tiempos.
El dolor cruzo por todo mi cuerpo sentía un frío estremecedor en toda mi columna vertebral, era un manojo de nervios pero peor aun.
Comenzaba a olvidar, lo poco que había logrado consumir en mi mente de repente desaparecía, hasta mi propio nombre, la impotencia se apoderó más de mi, las lágrimas bajaban de mi rostro sin control, el dolor me sobrepasaba, tenía por entendido que solo pasaban estas cosas cuando tomaba una puta píldora, pero no, esto era diferente y el dolor también lo era.
El sonido de las pisadas se alejó por completo.
Con sumo cuidado y delicadeza enfocándome en no hacer tanto ruido, al pisar las hojas secas me senté en la piedra empezando a sentirme extraña conmigo misma de nuevo, no quería olvidar No quería...
Mucho me costó saber sobre las personas sobrenaturales. Y mucho me había costado olvidar lo que el chip que cargaba en mi sien podría hacernos, aun peor, mi diagnostico no era fácil de recordar pero siempre estaba en mi mente...
— ¿Por eso la voz verdad?— el asintió en aprobación.
—Por eso y por el bien de tus amigos y familia tienes que tomar los medicamentos que te recetó el psiquiatra— yo asentí con un movimiento leve.
Observe mis manos y ahí fue cuando me di cuenta.
Mi diagnostico era erróneo, no cuando comenzaba a olvidar poco a poco. Los recuerdos de mis últimos días se presentaron en mi cabeza.
Ojos de colores diferentes, esos ojos grises... rojos, verdes...
Una lagrima resbaló otra lágrima recorrió mi mejilla.
Mi sien comenzaban a palpitar, mi frente se sintió fría, la sensación de ahogo comenzó a ser presente No quería olvidar.
No quería...
No queremos.
Mis ojos se cerraron y una fuerte sacudida movió mi cuerpo, pero se detuvo de repente.
Rapa...
Mi mente quedo en blanco, miraba mi alrededor sentada. Estaba algo confundido... ¿Qué hacía yo aquí?
Observé mi pierna, estaba herida.
Si te atrapan..., Pierdes.
Como si fuera suficiente haberme dado cuenta esta comenzó a doler, estire mi pierna con toda la fuerza que logre recobrar, el sonido del hueso volviendo a su lugar me hizo gritar y callar rápidamente.
Solo una cosa me mantuvo al tanto de la situación. Estaba perdida.
Mire el bosque la noche el viento, con ojos nuevos sentía poder debajo de mis manos pero a la vez era como si no existiera ante mi tal poder, trague saliva, necesitaba salir de aquí. No te mi cara empapada por completo.
—mi...—mi garganta se sentía raposa.
Vi como una luz se proyectaba encima de mí, haciendo que la sombra de la piedra se viera siniestra con la maleza amontonada pero algo dentro de mí se calentó, mi pecho se hincho de aire el cual sin hacer ruido expulsaba. Mi cuerpo gritaba peligro, calma. Por no huir. ¿De que huía yo?; Ya se me había olvidado quien era.
El sonido de una multitud de hombres pisando las hojas secas me alertó, mi cuerpo por inercia se tensó.
— ¡juguemos en el bosque niña! ¡Tú eres Caperucita negra y yo soy el lobo feroz!— mi cuerpo se movió en una sacudida por la impresión. La voz de un hombre maduro resonó.
¿Que es un lobo?
¿Estaba en peligro?
Sí.
Silencio. Fue todo lo que se escuchó en el profundo bosque, Sus pisadas cada vez eran más fuertes y por un momento creí que me iban atrapar, Por un momento; creí que los latidos frenéticos de mi corazón se oirían. Que el ruido chirriante de mis... ¿dientes? los a tormentaria y delataría mi lugar.
Pero comencé a tomar poco a poco en el silencio del bosque, grandes bocanadas de aire. Me sentía rara. Mi propia piel comenzó a sentirse desconocida, lo único que sabia era que me perseguían... ¿Por qué mi ropa sucia? ¿Qué son esos líquidos azules y rojos que me cubren?
¿Pero... quienes eran ellos? ¿Por que huía... de ellos? Mi manos empezaron a temblar... mi cuerpo empezó a empaparse con no se qué cosa... Sentía ese vació dentro de mí, Y mis piernas no paraban de temblar, el desconcierto se apodero, Pero solo tenía que salir de aquí. Mi corazón
Latiendo cada vez más rápido haciendo que de una forma rara, mis oídos se sintieran aturdidos por el sonido de mi corazón.
El dolor de mi cuerpo herido, no me dejaba pensar con claridad.
— ¡Sal ahora Caperucita! ¡No tenemos toda la noche!
Las personas que me buscaban, comenzaron a maldecir en voz baja ¿Cómo carajo podría oírlos perfectamente? Y peor aun en ese tono tan bajo que solo debería ser un murmullo para ellos mismos. ¿Cómo era posible aquello?; Algo no estaba bien, definitivamente. No lo está. ¿Soy yo la que no lo está?
Mi cabeza me comenzó a palpitar por tanto ruido, la luz dejó de proyectar la Zona en la cual me encontraba y lo agradecí internamente.
Comencé a levantarme poco a poco cuando sus pisadas, ya no fueron oídas más; Me adentre en el oscuro bosque sin saber el porqué. Solo sentía que mi cuerpo caminaba por sí solo, sin dejarme pensar, sin dejarme al menos ser algo racional hacia donde me dirigía, esa fuerza era tan extraña E inaudible; a cada pisada que daba el lugar comenzaba a sentirse mucho más atrayente, me empecé a sentirme cómoda en el, como si el bosque fuera parte de mi, como si mi otra mitad y mis respuestas se encontraran en ella... solo me deje llevar por lo que mi cuerpo hacia. Y comencé a caminar.
Seguí pasando, arboles incluso troncos, los cuales saltaba, deje mi mente fluir por si sola por un momento. Deje mi cuerpo quieto, aun sentía como una fuerza casi invisible me arrastraba hacia aquel lugar del cual no tenía ni la remota idea. Cerré mis ojos y puños el viento era frio y cálido, pero aun así sentía mi cuerpo temblar, mas me controle y la temperatura de mi cuerpo comenzó a ser mucho más cálida, los sonidos del bosque comenzaron a aturdirme. Y una opresión se instalo en mi pecho, evitándome respirar, pero de pronto deje de oír mi corazón. Mis manos se dirigieron a mi pecho buscando alivio... pero no fue de gran ayuda, sin darme cuenta no necesitaba el respirar, incluso fue como si un sonido fuera acallado para darle pasos a otros, los sonidos del bosque. Pero me relaje no había ningún sonido humano, ni pisadas alrededor del lugar en el cual me
Encontraba excepto por la de los animales nocturnos. Que poco a poco se callaron como si el peligro estuviera frente a ellos, como si su cazador estuviera viéndolos y no quisieran ser descubiertos por sus sonidos.
Me senté en una gran piedra, la fuerza que jalaba mi cuerpo siendo abrasadora, mas me sentía débil necesitaba parar. Me acosté en ella fijando mi vista en el cielo, se hallaba un poco nublado pero en algunas partes del cielo se encontraba despejado, dejando entre ver algunas estrellas que brillaban por su ausencia; El frio de la noche hacia que mi vestimenta flotara un poco en el aire, no había puesto atención. Se trataba de un short. Que dejaba mis piernas blancas al descubierto, las cuales se hallaban completamente sucias. Y con un liquido azul seco y lo que pude deducir como sangre... estas se combinaba dejando un color morado oscuro extraño.
Fije mi vista en el cielo, siendo consciente de lo hermoso que se veía. Mas me quede estática y cerré mis ojos de golpe, aun no podía creer lo que veía, una bola gigante de fuego hasta podría decir que percibía su calor pero eso sería exagerado de alguna manera. Pude ver todo el universo, sus estrellas que palpitaba gracias a su esplendor... era mágico. Y tan sencillo que sentí El tiempo pasar volando mientras veía el hermoso cielo negro y aquellos planetas.
Mas me levante ya tenía fuerza absoluta como para poder levantarme y seguir aquella cosa extraña que me incitaba a ver o sentir ¿Qué era eso?; sencillamente para poder averiguarlo tenía que seguirlo, Aquel instinto tan... extraño.
Sentía que no podía pensar bien, que las palabras eran desconocidas, que lo básico en una persona era... desconocido.
¿Porque?
La fuerza tan inhumana que me atraía como si fuera un imán, mire el suelo, sentía la energía debajo de mis pies.
Pero tendría que seguir pasara lo que pasara; seguí pasando entre árboles frondosos y tupidos de hojas mientras el olor del bosque se sentía cada vez
Más intenso, era una combinación extraña un olor dulce que podía percibir a tantos metros, mas pensé que eran cosas mías. Y dudo creer que eran cosas mías sencillamente ese olor se hallaba ahí.
Vamos Belentinne.
Dobla hacia la derecha encontraras una roca en forma de ala.
Ahí ya tendrás tus indicadores tienes que encontrarlo... pequeña
Ahí iba esa voz que sentía que ya estaba en mi desde hace rato, resonando como un eco para nada relajante en mi mente que lo que hizo, en vez de ayudarme fue ponerme los vellos de punta.
Mas me sentí contrariada. ¿Belentinne? ¿Enserio ese era mi nombre?, tenía algo en la boca del estomago, una sensación que me gustaba... Belentinne.
Ese es tu dulce... y atrayente nombre Belentinne
De alguna u otra forma me gusto, mi nombre era extraño y para nada común, sobre todo aun mas cuando aquella voz la decía con ese acento tan... frio. ¿Será que soy alemana o algo?
Alemana... ¿alemana? ¿De dónde saque esa palabra? Pero... ¿En dónde estoy?; sencillamente me volvería loca si sigo buscándole preguntas a respuestas de las cuales nadie me va a responder; Vi la roca en forma de ala y me senté en ella viendo de frente un gran árbol frondoso y muy tupido de hermosas hojas las cuales tenían otro tipo de color. Un extraño color entre verde y anaranjado, rojo y azul... era tan.
No se...
Qué raro... muy raro pero le preste atención a los pequeños letreros que colgaban de aquel árbol, tenían un poco de maleza la cual no dejaba ver bien lo que decían, me levante y la aparte un poco. Solo que estas se aferraban demasiado fuerte a aquellos letreros de madera. Mas cuando la toque sentí una pequeña corriente entre mis dedos, espero que haya sido
Cosas mías. O definitivamente me estaría volviendo loca, la madera nunca fue conductor de electricidad así que... solo termine apartar un poco la maleza con asiduidad, sentía que de alguna u otra forma el árbol era más delicado de lo que pensaba
Uno apuntaba hacia la derecha el cual decía: escrobick
El segundo apuntaba a la izquierda y decía: loury
Seguí hacia la izquierda, pasando los arboles que sentía, que cada vez eran muchísimo más. O así lo Sentía, mi cabeza comenzaba a ser un mar de preguntas sin respuestas y estaba odiando hacerme tantas preguntas seguí caminando y mis piernas empezaron a flaquear mis dedos que eran acariciados por la suave brisa fría, comenzaban a ser presas de esta hasta el punto en que mis manos se juntaron en busca de calor, la fuerza que me atraía como un mismísimo imán se intensificó. Di un paso más sin darle mucha importancia a lo que veía.
Salí de mi oscuridad y pasando de largo me detuve enfrente de la gran capa tan extraña con la cual me había topado.
— ¿Qué...?—la pregunta no formulada dolió.
VERSIÓN EDITADA Y OFICIAL✅
Nos leemos en un proximo capitulo, no te olvides de votar y comentar.
besos-
Noi.
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