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Capítulo 21.

Estar solo en medio de aquella sala no le transmitía seguridad. Sentía que en cualquier momento, un oficial se postraría frente a él, y le pediría su identificación, cosa que no tendría, y por ende, le exigiría más información, y ¡terminaría en una celda! Kitty, por mera apariencia, ya era un delincuente. Y además, traía un arma consigo. Eso podría delatarlo.

Se puso de pie, dispuesto a buscar a Agust D. Al principio, no lo encontró, y quiso darse por vencido, no queriendo perderse en aquel lugar, pero finalmente, escuchó su voz, y se dejó guiar por esta, hasta los baños.

—Si, voy a llevarlo conmigo.—Hizo una pausa, y observó a Kitty Gang entrar. Deslumbrante, a pesar del cansancio, le hizo sonreír con su llegada.—Gracias, Hope, te debo una... Demasiado grande.

Una risa ahogada salió de los labios de Agust antes de colgar, y tirar el teléfono al suelo para pisarlo y destruirlo.

—¿Estás seguro de que ese tal Styles no es un estafador?—Preguntó Kitty.

—Claro que si, ¿Por qué tan preocupado?—Se acercó, rodeando su cuello con sus brazos.—No nos van a atrapar, todo va a estar bien.

—No tengo muy buena relación con los policías.—Agust volvió a reír. Se notaba risueño, alegre, una faceta que Kitty no había visto en él antes.—¿Qué pasa? ¿Te parece gracioso o algo así?—Aquello sonó más agresivo de lo que hubiese querido.

—Tengo una pregunta.—Agust había bajado la vista.—¿Si hablabas en serio?

—¿Sobre qué?

—Sobre que eres mi novio.—Se sintió avergonzado al decirlo.

—Lo dije porque, de no ser así, quizás ese Harry no habría accedido tan rápido ¿No crees?

—Oh.—Agust se soltó, frunciendo los labios, desilusionado. Kitty ladeó la boca confundido en cuanto vio el cambio repentino.

—¿Te soy sincero?—Agust esperó en silencio.—Cuando me dijeron que tú me habías entregado, me sentí destrozado, porque me habías estafado.

—Yo no lo haría.—Negó con la cabeza, como si estuviese desesperado porque le creyera.—J Hope me dijo que estabas muerto, y yo...—Sintió un nudo en su garganta. Kitty detectó la incertidumbre en sus facciones. ¿A Agust D realmente le afectó su ausencia?

—¿Eso te dijo?—Bufó. No podía creer el pedazo de mierda que Agust tenía como compañero.

Asintió con lentitud.—Me alegra tanto que estés vivo.

Kitty se abalanzó sobre sus labios. Le fue imposible no seguir aquel beso, que, viniendo de Kitty, fue desesperado. Hambriento por probar más de los labios de Kitty Gang, metió su lengua, saboreándolo.

Ya estaba más que aceptado que, Kitty Gang le pertenecía, y él pertenecía a Kitty, y que, si en un comienzo se trató de un juego solamente, él había acabado perdiendo.

Hace mucho que dejó de ser un juego para Agust.

—Hay que parar.—Agust intentó alejarse de sus besos, pero el pelirosa no parecía dispuesto a dejarle ir.

—¿Me dejarías montarte?—Preguntó, y Agust tuvo que tragar grueso.

—Un policía podría entrar...

—Eso no importa.—Kitty le mostró una sonrisa maniática, escabullendo sus manos bajo la camisa holgada de Agust.—Me da morbo que nos encuentren teniendo sexo en la comisaría.

Trató de besarlo otra vez, pero Agust prefirió detenerlo, antes que se le saliera de las manos, y Harry le prohibiera la entrada permanentemente.

—Haremos lo que quieras después.—Tomó sus muñecas. Resopló, frustrado, y resignado. Agust D no cedería si ya se había negado una vez. —Hay que ir a casa de J Hope.

—A casa del bastardo mentiroso.—Refunfuñó.

—Es el único en que confío, aparte de ti.—Tomó su mano para salir de los baños y buscar a Seungcheol.—Prometo que después te llevaré con Jin y Nam. A menos que quieras que te deje ahora.

Kitty gruñó.—Ya te dije que quiero estar contigo.

Agust sonrió satisfecho. Ya había a localizado a Seungcheol.

Kitty se mantuvo ausente todo el camino, hundido en sus pensamiento. Debía prepararse para enfrentarse a J Hope, y a cualquier amenaza. Estaba más vulnerable que nunca, y deseaba más que nada poder comunicarse con sus mejores amigos para advertirles del peligro. Tampoco quería abandonar al rubio ahora que había dado todo por él.

Seungcheol los dejó en la parte trasera de la casa. Entraron con rapidez, evitando así ser vistos por alguien de Jugeum. Una patrulla no era motivo de sospecha, por lo cual, Agust estaba convencido de que habían logrado pasar desapercibidos.

—Hola.—El pelirojo le echó una mirada de pies a cabeza a Kitty una vez que les abrió la puerta trasera.—Bienvenido, gatito.

—¿Cuál es su afán por ponerme apodos?—Entró al apartamento sin esperar su supervisión, seguido de Agust D.

—Veo que no soy el único.—J Hope alzó las cejas con fingida sorpresa. Decidió ignorar el hecho de que el pelirosa se había acomodado sobre su sillón. Posó su vista en Agust D.—¿Qué piensas hacer? ¿Ocultarte aquí de por vida?

—Yo...—No tenía un plan, más que el ser resguardados por J Hope y Styles hasta que se le ocurriera algo que hacer. Pero ¿Qué podría hacer? Si llevaba años trabajando para Jugeum, sin fallos, sin errores, leal a Kim Heechul por sobre todo. Y ahora, no tenía nada.

—Puedes venir conmigo.—Sugirió Kitty, con los brazos extendidos en el respaldo.—A donde sea que Jin y Nam nos lleven, puedes quedarte por un tiempo y luego... Irte a donde quieras.

Agust ladeó su boca. No podía descartar aquello como una opción. Para Kitty, era una obvia solución; para Agust, no era una decisión sencilla de tomar. Kitty Gang estaba adaptado a aquel estilo de vida, y, Agust D no. Además de que, el pelirosa no le estaba asegurando una hogar. Solo un techo temporal y luego, él se iría por su cuenta.

¿Por qué no podía Kitty irse a vivir con Agust?

—¿Podemos hablar de eso luego? ¿No tienes algo para comer Hope?—Desvió el tema, y Kitty miró con ojos suplicantes a J Hope. Su estómago rugía por alimento.

—No quiero que V sospeche que soy tu cómplice, así que voy a salir, solo hay dos reglas.—Alzó su dedo índice y medio.—No se coman toda la comida, y no entren a mi habitación.—Acomodó el abrigo que traía puesto.

—Adiós~—Canturreó Kitty, agitando sus dedos.

J Hope se fue, mirando de forma asesina hacia Kitty. No le agradaba, pero ya había ayudado a Agust, y no le dejaría caer. No por Kitty Gang, no le importaba si él terminaba desmembrado. Lo hacía por Agust D, y la larga relación que se había fortalecido durante los años. No iba a derrumbarse por culpa de su jefe.

—Voy a buscar algo de comer.—Agust señaló con su pulgar hacia la cocina.

—¿Vas a cocinarme otra vez?—Sonrió, exponiendo su dentadura. Se puso de pie solo para seguir al rubio.

—Supongo que si.

Kitty tomó asiento en una silla de madera, expectante a todo lo que hacía Agust en la cocina. Nadie cocinaba mejor que Jin, pero la comida de Agust, podría acercarse, solo un poco, al buen gusto que tenía su hyung. Por lo tanto, esperaba con ansias aquel plato de comida que Agust, después de extensos minutos silenciosos, depositó frente a él.

—Gracias.—Degustó la comida, mientras que, Agust, se limitaba a observarlo con los codos apoyados en la mesa, y su mandíbula sobre sus palmas. No tenía apetito.

Había sido un error, quizás, retar al quien hoy en día, era dueño de las calles de Daegu. Pero no había ni un atisbo de arrepentimiento en él. La vida que llevaba no era tan emocionante como J Hope la hacía ver. Era repetitiva.

Kitty Gang le dio ese cambio que tanto anhelaba, devolviéndolo a los años en los que podía amar sin pensar en las consecuencias. Kitty Gang tiene algo que, por más que buscara y buscara, no encontraba repuesta al ¿Qué era ese algo que le hacía tan atrayente?

Tal vez eran sus ojos, sus mejillas, sus labios. Tal vez lo eran sus besos, y su voz. Tal vez lo era todo, más allá del físico, con el cual quedó embelesado la primera vez que lo vio, todo en Kitty Gang estaba bien. Sus chistes de mal gusto, su forma grotesca de hablar cuando se trata de sexo, e incluso, lucía tierno cuando estaba enojado. Y, condenadamente sexy, cuando cargaba un arma.

No le importaba admitir que le excitaba ver a Kitty Gang matar, por más raro que sonara.

—¿Por qué Jeon te estaba besando?—Indagó de pronto. Ya habían pasado varios minutos de solo verse a los ojos, mientras Jimin comía, y probablemente aquella no fue la mejor forma de romper el silencio.

Quería iniciar una conversación sobre Jungkook para poder preguntar acerca de la conversación que había oído en la oficina de V.

—Ah... No sé si le gustaba o solo lo hacía por venganza.—Se encogió de hombros, dejando plato casi vacío hacia un lado.—Me pidió ejecutar a J Hope.

—¿¡A J Hope!?—No pudo ocultar su impresión. No creyó que Jeon, por más gruñón que fuese, tuviera un instinto asesino. Él lo comprendió, también haría lo mismo si encontrase a Kitty Gang follando con alguien más, solo que él rubio era más que capaz de matar al degenerado con sus propias manos (Tal como hizo con Jeon)

Era tan cobarde como para no deshacerse del problema él mismo, pero tenía malicia, que Agust (Y todos, probablemente) no sospechaba que tenía.

Claro que, no lo conocía para afirmar algo sobre Jeon, lucía demasiado ingenuo y manipulable a primera vista, pero quizás, ocultaba algo detrás de aquella fachada. O quizás, el odio despertó en cuanto se enteró del engaño de su amado. Fuese cual fuese, no lo sabrían ya.

—Si, a J Hope.—Repitió.

—¿Jungkook es tu hermano?—Soltó de golpe, y por lo que dedujo, no era así, porque Kitty se mostró realmente confundido.—Lo escuché decirle eso a V.

—Debe haber sido para que me dejara ir, ese era el trato. Y yo acepté todo, porque tú ya no estabas.—Explicó.

—Y vaya que me olvidaste rápido.—Dijo aquello en un murmullo inaudible. Kitty no le escuchó, pero pudo notarlo en su expresión. Agust hacía evidente cuando algo no le parecía.

—Si estás celoso, debo recordarte que me hicieron creer que tú eras el responsable de mi encierro, así que podía besarme, o incluso me acostaría con Jeon si era necesario.

—Quieres decir, que no lo harías.—Ahora Agust había sonreído.

—¿Qué cosa?

—No estarías con otro. No tendrías sexo con alguien más que no fuera yo.

Se levantó de la silla, arrastrándola hacia atrás.—Puedes creer lo que tú quieras.

Agust le siguió todo el camino desde la cocina hasta una puerta que Kitty abrió, y volvió a cerrar de inmediato.

—¿Qué buscas?—Agust miró curioso como el menor se alejaba quejándose en voz alta.

—El baño, y ni pienses que entrarás conmigo.—Finalmente lo halló, y le señaló con el dedo índice, dándole una mirada de advertencia.—Me siento sucio. Vas a esperar a fuera.

—Está bien.—Agust no insistió, y dejó que cerrara la puerta en sus narices.

Kitty no tenía nada con lo que cambiarse la ropa. Al menos se topó con una barra de jabón y una toalla, así que se daría una ducha rápida.

Agust decidió encargarse de lo que dejaran sucio en la cocina. A J Hope no le importaría, es lo más seguro, pero ya que no había nada más que hacer, y se impacientaría de esperar a Kitty haciendo nada, prefirió hacer la limpieza.

Y a eso se dedicó durante quince minutos en los que solo pudo pensar en él, y solo en él. Cuando tendría que pensar en la cantidad de problemas que tenía por su forma de actuar tan precipitada. Pensar en cómo podría librarse de V y en qué demonios iba hacer de ahora en adelante. Y entonces, venía a su mente el bonito pelirosa al que estaba esperando. J Hope, también, pero él no dejaría el trabajo tan fácilmente. Kitty sería su único acompañante por los momentos.

Lo más sensato, sería salir de de la ciudad, o del país. Pero ¿A dónde? ¿a hacer qué?

He vuelto.—Se giró, perplejo al encontrarse con Kitty Gang bajo el umbral de la puerta, solo con una toalla rodeándole la cintura, y el cabello húmedo goteando. Sostenía su ropa doblada sobre sus manos.

Cuando Agust se acercó, Kitty relamió sus labios con una sonrisa juguetona. Casi se queda sin aire al tener a Kitty semidesnudo frente a él.

—Deja eso.—Agust le arrebató la ropa para dejarla en la mesa. Pasó una de sus manos por su cadera para atraerlo, y besarlo.

Kitty le respondió con rudeza. Suspirando hacia sus adentros cuando sintió la lengua de Agust. Ya era hora de Agust cumpliera con su palabra, sobre que "podrían hacer lo que él quisiera después"

Y aunque Kitty Gang se hubiese despojado ya de su toalla, y hubiese insistido en que lo hicieran en aquella cocina, sobre la mesa, en el primer lugar que encontraran, Agust se tomó la molestía de cargarlo, y llevarlo hasta una de las habitaciones, dejándolo caer de espaldas sobre la cama.

—Acabas de salir de la prisión de V, necesitas comodidad.

—Agh, Agust, no me interesa.—Haló de sus brazos para que cayera sobre él, y siguió besándole con fervor.

Por esto, y por todo en Kitty Gang, valió la pena su rescate.

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