Capítulo 14.
Sus párpados se sintieron pesados cuando intentó abrirlos. La tan conocida sensación de sus muñecas siendo aprisionadas regresó. Arrugó su nariz y labios intentando volver a la consciencia y espantar el sueño abrumador que lo tenía invadido. Los leves murmullos se estaban haciendo cada vez más fuertes, hasta que, por fin, pudo escuchar las voces con claridad, reconociéndolas al instante.
—No lo sé, Jeon. V será quien tome la desición final.—Era la voz de pelirojo amigo de Agust, de eso estaba seguro.
—No pueden matarlo, él podría decirnos quién es el imbécil que trata de estropear los negocios.—Y entonces, recordó al chico pelinegro que lo había liberado aquella vez.
Ninguno de ellos parecía haber notado que Kitty estaba recuperando la consciencia, hasta que Jeon dirigió sus ojos hacia el cuerpo, y miró atentamente como sus párpados se apretaban.
—Creo que está despertando.—Anunció Jungkook y J Hope le miró con una sonrisa maliciosa surcando sus labios. Cuando Kitty por fin pudo abrir los ojos, frunció el entrecejo al ver a el par a unos cuantos metros de él.
Fue cuando se percató de que su cuerpo colgaba de sus muñecas, las cuales estaban aseguradas con cadenas adheridas a las pared. Y entonces bufó, no pudiendo creer verse en la misma situación dos veces en tan poco tiempo.
Sin mencionar el inmenso dolor que lo atacó en uno de sus costados.
—Buenos días~—Canturreó, mostrando sus dientes. Kitty hizo una mueca.
—¿Dónde está Agust? ¿Cómo llegue aquí?—Interrogó, forzando su mente a recordar, pero lo último que tenía en su memoria era la imagen del cuerpo de Agust descansando a su lado, nada más.—¿Tu me traiste?—Alzó una ceja.
—Oh, gatito, ¿Tú quién crees que te trajo?—Esperó una respuesta con la misma sonrisa plasmada en su rostro.—Agust mismo fue el que te trajo hasta aquí.
Kitty se abstuvo de mostrar alguna reacción, y en cambio, trató de procesar con rapidez la información. Sus dientes rechinaron cuando apretó su mandíbula, negándose a verse lastimado. Pero si, imaginar el hecho de Agust pudiese haberlo traicionado, le parecía creíble.
—¿No es cierto, Jeon?—Preguntó a Jungkook, y Kitty los miró inexpresivo, conteniendo todos los insultos que quería escupirles en la cara. En especial al molesto pelirojo. Al tal Jungkook, podía quizás perdonarle la vida por haberle salvado el pellejo. Pero eso no borraba el deseo de despellejarlos a ambos.
—Si, así fue.—Kitty tuvo que respirar profundo, manteniendo su rostro neutro y la poca dignidad que le quedaba dentro de sí.—No le harán nada, ¿cierto?
—¡No lo sé, Jeon!—Contestó irritado.—Voy a ir a notificarle al jefe que Kitty Gang ha despertado, y por favor, no te le acerques, deberías incluso salir de aquí.
Jungkook asintió, dejando que J Hope saliera del pequeño y oscuro cuarto. Observó hacia un lado a uno de los guardias uniformados vigilando.
Jeon le hizo una seña con la cabeza hacia la puerta.—Vete.
—Lo siento, joven Jeon, pero me han ordenado estrictamente que no le quite el ojo de encima cuado esté cerca del enemigo.
Jungkook resopló con cansancio.—Si no te vas ahora, no voy a hacer que te despidan, voy a hacer que te lleven al matadero.—Advirtió.
El hombre corpulento se lo pensó por unos segundos, antes de abandonar la habitación sin replicar de nuevo.
—¿Y ahora qué?—Soltó Kitty en cuanto el hombre los dejó solos.
—Espero que me seas útil, Kitty. Sería una lástima perder un cuerpo tan bonito como el tuyo.—El intento de seducción no había provocado absolutamente nada en Kitty, así que solo optó por seguir con la misma actitud, y la misma expresión.—Vamos, quita esa cara, te puedo servir de mucho.—Se acercó hasta quedar muy cerca de su rostro. Y estaba en lo cierto, intentar provocar al pelinegro solo traería más problemas de los que ya tenía.—¿No te gustaría jugar?—Preguntó, buscando ansioso alguna reacción del pelirosa.—Si me dices que si, puedo ayudarte.—Lamió el labio inferior de Kitty, y aún así, el pelirosa se mantuvo firme, y en total silencio.
—¿Ayudarme en qué?—Inquirió. Podía aceptar lo primero que se cruzara en su camino, ya que no le quedaban muchas alternativas, y la verdad, después de lo que había escuchado sobre Agust, las esperanzas de que apareciera y lo salvara, eran bajas. Aunque no inexistentes.
—¿A qué mas?—Señaló las cadenas.—Te ayudo a liberarte, por segunda vez, pero tú haces lo que yo diga, incluso si eso implica dejar tu cuerpo en mis manos, necesito que respondas, o V vendrá, ¿Te parece?
La sonrisa de Kitty se expandió, y asintió, cerrando el acuerdo.—Soy todo tuyo.
—Fabuloso.—Jungkook dejó un beso rápido sobre sus labios, retrocediendo hasta llegar a la puerta.—Volveré después.
Y la soledad volvió a ser su única compañía. No se había sentido así desde que Agust le había dejado solo en su casa, esposado a su cama. Las horas que había pasado sin él rondando y ofreciéndole comida era las más largas.
Y así parece que serían esta vez.
Su corazón dió un vuelco cuando Agust D vino a su mente. Fuese mentira o no, ahora estaba encerrado, sin posibilidades de escapar, a menos que Jeon le ayudara. Y el solo pensamiento de Agust arrastrándolo y entregándolo a su jefe sin remordimiento alguno le dejaba un amargo sabor en la boca, y un vacío en su pecho.
J Hope y Jungkook se lo habían confirmado.
Y entonces, dio por hecho que Agust D había hecho una magnífica actuación ofreciéndole hospedaje, y apareciéndose en su habitación durante la noche, seguramente con el objetivo de capturarlo y por fin dar con Cha Eunwoo.
Después de que aquello pasara por su mente, había accedido a ser la marioneta de Jeon Jungkook con el fin de salir libre, y al menos advertirle a sus amigos de lo que estaba sucediendo.
Él se lo había dicho a Agust D el día anterior; vender su cuerpo, que era una forma de llamarle a lo que estaba por hacer, no era nada comparado con todo lo que hacía llevando la vida que tenía. Desde torturar sus victimas, ignorando los alaridos lastimeros con los que rogaban por su vida, hasta causar masacres con la ayuda de las provisiones de conseguía Namjoon para acabar con sus enemigos.
Todos eso lo convertía automáticamente en un mounstro. Así que, esto solo alargaba la lista de cosas que no le importaba hacer si necesitaba sobrevivir.
Habían tantas cosas que probar aún. Tantas armas que disparar, tantos cuerpos de los que deshacerse, tantas bocas que besar y tantas cosas por decir. Porque, ni siquiera había sido capaz de despedirse de Namjoon, y de Seokjin, en vez de huir de sus sermones, tal como él se lo había dicho más de una vez, como un niño.
Jeon Jungkook era la única posibilidad de hacer todo lo que él aún soñaba, así que aceptaría lo que sea que aquel niño ingnuo quisiera de él.
⚡
—¿Me estás escuchando Nam?—La voz quebrada de Seokjin hizo a Namjoon perder los estribos. Ahora más que nunca estaba desesperado por encontrar a Kitty Gang. Segunda vez que se desaparecía en esa ciudad, y cada vez los riesgos de perderlo aumentaban.
—Jin, ¡deja de llorar!—Lo tomó por los hombros sacudiéndolo un poco. Los ojos llorosos de Seokjin se abrieron cuando Namjoon se mostró demandante.—No podemos volver con Eunwoo, porque en cuanto se entere de que esta es la segunda vez de que Kitty Gang está con Agust D, y peor aún, que estos tienen algún vínculo, nos va a mandar a la mierda.
—Ya lo sé.—Pasó su brazo por su rostro para intentar borrar las lágrimas.
—Venimos con una buena imagen, un equipo muy astuto, con un cerebrito, un excelente estafador, y un niño capaz de matar a cualquiera que interfiera en nuestros asuntos, pero esa imagen se destruirá en cuanto Eunwoo se entere de esto. Hay que resolver esto nosotros mismos.
—No podemos resolver nada si Jimin no nos deja si quiera dirigirle la mirada a ese bastardo.—Refunfuñó. Su nariz continuaba roja, pero el llanto había cesado.
—Sea lo que sea que esté pasando por la cabeza de Jimin respecto a Agust, tendremos que afrontarlo.—Dijo Namjoon con más calma y suavidad.—Tienes que entenderlo, Jimin tiene veintiún años, y por más que diga gozar de su vida acostándose con todo el mundo, y teniendo como amigos solo a nosotros dos, en algún momento podía llegar alguien que lo hiciera cambiar de opinión. Y tal vez ablandó un poco su corazón.
Seokjin suspiró, hundiendo su rostro entre sus manos.—Yo no quiero que tenga como amigo, pareja, o lo que sea, a una persona como Agust D...
—¿Y entonces cómo? ¿Esperas que encuentre a alguien bueno? ¿Que conozca a alguien en la universidad y conozca el verdadero significado del amor?—Torció su boca, y Seokjin bajó la cabeza con un semblante de tristeza.—Lo lamento mucho, cielo, pero Jimin nunca va a a conseguir algo así porque ¡Ni siquiera le gusta estudiar! Su vida ha sido siempre así, y lo más probable es que solo se relacione con más personas como él. ¿O piensas que Agust es peor persona que Kitty Gang o alguno de nosotros?
—No digas eso Nam.—Se giró abrazándose a si mismo.—No me gusta que insinues que somos malas personas.
—Tú no eres una mala persona.—Lo rodeó por la espalda para atraerlo hacia él.—Sabes a lo que me refiero. ¿Para qué juzgar a Agust D? al final, si Jimin realmente tiene algún tipo de afecto por él, tú no vas a poder revertirlo.
Seokjin suspiró asintiendo y escondiendo la cabeza en el cuello del moreno. Honestamente, eran pocas las veces cuando veía a Jimin hacer verdaderos amigos, y cuando él o cualquiera de ellos lo hacía, era difícil confiar.
Kitty, una vez, a sus recién cumplidos dieciocho años de edad, conoció a alguien con quién pensó tener mucho en común, y gracias a eso, se harían muy buenos amigos. Solo fue cuestión de una o dos semanas a lo mucho para que Byun Baekhyung comenzara a comportarse extraño, y un día, su apariencia de un chico adorable, educado, y todo un genio para manejar su propio cartel, que para su desgracia, aún no tenía, se desvoronó en cuanto sacó una pistola de la parte trasera de su pantalón, y amenazó con matar a Namjoon por dar una opinión respecto a su forma de negociar que no necesitaba. Por instinto, Kitty lanzó un cuchillo que perforó su cuello para defender a su amigo.
Con eso, y muchas otras experiencias seguidas a esa, decidió ser más cuidadoso al elegir a sus amigos, y Seokjin, por su puesto, fue el más estricto con eso. Seokjin, a diferencia de Jimin y Namjoon, había tenido una infancia y adolescencia un poco más tranquila que la que ellos habían vividos. Pasar a ser calificado como criminal desde que empezó a ayudarlos, fue al principio, muy abrumador, porque ya no convivía con las mismas personas que antes. Ahora había demasiada maldad en su vida. Y hasta el día de hoy, era muy selectivo con la personas que los rodeaba, Kitty parecía haber olvidado que no todo el mundo le sería completamente leal.
—¿Podemos salir a buscarlo? Necesitamos hablar.—Musitó Seokjin, y Namjoon sonrió inconscientemente. Amaba su perseverancia a pesar de todo.
—Claro que podemos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro