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Capítulo 10.



하나 확실한 건, I don't play the game

Una cosa es segura, Yo no juego







—¡Kitty!—El grito escandalizado de Seokjin los aturdió. El pelirosa cayó al suelo, y Agust observó el cuerpo desplomándose, y la sangre comenzando a brotar de su pierna.—¡Nam! ¡Le disparaste!—Las lágrimas se desbordaron de sus ojos al ver a Kitty tumbado, apretando los labios, en un intento de soportar el dolor. Namjoon solo observaba nervioso.

—Estoy bien.—Le tranquilizó Kitty, pero el tono tembloroso en que le habló solo logró alarmarlo aún más.

Unas manos blanquecinas tomaron el brazo de Kitty, y Seokjin alzó la vista con el ceño fruncido, dispuesto a golpear al idiota que estaba tocando a su Jimin sin su consentimiento.

—Hey.—Habló Agust con calma, tratando de no alterarlo más, y que alguno otro saliera herido, o incluso, muerto. Aunque poco le importaba el estado del par cuyos nombres desconocía, también sabía que se estaba buscando el odio absoluto de Kitty,por matar a sus dos amigos.—Tengo mi auto estacionado al frente, si colaboras, podemos llevarlo a él y a J Hope a un hospital clandestino donde los atenderán sin hacer preguntas.

Seokjin vaciló un poco, pero cedió cuando un nuevo quejido escapó de los labios de Kitty. El que lo llevaran a uno de esos lugares era mejor que tener que toparse con un médico en indagaría, y, contando el par de veces en las que había llegado a un hospital con una herida de gravedad y alguna excusa de que fueron asaltados, en algún momento, comenzarían a sospechar.

Con ayuda de los tres, J Hope y Kitty Gang consiguieron subir al coche sin problemas. Mientras que Seokjin hacía lo que podía para detener el sangrado, Agust conducía a toda velocidad para llegar a tiempo, y que no empeorara el estado de Kitty. Y por supuesto, el pelirojo, pero ese carecía de importancia en estos momentos.

—Ya casi llegamos Kitty, aguanta un poco más.—Anunció Agust, girando en una esquina y haciendo que todo se inclinaran hacia un lado, y por lo tanto, la pierna herida de Kitty se moviera.

—Estoy bien.—Dijo forzadamente, aunque el dolor le quemara como fuego en el interior de su pierna, cada que hacía el mínimo movimiento. No iba a demostrar debilidad. Ya había recibido un disparo antes en el pecho, y había sobrevivido.

Una bala en la pierna era algo insignificante.

Agust ignoró la respuesta del menor y pisó el acelerador. Por más que este negara rotundamente que le estaba doliendo, sabía que dolía como el infierno, pues él también lo había vivido.

En un mundo lleno de disparos y engaños, son pocos los que se salvaban de recibir una bala.

El auto aparcó frente a un edificio. Este no era muy convincente, no tenía apariencia de Hospital, ni ninguna similitud, pero en cuanto atravesaron las puertas, las perspectiva de los Kim cambió en su totalidad. El oscuro y sucio aspecto del exterior fue suplantado por paredes de cerámica blancas y pulcras, y un lugar iluminado y ocupado por camillas, un mostrador, y un par de enfermeros caminando a pasos rápidos. El lugar no era muy grande, y no había mucho personal, pero era suficiente.

—Ayúdennos, por favor.—Pidió Seokjin con manos temblorosas, Namjoon cargaba entre sus brazos a Kitty Gang, mientras que Agust y J Hope aguardaban atrás, este último ya mucho más consciente que minutos atrás, pero aún así, necesitaba ser atendido.

Casi de inmediato una camilla fue traída especialmente para Kitty, colocándolo cuidadosamente sobre esta para desaparecer a través de los pasillos con velocidad.

Una enfermera le pidió a J Hope que lo siguiera para sanar su herida, dejando a Agust, Seokjin y Namjoon en la sala de espera con un incómodo ambiente formándose entre las miradas de desconfianza que se lanzaban entre ellos mismos.

No estaba preocupado. Agust trataba de convencerse. Solo era una vida por una vida, porque el niño pelirosa había salvado la suya, y por ello estaba allí, cerciorándose de que el menor saldría respirando de aquel lugar.

Así que decidió esperar, tendría que ver que Hoseok estuviese bien, después de todo. El único problema, eran las miradas asesinas que Seokjin le lanzaba cada que sus ojos se cruzaban, intensificando las ganas que de disparar que habían crecido en Agust desde que el par había decidido apuntarles.

—¿Van a seguir desafiándome?—Agust se dignó a hablar, cansado de recibir malas miradas, principalmente del pelinegro, quien denotaba superioridad, siendo en realidad un pobre idiota que se metía con el asesino equivocado.—Ustedes tampoco me caen bien, pero al menos, podrían agradecerme por traer a su gatito a que le cerraran la herida y no lo dejara tirado a media vereda.

—Es lo menos que puedes hacer después de secuestrarlo.—Contestó Seokjin con firmeza.—Además, todos aquí sabemos que teníamos que huir de allí antes de que la policía apareciera, por eso lo has traído.

Agust bufó con una sonrisa.—¿Crees que si huyera de la policia, no caminaría por las calles como si estas me pertenecieran? Para su información, soy bastante reconocido en esta ciudad, y ya tengo a la autoridad más que comprada.

—No te confíes del todo.—Intervino Namjoon, y luego le siguió Seokjin, con el coraje reflejado en su enrojecido rostro.

—Es tu jefe quien la ha comprado, no pretendas hacerte el importante.

Agust sonrió ladinamente.—¿Y mi jefe hubiese alcanzado el éxito por su propia cuenta?—Rió.—Claro que no, es solo un niño, y está donde está, gracias a mi protección.

—No nos importa tu trágica historia.—Dijo Seokjin con indiferencia.—Solo esperaremos a que Kitty esté bien para llevárnoslo de aquí.

—¿Y después qué?—Inquirió. La pregunta no iba solo dirigida a Jin, pues él también se cuestionaba, ¿Qué si sucedería ahora? Porque forjar una amistad con el pelirosa y sus dos aliados no sonaba bien. Y sin embargo, quería que así fuera.—¿Su tarea no era matarme? Porque creo que Kitty no ha hecho muy bien su trabajo.

—Puedo matarte aquí y ahora.—Seokjin se levantó, sacando su arma y apuntando hacia el rubio, quien no se inmutó, tan solo clavó su mirada inexpresiva en los ojos de Seokjin.

—Jinnie, calma.—Namjoon se apresuró a posicionarse a su lado y bajar su brazo con cautela.

—¡Oigan! Que los aceptemos aquí no significa que puedan matarse aquí dentro.—Replicó la recepcionista, dejando sus anteojos a un lado.—Si no guardan las armas ahora y detienen este escándalo, voy a tener que sacarlos de aquí.

—Ya la oíste.—Agust D tomó asiento sobre un de las sillas en la sala, y Seokjin tomó una bocanada de aire guardándose la oleada de comentarios que quisieron escapar de su boca.

El tiempo transcurrió sin ningún tipo de interacción entre ellos. No mucho después, J Hope había salido con una venda rodeándole la cabeza, pero se fue sin si quiera mirar atrás. Agust tampoco le siguió, y aunque no había nada que lo atara al pelirosa, por el contrario, podría haberse ido y ninguno de los Kim le daría real importancia, sentía la necesidad de quedarse, por al menos unos minutos, hasta saber que Kitty se encontraba bien. Y claro que lo estaba, no había entrado en estado de gravedad, pues Seokjin había hecho un buen trabajo mientras iban en el auto, y llegaron a tiempo, por lo que el menor no había derramado mucha sangre, y lo más probable, es que terminara siendo solo una cicatriz y un mal recuerdo en un futuro. Pero allí estaba ese sentimiento, que escudó detrás del vida por vida.

En cuanto el médico apareció para informarles que Kitty estaba bien, y que solo era cuestión de tiempo para recuperarse, todos soltaron un suspiro aliviados. Y entonces, ese debía haber sido el momento en que Agust se retirara, para que no volvieran a verse si no hasta que tuviesen que seguir con lo suyo; tratar de aniquilarse unos a otros.

Pero Agust D no parecía muy dispuesto a dejar que todo siguiera su curso. Antes de irse, suplicó porque dejaran ver al pelirosa. Seokjin no estuvo de acuerdo del todo, aún no se fiaba de él, pero al final, Agust consiguió que le permitieran el paso, y entró al cuarto donde Kitty se encontraba recostado sobre su camilla.

—Eres un idiota.—Fue lo primero que dijo, adentrándose a la habitación y cerrando la puerta en el proceso. Kitty Gang se sobresaltó un poco al oír su voz, y por un instante, quiso ponerse a la defensiva, pero terminó por suspirar y acomodar su cabeza sobre la almohada. No tenía ánimos para discutir.

—Cállate.—Farfulló.

—¿Por qué me salvaste? ¿Acaso eres tonto?

—¿Preferías haber muerto?—Enarcó una ceja, y Agust sonrió divertido.

—Al contrario, Kitty, te lo agradezco.

Kitty Gang solo respondió con un asentimiento de cabeza. No estaba ni un poco orgulloso por su acto de heroísmo, puesto que había sido justo lo que no debía hacer.

Agust D se marchó, pasando de largo al ver a Seokjin y Namjoon sentados en el mismo lugar.

Rebuscó su teléfono entre sus manos para marcar el número del pelirojo, y llevar el aparato a su oreja.

Habla J Hope.—Con solo oír el timbre de su voz, supo que este no estaba de buenas. Sea lo que sea que pasara por su mente, Agust trataría de convencerlo y hacerle entender sus pensamientos. Aunque ni él mismo los comprendiera del todo.

—¡Hope!—Dijo con una fingida emoción.—¿Qué pasa, hermano? ¿Por qué te has ido así?

—¿Por qué me he ido así?—Contestó, incrédulo.—Santos cielos, Yoongi, has puesto al niño por delante de tu mejor amigo, que por cierto, le importa muy poco la vida de ese mocoso, y probablemente de la mayoría de las personas en la tierra, ¿Esperabas que me quedara e hiciera bromas contigo como si nada hubiese pasado?

—Sé que eso no te importa, pero a mí si, y esperaba que al menos entendieras que si he defendido a Kitty, es porque algo, ¿No lo crees?

No es mi culpa que ese niño te tenga babeando.—Protestó.—Lo que sea que tienes con él, no es mayor o si quiera parecido a lo que yo siento por V.

Agust quedó perplejo por un minuto. ¿Si había escuchado bien? Su amigo, el que aceptaba ser el "otro" por una buena cogida, tal parece había terminado enamorándose. Cosa que este había jurado no hacer, porque estaba claro que V no iba a dejar a Jungkook por un cualquiera como lo era J Hope.

—Los dos podemos salir ganando aquí Hope. Si hablamos de esto con V, y Kitty pasa a ser de nuestro lado...

¿Que se una a nosotros? ¿Pretendes decirle a V que el enemigo, quien nos ha robado, y matado a parte de nuestro equipo, que ahora va a ser parte de nosotros solo porque el corazoncito de Agust no es capaz de vivir sin su gatito?

Colgó el teléfono pasando una mano por su cabello. Era razonable que J Hope reaccionara de ese modo. Agust no estaba comportándose como acostumbraba a ser, y J Hope había confesado indirectamente, lo que ya el rubio suponía.

¿Cómo explicarlo?

El indescriptible sentimiento estaba allí, punzando contra todo su cuerpo, y haciéndolo actuar de una manera diferente, y absurda. Porque en la mafia, ¿Cómo podría estar coqueteándole a un asesino sabiendo que no conllevaría a nada bueno?

Al día siguiente, fue a visitarlo al hospital donde aún estaría en reposo, escabulléndose cuado vio la oportunidad. Seokjin y Namjoon había ido a casa, por lo que le dejaron pasar sin problemas.

—Buenas tardes, lindura.—Kitty frunció el ceño al verle de nuevo en su habitación.

—¿Y tú qué haces aquí?

—¿No puedo visitar a mi salvador?—Sonrió, y el otro bufó, girando su rostro hacia cualquier otra parte de la habitación. Tenía una mejor vista en las blancas paredes, que en el rostro de Agust y sus gestos. Insoportable de ver, y aún así era lo suficientemente masoquista para mirarle de reojo y oir la risa del mayor.

—Ya no me verás por aquí, hoy me dan de alta.—Le informó.

—¿Tan pronto?

Kitty Gang asintió.—No soy un puto inválido, ya puedo volver a las calles si quiero.

—Bueno, es por tu bien y...

—Bien debería estar mi pene y nadie le da atención.—Sonrió esta vez, dirigiéndole la mirada a Agust para ver su reacción, pero este no se inmutó. No rió, no se mostró seductor, o molesto. Solo inexpresivo.

—¿No quisieras unirte a nosotros?

Las sonrisa de Kitty disminuyó hasta ser solo una mueca de confusión.—¿Uh?

—Unirte al equipo, Kitty.—Confirmó.—Jugeum tiene espacio para más, somos una organización grande, si hablo con V y...

—Ese no es mi estilo.—Negó, cortando las palabras del mayor antes de que pudiera extenderse más.—Es verdad, ahora estoy trabajando para alguien, el que me ha mandando a matarte, pero eso es todo. Hago trabajos, y me voy, ¿Entiendes?

Y Agust D frunció ceño, cruzando sus brazos.—Y ahora que no pretendes cumplir con tu trabajo ¿Qué harás? ¿Irte y ya?

—Mmm.—Fingió pensárselo, pero la respuesta era más que obvio. Aún si el quisiera quedarse, tendría que consultarlo con antelación a Namjoon y Seokjin, y después del poco amistoso encuentro con Agust D yJ Hope, en definitiva sería un rotundo no. Seokjin no parecía muy a gusto con la existencia de Agust y el interés que tenía Kitty Gang por él. Y como Namjoon era un perro siguiendo fielmente a su dueño, lo que sea que Seokjin dijera, sería hecho.—Si, es lo más probable.—Inclinó su cabeza con un encogimiento de hombros.

—¿Irte a donde?—Hizo una mueca.

—A dónde sea donde no quieran matarme.

—Bien.—Soltó, girándose.—Vete, entonces.

—Ese es el plan.

Agust salió sin más, dando un portazo que a Kitty le resultó innecesario. ¿Ahora qué demonios le pasaba? Lo que sea que le hubiese molestado, no era ya de su incumbencia. Ya le había dejado vivir, incluso cuando se había jurado matarle una vez que fuese libre, y ya no quería tener que verse involucrado más con el rubio, que solo causaba problemas. Amenazas de muerte, y un incesante cosquilleo en su entrepierna.

No era algo con lo que pudiera vivir sabiendo que estaría en conflicto con Jin y Namjoon.



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