Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━ five: time for the fight

HORA DE LUCHAR
❨ capítulo cinco ❩










Apenas salió el sol al día siguiente, Steve los despertó para que comenzaran a prepararse para el ajetreado día que estaba por delante.

El día anterior luego de que Bucky les contara todo, Steve los había llevado a su departamento. Él se había quedado en el sofá, mientras Bucky y Valeska dormían en la habitación. Aunque el castaño terminó poniendo unas mantas en el piso y acostándose ahí. Valeska había insistido en intercambiar lugares pero él se había negado, aún así, ella no durmió nada en toda la noche cuidando de Bucky.

—Valeska —llamó el castaño entrando nuevamente a la habitación una vez que ella ya estaba vestida con una ropa de mujer que Steve había sacado de su closet completamente sonrojado cuando ella le preguntó si acaso tenía a alguien especial.

—¿Si? —se giró, sonriendo.

—Quiero pedirte un favor.

Confundida, Valeska dejó de cepillarse el cabello y se acercó a él, sentándose en la cama y haciéndole una seña para que se sentara a su lado. Bucky dudó, pero finalmente lo hizo.

—¿Qué cosa?

—Mira —suspiró—. Todo esto es una locura, y es peligroso.

Ay no. Ya sabía a dónde iba todo.

—Ya te dije que no voy a quedarme atrás.

—Lo sé —asintió—. Lo sé, y no voy a impedírtelo porque eres tan terca siempre.

—Es bueno que me conozcas —bromeó, pero se preocupó al ver que él ni siquiera la miraba—. Oye, ¿que pasa?

—Valeska —suspiró—. Después de esto quiero que te vayas.

—¿Qué... que me vaya? —lo miró confundida—. No entiendo. ¿Irme a donde?

—No lo sé. A donde sea, no me interesa —balbuceó—. Solo... ya no quiero que estés cerca de mi.

—¿Por qué? —susurró.

—Solo mira a tu alrededor, Valeska. Tú misma me dijiste una vez que no querías volver a tener esta clase de problemas nunca. Y ahora por mi culpa lo estás.

—Creí haberte dicho que no era tu culpa —masculló la castaña.

—Valeska-

—No —lo interrumpió con dureza—. Quiero estas aquí. Quiero estar contigo.

—¡Pero yo no quiero que lo estés, entiéndelo! —exclamó con cansancio y se puso de pie—. No quiero cargar con otra culpa más. No quiero verte herida y saber que ha sido por mi culpa.

—No será tú culpa, James —repitió por milésima vez, imitando su acción.

—Si perdemos hoy nos encerrarán de por vida, Valeska. ¿Eso quieres?

—Es parte de arriesgarse, ¿no? —encogió los hombros—. Algunos ganan, algunos pierden. Excepto yo —declaró—. Yo siempre gano, y no me importa lo que tenga que hacer para conseguirlo. Y si lo que quiero es ganar esta pelea para que seas libre, ten por seguro que lo haré.

—Valeska —suspiró.

—Por favor, James.

Todo se quedó en silencio después de aquello. Bucky no dijo nada y no la miró. Valeska esperó su respuesta. Esperó que recapacitara y se diera cuenta de que nada de aquello era su culpa. No quería alejarse de él. Se había prometido a si misma protegerlo siempre y planeaba cumplirlo. Pero tampoco podía obligarlo a estar cerca de ella, por más que quisiera.

—Es lo mejor —declaró después de varios segundos de silencio, que para Valeska fueron una eternidad. Le dio una fugaz mirada y salió de la habitación.

Valeska se quedó de pie en su lugar, en silencio. Jadeó incrédula. ¿Por qué hacía eso? ¿Por qué quería alejarla después de todo lo que había hecho para demostrarle que lo cuidaría siempre? ¿De verdad no le agradaba como decía, y esa era su oportunidad para deshacerse de ella? ¿Era tan mala amiga?

Tal vez era aquello último. Tal vez debió ser mejor. Jamás en su vida había tenido amigos, y Bucky fue al primero que consideró como uno. Probablemente debió informarse sobre cómo mantener una amistad, o tal vez mantener un poco más de distancia respecto a algunos temas. ¿No confiaba en ella? ¿Por qué era así? No lo entendía, debió haber hecho algo mal para que Bucky quisiera alejarla.

Sin poder evitarlo, unas lágrimas cayeron de sus ojos y mancharon sus mejillas.







Todo el trayecto hacia el punto de reunión que Steve había acordado con Sharon Carter fue en completo silencio. Nadie había dicho nada salvo al inicio del viaje cuando Rogers les pidió que se pusieran los cinturones de seguridad.

Steve y Sam estaban callados, seguramente pensando en todo lo que implicaba la locura estaban por cometer. Bucky simplemente no tenía intenciones de hablar, y Valeska se mantenía en silencio pensando en la charla que había tenido con Bucky horas atrás.

El auto era pequeño, lo que la había obligado a apretujarse contra la puerta izquierda para mantener una distancia considerable de Bucky. No le había dirigido la palabra desde que salió de la habitación esa mañana. No era por un berrinche o por estar molesta, sino porque en unas horas debería partir a cualquier lugar lejos de él, y sentía que entre mas tiempo pasara y más le hablara, más difícil sería irse.

Steve estacionó el auto debajo de un puente, unos metros detrás de un auto azul oscuro del cual salió Carter. Steve salió también y se acercó a ella, intercambiaron un par de palabras y luego la rubia abrió el maletero. Desde su lugar, Valeska podía alcanzar a ver el escudo y otra cosa que supuso eran las alas de las que Sam le había hablado.

—¿Puedes mover tu asiento? —Bucky preguntó a Sam.

—No —respondió el moreno sin siquiera girarse a verlo.

El castaño puso cara de pocos amigos y se vio obligado a deslizarse en el asiento. Valeska se apretujó más contra la puerta, tratando de mantener su distancia.

Enseguida Steve regresó enseguida y entró al auto luego de guardar las cosas en el maletero.

—Había tensión —se burló Sam apenas el rubio puso un pie dentro—. Por un momento creí que se besarían.

—Cállate —masculló Rogers—. No vayas a decir eso frente a Izzy o me va a matar.

Valeska quiso preguntar quien era Izzy, pero prefirió quedarse callada. Sentía la mirada de Bucky sobre ella.

—Creí que Isabelle y tú no tenían nada.

—No lo tenemos —farfulló el Capitán, encendiendo el auto y dando por finalizada la charla.

Salió de debajo del puente una vez que Sharon se fue. El camino hacia el aeropuerto fue nuevamente silencioso, con la diferencia de que esta vez Bucky estaba más cerca de ella y sentía sus rodillas chocar cada tanto con los movimientos que hacía el auto.

Fue alrededor de media hora cuando llegaron a un estacionamiento. Valeska supo que era ese su destino cuando escuchó el sonido de un avión.

—Valeska —llamó Bucky después de ese tiempo en silencio.

Para suerte de la castaña, Steve detuvo el auto y luego abrió la puerta para que ella bajara, salvándola de aquella incomoda charla que se avecinaba.

Había una furgoneta blanca estacionada a unos metros de ellos. De esta bajó un hombre seguido de una chica que reconoció como Wanda, ya que Steve le había hablado sobre las personas que estarían con ellos.

—Cap —saludó el arquero, estrechando su mano con el rubio.

—De tener opción no habría recurrido a ti.

—Descuida, me haces un favor. Además, tengo una deuda.

Valeska se acercó con duda, quedando a una distancia considerable de los tres, mientras Steve saludaba a la chica.

—Ella es Valeska —la presentó señalándola con la cabeza.

—Clint Barton —el hombre le ofreció la mano y ella aceptó el saludo.

—Val... solo Val —sonrió, saludando luego a la chica.

—Wanda —le devolvió la sonrisa—. ¿Qué te pasó en el rostro?

—Un problemita —le restó importancia.

—¿Que hay del otro recluta?

—Está emocionado. Tendré que darle un café pero estará listo.

Barton abrió la puerta de la furgoneta, revelando a un hombre acostado en los asientos, quien se levantó apenas escuchó el golpe de la puerta.

—¿Donde estamos? —bajó del vehículo, y se acercó a Steve para estrechar su mano apenas lo vio—. Cap- Capitán America.

—Señor Lang —Steve asintió mientras el hombre no dejaba de sacudir su mano.

—Es un honor. Debo dejar de estrecharla, ¿no? —dijo con emoción, soltando su mano—. ¡Wow! Esto es increíble, el Capitán America. ¡Ah! Igual a ti te reconocí —señaló a Wanda, quien le sonrió—. A ti no te conozco, soy Scott.

—Valeska —sonrió ella, saludándolo con la mano.

—Valeska, me gusta tu nombre —se giró nuevamente a Steve, suspirando, y lo tomó de los brazos brevemente. El hombre frunció el ceño—. Dios. Solo quiero decir, que se que conocen a otras súper personas así que, piensas por graciar en mi —Valeska se rió, mientras Steve sonreía divertido—. ¡Hermano!

—Chiquitín, ¿cómo estás? —saludó Sam.

—Que gusto. Oye, perdón lo que pasó la última vez.

—Fue una gran audición. Pero eso no volverá a pasar.

—¿Sabes a lo que nos enfrentamos? —le preguntó Rogers seriamente.

—¿Algo sobre asesinos desquiciados?

Valeska tosió, mirando hacia otro lado. Steve le hizo una mueca al hombre frente a él y asintió.

—Será fuera de la ley esta vez. Si vienes, vas a ser un fugitivo.

—Si, da igual. Ya lo he sido —Lang le restó importancia al asunto, como si fuera cosa de todos los días.

—¿Donde diablos está Izzy?

Y como si la hubiese invocado, apenas Rogers formuló su pregunta, una motocicleta negra llegó y se estacionó al lado de donde estaban. De este bajo una chica castaña de cabello corto.

—Lamentó llegar tarde, mi vuelo se retrasó —sonrió, mientras se quitaba el casco y lo dejaba a un lado.

—Vaya, que puntual —se burló Barton. La recién llegada se acercó a él y le dio un golpe amistoso en el brazo.

—¡Oh, se quien eres! —exclamó Lang apenas la vio—. Cazadora, ¿no?

—Me han dado nombres mejores —encogió los hombros, sonriendo—. Pero si, soy yo. Tú debes ser Val, ¿no? —miró a la castaña detrás de Steve, quien le sonrió y asintió—. Isabelle. Oye, ¿esa es mi ropa?

Valeska se giro a Steve, con una ceja alzada y sonrisa burlona. El rubio desvió la mirada con vergüenza.

—Ya tenemos que irnos —Bucky dijo desde el auto, salvando a su amigo de las posibles burlas que le haría la castaña.

—Tengo un helicóptero —informó el arquero mientras se escuchaba en las bocinas del aeropuerto la voz de un hombre diciendo algo en otro idioma.

—Están evacuando el aeropuerto —tradujo Bucky.

—Stark.

—¿Stark? —repitió Scott confundido.

—Sus trajes —indicó Steve, dirigiéndose al auto.

Valeska se acercó y tomó su mochila del maletero cuando el rubio la abrió. Siguió a Wanda e Isabelle a la furgoneta cuando Clint les dijo que podían cambiarse ahí.

Valeska dejó la mochila en el piso y la abrió, viendo las armas y su traje en esta. Había dejado el dinero en la cuenta de banco de Sam cuando él le dijo que no era buena idea estar cargando tanto en una mochila.

—¿Todo en orden? —preguntó Isabelle al notar como ella se quedaba en silencio viendo las cosas.

—Si, solo... —le dio una mirada a la chica, que se quitaba la camisa de botones sin pudor alguno— no creí volver a usar esas cosas.

—Steve me contó sobre ti —se sentó a su lado mientras sacaba su propio traje completo negro sin mangas de su mochila—. No se cómo fue tu vida ni lo que sufriste, pero apuesto que no fue nada fácil. Eres fuerte —tomó su mano y le dio un apretón amistoso—. Pero recuerda por qué haces esto.

—Por Bucky —susurró.

—Exacto —la de cabello corto sonrió—. Vale la pena, ¿no?

—Totalmente —asintió, sonriendo. Isabelle le dio unas palmadas en el hombro y siguió vistiéndose—. ¿Por qué los trajes?

—Nos hacen ver cool —respondió Wanda con una sonrisa, poniéndose su saco.

—Me gusta verme cool —murmuró Valeska. Luego suspiró y sacó todas las cosas de su mochila.

Su traje consistía en un pantalón negro con unas líneas rojas en los costados, una camiseta roja de mangas que era larga hasta los muslos y tenía una capucha, un saco negro largo muy parecido al de Wanda, cinturón negro por encima, botas negras hasta las rodillas, muñequeras negras hasta el antebrazo y su máscara que era blanca con una mirilla roja, pero descartó la primera.

—Me gusta tu traje —dijo Wanda tímidamente.

—Gracias —le sonrió—. No es de los mejores que he tenido, pero meh. También me gusta el tuyo. Combina con tus ojos.

La chica le dio una sonrisa tímida en respuesta.

—Será mejor que nos demos prisa —llamó Isabelle mientras se terminaba de poner las botas.

Valeska se apresuró a ponerse dos brazaletes plateados con disparadores, la correa con cuchillos en su antebrazo y acomodo otros más en su cinturón, junto a unos aros pequeños plateados. Descartó las pistolas, pues Steve le había dicho que no dañarían a nadie.

No de gravedad, al menos.

Al estar lista, Valeska bajó nuevamente de la furgoneta junto ambas mujeres y se encontraron con los demás ya con sus trajes. Bucky la miró, pero ella desvió la mirada rápidamente.

—Tomen —Steve le entregó un comunicador a cada una. Valeska tomó el suyo y lo miró—. Ya saben el plan. Yo distraigo a Tony, Scott e Izzy vienen conmigo. Mientras tanto Sam busca el Quinjet, Bucky y Val lo acompañarán. Los demás, estén atentos.

Luego de las indicaciones cada uno fue a su puesto.

—Suerte —Isabelle sonrió al pasar por su lado.

—Igual —murmuró la castaña, viéndola alejarse. Se acercó a Sam y Bucky una vez que los demás se fueron.

—Valeska —llamó Bucky, poniéndose a su lado—. Lamento lo de hace rato, solo... se que es lo mejor.

—Hay cosas más importantes ahora —dijo sin verlo, acomodándose el comunicador en la oreja y la mirilla en su ojo izquierdo—. Después vemos mis posibles destinos.

Y dicho eso, se alejó para seguir a Sam que ya iba unos pasos más por delante de ellos. No quería hablar de ese tema, menos con él. Ya estaba decidido que se iría lejos si él así lo quería, y si es que lograba salir de esta. Pero luego sería momento de pensar.

Por ahora había que pelar.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro