UNO
— ¡Aquí! — Gritó Taehyung hacia Jungkook. — ¡Estoy libre!
El pelinegro corría con la pelota, estaban en pleno partido y aquel probablemente era el único lugar en el que podían comportarse como personas normales. Aunque era imposible no hacerlo debido a que estaban o corriendo con una pelota entre los pies o porque debían colaborar.
Jungkook tenía a contrincantes sobre él, tratando de sacarle la pelota metiendo pie. No veía ninguna salida ni a ninguno de sus compañeros. Había escuchado un llamado, pero no había reconocido ni la voz, ni de dónde provenía porque iba corriendo.
Entonces visualizó a Taehyung, que estaba solo, tal y como había dicho, solo que no lo había escuchado.
Chutó la pelota, dando un pase largo. Kim llevó la pelota corriendo hacia la portería dónde debía marcar, chutó y marcó gol casi de inmediato, saliendo de aquel empate tenso que tenían contra el equipo adversario.
Todos los del equipo, menos Jungkook, celebraron lanzándose (literalmente) sobre Taehyung. El partido terminó una vez empezó a llover, ya que el campo empezó a resbalar y quedaron como estaban, habiendo ganado el equipo de su universidad.
Todos fueron a los vestuarios, se ducharon rápidamente porque no querían que la lluvia fuera más fuerte y fueron saliendo uno por uno, hasta que el pelinegro quedó totalmente solo.
Se visitó con calma, puesto que él había llevado el coche aquel día a la universidad y no le preocupaba la lluvia, así que podría llegar a la residencia en menos de 10 minutos por carretera y podría ahorrarse eso 25 minutos andando bajo la lluvia.
Salió con su mochila colgada en el hombro y entró a al universidad para no tener que hacer el camino hasta el párquing por fuera. Una vez salió, visualizó su coche, pero también a algo que no esperó ver. Taehyung, bajo la lluvia, empapado, parecía estar esperando a alguien delante de una carretera.
Ignoró por completo al chico y se fue corriendo a su coche, pero pudo escuchar el llamado de esa voz chirriante.
— ¡Jungkook! — Pudo ver a Kim corriendo en su dirección.
Se apresuró en sacar la llave de su mochila, ya que no quería mojarse aún más y menos tener que hablar con el castaño, no obstante, este llegó antes de que él pudiera sacar la llave. Al verlo más de cerca inmediatamente pensó en lo atractivo que se veía.
Taehyung estaba con el pelo mojado cayendo por su frente, la ropa de calle pegada a su cuerpo, dejando ver su silueta marcada en la que se había fijado tantas veces en el vestuario y sobre todo, la respiración agitada le daba un toque caliente según la opinión de Jeon.
— ¿Qué pasa? — Preguntó con un tono borde.
— Sé que es algo repentino, pero ¿podrías hacerme el favor de llevarme a la residencia? Es que iba a venir a buscarme alguien, pero se retrasa y no quiero esperar 20 minutos aquí y menos caminar con esta lluvia.
Lo miró con el ceño fruncido.
— ¿Para que me empapes el coche?
— Jungkook... Lo digo en serio.
— Yo también.
Taehyung suspiró antes de seguir con la conversación.
— ¿Por qué coño me odias tanto? ¿Por qué siempre la tomas conmigo? No lo entiendo, y estoy harto. Sé que yo también hago cosas, pero son en broma y por mucho que no me caigas bien no te trato mal... Pero parece que tú me odias de verdad...
— No te odio.
— Le vas diciendo a Jimin y a los chicos que soy insoportable. No entiendo qué demonios te pasa conmigo, pero yo no hago eso.
La lluvia seguía empapando a ambos chicos con fuerza, y el mayor de los dos suspiró. No esperaba que aquella conversación sucedería algún día, menos en aquel momento. Pero no le quedaba otra que seguirla.
— No me gusta la gente ruidosa, es sencillo.
— No soy ruido-
— Sí, al menos para mí. — Lo interrumpió. — Pero nunca he dicho que te odie.
— ¿Eres así conmigo porque soy ruidoso, en serio? — Preguntó con la boca abierta.
Jeon sabía que aquella no era la única razón, pero no podía decirlo.
— No me gusta tu personalidad. — Musitó.
— ¿Y por eso te caigo tan mal?
El pelinegro se quedó en silencio. Kim hizo lo mismo, esperando una respuesta, pero suponía que jamás la recibiría, que era imposible.
— Sí.
— Estás jodiéndome.
— No.
— No puede solo ser eso, Jungkook, es imposible.
— ¿Entonces que más quieres que te diga? Me caes mal porque no me gusta tu maldita personalidad, Taehyung.
— ¿De verdad que montas todo el maldito escándalo de que te caigo fatal por el simple hecho de que no te gusta que sea tan "ruidoso"? Perdona, pero yo no me creo esa tontería.
— Es eso, no tiene más.
— Sigo sin creérmelo. ¿Qué te he hecho para que te caiga tan mal? Es que es absurdo e incoherente que te comportes así con una persona solo porque no te gus-
— ¡Que te odio porque me atraes a pesar de que no me guste nada tu personalidad, joder! — Gritó estresado. — ¡¿Lo entiendes?! ¡Me gustas a pesar de lo escandaloso que eres y odio sentir esta mierda! — Soltó sin pensar.
La boca de Taehyung se entreabrió y la mirada de este se suavizó, conectando con la del mayor.
— Jungkook... — Murmuró.
A Kim también le había caído mal Jeon desde el principio, desde luego que odiaba la personalidad reservada del pelinegro y también sentirse atraído hacia él a pesar de eso. Pero para nada esperaba que la razón por la que el contrario lo odiaba fuera la misma.
— Me voy. — Suspiró el pelinegro mientras buscaba las llaves del coche.
— ¿Puedes hacer el favor de escucharme?
— No, ya hemos tenido suficiente. — Dijo sacando las llaves después de un buen rato. — Ya tienes lo que querías, ¿no tienes suficiente con eso? — Abrió la puerta.
— Tú también me atraes a pesar de que me caigas mal, me pasa lo mismo que a ti. — El pelinegro se paró en seco al escuchar esas palabras. — ¿Ahora me escucharás?
El mayor se giró, mirando al castaño, quien estaba con sus brazos cruzados, muerto de frío.
— Entremos al coche, hace frío. Pero pon una toalla o algo para no mojar mucho el coche, yo haré lo mismo.
Taehyung asintió e hizo lo que el contrario le pidió en silencio. Observó las manos de Jungkook que encendían la calefacción, haciéndole sentir un pequeño escalofrío al notar el aire caliente debido al cambio de temperatura repentino.
El silencio permaneció mientras Jeon arrancaba el coche.
— Eso... Que tú también me atraes. — Trató de continuar con la conversación de hacía un rato.
— Eso no es cierto.
— Lo es, créeme. No me gusta como eres, pero a la vez me siento totalmente atraído por ti, es extraño. Supongo que es lo mismo que te pasa a ti. — Vio al contrario asentir.
Cuando llegaron al parking de la residencia, el cual estaba lleno de coches, ya que la gran mayoría de alumnos estaban dentro de sus habitaciones, se miraron.
— Creo que será mejor que olvidemos esto. — Dijo Jungkook.
— ¿Por qué? — Preguntó Taehyung algo alterado.
— Simplemente, hay que dejarlo pasar, que todo sea como antes. — Explicó mirando la ventana llena de gotas de agua.
El mayor sintió como la mano de Taehyung se posó en su mejilla y movió su cabeza, obligándolo a mirarlo directamente.
— Si ambos nos atraemos no debería haber problema...
— No, prefiero que todo sea como siempre.
Entonces Kim se atrevió a plantar un beso, que sorprendió al pelinegro porque acaba de decirle que no quería nada, pero aun así no se separó, lo continuó.
— Deja de decir tonterías. — El castaño se separó y lo miró antes de volver a hablar. — No tiene sentido lo que dices. Ambos nos atraemos y eso ya es suficiente como para poder hacer esto. — Lo volvió a besar.
Aquel beso se intensificó más de lo que les gustaría, pero a la vez lo disfrutaban por completo. Desde hacía mucho fantaseaban y deseaban hacer eso, y ahora que podían, no perderían la oportunidad.
— Es... Estamos en un coche. — Jadeó el castaño al sentir las manos de Jungkook por su cuerpo.
— ¿No eras tú el que querías esto?
— Sí. — Gimió. — Pero nos puede ver alguien.
— Pues vayamos a otro sitio. — Habló mientras arrancaba nuevamente el coche, en una dirección desconocida para ambos.
Cuando vio un callejón se metió allí, en la oscuridad de ese y casi se lanza a por Taehyung.
— Es tan raro estar así. — Kim jadeó mientras se ponía a horcajadas sobre el mayor.
Jeon agarró la palanca que había abajo de su asiento y tiró para atrás para poder tener más espacio.
— Llevo tanto tiempo esperando el momento de tenerte que ahora no pienso dejarte ir. — Pronunció el pelinegro entre besos y tocamientos.
— Agh, yo tampoco. — El castaño amaba sentir las manos de Jungkook sobre su cuerpo, cintura, caderas y trasero.
Taehyung se atrevió a agarrar el bordillo de la camiseta del contrario, que estaba pegada a su cuerpo debido a lo húmeda que estaba por la lluvia y se la sacó, el mayor no reprochó, algo que agradeció. Su camiseta también fue quitada por el chico contrario, y ambos seguían en aquel juego de besos.
— ¿A dónde quieres llegar Jungkook?
— Hasta donde tú quieras, pero me he tocado tanto pensando en ti que no perderé la oportunidad de follarte como he soñado si es que me dejas. Sé que te gustará, así que es mejor que no te niegues.
— ¿De verdad lo has hecho? — Preguntó orgulloso de saber eso. — Me gusta la idea de que te hayas tocado imaginándome.
— Por supuesto que lo he hecho, ¿entonces, qué dices?
— Fóllame. — Lo miró. — ¿Tienes condones y lubricante?
— En la guantera.
El menor giró su cuerpo y abrió la guantera para agarrar un pequeño sobre de plástico, de aquella caja de condones que ya había sido estrenada, y el lubricante, el cual estaba nuevo. Se quitaron la ropa como pudieron, pero al lograrlo sentían que sus pieles ardían ante el roce contrario.
Los dedos de Jungkook estaban bañados en lubricante, en el interior de Taehyung, el cual estaba agarrado a los hombros del chico y se retorcía del placer, con su torso pegado al contrario para dejar su culo mínimamente en pompa.
— Creo que así será más que suficiente. — Sacó los dedos y los secó en una de las toallas que había en el interior del coche.
Ya con el preservativo puesto, alineó su miembro con la entrada de Kim, el cual ansiaba tener a Jungkook dentro de él.
— Sé rápido. — Gimió. — Te necesito.
Jungkook amaba aquella sensación de ser totalmente apretado por el interior de un hombre, pero con Taehyung se intensificaba la sensación y experiencia, hasta el punto de soltar un gemido de satisfacción al meter todo por completo.
— Muévete. — Ordenó y el castaño sin dudarlo se movió, agarrando los hombros de Jeon mientras hacía movimientos circulares con su cadera.
Oh sí... Gimió al sentir como las paredes del interior del menor lo apretaban con fuerza, al igual que este soltó un agudo gemido, esto debido a que el miembro de Jungkook había tocado la próstata contraria.
— Dios, me encanta. — Gimió el contrario mientras daba pequeños saltitos provocando que ambas pieles hicieran ruido al chocar.
En aquel momento Kim no paraba de gemir y como diría Jungkook, "ser ruidoso", sin embargo, en ese instante no le molestaba, de hecho amaba escuchar al chico lloriquear y jadear su nombre por el placer que estaba sintiendo.
Odiaba estar en ese momento en el coche porque no podía follarse a Taehyung tan bien como le gustaría, pero a la vez le encantaba el morbo de estar en medio de un callejón, con la lluvia cayendo y dentro del coche follando, con todos los cristales empañados.
— Agh, Jungkook. — Sintió las cortas uñas contrarias clavarse ligeramente en sus hombros, cosa que no le importó.
Casi al instante, sintió la boca de Taehyung sobre la suya, pero no fue un beso largo debido a que la boca contraria se fue a atacar su cuello.
— Taehyung... — Jadeó al sentir su orgasmo cerca. — Sigue así, joder...
Aquellas palabras impulsaron al menor a moverse de manera más rápida.
El placer que sentían era inmenso e inexplicable, pero amaban sentirlo.
Jungkook agarró la pequeña cintura de Kim y subió su pelvis, llegando más profundo en el contrario y provocó un grito de placer por parte del castaño. Desde ese momento, empezó un vaivén de embestidas, que se mezclaban con los movimientos circulares de Taehyung.
Los gemidos de ambos se volvían cada vez más altos, pero no les importó, ya que estaban sumergidos en el placer y el calor del otro.
El orgasmo de los dos chicos golpearon al mismo instante, Jungkook corriéndose en el condón y Taehyung tanto en su abdomen como en el de Jeon.
Las respiraciones eran agitadas y descansaban apoyados en el otro. Las miradas de ambos conectaron, oscuras, y llenas de pasión y lujuria. Ninguno de los dos pensó en nada, solo unieron sus veces nuevamente.
Era una sensación extraña, casi irreal.
Una vez se tranquilizaron, Taehyung se apartó, sentándose sobre la toalla que había en el asiento del copiloto y empezando a ponerse la ropa como podía.
Ninguno de los dos había saciado su necesidad de tener al otro, pero no dijeron nada.
— ¿Vamos a la residencia? — Preguntó Taehyung ya cambiado, Jungkook soltó una risa mientras negaba con la cabeza.
— Como quieras. — Encendió el coche.
— Ahora parece que ya no me odias.
— Pues vuelvo a la normalidad. — Pronunció e inmediatamente Taehyung gritó "¡no!" — ¿Entonces?
— Las cosas están bien así.
— ¿Así que lo que te hacía falta para que dejaras de ser así era una follada?
— Si te soy sincero, esta no es suficiente. — Lo miró guiñando uno de sus ojos.
— ¿Quieres más? Pensé que no.
— Y yo pensé que tú tampoco.
Jungkook suspiró y condujo hasta la residencia.
— Ven a mi habitación y podrás ver las ganas que tengo.
Taehyung rio y asintió.
— Me parece bien.
Y así fue como los dos chicos se quedaron toda la tarde follando en la habitación de Jungkook, tocando todo aquello que no habían podido durante tantos meses.
¡Nos vemos en el próximo capítulo!
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