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ten. with great power comes great responsibility

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FIND MY WAY BACK ! !

❝≡┊. ︵ CAPÍTULO 10
°。🕸️ ┇UN GRAN PODER CONLLEVA UNA GRAN RESPONSABILIDAD
Lo siento, Peter. Pero tiene a que saber que, lo más difícil de este trabajo, es que no siempre puedes salvar a todos.



CUANDO LLEGARON AL TECHO DE LA ESCUELA, MAYA SUSPIRÓ ALIVIADA. AÚN NO PODÍA CREER QUE HABÍAN TENIDO QUE CAMINAR HASTA EL LUGAR SOLO PORQUE MICHELLE SE NEGÓ A QUE LOS PETER'S LOS LLEVARAN.

—Ay Dios, el cuerpo me duele horrible —se quejó, mientras se recargaba de la pared.

El dolor de los golpes que había recibido horas atrás aún no se iba, en realidad parecía que incrementaba con cada segundo.

Maya volvió a enderezarse casi al instante, cuando vio a Peter sentado en el piso, a varios metros de donde estaban ellos. Tenía su traje de Spider-Man, pero no la máscara, y su rostro tenía golpes y estaba manchado de sangre. Maya le dio una mirada a Ned y Michelle, indicándoles que fueran primero. Ambos asintieron y comenzaron a caminar en dirección al chico.

La castaña se acercó a su novio, besando su mejilla, y después ambos lo abrazaron mientras que él trataba de no romper a llorar ahí mismo.

Maya se acercó después de unos segundos, cuando Ned y Michelle se separaron. Al verla, Peter no espero más y se lanzó a sus brazos. Maya lo recibió, abrazándolo con fuerza y escuchando cómo lloraba.

—May se fue, Maya —dijo entre sollozos, escondiéndose entre los brazos de la rubia—. May se fue. Y es mi culpa, no debí haberlos llevado. Tenías razón, no era mi asunto, no debí hacerlo. Si los hubiera enviado a sus universos May seguiría aquí.

Maya cerró los ojos con fuerza, sintiendo las lágrimas bajar por su rostro. Negó lentamente, escuchando al chico llorar.

—No —murmuró—. No es tu culpa, Peter. No es tu culpa, ¿okey? Tú no sabías que esto iba pasar —dijo, separándose de él para después limpiar sus lágrimas—. No te culpes por lo qué pasó.

Peter negó, llorando, y Maya volvió a abrazarlo con fuerza. Sentía como su corazón se rompía al verlo así. No le gustaba verlo mal, pero tampoco podía hacer algo para impedirlo. Ya era demasiado tarde.

—Está bien —susurró, acariciando su cabello—. Estoy aquí, Peter.

No te vayas, por favor —dijo con voz entrecortada—. No te vayas, te necesito, Jay. De verdad te necesito.

—No lo haré —negó Maya, dejando un beso en su frente—. No voy a irme, lo prometo.

—No soy un héroe —murmuro después de unos segundos en silencio.

Maya suspiró con tristeza.

—Peter —llamó—. Incluso antes de que recibieras estos poderes... mucho antes de que Tony te diera el traje y te nombrara un Vengador... siempre fuiste un héroe, el héroe de May, el de Ned. Mi héroe. El de muchos.

Estuvieron así por varios minutos. Maya se sentía mal por el estado del chico, nada de lo que decía funcionaba, pues él seguía culpándose por lo sucedido. Peter solo se aferró a los brazos de la rubia, Maya era como una hermana mayor para él, siempre había estado cuando la necesitaba y nunca lo había juzgado. Peter se sentía bien con ella.

Después de un rato, Maya supo que era momento de presentarle a Peter a los nuevos visitantes. Por lo que se separó lentamente de él, rompiendo el abrazo. Limpió las lágrimas del rostro del chico y después le sonrió para tranquilizarlo.

—Peter, hay unas personas que quieren conocerte —dijo en un susurro.

Peter la miró sin comprender, mientras se levantaba con ayuda de la rubia. Ned y Michelle se acercaron a ellos.

Maya no tenía idea de cómo se tomaría Peter aquello, pero eran la ayuda que necesitaban.

Peter pareció recuperarse de golpe cuando vio las dos siluetas de los otros Peter's, que bajaban de la torre. Enseguida se puso frente a los tres, a la defensiva. Maya puso una mano en el hombro del chico y le dio un leve apretón, para hacerle ver que estaba ahí.

—¡Alto! ¡Alto ya! —gritó, cuando los otros dos Peter's estuvieron por bajar. Ellos se quedaron en su lugar, alzando las manos en signo de paz.

—Siento mucho lo de May... —se compadeció el segundo Peter.

—Si, lo siento —murmuró el primer Peter—. Entiendo muy bien por lo que estás-

—No me digas que entiendes por lo que estoy pasando —interrumpió, enojado. El Peter de ojos cafés asintió—. Esta muerta, y es mi culpa.

—Peter-

—¡No Jay! Ella murió por nada. Tenías razón, siempre has tenido razón. Así que haré lo que debí haber hecho desde el principio —miró la caja en manos de Michelle.

—Peter... —comenzó el de ojos azules, pero casi al instante fue interrumpido.

—¡Por favor no! No deben estar aquí, ninguno de los dos, los enviaré a casa —al escuchar eso, el corazón de Maya latió con rapidez, y su mirada se enfocó en su Peter—. Los otros son de sus mundos, ¿no? —preguntó, ambos asintieron—. Pues háganse cargo. Si mueren, si los mataron, es su asunto, no es mi problema. Ya no me importa. Me rindo... Siento mucho haberlos metido en esto, pero ya deben irse a casa.

Irse a casa. Las palabras resonaron en la mente de la rubia, como un eco. «Iremos a casa, te prometí que iríamos a casa, ¿recuerdas?».

Maya cerró los ojos con fuerza, recordando a su padre. Recordó sus palabras, «Tal vez cuando envía a ellos a sus universos, tú...». ¿Ella que? ¿Ella dejaría de tener esas visiones? ¿Lo olvidaría todo? ¿Se iría también? No lo sabía, pero una parte de ella tenía la necesidad de descubrirlo, mientras que la otra sentía que era mejor así.

—Suerte —dijo el chico, e intentó tomar la caja, pero Michelle la alejó y le hizo una seña.

—A mi tío Ben lo mataron —dijo el Peter de ojos azules, llamando la atención de todos—, y fue mi culpa.

Maya agachó la mirada, de repente recordando cuando perdió a su padrino. Aunque él había tomado esa decisión, sacrificándose por todos.

—Y yo... —habló el otro Peter, con un nudo en la garganta—. Yo perdí a Maya —dijo, tratando de contener las lágrimas. El Peter menor puso su mirada en su amiga, notando sus ojos cristalizados—, mi... Ella era mi MJ —señaló a la castaña, quien agachó la mirada. Después su vista se puso en Maya, mirándola con tristeza y culpa—. No pude salvarla, y jamás me voy a poder perdonar por eso.

Maya limpió una lágrima, y miró al primer Peter. Este la observó durante unos segundos, sintiendo su corazón latir con rapidez, y aún sin poder creer que estaba frente a él. Desvío la mirada al chico a su lado.

—Pero seguí adelante —continuó, reteniendo sus lágrimas—. He tratado... de avanzar, de mantenerme como el amigable Spider-Man, porque es lo que ella hubiera querido, pero —se detuvo un momento, observando a la rubia, quien le sonrió de manera tranquila—, en algún momento dejé de medir mis golpes. Me llené de ira, de amargura. Y no quiero que tú termines como... como yo.

Maya buscó la mirada del primer Peter, y cuando sus ojos se conectaron le sonrió. Él allá observó sin hacer ni decir nada, solo sintiendo esa calidez en su pecho que no había sentido desde hacía ya casi cinco años. Después le devolvió la sonrisa, una sonrisa radiante que hizo de, por primera vez en toda su vida, Maya se sintiera completa.

—La noche en que murió Ben —comenzó el Peter mayor, con cautela—, encontré al hombre que creí que lo había hecho. Lo quería muerto. Se me cumplió lo que deseé. No me hizo sentir mejor —se quedó en silencio durante unos segundos, después de mirar a todos los presentes, continuó—. Me llevó mucho tiempo aprender a... salir de esa oscuridad.

—Lo quiero matar —dijo el Peter de ese universo, con su voz cargada de odio—. Quiero hacerlo pedazos. Sigo escuchando la voz de mi tía —Peter se quedó en silencio, las palabras se quedaron atoradas en su garganta y varios sollozos escaparan de sus labios. Se giró a Maya, quien le sonrió tristemente antes de abrazarlo—. A pesar de que estaba herida —continuó, sin separarse del abrazo—, me dijo que habíamos hecho lo correcto... Me dijo que un gran poder-

—Conlleva una gran responsabilidad —continuó el Peter mayor.

Ambos visitantes compartieron una mirada, y asintieron. Peter se separó del abrazo, viéndolos confundido.

—Espera, ¿cómo sabes eso?

—El tío Ben lo dijo... —respondió el primer Peter.

—El día en que murió —continuó el mayor—. Tal vez no murió en vano.

Maya suspiró, acariciando el hombro del chico.

—Lo siento, Peter —murmuró, llamando su atención—. Pero debes saber, que lo más difícil de este trabajo, es que no siempre puedes salvar a todos —dijo, recordando las palabras que una vez le había dicho su padre.

❏  ▭  ❐  ▭  ❑  ▭  ❒

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