eleven. wishes come true
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FIND MY WAY BACK ! !
❝≡┊. ︵ CAPÍTULO 11
°。🕸️ ┇LOS DESEOS SE VUELVEN REALIDAD
❝ Supongo... que el destino quería que nos volviéramos a ver, ¿no crees? ❞
NED ABRIÓ LA PUERTA DEL LABORATORIO DE LA ESCUELA, Y SE HIZO A UN LADO PARA DEJARLOS PASAR.
Maya se encaminó hasta una de las mesas junto a Michelle y Ned, y puso la máquina de Kadavas en esta, para después encaminarse hasta donde estaban los tres Peter's.
El Peter menor tomó una bolsa café y sacó todas las cosas que tenía dentro.
—Okey, entonces... Connors, Marko, Dillon, y... —se detuvo cuando estuvo por decir el nombre del Duende Verde. Maya volteó a verlo, notando eso—. Ah, creo que puedo reparar los aparatos de Dillon y Marko, pero los otros-
—Déjame a Connors, ya lo curé una vez, es fácil —interrumpió el Peter de ojos cafés. Los tres lo miraron con una ceja alzada—. ¿Qué? Es fácil.
—Genial.
—Si, genial.
—Cool —asintió Maya.
El primer Peter les dio una última mirada antes de asentir e irse a otra mesa para trabajar. Maya lo observó, sin poder contener una sonrisa al verlo tan concentrado.
—Creo que puedo hacer un antisuero para el doctor Osborn. Llevo tiempo pensando en eso —dijo el Peter mayor, llamando la atención de los dos chicos a su lado. Ninguno dijo nada—. Tenemos que curarlos a todos, ¿no?
—Si.
—Es lo que hacemos —dijo el mayor, asintiendo.
—Pues ya que —dijo Maya, entre dientes—. Okey, ni siquiera soy un Spider-Man o un Peter Parker, y tampoco se absolutamente nada de esto... pero me gustaría ayudar.
Ambos le sonrieron, asintiendo. Maya se dio la vuelta y caminó hasta donde estaban colgadas las batas de laboratorio. Se puso una y después ató su cabello en un moño mal echo, para seguido ponerse unos guantes que tomó de una mesa.
Al regresar con su amigo, notó que este ya se encontraba solo, por lo que supuso que ese sería un buen momento para explicarle todo lo que estaba pasando con ella.
—¿Cómo te sientes? —fue lo primero que preguntó, a pesar de saber que el chico aún se encontraba mal por lo sucedido recientemente.
—Bien, estoy... bien —murmuró, dudoso.
Maya sonrió tristemente, acariciando su mejilla.
—Aquí estoy para lo que necesites, si lo sabes, ¿verdad?
Peter asintió, tomando su mano y dándole un leve apretón.
—Lo sé —murmuró—. Es solo que, me cuesta asimilar lo que sucedió. Yo nunca quise que esto pasara, ¿sabes? Solo quería ayudar, pero las cosas no salen como yo quiero y ahora es mi culpa que-
—Oye —interrumpió Maya—, ya te dije que no es tu culpa. No te arrepientas de ser una buena persona con las personas equivocadas, Peter.
Peter asintió, sonriendo.
—Gracias —susurró. Se quedaron unos segundos en silencio y luego el chico soltó una pequeña risa, lo que cambió la atmósfera—. Aún no me acostumbro.
—¿A que? —preguntó Maya, mirándolo de reojo.
—A que tú seas mayor —respondió. Maya soltó una risa.
Lo cierto era que en realidad Peter, Ned y Michelle eran mayores que Maya por dos años. Pero cuando sucedió lo del Blip y la mitad de la población desapareció, Maya fue la única de los cuatro que no lo hizo, por lo que cuando los tres regresaron, se llevaron la sorpresa de que ahora ella era mayor.
—Pues yo me acostumbre muy rápido —dijo con una sonrisa. Miró a Peter de reojo, notando que su animo cambió nuevamente—. Podemos hablar si quieres.
Peter suspiro, negando: —La verdad es que no me siento listo —dijo. Maya asintió, comprensiva—. Pero, ¿no hay algo que tú quieras decirme?
—A ti no se te escapa nada, ¿eh? —sonrió—. Bien, ¿por donde empiezo?
—¿Por el principio? —dijo, divertido. Maya soltó una pequeña risa asintiendo.
Decidió comenzar desde la primera vez que tuvo una de esas visiones. Le contó sobre los sueños, las voces, y como eran exactamente. No omitió ningún detalle, e incluso le dijo todo lo que recordaba —lo cual era demasiado—. Le dijo sobre su otra vida, su otra familia, del Peter que había conocido y que ahora estaba a solo unas mesas de ellos, lo que había pasado con ella e incluso cómo había pasado.
Al terminar de hablar, Peter la miraba con una mezcla de sorpresa e incredulidad. Su boca se abría y se cerraba, parecía que estaba tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—¿Qué? —fue lo único que pudo decir.
Maya sonrió, bajando la mirada.
—Tal vez creas que estoy loca —dijo, viéndolo nuevamente—. Pero te aseguro que todo lo que dije es real.
—No, no, no —Peter negó, aturdido—. Quiero decir, no creo que estés loca, porque, bueno, míralos a ellos —señaló a los otros Peter's, soltando una risa nerviosa—. No suena tan loco, en realidad.
Maya soltó una risa, asintiendo. Después su vista se puso en el Peter de ojos cafés, quien en estos momentos estaba hablando con el mayor.
De repente, Ned se acercó a ellos. Él y el Peter mayor intercambiaron un par de palabras, y luego el chico se acercó a donde estaban ellos con paso lento.
—¿Podrías hacer el diagnóstico? —preguntó Peter, sin levantar la mirada de lo que estaba haciendo.
Ned susurró un pequeño «Si», antes de acercarse a la computadora. Maya lo miró con el ceño fruncido, preguntándose que había hablado con el otro Peter que lo había dejado así.
—¿Todo en orden? —preguntó, cuando vio al moreno con intenciones de irse.
—Si, solo —se interrumpió a su mismo, miró hacia todos lados y después se acercó a ellos—. Quiero que sepan, que puede que en tu otra vida tú mejor amigo te haya matado —dijo a Maya, ella y Peter fruncieron el ceño—, pero yo jamás los voy a traicionar, ni me convertiré en un villano, ni moriré en sus brazos. Lo prometo.
Maya y Peter se miraron, confundidos.
—Eh, okey —Peter asintió, aunque sonó más a pregunta.
—Bien —suspiró Ned, antes de alejarse del lugar.
—¿Qué fue lo que le dijeron?
Maya se encogió de hombros, mirando a los otros Peter's. Su mirada se detuvo luego en el Peter de ojos cafés, que seguía concentrado en lo que estaba haciendo.
—Puedes ir si quieres.
—¿Qué? No —negó Maya, viendo a su amigo—. Te estoy ayudando.
—Yo lo termino, tú ve —dijo, asintiendo—. Anda.
Maya le sonrió, antes de dirigirse a los otros Peter's.
—Hola —saludó, una vez que llegó al lado de ambos. El mayor le sonrió en respuesta, pero el de ojos cafés desvío la mirada, nervioso—. ¿Qué fue lo que le dijeron a Ned? Estaba muerto de miedo cuando se acercó a nosotros.
—Bueno —el mayor soltó una risa, rascándose la barbilla—, puede que le haya dicho que mi mejor amigo trató de matarme y luego murió en mis brazos.
—Con razón —murmuró y después sonrió, divertida—. Pobre.
—Sabes —dijo el Peter mayor, llamando la atención de ambos—, yo también tengo una tu —dijo, la rubia lo miró con curiosidad—, me refiero, una Maya.
—¿Enserio?
—Si —asintió sonriente—. Solo que ella tiene quince años y es muy difícil de controlar, más si come dulces.
Maya sonrió.
—Entonces a eso se refería el doctor Octavius cuando dijo que hace unos días tenía solo cinco años.
El mayor hizo un sonido con la garganta a modo de afirmación y volvió a lo que estaba haciendo. Maya se giró al Peter de ojos cafés, notando como este tenía una mirada de tristeza, mientras observaba al frente. Cuando Maya siguió el trayecto de su mirada, notó a Peter y Michelle, quienes estaban abrazados.
—¿Tienes novia? —preguntó el Peter mayor, notándolo.
El estómago de Maya se revolvió ante esa pregunta, miró al Peter de ojos cafés, quien la observó durante unos segundos antes de negar.
—No —suspiró, antes de regresar su vista a lo que estaba haciendo—. No tengo tiempo para cosas de Peter Parker.
El mayor miró a la rubia, por lo que ella supuso que estaba esperando una respuesta de su parte.
—Va a ser raro —dijo, soltando una risa nerviosa y dándole una fugaz mirada a la pareja lejos de ellos—, pero salí un tiempo con Peter —señaló al menor con la cabeza.
—¿Con- ¿Saliste con él? —preguntó el mayor, incrédulo.
—Si, hace mucho tiempo —respondió—. Cinco años, para ser exactos.
—Pero —él se interrumpió a si mismo, confundido. Mientras tanto, el Peter de ojos cafés se mantenía observándolos en silencio—. ¿Qué edad tienes? —preguntó al fin.
—Veinte —respondió la rubia, rascando su barbilla—. Se que es algo raro, pero hay una buena explicación de fondo... Él y yo salimos, solo unos meses, no mucho realmente, unas semanas, tal vez. Pero después hubo un suceso, y Peter junto con la mitad de la población desaparecieron por mucho tiempo, pero antes de que desaparecieran él y yo ya habíamos terminado y cuando regresó yo era mayor que él. Además de que para ese entonces mis sentimientos por él cambiaron, y quedamos como amigos... Casi hermanos.
Maya los miró cuando no recibió respuesta de ellos. Ambos estaban confundidos, pues no habían entendido nada de lo que ella había dicho.
—No soy buena con esto. Pero si hay tiempo prometo que les explicaré lo que sucedió con todos. ¿Y tú?
—Ah, es que es algo complicado —respondió el mayor.
—Si, te entiendo —respondió el otro Peter—. Creo que no está escrito para nosotros.
El estómago de Maya se revolvió nuevamente.
—No te des por vencido —ánimo—. Nos tardamos pero, lo resolvimos. Vivo con MJ —dijo, ganándose una mirada extraña por parte de los dos menores—. Con mi MJ... ¡Ay! Esto es confuso, ¿no?
Maya soltó una risa, asintiendo.
Pronto el Peter de ojos azules volvió a lo suyo, por lo que Maya aprovechó y se giró al otro Peter, sonriéndole antes de ponerse a su lado.
—¿Quieres hablar? —preguntó.
Él la observó en silencio durante unos segundos, después suspiró, bajando la mirada.
—Aún no puedo creer que estas frente a mi de nuevo —dijo, levantando la mirada con una sonrisa nerviosa—. Hace mucho que no te veo.
Maya sonrió, también sin poder creer del todo lo que estaba pasando.
—Esto es una locura —dijo riendo. Peter asintió, también riendo.
—Una vez pedí un deseo —murmuró el castaño, llamando la atención de Maya.
—¿Enserio?
Él asintió, sus ojos estaban llorosos pero a pesar de eso tenían un brillo especial.
—Pedí volver a verte, aunque sea muy poco tiempo —dijo, mientras tomaba su mano—. Supongo que se cumplió.
Maya sonrió, llevando su mano hasta la mejilla del castaño.
—Supongo —murmuró, limpiando una lágrima que se había escapado de sus ojos— que el destino quería que nos volviéramos a ver, ¿no crees?
Él sonrió, asintiendo. Tomó la mano de Maya y dejó un beso en esta.
—Siempre creí que eso de enamorarse de un personaje ficticio o una persona que no existe como tal, pues, no sé, simplemente era ridículo —dijo, soltando una risa, la cual Peter pudo notar que era más por nervios que diversión—. Y luego... Luego estás tú —murmuró, levantando la mirada—, y haces que eso ya no se vea tan ridículo.
—Entonces, ¿tú-
—Recuerdo absolutamente todo —asintió—, y con eso también vienen los sentimientos —susurró, acariciando nuevamente su mejilla. Ambos sonrieron, siendo ajenos a las miradas de Michelle y el Peter mayor. Al ser Peter más alto que Maya, ella se puso de puntas y comenzó a acercarse.
—¡Peter! —ambos se separaron de golpe al escuchar la voz de Ned. Maya le dio al moreno la peor de sus miradas.
—¿Si? —preguntaron los tres al mismo tiempo, después de voltearon a ver, señalándose—. Ah, perdón, le hablas a-
—Peter, Peter —trató de aclarar, Ned.
—Todos somos Peter.
—¿Peter Parker?
—Es lo mismo, todos somos Peter Parker.
—¡La computadora! —dijo Ned, cansado.
El Peter menor se acercó a esta, y comenzó a teclear.
—¡Ay! ¡Ustedes tres me están volviendo loca! —se quejó Maya, ganándose una mirada indignada por parte de los Peter's—. Bien, la cosa va a estar así: Peter 1, Peter 2 y Peter 3 —señaló primero al menor, después al mayor y por último al de ojos cafés. Los tres asintieron, de acuerdo.
—Está listo.
—Si, yo también —asintió el Peter 3, dándole un apretón a la mano de Maya antes de ir con los otros—. A ver, lo qué hay que hacer ahora es atraerlos a alguna parte, ¿no? Tratar de curarlos mientras ellos tratan de matarnos, y enviarnos a casa.
—Usando una caja mágica —asintió el mayor.
—¡Máquina de Kadavas! —corrigió Maya, alzando su mano como si estuviera pidiendo la palabra—. Yo tengo una pregunta, ¿pelearas vestido de pastor buena onda? ¿O necesitas que improvisemos un súper traje de Spider-Man?
El mayor sonrió de lado, bajando el cuello de su camisa y dejando ver parte de su traje de Spider-Man.
—Hombre prevenido vale por dos —bromeó Maya, soltando una risa.
—Aquí están tus cartuchos —dijo Ned, entregándole los objetos a su amigo.
—Ah, gracias Ned.
—¿Y para que son? —preguntó el mayor, dándole una mirada extraña.
—Es el fluido de telaraña para mis disparadores —contestó el Peter 1—. ¿Por qué?
Apenas terminó de hablar cuando Peter 2 levantó su brazo, lanzando una telaraña a un banco que estaba sobre una mesa. Todos los presentes soltaron una exclamación de sorpresa.
—¿Salió de tu cuerpo? —preguntó Ned, emocionado.
—Si, ¿ustedes no lo hacen así? —preguntó a los otros Peter's.
—¡No!
—Eso fue raro e increíble —murmuró Maya, emocionada.
—¿Cómo es posible que la-
—Bueno, no nos distraigamos, miren —interrumpió el Peter menor, regresando la mirada a la computadora—, aquí lo vamos a hacer, ¿si? Está aislado, así no habrá heridos. Usaremos la caja porque todos la quieren. Solo tenemos que pensar como iremos nosotros.
—Ah, pues por un portal —respondió Ned, sonriendo.
—¿Qué?
—Soy mágico.
—Si, si es cierto —dijo Michelle, enseguida—. Si puede.
—Es un hombre de magia —asintió Maya.
—Yo lo vi.
—Es verdad.
—¿Qué? ¿Enserio? —Peter 1 miró a Ned, sonriendo.
—Hago magia como el señor Strange —susurró, emocionado, llamando la atención de los otros Peter's y haciendo que Maya recordara a su padre y se preocupara por él.
—Genial.
Ned asintió, quitándose los lentes y mirando a su amigo y a la rubia.
—Y se los repito, les prometo que no me convertiré en villano ni querré matarlos.
Maya sonrió divertida, mientras Peter 1 lo miraba raro, aún sin entender por qué decía eso. Peter 3 asintió, dándole una palmada en la espalda al moreno.
—Okey, gracias —murmuró el Peter menor, dudoso. Ned le sonrió—. Bien, ahora o nunca —continuó—. ¿Qué es lo que dices siempre? Si esperas decepcionarte nunca-
—No, no, no —interrumpió Michelle, dándole una mirada a la rubia—. Hoy vamos a patear traseros.
—¡A matar! —gritó Maya, emocionada.
El mayor negó, mirándolos a todos de manera severa.
—A curar —corrigió—. A curar traseros.
—A curar y si no se puede, matar traseros.
❏ ▭ ❐ ▭ ❑ ▭ ❒
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