Capitulo 23
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Abrir sus ojos fue un verdadero reto.
Había tenido días duros dónde no pudo conciliar el sueño y el insomnio se volvió un invitado indeseado en su vida al que no podía sacar por más que quisiera. La pesadez en toda su anatomía se debía al cansancio mental y tristeza que lo abordaba desde hace poco tiempo pero aún así le pasaba factura cada nuevo amanecer. Sin embargo ninguno de esos pesares se comparaba al dolor de su cuerpo. Se sentía como si estuviese flotando encima de piedras enormes y como si hubiese dormido en ellas durante una década.
Su vista dio contra un techo muy alto, con tubos oxidados siendo el soporte de dónde sea que estuviese.
Movió su cabeza despejando un poco su mente, se cercioró de tener todos sus sentidos en buen funcionamiento aunque uno de ellos permanecía privado, pues estaba sentado en una silla de madera con sus manos atadas justo a su espalda, el espaldar de la silla no dejaba que se moviera demasiado.
No se sentía gravemente herido, eso quiere decir que no lo golpearon (o al menos que crea recordar) y el tener su ropa bien puesta fue un gran alivio ya que quiere decir que no intentaron algo descarado con su cuerpo.
Lo que sea que quieran hacer con él quieren hacerlo cuando esté despierto y, a juzgar por su boca descubierta, están en un sitio bastante apartado en el que no importará demasiado si grita.
Jimin echó un vistazo por el lugar dando con una puerta de garaje bien grande, no muy lejos un par de autos desmantelados y viejos, una mesa llena de tubos, máquinas de soldadura, herramientas y unos cuantos pañuelos muy sucios.
La única fuente de luz era una ventana alta con diseño de mandala que dejaba entrar la luz del día y dado al potente sol Jimin dedujo que era cerca de medio día, si es que no lo era ya.
--¿Dormiste bien?--…--Jimin se sobresalto al escuchar esa pregunta venir sabrá Dios de dónde.--…--Pido disculpas por tenerte en este lugar tan deteriorado, no va para nada con un hombre tan bello e inteligente como tú, también he de disculparme por tenerte en las condiciones en las que te encuentras pero no es nada que no te hayas buscado.--…--Y luego de buscar tanto de quién provenía esa voz, una figura alta, masculina y bien vestida fue quien se acercó hasta donde Jimin se encontraba atado.--…--Park Jimin.--
--Jefferson… --…--Pronuncio aquel nombre con todo el desprecio posible.--…--Tú…
El hombre alzo su mano interrumpiendo a Jimin.
--La primera vez que te vi supe que un hombre como tú no podía ser alguien común y corriente, mucho menos con un cerebro tan hueco como para terminar en un casino haciendo apuestas y cuando hablé contigo fue demasiado evidente tu destacable intelecto, pero creí que nunca más nos encontraríamos luego de que me fui y cuando me contactaste fue sorpresivo e impactante, es vergonzoso para mí admitir que me emocioné más de lo que debería.--…--Jefferson se agachó un poco y coloco sus manos encima de sus rodillas para así quedar con su rostro bien cerca del contrario.--…--Un hombre tan bello e inteligente como tú tratando de dar conmigo…--…&-Acerco sus dedos para mover unos mechones de la frente húmeda de Jimin pero este rehuyó al toque. Jefferson apartó los cabello de todos modos.--…--Debí sospechar al instante pero tan solo fui un hombre algo inocente en ese entonces que simplemente creyó que te había gustado.--
Jimin paso saliva y su estómago se contrajo de puro asco cuando Jefferson paso sus yemas por sus pómulos cómo una caricia.
--No me toques.--…--Gruño rabiado.--
Jefferson apartó la mano pero no había conmoción por el comportamiento agresivo de Jimin.
--La realidad era que tú eras tal vez más inteligente de lo que yo sospechaba; abogado Park Jimin, usted es una figura política bastante respetada hoy en día. También un hombre que sabe cómo escabullirse, un mentiroso también.--
--Sé quien eres, a qué te dedicas ¡Eres un bastado! Un delincuente, un tipo despreciable al que no le importa nada más que su sucio negocio y su mafia. ¿Por qué me gustaría alguien como tú? También eres un mentiroso ¿O es que acaso un ingeniero industrial va por ahí cometiendo innumerables crímenes?--
Jefferson se erguio y miro a Jimin desde su altura.
--Auchs.--…--Fingió dolor pero dio una sonrisa sombría.--…--Estamos en la misma página ahora.--
--Ya no tengo que fingir, tú tampoco.--
Jefferson asintió y se cruzó de brazos.
--Tienes razón. ¿Sabes? Eres inteligente, pero no lo suficiente. Dime… ¿La señora Woo fue de ayuda? Espero que sí, aunque el que no haya asistido al juicio de seguro fue una lastima.--
--Tú… ¡¿Qué le hiciste a la señora Woo?!--
--Yo no le he hecho nada. Si fuera tú no me preocuparía demasiado por ella. Dime ¿Quién crees que me dijo todo sobre tu caso?--
Jimin se quedó mudo sin saber cómo responder. Jefferson agarró uno de los bancos que estaban en la esquina y se sentó frente a Jimin.
--Ella…
--Creo que no estabas muy al tanto de contra qué te enfrentabas y contra quien. Tengo ojos en todas partes, la información llega a mi rápidamente sin mucho esfuerzo ¿Pensaste de verdad que me tenías? Eres hermoso, pero no soy fácil de engatusar, ni siquiera por un lindo rostro y bello cuerpo como el tuyo. ¿Cuánto pensabas que duraría tu teatro eh? Este chico que vigila las cámaras de la cafetería Coffee Seeds También fue bueno contigo ¿Verdad? Conmigo también, es más, tan bueno es que trabaja para mí.--
Jimin pasó saliva sin poder borrar la sorpresa que le causaba todo lo que Jefferson le estaba diciendo. Entonces Jefferson estaba al tanto de lo que Jimin quería desde hace mucho.
--Eres un maldito.--
--¿Qué es lo que buscabas exactamente con acercarte a mi? ¿Ibas a husmear en mi vida hasta dar con algo que te sirviera para hundirme? ¿Eres de esos que viene con una máscara para luego clavarme un puñal por la espalda? ¿Quién te envió?--
Por primera vez Jefferson mostraba emociones espeluznantes pero Jimin no estaba siendo un cobarde ni débil por ello.
Los dolores de su cuerpo parecieron desaparecer y lo único que lo tenía en el aquí y en el ahora era el odio contra Jung Jefferson.
--Si se supone que lo sabes todo deberías saber quién me envió ¿O es que solo hablas por arrogancia? Y no comas ansias que te vas a hundir, tú y toda tu maldita banda porque me encargué de eso. Cortesía de Park Jimin.--
--No hay nada que puedas hacer aquí encerrado.--
--Créeme que no necesito estar fuera de aquí para ver cómo toda tu mafia y fechoría queda al descubierto. Vas a pagar por todo lo que has hecho Jung Jefferson. No soy el único interesado en que eso pase, hay mucha gente que desea justicia y la van a tener.--
--Lastima que no estarás ahí para ver mi supuesto descenso.--
Jung se puso de pie y pateó el banco lejos, luego procedió a sacar un arma que tenía guardada en su espalda. A Jimin le falló la respiración pero estaría condenado de por vida si deja verse como un miedoso.
--¿Vas a matarme?--
--Es lo que debo hacer. Me has dado muchos problemas y dolores de cabeza abogado Park.--
--Los tipos como tú merecen estar encerrados el resto de sus asquerosas vidas, o muertos, y sin duda el mundo sería un lugar mejor.--
Un lugar mejor dónde Jungwon estaría aún con vida ¿Qué había hecho mal su amigo? Ser alguien fácil de deslumbrar, no ser consciente de los peligros que hombres como Jung Jefferson representaba para la sociedad, no ser precavido con las bajezas del mundo y sus trampas, sus vueltas. Aún así no merecía morir por querer un futuro mejor, había tenido su castigo el tiempo que estuvo encerrado debido a su falta, pero Jimin se encargó de darle una segunda oportunidad y se le fue arrebatada de la forma más cruel.
Jungwon no fue un santo pero al menos Jimin está segurísimo de que el mundo sería muchísimo mejor con hombres como el y no como Jung Jefferson y la gente que lo sigue.
Jefferson acarició el arma mientras sus labios tenían una sonrisa falsa.
Y cuando por fin quitó el seguro de la misma y la tuvo cargada Jimin pensó en su enfermo padre que lo esperaba en casa y de seguro sufriría mucho por su desaparición ¿Jefferson escondería su cuerpo o lo dejaría por allí para que fuese encontrado e identificado? Son cosas que no puede preguntar y después de morir no es como que importen realmente. Lo más duro de morir sería no volver con su padre y cuidarlo hasta que sus días en este mundo terminen y…
Un inexpresivo juez apareció en su mente a medida que Jung levantaba el arma y todo el acto pareció ir en cámara lenta.
A Jimin realmente le gustaba demasiado Jungkook, tal vez sentía más que solo atracción y gusto, pues pensar en él en este momento tan espeluznante y crucial fue más que suficiente para saberlo. Y se arrepentía demasiado el no habérsele lanzado encima el día anterior y besarlo sin querer nada más que saborear su sabor varonil e imponente.
Pero al menos estuvo en sus fuertes brazos durante un rato y Jimin supuso que esa pudo haber sido una buena despedida teniendo en cuenta las circunstancias y el giro del destino que él mismo se encargó de mover hasta este fatídico momento.
Sin duda… Le hubiese gustado vivir más para estar con su padre y… Pueda que sea codicioso pero ver a Jungkook un poco más no habría sido un mal plan, es más, era un escenario soñado.
--Realmente me gustabas Jimin. Tal vez demasiado como para posponer este momento durante tanto tiempo.–
–Púdrete escoria.–
Le importaba una mierda si Jefferson había desarrollado algún sentimiento o gusto por el. Haber asesinado a su mejor amigo sentenció su repudio por ese hombre.
Y de pronto tocaron fuertemente el portón haciendo que Jefferson dejara de apuntar a Jimin.
–¿Y ahora qué?–
–¡Jefe hay alguien acá afuera que lo busca!–
Jefferson devolvió su arma detrás de su espalda y fue donde sus trabajadores que estaban del otro lado de la puerta.
Jimin soltó el aire que estuvo reteniendo en sus pulmones debido a los nervios y no sabe si podría llamar oportuna la interrupción o maldita porque solo estaba prolongando lo inevitable.
–¿Qué ocurre?–…--Le pregunta a uno de sus hombres de confianza.–
–Hay un hombre afuera. Vino en una camioneta negra pero la dejó en la esquina.–
–¿Está desarmado?–
–Podríamos ir a averiguar.–
–Hazlo y abre el portón.–
El hombre asintió y haciéndole ademán con su cabeza a su compañero ambos salieron por la pequeña puerta mientras presionaban el botón para que se fuese abriendo el portón y dejar a la vista el mundo fuera de ese oscuro y caluroso lugar abandonado.
Jimin no estaba muy al tanto de dónde podría estar, pero luego de ver todo verde y desolado sabía que debían estar en los suburbios de la ciudad, y si es que aún se encontraban en la ciudad.
Pero nada fue más sorpresivo que ver una figura demasiado conocida de pie allí, muy cerca de la entrada mientras los hombres de Jefferson inspeccionaban que no tuviese armas.
–Jungkook…
Pronunció por lo bajo ese bendito nombre, de ese bendito hombre que hasta hace poco estuvo vagando por su mente.
–¿Y tú quién eres?–…–Se acercó Jung una vez que sus hombres dejaron en claro que el desconocido estaba sin nada más que su billetera.–
–Eso no te importa, Jung Jefferson. Estoy aquí porque tienes algo que es mío y he venido a buscarlo.–
–¿A qué te refieres exactamente?–…–Jefferson miró hacia atrás y lo único que estaba dentro del garaje era un peliazul rabioso, así que era lógico que este tipo venía por Jimin.–…–Oh, comprendo. Es una pena para mí decirte que eso no se va a poder. El abogado Park tiene que rendirme cuentas.–
–Jimin no tiene que hacer tal cosa. Vas a dejarme pasar, lo voy a desatar y ambos nos iremos de aquí.–
–Park Jimin está aquí por una razón y tú sabes mi nombre, pero yo no el tuyo, y si estás aquí significa que tuviste un buen contacto. Espero que te haya informado que no suelo frecuentar demasiado este lugar a no ser que tenga que encargarme de ciertos problemas personalmente. El abogado Park es uno de ellos ¿Te haces una idea de lo grave que es el asunto?–…–Jefferson metió las manos en sus bolsillos y dio dos pasos hacia adelante para quedar lo bastante cerca de un Jungkook inexpresivo. Ambos tenían prácticamente la misma altura.–…–Estás perdiendo tu tiempo. Aún estás a tiempo de irte de aquí con vida.–
–No me voy sin el.–…–El teléfono de Jefferson vibró dentro de su bolsillo así que lo sacó para cortar la llamada, pero no pudo ignorar que lo estaba llamando nada más ni nada menos que el presidente. Sin embargo se estaba planteando dejarlo para después de que terminara con este asunto.–…–Deberías contestar.–
El tono de Jungkook fue demasiado autoritario para lo que debió ser un consejo.
Jefferson contestó la llamada sin dejar de mirar al desconocido.
–Señor presidente, siempre es bueno hablar con usted pero en este momento estoy algo ocupado.–
–Creo saber con qué, Jefferson. Buenas tardes para ti también. Que los trabajos duros no te quien los modales hombre.–
Jung cerró los ojos y miro hacia arriba en busca de serenidad.
–¿Se le ofrece algo señor presidente?–
–Me he enterado de que tienes secuestrado a alguien importante para un gran amigo mío.–
–Señor presiente, usted no tiene amigos.–
Al otro lado de la línea se escuchó una risa algo ruin.
–Eres un insolente.–
–Pero tengo razón, señor.–
–El hombre que acaba de llegar a tu pequeña madriguera clandestina es uno de los pilares de mi gobierno y me vería en un gran aprieto si lo pierdo.–
–Si me pone en esta posición creo que seré yo el pilar que termine perdiendo, presidente.–
–Oh no hay que ser extremistas, Jefferson. Solo suelta al abogado y deja de ser resentido. Estás bien, no te han roto un hueso, matado a tu perro o alguna mierda. No hagas esto más complejo que lo menos que quiero es enojarme, Jefferson.–
Jefferson respiró hondo y volvió a mirar al hombre frente suyo.
–¿Quién es él?–
–Estás tan ocupado trabajando que no has visto noticieros desde hace un buen tiempo. Eres tan trabajador.–…–El sarcasmo era tan palpable que Jung se mordió el interior de su mejilla para evitar maldecir.–…–Él es Jeon Jungkook, lo que hace y representa para el país no necesito explicarlo ¿Cierto?–
–Cierto.–…–Jungkook miro detrás del hombro de Jung para ver a Jimin, ambos se miraron por poco tiempo antes de que Jung hablara.–…–Y espero usted también recuerde quien soy y lo que represento.–…–Jefferson alzó un poco la voz esperando que Jimin pudiera escuchar, pero sus ojos estaban clavados en los del juez y dijo –…–Si mi nombre sale siquiera en un diario, el nombre de mi banda hace un pequeño eco en un artículo de periódico local romperé mi relación con su gobierno y buscaré a Park Jimin y lo mataré. Espero haber sido claro.–
Y colgó la llamada
–Dije que debías contestar.–
Los labios de Jefferson se curvaron en una sonrisa falsa y se hizo a un lado para que Jungkook pasara.
–Haga lo que vino a hacer, Juez Jeon.–
Jungkook no tuvo que pensarlo dos veces y con la confianza y determinación que lo caracteriza fue directamente hacia donde estaba Jimin y se colocó a su espalda para prácticamente romper la soga lastimando un poco sus uñas.
–Jungkook…
–Hablamos en el camino, Jimin.–…–Una vez que Jimin estuvo libre Jungkook no le dio tiempo para hacer mas, pues lo agarró del costado rodeando su cadera con su brazo y lo ayudo a caminar fuera del estacionamiento.–…–Estás bien, eso es lo único que importa ahora.–
–Suéltame Jungkook.–…–Forcejeo un poco, pues ver el rostro de Jefferson cada vez más lejos solo aumentaba su impotencia.–
–No lo haré. Debes calmarte.–
–¿Calmarme mientras me voy dejando al asesino de mi mejor amigo atrás como si nada? no me jodas Jungkook.–…–Le dio a Jungkook un empujón y este le soltó.–
En eso Jimin aprovecho para darse la vuelta con dirección hacia Jung Jefferson. Poco importaba que tuviese a dos tipos enormes armados listos para protegerlo. Jimin necesitaba, tan solo necesitaba…
–¡Él no fue!–…–Jimin se detuvo en seco, su mirada clavada en Jefferson pero sus oídos escucharon la voz fuerte de Jungkook.–…–¡Él no mató a Jungwon!–
–¿Qué dices?–…–Susurró la pregunta. Nadie más que si mismo pudo escucharla.–
Jefferson parecía bastante confundido ante toda esta situación. Jungkook se pasó la mano por el cabello despeinándolo. El dolor de cabeza estaba insoportable y él parecía el único consciente de las cosas.
Se acercó y se puso frente a Jimin para hablarle a Jefferson.
–¿Podrías presentarte como eres realmente? Por favor.–…–Jungkook observo por encima de su hombro la conmoción en Jimin y solo quería abrazarlo y ponerlo a salvo, pero este tenía que entender cómo eran las cosas aquí y ahora.–…–Jimin necesita saber quién eres, y yo te explicaré quien es realmente Park Jimin.–
–Soy Jung Jefferson, y soy el líder de la banda de los anclas.–
La boca del abogado se abrió ¿Anclas?
–¿Cómo que los anclas?–…–Se puso al lado de Jungkook.–
–Se supone que lo sabrías. ¿No te acercaste a mi para eso? Dar conmigo y mi red para luego entregarlo a los medios de comunicación.–
–¡SE SUPONE QUE ERAS EL LÍDER DE LOS PARCAS!–…–Le señala con molestia.–
–Bien, ya no creo que seas un hombre inteligente.–
–Jimin se acercó a ti pensando que podrías darle algo que lo ayudara con el caso que estaba llevando. No supo que eras Jung Jefferson, hijo del fundador de Anker hasta hace poco. Es por eso que él pensó que tú…
–Era el líder de los Parcas.–…–Termino la oración y Jungkook asintió.–…–Joder, nunca he sido el dueño de Anker.–…–Esto lo dice mirando a Jimin.–
–Pero tu… Siempre estás ahí.–
–Voy porque fue el sitio adorado de mi padre y yo... Bueno le tengo algo de sentimiento al maldito lugar, ya sabes, cosas de familia, pero no sé nada de los movimientos que hacen allí más allá de que hacen grandes apuestas. Asisto como un cliente frecuente del montón, sin embargo el dueño es quien se encarga de todo.–
–¿Quién es?–…–Pregunta de inmediato, sus ojos cargados de lágrimas de rabia contenida.–
–No tengo porqué decírtelo.–
Jungkook suspira.
–Jimin quiso arremeter contra ti buscando justicia. Su cliente era su mejor amigo y fue asesinado a las afueras del juzgado a solo una hora después del juicio dónde fue declarado inocente. Tenía una deuda con uno de los tipos mas importantes de ahí y, ya sabes, no es ninguna coincidencia.–
–¿No hizo su pago a tiempo?–
–No, y sembraron mucha droga en su patio para incriminarlo. Por ello estaba en la cárcel, por eso Jimin fue a Anker para buscar algo que le ayudara a demostrar que esa droga no era suya.–
–¿Por eso querías que la señora Woo declarara en el juicio?–...–Las cejas de Jung se estrecharon hacia el peliazul.–
Jimin asintió.
–Ella vio cuando enterraban la droga en el patio de su casa.–
Jefferson negó riendo sin gracia alguna.
–Ese es el método de castigo de Adonai, o al menos de hacer que los que no cumplen su palabra tengan lo que se merecen.–
–¿Quién es Adonai?–…–Pregunta el peliazul.–
–El verdadero líder de Anker, el líder de los Parcas: mi padre le vendió el casino al fundador de la banda hace muchos años ya que eran buenos amigos y mi padre estaba seguro de que en manos de ese hombre estaría mejor, era conocido como Adonys dentro del mundo de la mafia. Tu amigo de seguro apostó con alguno de los hombres que apuesta en nombre del actual líder quien es conocido como Adonai y cometer una falta con ellos es hacérsela a Adonai directamente. Pero si te sirve de consuelo y tranquilidad él está en la cárcel desde hace casi cuatro años cumpliendo una condena de diez años así que no vas a poder encontrar más justicia que dejar que las cosas sigan cómo están.–
Jimin estaba en shook sin poder procesar correctamente lo que estaba escuchando. Todo lo que creyó que estaba en sus manos no se podía comparar con otra cosa más que arena que ahora se iba con el viento.
–La lucha de Jimin siempre fue contra los Parcas así que no tienes que preocuparte por nada, Jung Jefferson.–…–Dijo Jungkook antes de agarrar a Jimin del brazo y llevarlo consigo en busca de la camioneta.–
Esta vez Jimin no puso resistencia y guardo silencio absoluto sin mirar atrás donde Jung Jefferson estaba igual de conmocionado que el abogado.
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–¿Me estás amenazando Jungkook?–
–Puede tomarlo como quiera, solo interceda por mí y no habrá problemas para ninguno de los dos.–
–Podrías empezar contándome qué es exactamente lo que quieres y porqué.–
–Park Jimin es un abogado que… Es mi pareja.–
Hubo un gran silencio en la línea.
–¿No se supone que estás casado?–
–Estoy en proceso de divorcio.–
–Es una pena. Tu esposa parecía ser una buena mujer eh, pero volviendo al tema importante... mmm ya entiendo porque tanta insistencia de tu parte.–
–Jung Jefferson hizo algo que mi pareja no pudo tolerar.–…–No iba a decir que Jimin era un familiar, y dado a todo lo que han estado viviendo pareja sonaba muchísimo mejor y no le causó malestar a Jungkook.–…–Mandó a asesinar a su mejor amigo. Este tenía una deuda con su banda: los Parcas.–
–Mmmm creo que te estás equivocando Jungkook, Jefferson no es el señor y jefe de los Parcas.–
–¿Qué dice?–
–Jung Jefferson es Líder de la banda de los Anclas y si, ambas bandas tienen una pequeña alianza pero a su vez nadie se involucra en el terreno del otro, ni los Parcas con los Anclas y viceversa.–
Jungkook cerro los ojos y dejo que su frente chocara contra el volante por segunda vez.
–He de asumir que ambas bandas tienen tu protección.–
–No mi protección, diría que más bien mi discreción pero no es de tu incumbencia mi relación con ellas.–
–Tiene toda la razón, presidente.–
–Si ese mejor amigo de tu pareja tuvo problemas con los Parcas es posible que haya sido mandado a ejecutar por el verdadero líder quien está en la cárcel.–
–¿Cómo es eso posible?–…–Suena increíble teniendo en cuenta que esos tipos parecían no caer nunca.–
–Fue puesto bajo arresto un año antes de que yo ganara las elecciones presidenciales así que no tuve siquiera el tiempo de conocerle siendo lo que soy. Tiene su condena, sin embargo no por ser reconocido como el líder de los Parcas, sino por ser un distribuidor de armas así que su condena no fue tan cruel como se esperaría.–
–Da sus órdenes desde la cárcel ¿Verdad?–…–Jungkook sabía que era súper lógico aquello.–
–Sabes cómo funciona todo dentro y fuera de una cárcel así que has de comprender que se puede hacer muchísimo aun si estás privado de libertad. No hace falta más que gente leal, influencia, respeto y poder para que la palabra valga.–
Jimin había estado en contra del tipo equivocado, y ahora mismo estaba secuestrado por el mismo siendo ajeno a toda la verdad.
–Llama a Jung Jefferson, dile que me deje llevármelo. Dime dónde puedo encontrarlo. Yo mismo iré a buscar a… Jimin.–
–Creo que vas a tener que esperar un poco antes de que te dé la dirección, pero tengo una idea de dónde puede estar. Jung Jefferson no es un tipo despiadado, y menos de los que hacen cosas crueles, pero aún así tiene que hacerlo. Sigue sin ser un buen hombre del todo así que sé dónde hace sus trabajos sucios. ¿Qué fue lo que le hizo tu pareja para que se lo haya llevado eh? Mmmm me preguntó si fue algo grave.–
–No es necesario que le dé detalles, presidente.–
–Es cierto, mi querido juez. Deberías cuidar un poco más a ese tipo si es taaaan importante para ti como para tener la osadía de amenazarme. Si así lo proteges…
–La dirección presidente.–…–Dijo rudo y cortante.–
Estaría cuidando a Jimin si fuesen cercanos realmente. Si fueran una pareja de verdad, pero solo habían hecho un trato y una vez que esté terminó Jungkook no sabía cómo sentirse ante la lejanía, ante todos los escenarios dónde debían ignorarse por ser juez y abogado, por ser dos hombres que llamaban la atención. Y para rematar todo él seguía casado.
No podía proteger a Jimin como debería porque simplemente no se suponía que lo hiciera.
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–¿Cómo es posible todo esto? Maldición, maldición.–…–Jungkook miraba con pena a Jimin a su lado sabiendo lo frustrado que debe estar.–…–No puedo creer que estuve a punto de morir a manos de alguien que ni siquiera era el tipo que quería hundir.–
–Lo que importa es que estás bien.–…–Sin negarse a nada Jungkook colocó su mano en la espalda de Jimin y frotó allí buscando darle consuelo.–
–Si, todo gracias a ti.–…–Le mira de reojo.–
Jungkook se encoge de hombros como quien no quiere la cosa.
–No contestabas tu teléfono y después de las cosas que dijiste ayer no tuve que pensar demasiado en lo que tenías planeado hacer. Fue algo muy estúpido e impulsivo de tu parte el exponerte así casi pidiendo que te secuestraran.–
–Tal vez eso era lo que quería; llamar la atención de Jung Jefferson para que viniera por mí y poder enfrentarme a él sin ninguna mentira de por medio. Pero todo fue un desastre.–…–Ríe con amargura.–…–Supongo que no hay nada más que pueda hacer. El tipo que dio órdenes de asesinar a Jungwon está preso pero aún así lo que pida se cumple. No puedo matarle, no puedo condenarle, pues ya lo está. Todo se siente agridulce. Siento que no importa nada por lo que estuve luchando.–
–Nada salió como te imaginabas, pero tienes razón cuando dices que no puedes hacer nada más. Menos contra alguien que se encuentra fuera de tu alcance.–
El líder de los Parcas estaba bastante lejos de su alcance porque no había algo que Jimin pueda hacer contra este.
–Gracias por salvarme Jungkook.–
El nombrado paso saliva y alejo su mano con cuidado de Jimin.
–Soy el único que podía hacer algo por ti. Soy el único que sabía a lo que te estabas enfrentando y la locura que podías cometer.–
–Solo acepta mi agradecimiento, joder.–
Jungkook sonríe a medias.
–Esta bien. No hay de qué, Jimin.–
–¿Viste? No moriste por decir algo tan sencillo.–…–Jungkook asintió.–…–Quieres… Bueno, ¿Te gustaría subir a mi departamento? Podríamos pedir algo para almorzar. Te cocinaría algo para agradecerte pero no tengo fuerzas siquiera para freír un huevo.–
–Acepto.–
–Gracias.–
El menor iba a empezar a bajar del auto pero fue jaloneado por Jungkook y en eso este le dio un beso sin aviso alguno. No fue un beso demandante, sino que fue uno tranquilo al que a Jimin no le costó para nada seguir y lo hizo con mucho gusto.
–Estaba muy preocupado Jimin, eres tan irresponsable.–…–Dijo apenas y siguió besándole.–
El menor se separó pero solo para romper ese beso.
–Cuando Jefferson estaba alistando todo para asesinarme solo podía pensar en mi padre y en tí. Me decía que era muy penoso no volver a verte y poder tener un momento como este. Me siento afortunado de no haber muerto.–…–Y al decir eso último sus ojos se llenaron de lágrimas.–
Jungkook lo miraba con ojos gentiles y no perdió tiempo en rodear ese cuerpo con sus brazos.
–Estamos aquí, los dos, también me siento afortunado de traerte a salvo.–
–Bésame por favor.–
Jungkook tomo el rostro de Jimin entre sus manos y lo acerco con cuidado para darle lo que le estaba pidiendo y que a su vez, él también quería.
Estuvieron besándose durante casi diez minutos y cuando se separaron sus cuerpos estaban más relajados sabiendo que lo peor había pasado y estaban bien.
–Subamos.–
–Si.–
Antes de empezar a subir las tediosas escaleras Jungkook dijo algo que hizo que Jimin palideciera.
–Cuando vine a buscarte esta mañana me encontré con tu padre.–
–¡¿Qué?!–
–Es un señor muy bien presentado, y muy agradable. Ya te platicaré sobre nuestro encuentro.–
Cuando llegaron al departamento lo primero que hizo Jimin al cerrar la puerta a sus espaldas fue interrogar a Jungkook y pidió lujo de detalles sobre el encuentro de este y su padre. Jungkook por supuesto le contó todo mientras pedía comida a domicilio.
–¿Y te creyó?–
–Si me dio el pendrive es porque confiaba en mí así que eso fue suficiente. Aunque si me lo preguntas, estaba algo incrédulo.–
–Joder, tengo que comunicarme con él pronto. Ya lo he preocupado bastante estos días.–
–Estoy de acuerdo.–
–Jungkook… Quisiera hablar de algo contigo.–…–El nombrado le prestó completa atención al peliazul y eso fue devastador para la seguridad de Jimin, pues no iba a conversar de algo trivial, sino de… Ellos.–…–Se supone que después del juicio toda relación entre nosotros debía terminar pero no hemos hecho nada más que lo contrario. ¿Qué es lo que piensas sobre esto? Me interesa saber lo que piensas. Creo que esto se fue de largo y el trato quedó en el olvido.–
–Yo… Solo tengo ganas de estar a tu lado, protegerte. La idea de que nos alejemos me parece muy pésima. No quiero pasar de ti como si no quisiera tener más momentos como este contigo.–
Las palabras de Jungkook sonaban tan sinceras que le dieron justo al corazón sensible de un Jimin que estaba sintiendo lo mismo. Es más, Jimin cargaba con el temor desde antes de que se llevara a cabo el juicio pensando que tendría que dejar a Jungkook en el pasado. No le hizo sentir bien, mucho menos aliviado como se esperaba en un principio.
–¿Solo pasar tiempo conmigo para conversar o para algo más?–
–Besarte, tocarte y hacer mas que eso. Ya lo sabes.–
Y para terminar de rematar su corazón Jimin notó un leve rubor pintando las mejillas ajenas.
–Yo… –…–En eso, el timbre sonó a lo que Jimin fue a ver. Era el repartidor de comida con su pedido así que pagó y colocó los alimentos en la mesa.–
Ambos hombres se dispusieron a comer sin hablar prácticamente nada. Jungkook era quien más miraba a Jimin mientras este hacia de cuenta que no sentía su fija mirada. Al culminar ambos de comer, Jimin se sintió casi aliviado, pues siempre es mejor conversar con el estómago lleno.
–Creo que debería irme ya. Con todo lo que has pasado lo mejor sería que descansaras.–…–Jungkook no quería irse, pero tal vez eso era lo mejor para Jimin en estos momentos.–…–Te llamaré luego. Gracias por la comida.–…–Se puso de pie y se dio la vuelta dispuesto a irse.–
–Jungkook espera por favor.–…–El nombrado se detiene y se gira para escuchar lo que Jimin tenía que decirle.–…–No podemos seguir ignorando esto que estamos haciendo.–…–Acorta la distancia entre ellos pero no quedó demasiado cerca ya que quería mirar como se debía al mayor: justo a los ojos y arreglar las cosas.–…–Se supone que esto de nosotros debió terminar apenas diste el martillazo que cerraría el juicio de Jungwon, sin embargo aún seguimos aquí, juntos, ambos luego de que arriesgaste tu propia vida para salvarme. Joder, prácticamente amenazaste al presidente para hacerlo y ahora dices que quieres protegerme y estar cerca de mí y a decir verdad yo... Yo tampoco quiero estar lejos de ti. Eres un malhumorado que me saca de mis casillas la mayor parte del tiempo, pero aún así lograste que yo no pueda dejar de pensarte, desearte y quererte.–
–Me quieres.–…–Debió ser una pregunta, pero luego de todo lo que Jimin le estaba diciendo Jungkook simplemente no podía no creerle, aún así no estaba preparado para escuchar aquello.–
–Si, yo te quiero y después de lo que me has dicho eso significa que tú también me quieres aunque no lo hayas descifrado de esa forma.–…–Agarra las manos de Jungkook y las acaricia mientras este sigue con su mirada cada acción que hace.–…–No soy de esconderme, pero tenemos una avalancha de nieve a nuestras espaldas así que no podemos estar como quisiéramos, al menos no por ahora. Aún sigues casado.–
–Sabes que no será por mucho tiempo.–…–Se apresura a decir.–
–Lo sé, pero sigues siendo un hombre casado, un juez, y yo soy el abogado defensor en un caso que dirigiste recientemente y al que todos cuestionaron tu veredicto por primera vez.–
–Pero…
Jimin colocó su dedo índice en los labios de Jeon para que no siguiera hablando.
–No podemos exhibirnos, no somos cualquier persona y pues, no quisiera tener que verte a escondidas cuando el juicio ha terminado así que creo que lo mejor es que nos demos un tiempo.–
–Jimin acabo de decirte que quiero estar a tu lado y me dices que debemos hacer todo lo contrario. No comprendo.–
–Si lo haces, sabes que estoy hablando desde la razón y la lógica. Además, aún existe la posibilidad de que solo sientas lujuria por mi y que se te pase luego.–
–Soy un hombre que sabe lo que quiere.–
El menos frunció sus labios. Lo sabía, pero esta “relación” entre ellos no empezó de una forma normal, nunca lo fue así que pueda que simplemente estos sentimientos se desvanezcan con el pasar del tiempo y Jimin tiene miedo de que eso pase, pues las cosas que siente por Jungkook no las ha sentido con nadie más y no va a engañarse diciendo que podría superarlo fácilmente, los hombres como Jeon Jungkook llegan a tu vida para dejar una huella imborrable. Jimin está enamorado de ese hombre y teme por lo que Jungkook pueda sentir luego. No cree soportar ser echado.
–Si eres un hombre que sabe lo que quiere vas a seguir teniendo estos deseos por mi aún si pasa un tiempo ¿Verdad?–…–Jungkook solo lo miro desde su altura sin expresar nada, y Jimin no sabía si estaba decepcionado, frustrado o algo más.–…–Ve y haz lo que tengas que hacer para ser un hombre libre. Yo seguiré aquí queriéndote.–
*Y esperándote*
–Yo también te qui…
Jimin se apresuro a cubrir la boca de Jeon.
–No digas más. Vuelve cuando estés tan seguro de ello que yo lo crea plenamente cuando me lo digas. No sueltes palabras tan significativas a la ligera.–
*O no voy a poder dejarte ir*
Aleja su mano y Jungkook asiente sin decir nada. Tan solo procede a darle un largo y casto beso a Jimin en su frente mientras este luchaba internamente contra sus deseos sabiendo que esto era lo mejor por ahora. Quería actuar correctamente pese a que su corazón se negaba a todo esto.
–Entonces… Nos veremos pronto, Jimin.–
–Espero que sea así, Jungkook.–
Y tras una última mirada Jungkook se fue definitivamente cerrando la puerta con cuidado, el único cuidado destacable en el departamento de un hombre que estaba padeciendo de un corazón abandonado por su propia decisión.
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Ay señor
Holis soldadxs🙈 espero estén bien❤️
Solo falta el capítulo final y el epílogo para terminar esta historia y por las mismas será subido el segundo libro de la saga. He estado trabajando en el desde hace un mes así que estará intensito 👀 de verdad espero que les guste.
Nos leemos luego soldadxs❤️
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