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O32.

𝐈 𝐎𝐍𝐂𝐄 𝐁𝐄𝐋𝐈𝐄𝐕𝐄𝐃
𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐖𝐎𝐔𝐋𝐃 𝐁𝐄,
𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐀𝐍𝐃 𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄
𝐁𝐔𝐓 𝐈𝐓'𝐒 𝐆𝐎𝐋𝐃𝐄𝐍!

                Finalmente los días avanzaron hasta llegar al día esperado. El cual era un sábado.

               El trasplante de células madre generalmente se hace después de que se completa la quimioterapia y la radiación. Por lo que el día anterior, el viernes, Thomas recibió su última sesión del tratamiento.

               Las células madre se inyectan en el torrente sanguíneo, usualmente a través de una sonda llamada catéter venoso central. Las células madre viajan a través de la sangre hasta la médula ósea.

                Las células madre donadas se pueden recoger de dos maneras, Thomas se sometía a la segunda, llamada leucocitaféresis.

                   En esta, el donante recibe varios días de inyecciones para ayudar a que las células madre se desplacen desde la médula ósea hacia la sangre (Así como se hizo en el registro) Durante la leucocitaféresis, se extrae la sangre del donante a través de una vía intravenosa (IV) en el hueso de la cadera.  Luego, se separa la parte de los glóbulos blancos que contiene células madre en una máquina y se extrae para dársela al receptor. Los glóbulos rojos se devuelven a los donantes.

              Antes del trasplante, se pondrán 1 o 2 sondas, llamadas catéteres venosos centrales, dentro de un vaso sanguíneo en el cuello o los brazos. Esta sonda permite que usted reciba tratamientos, líquidos y algunas veces nutrición. También se utiliza para extraer sangre.

            El equipo de atención médica monitorearía cuidadosamente sus hemogramas y signos vitales.

             Y Thomas recibiría medicamentos para prevenir la enfermedad injerto-contra-huésped (EICH) así como prevenir y tratar infecciones, como antibióticos, antimicóticos y antivirales. Era probable que necesite muchas transfusiones de sangre y recibiría alimentación a través de una vía intravenosa (IV) hasta que pueda comer por la boca, y los efectos estomacales secundarios y las úlceras bucales hayan desaparecido.

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                Ese sábado a las 7 de la mañana, Thomas y Dylan entraron a la sala de operaciones dormidos, bajo el efecto de la anestesia general.

                 La familia de Dylan, Ophelia, y Thomas se quedaron en la sala de espera. Durante todas las horas que demoraría el procedimiento.


               Definitivamente quien estaba más nerviosa era la madre de Thomas. La señora Tasha estaba sentada sosteniendo su collar con crucifijo, mientras rezaba en silencio y muy concentrada.

                 Serían largas 4 horas de espera. Por alguna noticia, y el resultado de la operación.

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                   Ava le contó a Ophelia que se había animado a llamarle a su padre para contarle que Thomas sería  operado. Que el hombre parecía entusiasmado con la noticia, pero que no dijo nada más, solo que aseguró que no podría estar presente el día de la operación, ya que debia estar con su "familia". Ava se había molestado, reclamándole como podía comportarse así siendo su padre. Thomas también era su familia, era su hijo.

                  Ophelia lo lamentó, y trató de aconsejar a Ava con que no le dé vueltas a aquel asunto. Aún así Ava seguía muy molesta, y aseguraba que esa sería la última vez que lo llamaría en su vida. Ya no esperaba nada de él.

                    Hablar del padre de Ava y Thomas pareció dar mala suerte en ese momento. Porque fue justo mientras Ava se desahogaba con la castaña, que a la sala de espera llegó un hombre alto y algo subido de peso, junto a una mujer castaña y super ondulada (notablemente mucho más joven que él)

                     Ava y la señora Tasha lo reconocieron al instante. Era el padre de los rubios hermanos, junto a su nueva mujer.

                     El ambiente se puso bastante incómodo de repente. Al final sí había terminado viniendo.

                     —¿Qué están haciendo tú y esa mujer aquí? —La madre de Thomas se levantó de su asiento alterada, enfrentando al hombre.

                     —He venido a ver como sale mi hijo... —Respondía secamente el hombre. —Ava me llamó para que venga.

                    La madre se volteo a ver a su hija, quien también se puso de pie al lado de su madre.

                    El hombre trato de abrazar a Ava, pero la misma se quitó del contacto. —Puedes sentarte, todos estamos esperando. —Le dijo señalandole mejor la sala de espera. —Dijiste que no vendrías...

                  —Lo sé hija, pero aquí mi esposa y yo al final decidimos que sería lo mejor. —Decía sin soltar la mano de la mujer.

                   Ava, ni miró a la nueva mujer de su padre. Sólo los siguió invitando a sentarse.

                   La pareja pasó, sentándose cerca a un rincón.

                  Fue definitivamente lo más incómodo que Ophelia había visto en su vida.

                   La señora Tasha regresó a su asiento, ignorando a su exesposo y a la mujer que venía con él. La madre de Ophelia se acercó a sentarse a su lado pata ayudarla a disiparse.

                    Ava también volvió al lado de Ophelia. Ophelia puso una mano en la espalda de la chica para animarla. El hombre había terminado viniendo, que era para lo que Ava lo había llamado. Y si bien efectivamente era lo mínimo que podía hacer el hombre como padre, había que verle lo bueno.

                     Aun así, Ava seguía muy ofendida, más aún porque su padre había venido con su nueva esposa. Porque la mujer lo tomaba de la mano como un trofeo, y se aseguraba de restregarselos en la cara de una manera no muy sutil.

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                    Lamentablemente el padre de Thomas no se quedó por mucho, su mujer le insistía en que solo tenían poco tiempo. Y el hombre la obedeció.

                     No llegando a permanecer en la sala por más de media hora. El hombre se quiso acercar a despedirse de su hija, la misma volvió a rechazarle el abrazo pero si se despidió verbalmente de él, con notoria decepción en su voz. (Honestamente Ava no esperaba que se quede, así que eso no la sorprendio)

                      —Hija ¿no me agradecerás por haber venido? —Preguntó el hombre cinicamente. Aunque posiblemente para el solo se trataba de una pregunta genuina, de todas formas, aquello fue demasiado desubicado.

                      Ava había llegado a su límite con esas palabras, se puso de pie rápidamente. —¿Te tengo que agradecer? Venir era lo mínimo que podías hacer, te lo dije porque...no sé si te has enterado, pero al chico que están operando es tu hijo. —Lo encaró. —No espero nada de ti, y aún así me decepcionas.

                      —Estas siendo insolente con tu padre. —Le reclamó la pareja del mismo.

                     Ophelia también se levantó para ponerse delante de Ava, y evitar que haga algo. Lamentablemente no sirvió de mucho.

                    —¿Tú me estás diciendo que hacer? —Ava también encaró a la mujer. La señora Tasha, también llegó a calmar la situación. —¿Para esto me digne a llamarte papá? —Volvió a reclamarle al hombre. —Para que primero me digas que estarás con tu familia, y que luego aparezcas con esta mujer y que todavía ni te quedes una hora...¿La insolente soy yo? —Le decía ofendida. Ophelia y la madre intentaron desviarla, pero no lo lograron. —Para lo único que le llamaste a mi hermano fue para pedirle dinero y que se ponga de tu lado...—Dijo enojandose más. Ophelia recordó aquella historia, haciendo que se incomode más. —¿De verdad te tengo que agradecer? ¿De qué?

                 La madre de Ava se logró llevar a su hija a un rincón de la habitación para que se calme. Mientras Ophelia aún muy incomoda invitaba a la pareja de adultos a retirarse, aún así no fue capaz de mirar a ninguno a los ojos.

                 —Esa mujer definitivamente no sabe criar a tu hija. —Se escuchó susurrar a la pareja del padre con desprecio. Refiriéndose a la madre de Thomas y Ava.

                Para su mala suerte, Ava la escuchó. Y en menos de un segundo, en el que nadie pudo evitar lo que pasaría, Ava se había lanzado hacia la mujer a darle un golpe.

                "Te vas a tragar tus palabras" Fue lo último que se escuchó de Ava.

                 Fue un lío separarlas. El padre de Ophelia con la fuerza que tenía por ser un hombre robusto y algo musculoso, fue el único que logró despegar a Ava de la mujer.

                Llegó la seguridad del hospital a calmar los ánimos. Y a escoltar al padre y a su pareja fuera del hospital. La esposa del padre de Thomas se fue humillada e iracunda.

                En la sala de espera, los de seguridad advirtieron que no tolerarian otro altercado.

                 La señora Tasha se llevó a Ava a los baños unos momentos, donde la regañó sin fin.

[•••]

                   Las familias que quedaron en la sala de espera estaban aún pasmadas e incómodas, más aún la familia de Dylan, quienes bastante ajenos a la situación familiar de Thomas, no habían entendido nada.

                  Ophelia no justificaba la agresión de Ava a la mujer, pero podía entenderla. Ava defendió a su madre.

                  Mucho se hablaba del amor de los padres a sus hijos, pero también debía considerarse cuanto un hijo podía amar a sus padres. Hasta el punto, de pelear por el honor de uno de ellos.

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                 Ava y su madre regresaron después de un buen tiempo. Nadie tocó el tema de nuevo, ya que sería incómodo. Y además no estaban en esa sala para hablar del padre de Thomas.

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                La operación demoró una hora más de lo que se había planeado. Preocupando a todos en la sala. Aún así, en el momento que salio una de las enfermeras de la sala de operaciones lista para dar las noticias, todos se colocaron al rededor de la misma.

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                —Hemos tenido ciertas complicaciones con la intravenosa. —Anunció. La madre de Thomas se abrazó a su collar de crucifijo. —Pero se ha culminado el procedimiento con éxito. —Dijo con un suspiro.

               Ophelia vio literalmente como le regresó el alma al cuerpo a la madre de Thomas.

                 La sala de espera se llenó de abrazos y celebración, cambiando por completo el incómodo ambiente de antes.

               Las familias se dieron cálidos abrazos y tanto Ava como Ophelia se fundieron en uno bastante emotivo.

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               —Ambos muchachos pasarán a hospitalizacion. —Explicaba la enfermera a los padres de Dylan y a la madre de Thomas. —En el caso de Dylan estará aquí solo una semana, su sistema inmunológico esta en las mejores condiciones, por lo que se recuperará en poco tiempo. El hospital se encargara de los gastos ya que se trata de un donante. —Explicó, los padres de Dylan asintieron atentos a la información. —Thomas pasará primero por observación durante tres días. —Explicó de forma más seria a la madre de Thomas. —Tiene que estar en la unidad de cuidados intensivos debido a su condición, la operación ha sido mucho más invasiva para él, Ya que es bastante propenso a la insuficiencia de un injerto, lo cual significa que las nuevas células no se establecen dentro del cuerpo y no comienzan a producir células madre. —Explicó. —Además la unidad de cuidados intensivos se encargara de evitar y prevenir la enfermedad injerto-contra-huésped (EICH), una afección en la cual las células del donante atacan su propio cuerpo. —Le explicó.  —La unidad de cuidados intensivos solamente acepta a  un solo miembro de la familia como acompañante. Por lo que solo uno puede visitar y quedarse...Son reglas del hospital.

                  —Yo entiendo licenciada. —Decía la madre de Thomas muy agradecida. —Yo estaré con mi hijo, no se preocupe por eso.

                  La enfermera asintió amablemente.

                 —Disculpe señorita, tengo otra duda ¿Hay otros efectos secundarios que vayan a afectar a ambos? —Preguntó educadamente el papá de Dylan.

               —Son efectos que son condicionales, puede que sucedan o no. De todas formas algunos serían:  Dolor torácico. Reducción de la presión arterial. Fiebre, escalofríos, sofoco. Dolor de cabeza. Ronchas. Náuseas. Dificultad para respirar y sabor extraño en la boca. —enumeró. —De todas formas señor, todo nuestro personal estará al tanto de los síntomas y del progreso de ambos muchachos. Además si su hijo presentará cualquiera de estos síntomas no dude en comunicarlo inmediatamente.

                    El padre asintió más tranquilo.

                    —En este momento están llevando a los chicos a sus respectivas habitaciones de hospitalizacion. Dylan estará en el sexto piso, en la habitación 601. —Indicó. —Pueden retirarse a esperar ahí si desean. —Le dijo a los padres del castaño. —Thomas estará en la 103 de cuidados intensivos, pero como le digo, con él solo puede ir una persona. —Recalcó amable.

                   Todos asintieron comprendiendo. La enfermera se despidió de los presentes, y volvió a retirarse. No sin antes recibir todos los sentidos agradecimientos de absolutamente todos los presentes.

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                  Las familias volvieron a abrazarse y a celebrar. Los padres y la hermana mayor de Dylan tuvieron que despedirse para poder ir al sexto piso a ver al castaño. La madre de Thomas no tenía palabras para terminar de agradecerles, y amablemente la madre del castaño respondía que no tenia que, porque ya eran familia.

                  Eso solo emocionó a la mujer más.

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                  La familia de Ophelia ofreció quedarse con Ava. Ya que la misma no podía acompañar a su madre hasta donde estaba Thomas.

                  La señora Tasha se quedaría toda la noche vigilando a su hijo, y mantendría a todos al tanto de su estado. No se movería del hospital hasta que su hijo mejore.

                Ava ayudaría a su madre trayendole ropa desde casa, y tanto Ophelia como sus padres estarían al tanto de Ava, para que la madre no se preocupe. La señora Roxanne, madre de Ophelia ofreció encargarse de traerle comida a la señora Tasha así como tener a Ava en el almuerzo para que no se preocupe.

              Ophelia dijo que también ayudaría, porque como la madre de Thomas no saldría del hospital iba a necesitar bastante ayuda.

              Todos estaban unidos.

              La madre de Thomas se fundió en un emotivo abrazo con Ophelia.

               —Ay, niña linda. Qué hubiera sido de mi familia sin ti. —Confesaba entre lágrimas la mujer. Ophelia apretó el abrazo igual de emocionada. —Gracias por devolverme a mi hijo.

               Ophelia sin voz para responder, solo pudo sentir sus lágrimas caer por sus mejillas.

               Ava se unió al abrazo, volviéndolo uno de tres. La madre de Ophelia también llegó a unirse, haciéndolo uno de cuatro, y por último, el padre de Ophelia también se unió haciéndolo uno de cinco.

              Solo quedaba tener paciencia, y esperar a que Thomas se recupere de la operación.

             Ophelia no podía esperar para verlo de nuevo. Sano y vivo.

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