3. Rayos
Johnny
“¡Necesito que los Dort entren al área, Ya!”. Grito con sus manos ardiendo, así como su armadura de color cian reluciente entre su cortejo, sus pupilas que ardían en azul intensificaban la tensión por completo, como si el campo minado y las partes de compañeros caídos fuese poco.
Bastaron minutos para que una enorme bola de fuego negro llegara a ellos, consigo el de armadura cian dibujo con su mano en el aire, una especie de lazo, que al terminarlo un pentagrama apareció en el suelo, tragándose por completo el meteoro de energía sin siquiera tocarlos
“¡Pero señor!, perderemos si esto continua así”, contestó el de armadura rojiza, mirándolo con tanta impresión que el color parecía desteñirse a solo plateado. El de cian no dijo más, por lo que, lanzándose desde la montaña, directo al campo minado, varios de su cortejo lo siguieron
“Mi sir necesita volver” Dijo aquella voz que traía el viento, mirando hacia atrás, no me percate que el de armadura Cian me observaba detenidamente como si de verdad estuviese allí, mis manos comenzaron a sudar sin control, caminando unos pasos no me percate del hoyo en el suelo. Desvariando, mi vista se hacía temblorosa, cayendo la profundidad parecía incalculable. Intenté gritar, pero no pude, mi voz estaba vacía, como si él mute del televisor lo hubiesen puesto, de mi espalda a mis manos, buscaba algo con lo que pudiese tirar para agarrarme del vasto oscuro que había en ese lugar
Abriendo los ojos de nuevo, tosí descontroladamente, la tensión entre mi espalda y pecho desataba retazos del sueño, consigo, mis piernas mantenían pegada la sábana por el sudor, reclinándome a la pared, limpié mi rostro. Quitándome la sábana, el denso frío recorría por completo la cordura que trataba de mantener para organizar lo que soñé, ¿De verdad eso era cierto?, ¿Esa persona?, ¿Por qué no estoy muerto?
—Usted casi muere, Sir, fue salvado por la conexión de sangre que poseemos—, dijo una voz semi aguda, como de un pequeño animal detrás de mí, del susto salte de la cama casi llegando a la puerta —. Tranquilo. No le haré daño joven Johnny
—¡¿Quién demonios eres?!—Grite mientras miraba de lejos al felino negro en mi cama, mi corazón protegía con la poca sabana que mantenía agarrada
Agarrando un cuaderno de la mesita de noche, se lo lancé, el salto hacia el suelo, tirándome hacia mi cama, tome de nuevo el libro
—Soy Roy Cavalier, mentor, su mentor, mi sir, ¿me recuerda?, por favor, baje su libro y hablemos—, dijo el gato mientras se sentaba en la silla al lado de mi puerta
Sus ojos grisáceos mezclados en un rojo llameante bajaban y subían mientras veía la habitación, la cual, de momento a otro, camino desde allí para treparse hasta llegar a la repisa a un lado de la ventana
—Yo te diré lo que recuerdo. Recuerdo que llamaré a la policía para…
—Hasta donde entiendo Joven Johnny, la policía no puede detenerme si soy un animal, a usted, en cambio, sí, tanto que llegaría a prisión— Respondió
—Llamaré a rescate animal para que te lleven—, dije mientras intentaba sacar el teléfono de mi bolsillo, protegiéndome con la libreta
—No querrá hacer eso Joven
—¿Por qué?, mi teléfono está aquí, sencillamente…— Baje la voz al ver mi celular completamente roto, los cables salían de dentro junto al teclado casi inexistente —. ¡¿Qué le hiciste a mi teléfono?!
—Recuerde que el día de ayer tuvo un accidente, a causa, su móvil cayó al suelo y no pude rescatarlo hasta que pasó el transporte. Es lo que queda de…
Esquivando el libro de un salto, su cuerpo se hizo arena, de ella como especie de una ventisca no alcance a ver nada, pues en cuestión de segundos todo comenzó a absorberse, teniendo frente a mí a un moreno de 1.80 manteniendo el agarre de mi brazo para que no le tirara más nada
—Joven Johnny, por favor. Necesito que me escuche con atención— Pidió soltándome
—¡Esto debe ser una broma, tú no existes, solo fue un sueño! — Grite yendo hacia la manija de la puerta
—No ha sido un sueño joven Johnny. Usted es mi pupilo y necesito formarlo para que comencemos a defender a Nirvia de esta atrocidad que está destrozando el orden espiritual—, dijo el hombre quien se sentaba en la cama —. Usted aceptó joven y no espero más de usted que su cooperación para lograrlo
Dicho esto abrí rápido, apenas cerré, comenzó a tocarla, poco a poco el sonido desaparecía, pues, llegando a la cocina, fui hacia el gabinete, sacando un cuchillo, solo esperé a que bajara, el pecho junto a mi estómago se mezclaban en tanto miedo que la vulnerabilidad de que me atacara era inminente, mi pulso fallaba en momentos, me sentía demasiado débil
De frente a mí, en la isla, un girasol me observaba, parecía viejo y descuidado, tomándolo mi vista desvarío, como si levitase mi piel se erizaba, se llenaba de frío, tanto que no sentí como llegue al suelo, mientras trataba de calmarme
Frenando lo que podía con mis pies, en la ardiente arena, mi visión no daba más que a mis piernas moverse eufóricamente. Apenas toque el fondo, no pude moverme, la tormenta era caótica hasta un grito que lo detuvo todo
—Mi sir… —, dijo una voz al horizonte, no alcanzaba a discernir más, aquel grito se hizo un chillido tan intenso que apenas y controlaba las lágrimas que se me escapaban
—John…—, dijo otra voz, pero esta vez dentro de mí
—Mírame… por fav… or —, dijo la primera voz. Lento elevé la vista hacia el horizonte. Una grisácea y gatuna mirada me observaban con preocupación. Ofreciéndole mi mano me dejé caer en la arena
Forzando mi vista, el arenal se llevaba todo, tanto que de nuevo sentía el vacío, silencio que no me hacía entender que debía hacer o siquiera cómo actuar
Poco a poco fui cerrando los ojos, dejándome llevar por el ruido, el pequeño poso cuál se hacía más grande, mi piel se erizaba, pero al mismo tiempo se relajaba, por primera vez en dos intentos de muerte comenzaba a disolverse, mis oídos dejaban de chillar y ahora todo era más tranquilo… diferente
—Arriba…—, dijo una voz a lado, abriendo con dificultad, un hombre de piel morena y de ojos verdes intensos me extendía su mano
Al tomarla el viento continuó, mi cuerpo en una completa calma y el sol en su total intensidad poco a poco se esparcía con las nubes que daban un amostazado lugar
—¿Dónde estoy?, ¿Quién eres? —, pregunte
—Mi sir, acabamos de hablar, estamos en las arenas de tu mundo kármico—, dijo sentándose —. Es la primera vez que veo un mundo kármico tan hilarante como el tuyo
—¿Mundo qué? —, dije sentándome a su lado —. ¿Quién eres?, ¿Qué es lo quieres hacer conmigo?
—Solo entrenarlo para pelear y acabar con algo que está corrompiendo tu mundo—, contestó negando, mirando a un punto continuo—. No le haré daño si eso es lo que cree, o lo secuestraré, solo asumo el rol que debo tener para terminar esta misión
—¿Y quién te envía?, ¿por qué debo ser el que tenga que cumplirla?
—Vengo de Nirvana, la segunda tierra para ti, lo demás te lo iré explicando con el tiempo—, levantándose me ofreció su mano para seguir paso a paso conmigo—. Para darle un resumen nosotros nos caracterizamos por llevar una vida elevada a la energía del universo entregada por nuestro padre creador, Nirvana se encarga de darle equilibrio a tu planeta, por ello
—¿Dices que ustedes son como una especie de ángeles?, Y con padre creador te refieres a Dios, ¿no?
—Más que ángeles, somos simples seres humanos con poderes capaces de darle control a tu mundo, y con Dios, nosotros lo conocemos como Wilwerd, creador único del universo, consigo a su progenie, los gemelos y…—, intentando buscar las palabras, llegamos a una duna, sentándose continuo—. Con los gemelos Tiquirs y Yilorias, los actuales dioses de todo este vasto cosmos
—Vale, ¿y yo como figuró allí?
—Al ser de progenie humana eres un sir, un rango mayor a tu raza promedio, pues, eres y serás otorgado de poderes que crearan del despertar dentro de ti, si bien los de tu clase nacen con esto desde una herencia otorgada por un antiguo Nirvano o sencillamente un lazo genético que ya no se practica, está prohibido que los humanos se mezclen con Nirvana
Mirando pasar la arena del desierto, este tenía una extraña mecánica, pues, se disolvía, desarmaba y volvía a armarse como su figura original era, como si cada grano volviese a su lugar. Mirando mis manos y mis pies, la luz de sol comenzaba a esconderse, un azul casi grisáceo se implantaba, mi estómago comenzaba a revolverse
—¿Y cómo entramos aquí?
—El girasol que tocaste es tu nexo a mi mundo, al tocarlo si no tienes completo control sobre tu poder puedes ir a confines de los que tal vez no quieras llegar. En ese caso entramos a tu alma, tu energía interna—, mirando al cielo, siguió—. A decir verdad, es la primera vez que logró entrar en un plano energético humano
—¿Entonces cómo llegaste a aquí?
—Tu lazo de sangre me condujo a donde estabas—, dijo para formar un círculo en el aire cuál, al tocar la arena, empezó a formarse un nodo de raíces—. Pero aún es un poco inestable mi habitabilidad aquí, por lo que me cuesta conectar por completo con tu alma
Dicho eso fuego se descargaba como adrenalina en mi pecho, las ganas de querer golpearlo no eran una opción, ¿entonces cuál es el punto de venir conmigo si no sabe cómo salir de esto?
—A ver, ¿qué se supone entonces que hagamos ahora?, mmm—, dije levantándome para tomar una de las ramas, truenos sonaban a lo lejos—. No entiendo nada, no sabes como entrar, supongo que tampoco salir, esta mierda me tiene harto— Lo señalé —. Casi he muerto dos veces en menos de una semana, ¿me vienen a joder con que tenía una misión y con ello tengo casi que sufrir una embolia para que así pueda hacerlo?
—Cálmate ahora—, dijo mirando al cielo entre las ramas, pasándose a una esquina, un pequeño rayo atravesó la cúpula, desvaneciendo la protección
Dibujando rápido, otro, formo, uno más grande, el cielo se hacía negro
—¿Por qué?, ¿acaso le tienes miedo a un rayo?, no me jodas con esto, responde, ¿de verdad sabes hacer esto? —, dije mientras miraba las ramas y solo me afianzaba de ellas
—Claro que puedo, me disculpó si malinterpretaste lo que dije, pero sé cómo puedo ayudarte. Por favor, solo necesito que respires y te diré cómo salir del periodo vasija
—¡¿Qué demonios es un periodo vasija?! — Grité molesto
Un rayo impactó de nuevo en la cúpula, esta vez fue de tan gran tamaño que las ramas se electrificaron, haciendo que la luz se hiciese tan blanca que no viese más nada que mi cuerpo temblar sin control
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