05
Jimin esperó con paciencia a que Isaac hablara, la expresión suave en el rostro del hombre lo hizo sentirse cómodo a su alrededor.
— Escucha Jimin — su tono de voz incluso era amigable — sé que estás en diferentes proyectos debido a la situación que atraviesa la firma, sin embargo, necesito un poco más de tu ayuda.
Isaac elevó su mano para rascar un costado de su rostro, su mirada cayendo en Jimin.
— El asunto es que la firma se ha abierto para nuevos contratos — un surco formándose en su frente — debemos aprovechar cada oportunidad que se nos presente.
— Lo sé — asintiendo sonrió de forma amable.
Incluso las órdenes de Isaac eran amigables, era justo todo lo contrario a su jefe Jeon. Tal vez debería convencer a Ira de cambiar de jefe.
— ¿Cuento con tu apoyo?
— Si — Jimin sonrió esta vez.
— Eso es bueno, porque justo ahora necesito un portafolio de los últimos diseños de la firma.
— Tengo una copia en mi oficina — respondió enseguida.
— Bien, incluso si es buena idea hacer contratos con los extranjeros, no debemos olvidar los nacionales.
Jimin asintió a sus palabras, sus labios separándose para dar una respuesta.
— Aquí estás — una tercera voz captó la atención de los presentes.
Un joven con cabello ondulado tenía una expresión aburrida en su rostro, su traje a simple vista impecable hacia relucir su piel limpia.
Jimin frunció el ceño al no reconocer al chico, la zona en la que se hallaban no era abierta al público por lo que debía ser alguien conocido.
— Me encontraste — dijo Isaac con una pequeña sonrisa burlona.
— ¿Estábamos jugando a las escondidas? — inquirió el chico frente a él.
Jimin parpadeó confuso por la forma en que el chico le habló a Isaac, giró su mirada para verificar su estado de ánimo, pero a diferencia de lo que esperó, Isaac tenía una expresión divertida en el rostro.
Luego de suspirar, Isaac asintió con suavidad.
— Jimin, te presento a mi secretario Rowdy — lo señaló — Rowdy, te presento a Park Jimin.
— Es un gusto Rowdy — Jimin llevó su mano hacia el chico para estrecharla.
El secretario asintió estrechando su mano con firmeza para luego soltarla con suavidad, incluso su piel era suave como lucía.
Se percató pronto de la relación poco común que tenía Isaac con su secretario luego de verlos iniciar una conversación como si él no estuviera allí. Suspirando giró el rostro hallando a su jefe al inicio del pasillo, su mirada reprochando al verlo.
De nuevo, Jimin sintió aquella necesidad de querer golpearlo.
Un toque suave contra su brazo lo obligó a devolver la mirada, Rowdy estaba allí junto a él, pero Isaac había desaparecido.
— Hay una reunión en la tarde a la que Isaac le gustaría que participes, será en la sala de juntas — indicó con voz suave — esperaremos tu presencia allí Jimin.
— Estaré allí Rowdy — el chico asintió sonriendo sin mostrar su dentadura, una expresión suave en su rostro y Jimin se halló ligeramente cautivado por su rostro.
Era bonito, no atractivo, bonito.
Pudo adivinar con facilidad la suavidad en la mirada de Isaac al verlo, logró comprenderlo un poco. Sus facciones fácilmente lo confundían con una persona menor.
No se atrevió a preguntarle su edad, no fue necesario.
Rowdy se lo dejó saber.
— Tengo veinticinco — la mirada del chico cambió frente a él tornándose oscura.
Oh, debió haberlo ofendido de alguna manera, el aura que rodeaba al hombre rayaba lo molesto e incómodo que se estaba sintiendo.
— Claro — Jimin tragó saliva sintiéndose juzgado de alguna manera que no logró entender.
La expresión de Rowdy cambió casi drásticamente frente suyo, Jimin frunció el ceño percatándose de que la mirada del chico estaba a sus espaldas. Un aroma familiar llenando sus fosas nasales.
— Él ya se fue — era la voz de Jeon — deberías seguirlo — agregó.
Rowdy solo frunció el ceño, pero se alejó de allí sin decir algo.
Jimin estaba sorprendido por lo que acababa de suceder.
— Eso fue grosero — dijo sin pensarlo demasiado.
Oh, él lo había dicho en voz alta.
Jeon estaba allí a su costado observando en la dirección que el secretario de Isaac había desaparecido, el silencio entre ellos tornándose incómodo.
Él sabía que la personalidad de su jefe era tosca, más allá de la simplicidad en sus expresiones cuando algo no le agradaba, el hombre ni siquiera intentaba ocultarlo.
— Él te estaba juzgando — la voz de Jeon filtrándose en sus canales auditivos.
¿Juzgando? Jimin pensó que se trataba al revés.
— No era necesario — su respuesta no fue suficiente para Jeon.
— No importa, él no tenía por qué hacerlo — su mirada estaba en su jefe, no se tomaba más de diez segundos en mirarlo fijo, pero en esta ocasión lo hizo.
Había algo en Jeon que lo distraía, no era su personalidad, de eso estaba seguro, tal vez se trataba de sus facciones ya que si lo pensaba detenidamente su jefe era atractivo.
Si, maldición, él podría admitir en su mente, pero no en voz alta.
Jeon tenía una rostro atractivo, su piel blanca, limpia, su mirada oscura que atraía de forma natural o su cabello con cada hebra peinada haciéndolo lucir pulcro.
Su ceño se frunció al ser capaz de reconocer que algo en Jeon le recordaba a ese hombre, a la persona por la que tuvo sentimientos por mucho tiempo atrás. A pesar de que sus personalidades rayaban en los extremos, parte de las facciones de Jeon le recordaron a Han.
Oh, él no había pensado en Han desde hacía un par de semanas atrás, estaba tratando de cumplir con la promesa que le había hecho a Dylan hace meses atrás.
Él debió habérsele quedado viendo por mucho tiempo porque su jefe elevó una ceja ante su mirada evaluadora, notó pronto que Jimin estaba sumido en sus pensamientos.
Un sonido suave, Jeon estaba carraspeando para sacarlo de su mente, Jimin parpadeó perezosamente centrando su mirada en él de nuevo.
— Lo siento, estaba distraído — admitió en voz baja.
Jeon asintió poco tiempo después, sin embargo, se mantuvo en silencio de nuevo.
— Creo que es mejor que me vaya — murmuró alejándose del pasillo para dirigirse hacia su oficina.
Jeon lo observó alejarse hasta que desapareció de su rango de visión, su rostro girando hacia el frente con una expresión amarga.
A poca distancia estaba Isaac de pie recostado contra el muro, una mirada inquisitiva en el rostro. Ellos no dijeron palabra alguna, pero fue bastante claro para Jeon quien sacudió su cabeza de forma negativa.
Segundos después él se alejó de allí dejando a Isaac confuso por su repentina reacción, el hombre frunció el ceño observamos a Jeon alejarse.
— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Rowdy al alcanzarlo al fin.
— Nada, solo daba un paseo — respondió girando a verle.
Rowdy frunció el ceño, sus labios mullidos se juntaron entre si formando una mueca de disgusto.
— Deja de tontear, tienes que prepararte para la junta de esta tarde — le recordó el más bajo.
— ¿Estarás allí? — preguntó.
— Sabes que si — Rowdy ladeó su cabeza a un costado debido a su pregunta.
— Solo me aseguraba.
Isaac se inclinó hacia adelante cortando distancia con Rowdy.
— Necesito a mi amuleto de la suerte conmigo — murmuró cerca de los labios mullidos del contrario.
Rowdy masticó con fuerza hacia la nada, él giró su rostro hacia un costado.
Isaac sonrió.
Le encantaba molestarlo.
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